Jacob
—Todavía no entregan los resultados —dijo Érika en voz baja—. Debemos pensar en la posibilidad...
—No es cáncer. El cáncer en su pierna desapareció —contesté de manera fría.
—La tuvieron en observación toda la noche, y dudo que lo que ella quiera oír sea a ustedes peleando, —dijo Sarah saliendo de la habitación de mamá, portando su bata blanca.
—Ella no tiene cáncer, no puede tener cáncer —comenté a punto de llorar.
—Jacob si ella tiene cáncer, tendrán que aplicarle la cura y... —dijo Dorian, pero al él también lo interrumpí.
—Y luego ella se infecta y tendrá que pasar los años que tarde la doctora en descubrir una manera de acabar con el virus tomando el ZP, o hasta el que el virus mute de nuevo y el ZP deje de funcionar. Tú y Érika no lo entienden pues jamás los han mordido, no saben siquiera lo que es pensar que te vas a morir lentamente.
Ellos se quedaron callados, hasta Sarah sintió un poco de la preocupación que yo sentía por mi madre, ella era su mejor amiga, y ella perdió a su esposo cuando lo mordieron en el cuello dejando que se desangrara lentamente.
La doctora se acercó por el pasillo con un folder que seguramente eran los resultados de los estudios de mamá, lo que iba a esclarecer esto de una vez por todas.
—¿Cuáles fueron los resultados? —preguntó Dorian.
La doctora intentó decir algo, pero ninguna palabra salió de su boca, de repente se quedó muda al mirarnos a todos al rostro, estábamos angustiados, temerosos, esperábamos que solo fuese un desequilibrio en su glucosa o deshidratación, cualquier cosa, incluso la influenza era aceptable en esta ocasión.
—¿No es cáncer verdad? —preguntó Érika.
—Yo... —Hizo una pausa—. Cuanto siento decirles que no solo el cáncer en su pierna regresó, sino que ahora se ha esparcido a su cadera y columna.
Escuchar eso fue lo más desalentador que podíamos oír, para mí, era la cosa más terrible en el mundo; la única mujer en el mundo que me quiso como su hijo volvía a pasar por lo mismo de hace años el que se halla esparcido solo me ponía furioso, quería... Quería poder donarle algo de mi sangre y curarla, pero eso solo la mataría al tener el virus corriendo por mis venas, una transfusión solo le daría una muerte rápida en cuestión de un par de horas.
—Tendremos que sedarla y ponerle la cura de manera intravenosa —comentó la doctora anotando unas cosas en aquella carpeta.
—¡No!, mejor denle quimioterapia. Ella no debe de infectarse.
—¿Estás loco? Prefieres que tenga más dolor por la quimio que la molestia de tomar una pastilla cada ocho horas —contestó Érika—. No, ella va a recibir la cura; el virus se puede mantener a raya con el ZP.
—Doctora dele la cura a nuestra madre. De todas formas, yo soy el mayor y quien tiene la última palabra —dijo Dorian mirándome a los ojos con preocupación y miedo, no como otras miradas que dirigía hacia mí en otras situaciones.
—Esto es un error —repliqué.
—Perdonen que interrumpa —dijo Francis algo agitado por correr por el pasillo—. El general está esperándolos a ustedes tres para una reunión en el primer nivel del subterráneo.
—Francis creo que esto puede esperar —dijo Sarah.
—Lo siento, pero esto tiene mucha prioridad. Es sobre aquel asunto Doctora, del que le habló su colega.
Daniel
En el lugar solo estábamos tres personas con un mapa de la ciudad sobre el escritorio siendo observados por Luke, el buscaba opciones y alternativas, en eso debía darle algo de mérito, no se dejaba llevar todo el tiempo por la anarquía y la destrucción si no ahora no estaríamos en este lugar.
—Debemos empezar a hacer un Plan, recuperar las armas, el equipo y los suministros del museo es algo importante. Lo que hay ahí es muy valioso —dijo Ford al señalar en el mapa el museo.
—La lluvia apagó el fuego, pero adentro hay muchos infectados debemos sacarlos a todos, —secundé.
—Yo opino que deberíamos dejar de lado esa idea estúpida. Debemos buscar el premio grande.
Ford y yo observamos al nuevo, aquella mascara de calavera manchada de azul no nos dejaba verle la cara, mucho menos los ojos, pero amos estábamos seguros de que hablaba totalmente en serio por lo de ir por el premio grande. La mirada de Luke hacia el nuevo era de seriedad, frialdad, no se movía ni un centímetro de su silla reclinable de cuero donde antes se sentaba el alcalde de la ciudad.
