Notas del Autor:
—Bueno... hemos llegado al final... al deseado Desfile Macabro. Pónganse cómodos y disfruten del espectáculo final. No tengo nada más que decir, nos vemos en el epílogo.
La música cambia.
—¡Empezamos con Duke Cornet y su modelo Lyra Coppens! —grita, mientras que la plataforma empieza a moverse.
Las luces me encandilan de inmediato. La pasarela está vacía. Es un salón enorme, y solo está el cubo en el que el presidente del desfile se encuentra. Caminamos lentamente hasta el final, y nos posicionamos ahí. Mi corazón late al máximo, mientras que la música me aturde.
—¡Seguimos con Daisy Deprez, con su modelo, Samuel Hyggen! —exclama.
Un escalofrío me sacude salvajemente, mientras veo a quien pensé que era una amiga, la chica con la que había trabajado algunos meses, concursar... y siendo representante. Ella tiene una peluca azul, y su modelo es...
Un payaso. Un payaso sin ojos, y en lugar de estos tiene dos esferas transparentes. Tiene ambas mejillas jaladas con prensas metálicas, simulando una terrible sonrisa tétrica en todo momento. Está ciego, y ella lo va guiando. Está todo maquillado de blanco y con cabello despeinado, aparte de zapatos coloridos.
Daisy se posiciona junto a mí, sonriéndole a Duke, quien suspira a mi oído.
—¿Quién lo hubiera esperado? —dice con ironía.
—¡Vamos con Zorika Cheznut y Amalea Ringo! —anuncia la voz.
Aparecen dos muchachas. Una tiene aires extraños, y es algo tímida. Solamente ve al suelo. Es una representante, y su modelo es una chica con cientos de cirugías plásticas, haciendo una simulación de una elfa. Tiene orejas puntiagudas, nariz alargada, ojos agrandados y de colores, y está vestida con plantas plásticas. Ella está llorando, y Zorika la lleva con una cadena, la cual está amarrada a su cuello.
—¡¿Amalea está aquí?! —Duke no controla su sorpresa—. ¿Cómo?
—¡Siguen Theo Morton y su modelo, Stephine Beirut!
Theo es un señor muy elegante, y junto a él camina una chica transformada en diablilla. Tiene ojos verdes, rasgados, como si los hubieran modificado solo para la transformación. Todo su cuerpo ha sido tatuado con tinta roja, y le han implantado dos cuernos rojos en su cabeza, además de una cola roja en su parte baja de la espalda.
—¡Siguen Joel Prestigioz y Chrystel Thundering! —exclama él.
Joel es un hombre gordo, con cabello largo y barba. Se ve muy descuidado, y camina junto a una chica, a quien veo e involuntariamente intento empezar a gritar. Lloro con mucha desilusión, viendo el sufrimiento por el que ha tenido que pasar.
—Diablos... —dice Duke, aparta su mirada.
Le ha puesto un cuerno de unicornio en la cabeza, aparte de cortarle ambas manos y ponerle pezuñas en las muñecas. Ella llora y grita, intenta escapar, pero él la agarra con fuerzas y le reclama para que se comporte. Un grupo de guardias se hace presente entre las sombras, tienen en sus manos alguna especie de rifle, son aproximadamente cinco de ellos.
Ella los mira y se calma. Está vestida con un traje muy colorido, el color rosa siendo el predominante.
—¡Seguimos con Dorothy Ambush y su modelo, Ledalí Wanderlust! —avisa él por los parlantes.
Al escuchar su nombre se me clava una estaca en el corazón... es la persona con la que Quinn había estado hablando. La persona a la que Quinn me pidió dar su último mensaje. Dorothy es una señora adulta, vestida muy similar a la manera en la que iba Theo, muy elegante. Han hecho sus transformaciones complementándolas, al parecer.
Ha transformado a Ledalí en un ángel. No tiene camisa y tiene un aro en la cabeza, algo parecido a lo que hubiera tenido Quinn... es un chico rubio, de aproximadamente diecisiete años. Tiene la mirada perdida y es muy pálido.
Dorothy le comanda a darse la vuelta, y lo que veo me disgusta extremadamente. Tiene dos alas pegadas en su espalda. Alas de animales reales, y han sido implantadas a su espina. Él se ve muerto por dentro; no muestra ni una sola emoción.
