La Chica Storm

Від Mariana_tibisay

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Mi infancia puede considerarse una de ensueño para cualquier persona en el mundo. Era única hija, mi familia... Більше

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Epílogo
Agradecimientos
Capítulo especial
BOOK TRAILER
El último Storm
Especial Aniversario

Capítulo 6

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Від Mariana_tibisay


Pasé la noche bien y a las 6 de la mañana ya nos estábamos encaminando a Mérida nuevamente. La carretera de Táchira tenía algo de tráfico vehicular, pero nada que pudiera impedir que llegáramos a nuestro destino en horas de la tarde. Dormí un poco durante el camino y creo que había sido una excelente decisión, porque algo me decía que hoy no iba a dormir. 

El clima era muy frío y yo no estaba preparada para enfrentarme a la fuerte brisa de Mérida, sin embargo, la belleza de la ciudad me había cautivado y disminuía un poco la sensación de que me estaba congelando. 

-Bien enana, en unos 10 minutos llegaremos. 

Nunca había venido a esta parte de Venezuela, siempre eran mis padres los que se iban de viaje por semanas y me dejaban a cargo de mi nana, pues yo no podía perder clases y ellos no salían en vacaciones, era una total mierda. 

La ciudad se veía realmente hermosa al atardecer y según el GPS nos encontrábamos cerca del centro. 

-Mira, puede que por lo estrecho de las calles no aprecies bien el edificio, pero allí- Señaló un gran edificio antiguo.- Esa es la sede principal de la Universidad de los Andes. 

-Lo dices con mucho orgullo. 

-Por supuesto, estudio aquí.- Siguió manejando y noté una enorme plaza muy concurrida. -Esta es la plaza de las heroínas y a unos cuantos metros está el teleférico de Mérida. Son las zonas más visitadas por los turistas y... otro día te traeré. 

Solo asentí porque debo admitir que a pesar de que en verdad moría de ganas por visitar esos lugares, no iba a pedírselo y que él  mismo se ofreciera.. . era raro. 

Me había distraído con mis pensamientos, tanto así que ni cuenta me había dado de que ya habíamos dejado las zonas concurridas y que ahora nos adentrábamos a una especie de conjunto residencial. Era muy bonito y parecido al de Valencia, donde yo vivía. 

Solo bastaron 5 minutos para estacionarnos frente a una gran casa de 3 pisos, completamente blanca en la fachada y con amplio jardín delantero. 

-¿Esta es tu casa? -Pregunté anonadada. 

-Nuestra casa. Aquí vivimos todos los Storm. 

-Pero pensé que dijiste que lo de Mérida era algo de último minuto. -Dije rápidamente por la impresión. Esta casa era mucho más grande que la mía. 

-Y lo fue, no se tenía planeado traerte aquí tan pronto y recuerda que todo era basado en los planes de secuestro y rescate. Además... ¿Por qué te sorprendes tanto? Has vivido entre lujos toda tu vida. 

-Exacto, yo... Pero ¿No se supone que ustedes son criminales? -El sonrió con arrogancia y por primera vez pude darme cuenta de los hoyuelos que se le forman en sus mejillas al sonreír. 

-Tabitha, si algo tienes que saber, es que los verdaderos criminales son los que utilizan traje y corbata. Las personas más malvadas del mundo son los que tienen poder y saben como ejercerlo a su favor. El verdadero ladrón es el rico, el que busca multiplicar sus ganancias y seguir en el negocio porque sabe lo que le conviene. Los demás son simples vándalos que van por la vida robando para aparentar y matando por mero conformismo. -Se bajó del auto y me hizo señas para que yo también lo hiciera. 

Una vez pisando suelo firme, volví a hablar.

-Ya, pero hay personas que lo hacen por necesidad, he visto como es la situación en los barrios de Caracas...

