Harry estaba siendo aplastado literalmente contra la puerta de su casa, Severus ya había arrancado a jirones su camisa y estaba desnudo de la cintura para arriba mientras él mismo estaba rasgando lo que podía de la camisa de Severus. Era injusto que solo él estuviera expuesto.
—¡Evanesco! —La varita de Severus una vez más entró en escena y la ropa de ambos desapareció. Severus agradeció más que nunca que Harry insistiera en alfombrar todo el piso, sus pies descalzos lo agradecían. Harry estaba siendo apretado, acariciado y plácidamente magullado. Severus se frotaba rudamente contra él haciendo que la piel de Harry se sintiera hervir.
Ambos habían hecho el amor de forma más tranquila y pausada anteriormente, disfrutando cada segundo... pero esto era casi animal.
Las manos de Severus se deslizaron hasta el trasero de Harry y lo levantó hasta la altura de sus caderas y presionó aún más su cuerpo contra el de Harry sin dejar de besarlo como si quisiera devorarlo. Boto la varita en el piso luego de lanzar el último hechizo que Harry no oyó porque Severus lo ejecutó de forma no verbal: "¡Lubricus!".
Las manos de Severus se separaron de Harry y cambió sus labios de los de Harry hacía el cuello empezando a succionar justo en la vena—¡Ngh! —Harry sintió un poco de dolor cuando empezó la succión, pero luego de eso, empezó a sentirse delicioso, Severus chupaba y lamía el área, alternando y dejando una marca púrpura. Con Harry debidamente distraído, Severus posiciono su miembro en la entrada de Harry y lo metió de un golpe.
Harry abrió la boca en un grito silencioso, más por la sorpresa que por el dolor, sea lo que sea, la penetración no era exactamente dolorosa, su esfínter acepto perfectamente el miembro de Severus... era absolutamente perfecto. Severus agarró a Harry de sus nalgas y empezó a embestir al tiempo que soltaba el cuello de su amado luego de dejar su marca. Harry era suyo y él quería reclamarlo como tal.
Sentía las embestidas más fuertes que alguna vez tuvo, su cuerpo se sentía como si estuviera hecho de gelatina, todo lo que había en el universo en ese momento era ese miembro dentro de él, golpeándolo por dentro, arrancándole la cordura en cada embiste. Harry se abrazó lo más que pudo a Severus y enterró sus uñas en la espalda de Severus haciéndolo gemir.
>> ¡Oh dioses! —Era la primera frase coherente que Harry expresaba en un rato—Más—Severus amaba el sonido de esa voz ronca, era señal de que Harry estaba disfrutando y Severus aumentó la fuerza de sus embestidas cuidando de tocar siempre esa pequeña protuberancia.
Severus solo veía como Harry gesticulaba de placer y atrapó esa mirada con la suya, siguió embistiendo sin dejar que la mirada de Harry se desviara de la de él y le habló con todo el autocontrol que pudo—Te amo, eres m-mío y no te dejaré ir nunca, n-nunca, nunca...—Severus siguió embistiendo y bajó sus labios al cuello de Harry empezando a dejar un rastro de chupetones desde debajo de la oreja hasta el hombro derecho de su amante.
Cada chupetón hacía que Harry siseara, entre sentirse empalado violenta y deliciosamente y esa lujuriosa boca, todo su cuerpo estaba al borde de estallar en llamas.
>> Mío, mío, mío... —Severus murmuraba entre cada chupetón mientras Harry solo se dejaba hacer y enterraba aún más sus uñas en la espalda de Severus dejando sendos rasguños en su piel. Incluso el leve ardor de esas heridas estaba llevando a Severus al clímax.
Cuando Severus empezó a sentir que Harry estaba al borde, capturó nuevamente sus labios con firmeza y dejó que su lengua saqueara la húmeda cavidad, bebiéndose los jadeos y gemidos de Harry hasta que uno de esos gemidos fue largo y profundo. Las paredes del interior de Harry estrecharon el miembro de Severus que empezó a vaciarse en el cálido interior mientras Harry se venía entre ambos. Había sido el orgasmo más intenso que habían experimentado ambos, en esa vida y en la anterior.