—Me agrada tu idea. Arriesgare e ir con todo por el dorado. —Comentó con una sonrisa.
—Esa idea es descabellada. Tienen muy bien defendido el lugar, y acercarnos es casi imposible con esas cámaras de vigilancia que tienen, eso sin contar las trampas. —Contestó Ford—. Todavía tenemos que estudiar mejor ese terreno.
—Estoy de acuerdo con Ford, aún no es el momento. Necesitamos lo que hay en el museo —comenté mirando directamente a Luke.
—Él podrá ser nuevo, pero no lo nombre mí número tres solo porque sí. Tiene chispa, iniciativa. Cuando vi como arrojó al único que lo acompañaba en la jaula como comida para los infectados fue como ver un retoño brotar de la tierra, —miró al chico—. Vamos quítate esa máscara. Y repite tu nombre a estos dos.
Él acató la orden de Luke retirándosela dejándonos ver su mirada confianzuda, su labio roto por los golpes que recibió y las puntadas en su frente, esa mirada altanera también la veía en Luke, la vi durante mucho tiempo en mi viejo trabajo, era la mirada de los psicópatas que no dudarían en matar a nadie.
—Me llamo Brice. Espero que no se les olvide —dijo él con tono altanero.
—¿Podrían creer que tiene solo veinticinco? —preguntó Luke—. Este chico es un diamante en bruto; voy a moldearte muy bien Brice. Ahora vayan al museo y consigan todo lo que puedan sacar de ahí este día y tráiganlo antes de que anochezca; necesitaremos muchas armas dentro de poco tiempo.
Jacob
—Déjeme ver si entendí General... —dijo Rassmusen cerrando los ojos y guardando silencio por unos segundos, mientras la multitud esperaba que hablara—. ¿Está diciéndonos que otra vez tendremos que salir a cazar infectados?
—No solo infectados —intervino el profesor Wright—. Es una de las nuevas mutaciones del virus. Eso nos podría dar una ventaja para hallar la cura.
El sitio se llenó de murmullos de entre los cuales eran quejas, reclamos, contradicciones, todos habíamos pasado por esto tiempo atrás al tener que atrapar infectados para que la doctora pudiese estudiar el ciclo de vida del virus en los diferentes cuerpos de las variantes de infectados.
—General ya cazamos infectados antes, —dijo una de las mujeres en el lugar alzando la voz con descontento—. Muchos corrimos riesgo mortal aquella vez, algunos incluso nos infectamos —alzó su brazo donde estaba la cicatriz de una fea mordida mezclada con una quemadura de ácido.
Muchos la secundaron con su queja asintiendo con la cabeza y frunciendo el ceño. Miré a todas partes, la zona de monitores llena de pantallas de tv con diferentes tamaños, mientras los operadores de las cámaras las monitoreaban desde las consolas. A un lado estaba Francis monitoreando las radios y los teléfonos que le dejaban para reparar y aprovechar las piezas, era un genio con las radios y los teléfonos, podía repararlos no importando lo dañados que se encontraran.
—Sé que todos tienen sus reservas. Les dije que no volveríamos a cazar infectados después de aquella vez, tuvimos a ocho de los nuestros muertos y a quince infectados, es una lástima que eso haya pasado, lo sé, pero será una lástima aún mayor cuando el ZP nos sea insuficiente pues recuerden que se necesita la sangre de una persona para hacerlo.
Sentí como si todas las miradas del lugar se posaran sobre mi persona, era incomodo, pero no me quedaba de otra que ignorar las m iradas y continuar concentrado.
—Tenemos una buena oportunidad de encontrar una cura, no debemos desperdiciarla. No lo hagan por mí, por la doctora, o por ustedes, háganlo por aquellos que están infectados, por los niños que algunos de ustedes tienen que apenas y saben un poco de lo que está pasando fuera de los muros de este lugar. Piensen en ellos, y en que se merecen un futuro, no la muerte. —Hizo una pausa.
—¿Qué se necesita? —preguntó la misma mujer que enseñó su cicatriz a todos.
—Vamos modificar algunos autos, los haremos resistentes, les pondremos luces UV pues lo más probable es que regresemos de noche al hospital. Tendremos todo listo en un par de horas, pues ya di la orden al taller ya la refinería de biodiesel que empiecen a trabajar. Ustedes deberían empezar a prepararse. Lo necesitaran pues esto será difícil.