-No. -Me interrumpió. -Puede que comiences a robar por necesidad, pero luego de un tiempo empiezas a entender que la vida por ese camino es mucho más fácil. -Fruncí el ceño y al darse cuenta de mi reacción, tomó mi mano y se agachó hasta quedar a mi altura. -Mira, hay dos clases de ladrones en el mundo. 1: El que roba para mantenerse y se conforma solo con eso y 2: El que tiene codicia y busca más de lo que ya tiene sin importar a quien tenga que eliminar en el proceso. La diferencia es marcada, unos queremos más y otros se conforman con menos. Nosotros hacemos nuestros negocios con cuidado y precisión, nadie sospecha de un empresario, en cambio, los conformistas se encargan de vociferar quienes son, qué hacen y cómo lo hacen. Eso es lo que diferencia a un vándalo de un verdadero ladrón. 

Me quedé en total silencio, entendiendo a cabalidad cada una de sus palabras, porque en definitiva, tenía razón. 

-Supongo que ni siquiera tengo que preguntar cuál de los dos eres tú Alex. -Se detuvo frente al portón de la casa antes de que este se abriera solo. 

-¿Por qué me llamas Alex cuando sabes mi verdadero nombre? 

-No lo se... Supongo que porque así te presentaste y se me hace raro llamarte Gabriel en público. 

-Bien, entonces llámame por mi nombre cuando estemos solos, con alguno de mis hermanos o con el viejo. 

-Lo cual será todo el tiempo mientras estemos en casa. Fuera de ella es Alex. -Mencionó Ibrahim, quien venía con el resto de los chicos y ellos entraron sin esperarnos. Sus caras eran de completo cansancio y no es para menos, fueron largas horas de viaje. 

-¿Y sus verdaderos nombres cuáles son?-Pregunté antes de que Nick entrara. 

-Te dijimos nuestros verdaderos nombres. No tenemos un seudónimo permanente como Gabriel, siempre los cambiamos dependiendo de la ciudad o país que visitemos. -Se encogió de hombros y entró. 

Pasamos del portón y caminábamos en el sendero marcado del gran jardín. Era tan hermoso, como si estuviéramos en una especie de jardín botánico. Había mucha variedad en plantas y los arboles le daban un aspecto más hermoso a la vivienda, además de la frescura claro. 

Gabriel abrió la puerta principal y mi boca se abrió aún más. El suelo era de parquet en su totalidad. Frente a mí tenía todo un salón repletos de cuadros lujosos en paredes de color crema, con sofás de tipo chaise longue que hacían juego con las paredes y el suelo. No me extrañó que no se encontrara nadie allí, pues un fuerte y delicioso olor inundó mis fosas nasales y por la cara que pusieron Gabriel y Leonardo, imaginaba que nos dirigíamos a la cocina. 

Al llegar allí, noté que no había paredes, en su lugar habían amplios ventanales que permitían la vista de parte del jardín delantero, trasero y una enorme piscina más grande que la que tenía en casa. 

-¡Llegaron viejooo!- Dijo un chicho de aparentes 15 años, era extrañamente pelirrojo con ojos negros, o al menos a mi parecer eran de ese color. Sólo portaba unas bermudas, del resto estaba incluso hasta descalzo. 

-Marco, ¿Quieres dejar de decirme viejo? Soy tu padre. -Dijo el Sr Cubillan apareciendo de la nada. 

-Ya, pero ellos son mis hermanos y te dicen viejo, yo también puedo hacerlo. 

-No Markis, nosotros somos los mayores y de paso adoptados, así que podemos decirle como queramos. -Dijo Rafael revolviéndole el cabello al chico. -Y ponte una camisa hombre, hay niñas presentes. -Me señaló con el mentón. 

-No me digas Markis, siento que suena demasiado gay. ¿Y que tiene que hayas niñas? No será como el resto de las que han traído? 

Todos guardaron silencio y observaron al viejo, luego al tal Marco y por último... a mi. 

-No hijo... Ella será parte de nuestra familia ahora. 

-¿¡Que!? ¿Una chica será Storm? Esto no puede ser. -Me vio por encima del hombro y me enfurecí. A mi nadie me mira feo. 