Estaban agotados. Severus salió de Harry con cuidado y dejo que su amante se sostuviera de él al tocar sus pies el piso. Harry estaba algo tembloroso y jadeante, sudaba mucho y tenía el cuerpo entero ruborizado. En ningún momento, Severus soltó su agarre de él.
—Te amo—Le dijo Harry mientras se abrazaba al igualmente sudoroso cuerpo de Severus. Como pudo, Severus llevó a Harry hasta la habitación y lo tendió en la cama tendiéndose él mismo a su lado. Apenas lograban mantenerse despiertos y decidieron dejar que el sueño los arrastrara. Severus acunó el cuerpo de Harry en sus brazos.
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Severus se despertó primero que Harry y solo hasta ese momento fue consciente de las laceraciones que tenía en la espalda, producto de la pasión de su amante. Su amante, su Harry, quien estaba en sus brazos. La acompasada respiración de Harry lo llenaba de dicha. Pensó que lo había perdido de nuevo. Pero estaba ahí, entre sus brazos, el tibio cuerpo respiraba y suspiraba complacido entre el sueño, fuera lo que fuera que soñaba Harry, lo hacía sonreír bobamente.
Los revueltos cabellos, la piel suave e incluso esos lentes torcidos que olvidó quitarle mientras lo empalaba y luego cuando se tendieron en la cama, precariamente sostenidos en las orejas. Los chupetones ahora exhibían un color púrpura incluyendo aquel que hizo justo en la vena yugular, que daba a Harry la apariencia de haber sido atacado por un "vampiro". Había "marcado" a Harry en un arrebato.
Cuando oyó aquellas palabras murmuradas, tardo apenas segundos en patearse mentalmente y decirse a sí mismo que era un maldito cobarde y que nunca volvería a tener esa oportunidad si no iba tras Harry. Lo amó durante muchos años, hasta el final de su vida anterior, y lo siguió (mitad manipulado por Kronos, mitad estupidez propia) durante su viaje en el tiempo.
Su "yo" de este tiempo, dimensión o lo que fuera, aún Obliviado, sintió la atracción férrea que él sentía por Harry y logró tener una relación por dos años con su sueño dorado. Ahora estaba él y a la vez, estaba su "yo" de este tiempo, ambos eran diferentes y a la vez lo mismo. Al igual que Harry era él mismo y su "yo" de este tiempo. De alguna forma, aunque nada parecía tener sentido, lo tenía. Ellos siempre se iban a encontrar, en cualquier tiempo o dimensión, ninguno podía estar realmente lejos del otro.
Harry empezó a desperezarse y notó enseguida el ardor en su trasero e hizo una mueca. Luego enfoco un poco la mirada y notó que sus lentes seguían sobre su cara, pero estaban torcidos. Una mano los acomodo y Harry vio los ojos oscuros de su amante, dejando que una sonrisa adornara su cara.
—Hola Sev—Severus frunció el ceño al escuchar el diminutivo de su nombre, pero no duro mucho. De alguna forma, en los labios de Harry, sonaba adorable.
—Yo... no quiero que te vayas—.
—No quiero irme—Harry acercó su cuerpo al de Severus y el contacto con la piel de su amante envió un cálido sentimiento a su corazón. Estaba en su hogar.
—Te amo—.
—Lo sé. Yo también te amo—Severus tenía que sacarlo de su pecho.
—Me refiero a que te amo desde antes. Te amo desde nuestro tiempo anterior—Eso terminó de despertar a Harry.
—¿Qué estás diciendo? ¿Me amabas desde nuestra vida anterior? —Eso era algo inconcebible ¿O no?
—Oclumancia. Vi tu vida, la real y no pude arrepentirme más de haber tenido prejuicios contra ti como en ese momento. Yo... solo quería ir y abrazarte, prometerte que ya no tenías que regresar con esos abusivos, que me encargaría de ti, pero estaba la amenaza de Voldemort, y no pude cuidarte como merecías. Me convertí en tu guardián en las sombras y empecé a conocerte, conocerte de verdad—.
