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Tres integrantes del cuarteto de oro caminaban por el pasillo mientras que Hermione leía en voz alta el diario El Profeta mismo en el que anunciaban más desapariciones las que era bien sabido que era causadas por los mortifagos, tras lo ocurrido en la madriguera habían logrado salvar cosas gracias a las acciones de Alessia, fue difícil el que todo regresase a la normalidad, pero al final lo intentaron.
—Les resulta muy fácil hacerte enojar —Hermione reprendió a su amigo junto a ella mientras doblaba el periódico—. Tienes suerte de que no te hayan matados, debes entender quién eres, Harry —Alessia sonrió ante la preocupación de su amiga, ella ya se encontraba al tanto sobre lo ocurrido y claro que había regañado tanto al azabache como a la pelirroja ante su falta de juicio al ir tras unos mortifagos.
—Yo sé quién soy, Hermione —contestó tosco casi a la defensiva, Alessia notó esto y apretó ligeramente su mano misma que se encontraba entrelazada con la suya, Harry recayó en su actitud y soltó un suspiro—. Lo siento —Hermione asintió aceptando la disculpa, no le culpaba, tenía demasiadas cosas en la cabeza, según habían hablado ella y Alessia todo apenas empezaba y debían estar listos.
El buen humor de Hermione se fue en cuanto su mirada se encontró con Ron quien se encontraba con Lavander, Alessia hizo una mueca ante la efusividad de la chica al colocar un collar en el cuello de su hermano y después repartir besos en las mejillas de este.
—Disculpa, tengo que ir a vomitar —no esperó respuesta de sus amigos y huyó con tal de no seguir viendo a la pareja.
—Iré con ella, intenta hablar con él —Alessia dejó un casto beso en los labios de su pareja para después alejarse de él con tal de alcanzar a su mejor amiga, Hermione le necesitaba en esos momentos.
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Los pasos apresurados resonaron en el pasillo oscuro y desolado del castillo, dos chicas Gryffindor corrían con tal de llegar a la oficina del profesor Slughorn, Alessia había tenido un mal presentimiento a altas horas de la noche, rememoró todo al no saber de qué se trataba y fue cuando la imagen de su mellizo llegó a su mente, por lo que despertó a Hermione como alma que llevaba el diablo.
—¿¡No lo recordabas!? —Hermione le gritó sin dejar de correr, su cabello se encontraba esponjado y más de una vez estuvo por caer gracias a sus pantuflas ante la falta de tiempo de colocarse otro calzado.
—¡No tengo medido los tiempos, pero se lo advertí!, "No comas nada que no sea tuyo", ¡se lo dije cinco veces! —cuando por fin llegaron a la oficina abrió la puerta sin pedir permiso, su mirada se centró en su hermano tumbado en el suelo—. Ron —trotó hasta este hincándose hasta colocar la cabeza de su mellizo en sus piernas, despejó la frente de este de aquellos cabellos que se pegaban ante el sudor causado a casi morir envenenado—. Gracias —miró a Harry, quien solo atinó a asentir, aunque confundido ante la presencia de las chicas ya que nunca les informó de que estarían ahí y menos de la condición de Ron—. Debemos llevarle con Madame Pomfrey —miró al profesor Slughorn quien asintió aún sin comprender lo sucedido y se retiró con tal de pedir ayuda para llevar al chico—. Estarás bien, estarás bien —murmuró sintiéndose horrible, nuevamente algo se le había escapado, aun cuando sabía que Ron estaría bien, pudo evitar aquel trago amargo, era momento de hablar con Harry, momento de contarle la verdad ante la mirada que le brindaba en ese momento.
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Tras que Lavander hubiese salido de la enfermería desolada y con el corazón roto ante la preferencia de Ron por Hermione aun estando inconsciente todos salieron con tal de darle privacidad a la castaña con el pelirrojo, Hermione no podía sentirse más feliz al tener esperanza de que sus sentimientos fuesen correspondidos.
