Schlesinger [Borrador]

By natxcz

1.3M 47.1K 2.8K

Theo y Phoebe Schlesinger crecieron en un mundo lleno de posibilidades ilimitadas e interminables lujos a la... More

Sinopsis
•2•
•3•
•4•
•5•
•6•
•7•
•8•
•9•
•10•
•11•
•12•
•13•
•14•
•15•
•16•
•17•
•18•
•19•
•20•
•21•
•22•
•23•
•24•
•25•
•26•
•27•
•28•
•29•
•30•
•31•
•32•
•33•
•34•
•35•
•36•
•37•
•38•
•39•
•40•
•41•
•42•
•43•
•44•
•45•
•46•
•47•
•48•
•49•
•50•
•51•
•52•
•53•
•54•
•55•
•56•
•57•
•58•
•59•
•60•
•61•
•62•
•63•
•64•
•65•
•66•
•67•
•Epílogo•
•Nota Final•
•Facebook & Instagram•
•Theo, Schlesinger II •

•1•

54.8K 1.2K 41
By natxcz

↠ Phoebe ↞

El sonido de la guitarra y los coros de las canciones de mi hermano son un despertador constante últimamente. La luz del sol entraba por mi ventana escabulléndose en cada rincón, mientras tarareaba una que otra estrofa de la canción que, sin importar nada, hacía su paso por cada rincón del segundo piso.

Las mañanas en Nueva York siempre han sido muy acogedoras y extrañamente frescas y, aunque solo estábamos en Otoño, la temperatura parecía bajar cada vez más.

Al abrir mi puerta, la música aumentaba su alcance, taladrando profundamente en mis tímpanos.

—Theo, por el amor de Dios ¡apaga eso!, despertarás a toda la ciudad.

Mi hermano mayor ha tenido la manía de poner su música a todo volumen cada mañana desde hace un tiempo atrás. Desde que papá le dio ese prototipo no ha parado de hacerle pruebas, y en realidad la música es muy buena, pero dudo mucho que los vecinos piensen lo mismo.

—No está tan alto, solo lo necesario. ¡Ésta belleza está lista para ser lanzada!

A mi familia le gusta crear, inventar cosas y venderlas a las grandes masas.

El imperio de mis padres empezó desde que estaban en la universidad. Se conocieron en una clase de programación en MIT y desde entonces son inseparables. Mi familia es la dueña de muchas cosas... ¿Alguna vez han visto esos novedosos aparatos electrónicos que suelen generar revueltas al rededor del mundo? son nuestros.

La nueva línea de computadoras es bastante buena, aunque los televisores me parecen demasiado. Lo que le ha dado la buena imagen a la compañía, han sido los sistemas operativos.

Ésta vez, Theo está probando el prototipo de la nueva línea de reproductores musicales.

— ¿Ya estás lista? —preguntó mi hermano aún con la música alta.

—Estoy lista desde hace quince minutos, gran observador. Si te concentraras en las personas que estamos alrededor de ti en lugar de los solos de guitarra, te darías cuenta de que sueles ser tú el que llega siempre tarde a todo.

Theo me miró molesto, pero no se quejó por mi comentario, al contrario, me señaló el pasillo con su mano y una sonrisa bobalicona en su rostro.

—Entonces ve a desayunar, necesitamos hacer una parada antes.

— ¿Adónde podrías ir a ésta hora?

— ¿Tienes que contradecir todo lo que digo siempre? Será rápido, lo prometo.

—Si llego tarde por tu culpa, Theo...

— ¡Chicos, bajen ya! —Los gritos de mamá que se escucharon desde la sala, impidieron que mi amenaza se llevase a cabo.

Observé a mi hermano quien meneó un poco su cabeza señalando las escaleras que segundos después, ambos bajamos hasta encontrar a nuestra madre aún utilizando su pijama con una linda sonrisa enmarcando un buen rostro mañanero, pero bien descansado.

— ¡Buenos días! —saludamos de manera sincronizada.

— ¿Listos?

— ¡Por supuesto! —respondí con clara alegría en mi tono de voz, al mismo tiempo en que Theo respondía que no lo estaba.

El verano había acabado junto con una etapa importante de mi vida. Hoy es finalmente el primer día de clases de los últimos cuatro años de mi vida y sería una gran mentira decir que no estoy nerviosa. 

Estoy lista para esto, y confío en que todo saldrá bien, finalmente. 

—Yo solo quiero que termine ya, y al fin no más escuela. —Mamá observó a Theo con esa mirada de no sabes lo que dices mientras ahuecó sus mejillas con sus manos.

—Recuerda que el último año siempre es el mejor, pero también el más difícil, prométeme que te esforzarás y te graduarás ¿de acuerdo?