>> Me enamore de ti. Al principio de ese verano me di cuenta de que sentía algo por ti, pero cuando supe que estabas con la menor de los Weasley en tu sexto año, experimenté celos, y lo supe. Estaba perdido. Me había enamorado como un idiota de ti. Y sabía que tú no podrías corresponderme así que continúe en las sombras. Nada me dolió más que cuando vi tus ojos al morir Dumbledore, cuando me enfrentaste. Esa noche lloré. Lo que no había sucedido en más de una década—.
>> Cuando Voldemort desapareció, supe que era libre al fin, pero no quería estar en el ojo público, ni quería ver tu compasión. Eso iba a ser intolerable para mí, así que desaparecí y seguí siendo tu sombra. Protegí a todos los tuyos que pude, hasta el momento en que cruzaste el velo y ya no tuve nada que me atara y te seguí—.
>> Te seguí por todas tus vueltas con el reloj, excepto una. Quise evitar el fallecimiento de tus padres y fallé miserablemente, Ariana me atacó y Oblivió, no recordaba mi "vida" anterior. Mientras me recuperaba de haber perdido a mis parejas, recuerdo haberme sentido "incompleto" ¿Sabes? Algo faltaba y hasta que Tyler me lanzó contra la pared, no recordaba nada y entonces todo empezó a fluir en mi mente. Me sentí mejor—.
>> Antier, cuando empezaste a hablar, vi algo en tus ojos, dudas y yo pensé, erróneamente, que estabas buscando las palabras para terminar con la relación y yo... no quise escucharlas. No podía soportarlo. Pero ayer que dijiste que me amabas, me di cuenta de lo idiota que estaba siendo y supe que no podía dejarte ir—.
—Eres un idiota Severus—Severus bufó divertido por el puchero que estaba haciendo su pareja.
—Lo sé—.
—Eres menos gruñón en este tiempo, pero eso no es lo que me enamoro de ti, sino lo que ya eras y seguías siendo en este lugar. Eres inteligente, valiente, honesto (a veces), tienes ingenio y una lengua aguda, eres intenso y tienes algo indescriptible que me atrajo hacia ti. Te amo por todo lo que eres. Me gustabas desde mucho antes de cruzar a esta línea temporal—.
>> Cuando te vi por primera vez, pensé que dabas miedo, pero cuando me toco tu clase, tu entrada fue espectacular. Pensé "este es un maestro del cual puedo aprender" pero empezaste a atacarme y yo quise odiarte, de verdad que sí. Pero solo sentía enojo y en Cuarto me fijé en Cho, solo porque su cabello se parecía al tuyo. Empecé a notarte más y a veces solía imaginarte cuando me masturbaba—.
>> He tenido mucho tiempo para pensar en las cosas de mi pasado, y aunque ame a Ginny y me dio 3 hijos maravillosos, nunca me sentí... completo. En este tiempo, contigo, no volví a tener esa sensación de que algo faltaba. Me siento feliz y completo a tu lado—.
Harry acariciaba con una mano el pecho de Severus, trazando círculos delicadamente, disfrutando del suave contacto con la piel del hombre y suspirando de gozo al sentirte protegido en sus brazos. En esta vida y en la otra, Severus siempre lo estaba cuidando y eso lo llenaba de dicha.
Ambos disfrutaron unos momentos de silencio, solo escuchando el corazón o la respiración del otro y llenando sus memorias con los detalles de sus rostros. Harry amaba cada centímetro de ese rostro, desde la punta de la nariz hasta la punta de sus cabellos. Y Severus amaba todo de Harry, incluso esos lentes.
—¿Te duele? —Harry supo que se refería a su trasero.
—Un poco. Nunca lo habíamos hecho así de intenso—Severus notó que Harry se llevaba la mano hacia el moretón más grande en su yugular.
—Espera aquí—.
A regañadientes, Harry notó que Severus se alejaba de él e iba a buscar algo al baño y regreso luego de unos instantes con una poción de color blanco.
—¿Poción para la irritación? —.