-¿Y que tiene de malo que sea niña? Puedo partirte las bolas de una patada sin ningún esfuerzo. 

Él abrió la boca para hablar, pero en vez de hacerlo, se acercó a mi y me dio un puñetazo en la cara que hizo que la girara por el impacto. Voltee rápido y le miré con asombro y rabia. 

-Si vas a ser una Storm, te golpearé como a uno. Aquí no creemos en esa mierda de femin...

Le di una patada en una de sus piernas para hacerlo caer, me agaché a su altura en el suelo y le di un puñetazo en la nariz, partiéndola en seguida y haciendo que sangrara a chorros. Cuando iba a seguir golpeándolo, alguien me tomó  por la espalda y me cargó, alejándome del imbécil. 

-Ahí tienes tu feminismo idiota. Vuélveme a tocar y te quedarás sin descendencia hijo de...

-Calmate Tabitha. -Me reprendió Gabriel con voz firme. 

-Él me golpeó ¿Creías que me iba a quedar sin hacer nada? -Dije indignada. 

-Papá, elegiste bien. -Dijo Marcó arreglandose el solo su nariz y haciendo una mueca de dolor. -Es digna de ser una Storm... La primera, en realidad. 

Gabriel me dejó en el suelo y observó mi cara con atención. 

-Tienes muchos moretones por el accidente y ahora le sumas otro. Pareces una constelación andante. -Sonrió. 

-Bueno. -Habló el viejo, como todos le dicen. -Creo que es momento de presentarme como es debido, sin mentiras. -Hizo señas para que termináramos de adentrarnos a la cocina y que nos sentáramos en los taburetes frente al gran mesón de granito negro pulido. 

-¿Podemos comer mientras hablas? -Dijo Anthony. 

-Solo por hoy y porque están cansados todos. ¡NANCY! -

Una señora de unos 34/40 años entró de inmediato en la estancia, sacó algunos platos de la vajilla y comenzó a servir lo que aparentemente era la cena. Carne guisada con arroz, plátano cocido y ensalada de repollo con zanahoria. Rico. 

-Ayudaré a servir el jugo. -Armando se levantó del asiento y Alejandro lo siguió. -Oye no, tu te vas a tomar todo y me echas la culpa a mi, vete. 

-Dejen de pelear y apúrense joder, tengo hambre. 

-No eres el único Ibrahim, Hasta yo que suelo esperar, me estoy muriendo de hambre. -Gabriel me miró de reojo. 

-Bien, empiecen a comer. -Todos tomamos los cubiertos y devoramos la comida como si no hubiésemos probado bocado en semanas... Aunque en realidad es porque no almorzamos, pero bueno, eso no viene al caso. 

Al cabo de 10 minutos ya no quedaba nada en los platos y estábamos completamente saciados. o al menos yo lo estaba. 

-Bien, ahora si hablaré. -Dijo el sr. -Mi verdadero nombre... Es Richard Ramirez. 

-¿Que? ¿El dueño de todas las empresas y cadenas de hoteles Ramirez?  -El asintió y casi me ahogo con mi propia saliva. Dios, él era como Lorenzo Mendoza, solo que en vez de ser dueño de empresas Polar, tenía una buena cantidad de negocios a su mando a nivel nacional e internacional y aunque no fueran de comida, era sumamente famoso por los lujos y la calidad de atención en hoteles, productos de belleza y uso personal que se fabrican en sus empresas. ¿Pero cómo es que terminó siendo...? 

-Pasa de generación en generación. Mi abuelo fue el que comenzó con todo y ahora soy el encargado. Pero si vas a ser parte de esto... Tienes que saber que lo que dijo Marco es cierto. Aquí no vas a ser tratada como una niña, no al menos en los entrenamientos porque si, vamos a entrenarte hasta el cansancio. 

-¿Qué es lo que hacen en realidad? -Intervine porque de verdad mi curiosidad me estaba matando. -Y no hablo solo de esos secuestros porque ya Gabriel y la web me adelantaron esa parte. 