—Dime cuándo me ha ido mal en la escuela, mamá. —Comenzó don cerebrito a alardear. Bufé rodando la mirada mientras me crucé de brazos.

—Theo... —Mamá lo presionó y él se rindió desganado, riendo sin gracia alguna negando con su cabeza para después besar su frente, ya que mamá es un poco más baja que él.

—Lo prometo. Deberías de estar tranquila, sabes lo mucho que deseo ir a la universidad, tu desconfianza se podría clasificar como ofensiva. 

—Éste año será muy bueno. —Me apresuré a decir, para evitar lo que sería una aburrida clase de cómo ser un buen estudiante de parte de mi madre.

—Si sabes que ya no será como en la primaria ¿verdad? —Asentí abrazándolo de costado —Mi hermanita está creciendo, ¡tráiganme un pañuelo! —dramatizó mi hermano, haciéndome reír.

La preparatoria no podía ser tan difícil como él me lo pintaba en ocasiones.

Le proporcioné un leve golpe en el hombro mientras nos reíamos. Estoy feliz de comenzar las clases, aunque los nervios me están comiendo viva. Theo nunca habló tan mal sobre la escuela, al contrario siempre ha dicho que es un lugar sin mucha gracia y algo aburrido, a pesar de la gran cantidad de actividades que hacen durante el año escolar, y eso me pone inquieta, ¿y si no encajo? Nunca fui muy buena socializando con los demás...

—Y lo mejor es que será tu último año. Así no podrás fastidiarme —dije mientras mamá y yo reíamos.

—Tú serás la primera en llorar cuando me vaya.

En eso él no estaba equivocado. Lo voy a extrañar demasiado cuando se vaya de casa... nunca nos hemos separado por mucho tiempo.

—Theo, ve a ponerte algo, hace frío. Tú, ve a desayunar o llegarán tarde. —nos indicó nuestra madre rápidamente.

Asentí caminando en dirección al comedor en donde papá estaba con una buena cantidad de papeles sobre la mesa y una taza de café. Ambos estaban aún utilizando su pijama un lunes por la mañana, lo cual es verdaderamente inusual.

—Señorita Phoebe. —La voz de Marlee saludándome me sacó de mis pensamientos por completo.

Papá levantó la mirada y la colocó en mí, regalándome una sonrisa radiante, invitándome a tomar asiento junto a él.

—Buenos días, amor. —me acerqué a él, depositando un beso en su mejilla.

—Buenos días, ¿no irás a trabajar hoy? —él negó bebiendo de su taza.

—Es mi día libre —tomé asiento junto a él ayudándolo a quitar la gran cantidad de papeles y libros, acomodándolos sobre el desayunador.

— ¿Desde cuándo tienes días libres? —Pregunté en broma— Gracias, Mar.

Mi desayuno era el mismo debido a una estricta dieta a base de proteínas y grasas naturales en la que mi padre nos ha puesto a todos desde hace años, aunque no me quejo mucho... Tostadas francesas, huevos revueltos, jugo de naranja y un plato de fruta picada. El desayuno de campeones, según él.

—Desde ahora. Últimamente estás trabajando más de la cuenta —dijo mi madre respondiendo por él en el momento en que entró al comedor.

Mamá se unió a nosotros con su taza de Té Yorkshire y un plato de panqueques en su otra mano y tomó asiento junto a nosotros sonriendo.

— ¿Emocionada? —Preguntaron mis padres al mismo tiempo causando la risa de ambos.

Papá acariciaba mi cabello con una de sus manos de manera delicada; siempre amé que hiciera eso.

—Bastante. Hablé con Alex anoche, siguen en Fiji y no estarán aquí hasta dentro de unos días, así que pasaré mi primer día completamente sola. —dije terminando de comer mis tostadas.

—Puedes pasar las horas libres con Theo —sugirió papá en broma.

—Ni se te ocurra. —Respondió mi hermano mientras se sentaba en su lugar saludando a todos. —No le metas esas ideas.

— ¡Vamos Teddy! tú amas estar conmigo —Presioné para irritarlo más.

—Ya quisieras, pequeña garrapata.

—No peleen tan temprano. Theo apúrate o llegarán realmente tarde —le reprendió mamá.

Me levanté de mi asiento, dejando la servilleta que sostenía en mi regazo sobre la mesa.

— ¿A dónde crees que vas? —dijo mi padre con su ceja levantada mirándome seriamente.

—A lavarme los dientes...

—No hasta que termines de comerte todo.

Observé la mesa. Mi plato de fruta y un poco de jugo era lo único que me quedaba.  

—Estoy satisfecha.