Alessia por su parte sentía que las palabras se atascaban en su garganta, ya no lograba mantener más tiempo su secreto, no podía solo excusarse siempre ante algo que no cuadrase entre sus palabras u acciones, pero tenía miedo, miedo de cómo Harry tomaría la verdad ya que uno de los sucesos que pudo evitar y no logró había sido la muerte de Sirius. La verdad era que sentía pánico, pánico al solo pensar que Harry podría llegar a odiarle o tras saber la verdad este simplemente se alejaría.
También estaba el tema de Draco Malfoy, con quien había intentado hablar múltiples veces, pero siempre le rehuía, muy a su pesar la pelirroja sabía lo que pasaba, otra cosa que se recriminaba al no poder cambiar el camino que todo estaba tomando.
—Harry —llamó al de ojos verdes en cuanto le divisó, le había estado esperando tras que este fuese con Dumbledore para contar su versión de los sucesos de la noche anterior—. Debemos hablar, tengo algo que contarte —Harry se dejó guiar por la chica hasta que ambos se encontraron sentados en una de las bancas, el azabache tenía muchas preguntas, pero las contuvo ante la seriedad que la chica presentaba.
—¿Pasa algo malo? —acarició la mejilla de la chica al ver que esta no decía nada y a su vez movía con nerviosismos sus manos.
—No lo sé, dependerá a cómo tomarás lo que tengo por decir —realizó una mueca, no despegó su mirada de la de Harry, tomó una bocanada de aire para después empezar con su relato—. Como ya sabes vengo de otro lugar, pero no me refiero solo a un país distinto Harry, ni siquiera de un tiempo distinto. Vengo de lo que se podría decir otra dimensión, misma en la que la magia no existe, no es más que la imaginación plasmada por otras personas, en los libros, en las narraciones de escritores o en las películas es en las que solo existe la magia, había unos libros en especial que yo amaba con todo mi corazón, mismos que me guiaron y me ayudaron a saber todo lo que sé, por qué sé cosas de algunas clases avanzadas y en algunas simplemente no sé casi nada —Harry deslizó su mano de su mejilla a una de las manos de la chica, no entendía a qué se debía aquella explicación o a qué deseaba llegar siendo que no entendía y era algo confuso.
» Esos libros hicieron que yo supiera lo que ha pasado y lo que está por pasar, no puedo ver el futuro, pero es casi como si lo hiciera, esos libros narraban tu vida Harry, tu historia y la de quienes te rodean, todo lo que ha pasado, lo que pasa y lo que pasará —Harry quitó su mano de la de la chica al caer en lo que Alessia decía, la chica sintió su corazón encogerse ante ello y que Harry le mirase buscando algún indicio de que mintiese—. Por ello he estado en los lugares indicados cuando algo malo ocurre o al menos en su mayoría, he estado intentando que el curso de todo cambie, todo con tal de que todo salga bien, que todos sean felices —su voz tembló y mordió su labio inferior unos segundos para controlarse—, pero al intentarlo siempre algo sale mal, no he podido evitar muchas cosas, a veces es difícil el pensar en ello siempre o tener conocimiento del tiempo de cada cosa. Esos libros me hicieron creer en la magia, fueron mi refugio, mi escape de mi vida y el deseo de tener una vida en este mundo, que al final resultó también ser mi mundo —terminó de hablar y aguardo cualquier palabra o gesto por parte de Harry que parecía procesar toda la información dicha.
—Tú...lo sabías —se mantuvo unos segundos en silencio—. Tu sabías lo de Sirius, pudiste decirnos, pudimos salvarlo —murmuró dolido ante el solo pensamiento de que si hubiesen sabido con anterioridad de la trampa Sirius hubiese vivido, en ese momento sería la familia que ambos necesitaron siempre. Alessia sintió el nudo en su garganta aumentar al ver que lo que temía comenzaba a volverse realidad, Harry le odiaría, le odiaría, aunque supiese que ella lo intentó, intentó salvarle, pero a veces las cosas parecían seguir su camino ya escrito.