—¡Van Brandon de Wilde y Vincent Sandstrup! —anuncia la voz.
Salen a escena un muchacho con un casco negro puesto, y junto a él, un hombre transformado en una especie de monstruo de Frankenstein. Tiene la piel algo verduzca, además de tener implantados en la cabeza dos cubos de metal, en las sienes.
Vincent está muy adormecido, actúa muy extraño. Algo le ha hecho el chico del casco para que se vea así de real. El muchacho camina junto a Vincent, y en la mitad del pasillo se quita el casco. Sus facciones son perfectas, su belleza es casi antinatural. Tiene el cabello negro, la piel muy pálida, y sus ojos... tienen un efecto extraño. Se ven casi de color naranja.
—¡Seguimos con Hildur Gilson! Y su modelo, Alice Gilson —exclama por el parlante.
—¡¿Qué?! —Duke está perplejo. No puede creer lo que ha escuchado.
Salen a escena dos chicas. Una tiene la piel y el cabello blancos, y está descalza. Junto a ella... camina una chica transformada en una especie de payasa tétrica. Con nariz metálica de color rosa, una sonrisa cortada, y ojos de diversos colores.
—Imposible... —Duke aún sigue en shock—. Esto es imposible.
Me da una jaqueca terrible el verle la cara a Alice... es horripilante y tétrico.
—¡Vamos con Tricia Blanks y Sonnet Bleus! —Todo el tiempo hace una pausa. Escucho los retumbos en mi cabeza al escuchar el segundo nombre.
Todo el mundo se detiene. Los trozos que quedan en mi corazón empiezan a hacerse añicos... hasta pulverizarse por completo. Sonnet... está transformado en una especie de vampiro, y junto a él camina una chica gótica.
Él se tapa de la luz con su mano, la cual tiene una enorme herida en la palma. Intenta ver hacia el resto de concursantes. ¡Quiero correr hacia él! Pero Duke me agarra del brazo.
—Cálmate. Nos matarán si haces algo estúpido —menciona nervioso.
Sonnet y Tricia caminan hasta el final.
—¡Y finalmente, Robert Gammel y Marto! —anuncia.
Camina un hombre de aproximadamente cuarenta y algo de años, y antes de ver a su modelo escucho un grito que interrumpe todo el desfile.
—¡Lyra! —vocifera Sonnet viéndome directo y empieza a correr hacia mí.
Intento librarme de Duke. Todos los modelos entran en pánico y pelean contra sus representantes. Duke se lanza encima de Sonnet y Alice va por Tricia. Veo las lágrimas de Sonnet hacerse presentes ante su impotencia. Duke le está pegando en la cara. Lo pateo con todas mis fuerzas para librarlo, y le ayudo a mi amigo a levantarse.
—Lyra... —Él se acerca a mí, sostiene mi mejilla de manera delicada— ¡¿Qué te han hecho?!
Veo su el dolor tan grande que le causa verme así. Me da un gran abrazo.
—Al fin estoy aquí... ¡y te tengo entre mis brazos, amiga! Siento mucho haber durado tanto. ¡Hubiera deseado que nada de esto sucediera! Pero no hay tiempo. —No puedo decir nada, pero nuestros llantos se hacen uno solo, mientras la conmoción de los alrededores sigue creciendo.
Entre todo el desorden empiezo a ver que los modelos y representantes van cayendo hacia el suelo, uno por uno, mientras intentan escapar de las temibles armas de los guardias de seguridad. Corro junto a Sonnet hacia la oscuridad, hasta que siento una pequeña molestia en el cuello.
Me toco, tengo un dardo clavado. Veo hacia Sonnet. Él sigue corriendo, sosteniendo mi mano y llorando. Siento que su fuerza de agarre en mi cuerpo se desvanece. Él cae al suelo... y todo se hace borroso de nuevo. Caigo junto a él.
—Lyra... —dice, viéndome. Intenta arrastrase hacia mí. Estamos ambos en el frío suelo, y sus ojos van perdiendo el brillo, poco a poco.
Intento levantarme, intento moverme con todas mis fuerzas, pero es imposible. Pierdo toda movilidad con cada segundo que pasa, y todo se ve más y más borroso. Agarro la mano de Sonnet, y la oscuridad del sueño me domina por completo.
...