Aquí viene... Charles Schlesinger y su drama alimenticio.

— ¿Cuántas veces te he dicho que en ésta casa no se desperdicia la comida?

—Muchas... —dejé escapar un suspiro derrotado.

—Entonces siéntate y comete esas frutas, ¡ahora!

No me apetecía pelear con papá por un plato de frutas. Siempre es lo mismo con él, así que me senté de nuevo y comí mis frutas picadas sin rechistar.

Pude ver a Theo burlarse de mí, y por supuesto que lo haría, solo porque a él nunca le dicen nada y ¿por qué lo harían?, mi hermano es un barril sin fondo.

—Así me gusta —Me dijo con una sonrisa al ver mi plato ya vacío. Mamá le sonrió mientras negaba con la cabeza ¿le parecía divertido acaso?

Una vez terminado el embarazoso momento nutricional, me comencé a retirar, deteniéndome antes en el desorden de papeles que había en el desayunador.

— ¿En que trabajas? —Pregunté curiosa.

— ¿Interesada en los índices de las tazas de comercio y todo eso?

—Sabes que sí.

Papá sonrió y se acercó a mí. Sé que le gusta que a mí me llame la atención lo que hace, desde pequeña me encantó acompañarlo a la oficina y ver todo lo que hacía, si bien no entendía nada, con el tiempo estuve más interesada en la economía y esas cosas.

—Queremos negociar con unos programadores en Holanda.

— ¿Es para un nuevo proyecto?

Conozco a mi padre, le gusta trabajar la mayor parte del tiempo solo.

—Es algo que tengo en mente.

— ¿Y está marchando bien?

—Hasta el momento todo en orden, te daré detalles cuando todo esté más sólido, ¿te parece?

— ¡Claro!, quiero saber de qué trata.

—Perfecto, ¿Theo, que tal las pruebas del Flaster?

Mi hermano se levantó de su asiento y colocó los platos en el fregadero ignorando las palabras de Marlee quien iba detrás de él.

—Esa belleza está más que lista. Dile a Cruger que las modificaciones están en su punto.

— ¿Por qué no vas conmigo a la próxima reunión y se lo dices tú mismo?

Pude notar la forma en la que la emoción se iba desvaneciendo en los ojos de mi hermano. No sé cuando piensa decirle a papá que detesta todo lo que tiene que ver con la compañía... a no ser que sea probar las cosas antes de que salgan a la venta, eso parece disfrutarlo mucho.

—Y-yo... bueno... claro... —dijo Theo no muy convencido.

Papá parecía complacido con la respuesta y sin demora alguna nos envió a terminar de alistarnos.

Dentro del auto de mi hermano comencé a sentir la ansiedad correr por mis venas a todo lo que daban.

—Estoy realmente aterrada.

—Deberías de estar tranquila, no es la gran cosa. —me dijo mi hermano para mantenerme calmada.

—Eso lo dices porque tú ya acabaste.

—Aún no lo he hecho, y te lo digo porque hace tres años yo estaba exactamente igual que tu. De no haber sido por Sophie y los chicos probablemente me hubiese vuelto loco.

—Pero tu conoces a tus amigos desde que son niños, Theo. Yo solo tendré a Alex y ella ni siquiera está en el país aún. ¿Cómo se supone que sobreviva el día?

—Estás exagerando mucho, Phoe. Ya verás que no es la gran cosa.

Theo inicio el auto, pero éste no le respondió haciendo un sonido un poco extraño.

—Debe de ser una maldita broma... por favor, no me hagas esto ahora...

— ¿Qué ocurre?

—No lo sé, pero no suena nada bien —dijo intentando encenderlo repetidas veces sin ningún éxito — ¡Enciende! —gritó frustrado, haciendo que German, uno de nuestros jardineros, lo escuchara.

— ¿Ocurre algo, Theo? —preguntó German mirándonos preocupado.

—El auto no quiere encender... —dijo mi hermano pasando las manos por su cara desesperado.

—Llamaré a su padre enseguida. —dijo German desapareciendo por la puerta del garaje que conectaba con la casa.

Unos minutos después German volvió con papá detrás de él.

Theo ya estaba cansado de golpear el volante.

— ¿Qué pasa?

— ¡Ésta cosa no enciende!, y ayer estaba perfecto.

—Deja de golpearlo o lo dejarás peor. Bájense los dos. 

Ambos bajamos del auto y papá lo inspeccionó por lo que creo fueron unos diez minutos, tal vez menos. Desistiendo finalmente, nos miró con el ceño fruncido.

—Todo parece estar bien, ha de ser algo en la computadora. Llévate otro, en la tarde lo llevaré al taller. —dijo cerrando la tapa del motor. 