—Lo intenté, yo lo intenté, te juro que quise salvarlo, pero hay cosas que simplemente están fuera de mi alcance —su voz se quebró y sentía no poder aguantar más aquel peso—. ¿Crees que no hubiese querido salvar a Sirius? Me interpuse entre él y el hechizo porque sabía... sabía cuánto deseaban ser una familia, cuanto deseaban recuperar los años que él había perdido ante la injusticia de tenerle como prisionero en Azkaban por algo que no hizo, yo quise salvarlo, lo deseaba con fuerza —apretó entre sus manos la tela de su falda—. Quise decir muchas veces lo que sabía, pero si era sabido que yo conocía el futuro sería peligroso tanto para mí como para quienes me rodean, acepté el quedarme callada, el cargar este peso sola y solo actuar o decir algo en el momento indicado con tal de cambiar todo —las lágrimas acumuladas en sus ojos descendieron por sus mejillas y por más que la pelirroja intentase detenerlas salían más una tras otra—. Ese día intenté detenerles, pero no escucharon, me interpuse entre la maldición y Sirius, pero aun así murió, yo lo intenté, pero ya no estaba en mis manos —sollozó al recordar la pérdida del hombre, había jurado proteger a las personas que quería, pero le había fallado a Sirius, quien le había guiado y ayudado cuando se sentía en el agujero más oscuro—. No tienes ni idea de las veces que me sentí sola, que sentía que estaba atrapada en la oscuridad, aun así seguí adelante, yo tuve que afrontar todo, sola —Harry le miraba en silencio, tenía demasiadas cosas por decir, pero ver a la chica tan frágil le hizo ver cuan idiota había sido, nuevamente se había dejado llevar por su propio dolor sin pensar en los demás, no dejaría que nuevamente la chica se sintiese sola, el azabache abrazó a la chica, sosteniéndola y tratando de demostrar que él ahora estaba ahí, que no le culpaba y que no volvería a dejar que ella pensase que era culpable de cosas que no eran su culpa, ella solo había pensado en los demás dejando atrás lo que ella deseaba o quería realmente.
—Lo siento, en verdad lo siento —murmuró acariciando el cabello de la chica y balanceándose ligeramente sintiendo los sollozos de la chica aumentar—. Nuevamente pensé en mi sin detenerme a pensar lo que tú has sentido todo este tiempo, no te culpo de nada ni te culparé en un futuro, has cargado tu sola una responsabilidad muy grande todo este tiempo cuando no era tuya —Alessia lloraba sin poder si quiera parar, sintiendo que por fin podía respirar, el mismo sentimiento que había sentido cuando le había confiado su secreto a Hermione—. Ya no estás sola, Al. Me tienes a mí, tienes a todos tus amigos y familia para apoyarte, nadie te obligara a que digas lo que sabes, solo no intentes cagar con ello tu sola, es válido sentir que no puedes más y pedir ayuda.
—Lo siento, quise salvarlo —sollozó más fuerte mientras apretaba el suéter del chico entre sus manos al intentar sostenerse de algo.
—No te disculpes, lo intentaste, todo siguió su curso, eso ya no estaba en tus manos —se separó para ver el rostro de la chica, con sumo cuidado quitó las lágrimas de sus mejillas, deseando quitar aquel dolor y regresar la felicidad a la chica—. Estaré siempre que lo necesites, tal como tú has estado ahí cuando lo he necesitado. Gracias, gracias por confiarme tu secreto, gracias por todo lo que has hecho por nosotros y gracias por aparecer en nuestras vidas —junto su frente con la de ella y Alessia siguió llorando soltando todo lo que se había guardado, nunca le había agradecido por lo que trataba de hacer y que Harry lo hubiese hecho solo provocó que quisiese llorar aún más.
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¿Yo? Yo chillé, Al es una bb que merece el mundo y Harry puede ser algo idiota a veces, pero en verdad intenta cambiar eso, él desea ser una mejor persona para Alessia, desea ser un pilar en el que ella pueda sostenerse cuando sienta que no pueda más.
Editado
Pelirroja W