Fue Ibrahim el que contestó esta vez. 

-Tenemos negocios un tanto complicados. No somos de los que robamos carteras en las calles o asesinamos porque nos vieron la cara. -Rodó lo ojos algo molesto por la mención. 

-Dejando por fuera la trata de blancas, hablamos de contrabando, algo de corrupción, narcotráfico, secuestros como medidas de ultimo minuto y lección para nuestros deudores... Carreras de autos en ocasiones esporádicas, sicariato...

-¿Y para eso solo hay hombres? Porque recuerdo que el imbecil dijo que...

-¡Oye! -Se quejó el aludido. 

-Como sea, él dijo que yo sería la primera Storm. ¿A que se refería?

-Tienes más curiosidad por esa nimiedad que por todo lo que te hemos mencionado... Eres...

-Rara. -Afirmaron todos al unisono. -Rodé los ojos. 

-Les dije que se adaptaría demasiado rápido, es como si yo mismo la hubiera engendrado. Me encanta. -Richard se veía mucho más relajado que en aquellas ultimas reuniones en mi antigua casa. 

-Bueno, prosigo. Hay mujeres que frecuentamos, pero no... No son de la familia... Por así decirlo. -Ibrahim estaba algo incómodo hablando así que solo lo solté. 

-Aja, las prostitutas, puedo entender eso. 

-Bueno si, eso. Obviamente tu no irás en ese camino. Marco y tu empezarán a entrenar juntos y cuando llegue el momento... Empezarán a trabajar con nosotros. 

-Pero tendrás que hacer igual que todos nosotros. Cambiar tu imagen y nombre porque algo me dice que tu padre no se va a quedar con los brazos cruzados. Es una de mis competencias y en cuanto se entere quien te tiene... Lo bueno vendrá. -Richard se levantó de su asiento. -Es tarde y mañana hay mucho trabajo que hacer. A dormir todos. Anthony, lleva a Tabitha a su habitación por favor. 

-Yo los acompaño. -Gabriel se levantó también. 

-No, tu vienes conmigo, tengo que hablar unas cuestiones importantes. Vamos al despacho. 

.

.

.

Mi habitación era muy grande, mucho más que la de mi antigua casa. Había un gran armario que cubría casi toda la pared del fondo, un ventanal que brindaba una excelente vista hacía las montañas de Mérida y el resto de las paredes eran de un color lila sutil. 

Tenía un tocador de madera al estilo victoriano y la cama era de estilo colonial con tonalidades moradas y blancas. Todo el suelo era de parquet y eso me encantaba. Era como si hubieran diseñado la habitación especialmente para mi. 

-Para mañana tendrás ropa nueva y te mostraremos el resto de la casa. Aquí se duerme hasta las 6 am porque empezamos a entrenar y eso no te excluye. Hasta mañana. -Caminó hacía la puerta

-Bien. Solo tengo que hacer una pregunta. -El aguardo en la entrada de mi nueva habitación. -¿Papá... Mi papá está metido en estas cosas..?

-Todos lo están Tabi. Pero si te sirve de consuelo... él solo está involucrado en corrupción y son sus hombres los que hacen el trabajo sucio. -Asentí poco convencida y me acosté boca arriba en mi nueva y cómoda cama. 

-¿Van a golpearme muy fuerte? 

-Mucho. Será como si estuvieras peleando en una situación real de vida o muerte. Esto es serio y tenemos que trabajar lo mejor posible. Además... 

-Habla Anthony. 

-Gabriel es el que los entrenará a ambos y... 

-ANTOHNY DEJA DE HACER PAUSAS. 

Él podía ser muy lindo físicamente pero ya me estaba empezando a irritar. 

-Ya, calmate, dios eres igual a él, que pesada. -Resoplo exageradamente y luego sonrió con malicia. -Los va a joder a ambos.

Sonreí también. 

Veamos quien saldrá jodido en este negocio. 

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