— ¿En serio? —los ojos de mi hermano se encendieron como luces navideñas.

—Sí, elige alguno —Eso no se le debe de preguntar a Theo Schlesinger.

—El R8 —vaya novedad...

—Buen intento, no lo usarás hasta que aprendas lo que significa el límite de velocidad, Theo. Además yo lo usaré hoy, elige otro.

— ¡Por favor!, prometo que no correré demasiado.

—No presiones, Theodore.

Theo puso sus ojos en blanco mientras refunfuñaba y se cruzaba de brazos.

—Solo dame las llaves de cualquiera que tenga gasolina y no se apague en el camino.

Tanto papá como German y yo nos reímos por el arrebato de mi hermano.

Al final Theo decidió por tomar el Audi A4 negro.

La verdad es que siempre me ha gustado este auto, es realmente cómodo y elegante.

A pesar del imprevisto, llegamos a la escuela con suficiente tiempo. La emoción y los nervios se apoderaron de mí intensificándose unas mil veces más.

Theo se estacionó en uno de los espacios frente a la entrada saltándose toda la fila que había junto a nosotros. No han empezado las clases y ya parece estar usando algún tipo de privilegio extraño.

— ¿Puedes hacer eso? No creo que puedas hacer eso... —digo mirando por la ventana como las personas, literalmente, lo dejaron pasar sin más.

—Entenderás, Phoe, que ser yo tiene sus ventajas —dijo sonriéndome. 

—Engreído, ¿me ayudaras hoy, cierto?

—Creí que estabas bromeando con papá.

—No Theo, es completamente en serio. Sin Alex aquí me perderé y sabes que no soy muy buena haciendo amigos nuevos.

—Conoces la escuela Phoe, has venido miles de veces.

—Pero no las clases, ni los profesores, ni dónde me debo sentar en el almuerzo...

—No me prestaste atención cuando te dije que no es la gran cosa, ¿cierto? —dijo. Lo miré suplicante —Si tanto te preocupa, te ayudaré en el primer descanso, ¿te parece?

— ¿De verdad? ¡Gracias, Teddy! —dije dándole un abrazo y un beso en la mejilla.

—Te quiero pequeña —Theo me sujetó fuertemente, besando mi cabeza. 

— ¡Yo a ti, aunque seas un completo y total engreído!

— ¿Disculpa? —dijo fingiendo sentirse ofendido. Ambos reímos, mientras volvía a ser rodeada por sus brazos.

—También te quiero Teddy —él sólo sonrió mientras me guiñaba un ojo. 

Salimos del auto, acomodando nuestras cosas.

— ¡Schley! —escuché a sus amigos acercarse.

Mientras los tres se abrazan y ríen como niños pequeños, aproveché para encaminarme a la entrada, manteniendo mi respiración estable.

Aquí vamos

El primer día de los próximos cuatro años de mi vida.

Observe la entrada y la cantidad de personas que comenzaban a aglomerarse en ella, cuando intenté caminar hasta las escaleras sentí un fuerte golpe en mi hombro derecho, haciendo que mi bolso callara al suelo.

— ¡Lo siento! —dijo el tipo que chocó conmigo ayudándome a levantar mi bolso del suelo. — ¿Estás bien?

Tenia unos ojos azules interesantes, y aunque se veía algo mayor, tal vez de la edad de Theo, no me parecía intimidante.

—Si, gracias. —dije tomando mi bolso de sus manos y colocándolo en mi espalda, ésta vez con ambas correas.

— ¿Segura?, lo siento de nuevo, de verdad no te vi, el primer día siempre es una locura...

—Eso parece —dije mirando todo el movimiento alrededor de nosotros.

—Soy Blake —dijo estrechando su brazo de manera educada.

Tomé su mano en un saludo corto junto a una sonrisa leve.

—Phoebe, un placer. 

Continue Reading

You'll Also Like

313 129 13
París ya nunca sería la misma de hace unos años atrás. Ahora había una amenaza asechando desde las sombras. Esa amenaza se llamaba Hawk Moth, un súpe...
245K 31.4K 40
Aquí encontrarás las verdaderas desventajas y problemas cotidianos de tener un cabello chino/rizado. (hermosa portada hecha por @AlmasCovers)
135K 5.3K 55
Él, el hijo del jefe de Berk, ella, hija del jefe de los marginados, ambos vikingos, él, un chico de 18 años, inteligente, divertido, un tanto engreí...
La Viuda Negra By Carolyn

Historical Fiction

127K 7.5K 63
Al pueblo de Santa Julia a regresado la mujer que todos llaman La viuda negra, siempre vestida de negro y con un velo tapándole el rostro, no habla...