—Y esta otra para el dolor—Severus mostró la otra botella que traía, una poción para el dolor intenso que Severus elaboraba de vez en cuando para San Mungo. Harry se tragó ambas y en segundos el ardor de su trasero desapareció.
—Me siento mejor—.
—Creo que deberíamos comer algo—Severus le tendió una bata a Harry y él se puso otra y ambos salieron hacia la cocina para comer.
Afortunadamente, la matriarca Weasley había dejado varios tuppers (un maravilloso invento muggle según sus propias palabras) con la comida de la fiesta de Harry que no pudieron llevar a cabo. Eso le recordó a Severus que aún le debía esa fiesta a Harry. Comieron un poco en silencio y luego disfrutaron de unos momentos tiernos llenos de besos y tenues caricias.
Severus era dominante e intenso, pero sabía cuánto le gustaba al "Gryffindor" las muestras de afecto llenas de azúcar.
Cuando las caricias empezaron a subir de tono, Severus y Harry se movieron de vuelta a la habitación, Severus garabateo rápidamente una nota en un pedazo de pergamino y volvió a enviar la nota con una de esas plumas de Diricawl. La nota decía "no molestar hasta pasado mañana".
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Entre besos y ya desnudos y sin estorbos, Harry preguntó por qué cuando Severus lo penetró el día anterior no había necesitado lubricante o preparación como siempre.
—Use el hechizo Lubricus, no es un hechizo que se aprenda "de la gente decente". Se usa para "lubricar" o, mejor dicho, deja la entrada que vas a penetrar, lista y receptiva—Le dijo Severus dejando un beso en la nuez de Adán de Harry quien gimió quedamente ante la caricia.
—Prefiero el lubricante tradicional, es más íntimo—La mano de Harry ya estaba prodigando atenciones al miembro de su amante.
—Bueno, no tenía ganas de esperar—Severus le dio una mirada lasciva al tiempo que se lamia los labios.
Por toda respuesta, Harry se puso a horcajadas sobre Severus y una vez que su trasero estaba sobre el miembro del hombre murmuró—¡Lubricus! —Harry dirigió con su mano el miembro de Severus hacia su entrada y se dejó caer con fuerza, penetrándose a sí mismo con el falo de carne duro y anhelante. Severus gimió de la sorpresa y el placer.
Harry levantaba sus caderas de forma que su miembro casi salía de él y luego de dejaba caer, el sonido de la respiración jadeante de Harry y sus pieles chocando era lo único que oyó por un instante hasta que decidió participar más activamente.
Severus levantó su parte superior hasta quedar cerca de Harry y bajo sus labios hacia aquellas protuberancias erguidas que rogaban por ser chupadas y mordidas y se dio gusto. Harry gritó cuando sintió la boca de Severus dando lamidas y ligeros mordiscos a sus pezones.
>> ¡Oh Merlín! —Harry se sujetó de la cabecera y aumentó el ritmo de sus movimientos mientras Severus dejaba sus pezones adoloridos y satisfechos para pasar a marcar el otro lado de su cuello con succiones que dejarían su marca en él. Las manos de Severus amasaban sus caderas, su cintura, sus costados. Lo afianzaban más hacia el cuerpo de Severus. Harry gemía bajo el toque inclemente de esas manos que lo recorrían y estrujaban sin piedad.
—¿Te gusta? —Murmuró Severus al oído de su amante quien seguía empalándose a sí mismo.
—S-sí, me gusta, m-me gusta mucho—.
Severus se separó de Harry y lo sostuvo de los costados impidiendo el movimiento, sacando su miembro de Harry. En un movimiento, puso a Harry debajo suyo y rápidamente dobló las rodillas de Harry y las puso pegadas a su pecho, haciendo que los pies de Harry se afianzaran en sus hombros y volvió a penetrarlo.
Harry abrió sus labios, pero ningún sonido salía de ellos, ni siquiera un gemido podía describir la sensación que estaba en su parte posterior. Severus estaba enterrado en lo más profundo. Severus tenía sus brazos y piernas sobre la cama y estaba embistiendo con fuerza a Harry quien podía sentir cada centímetro del miembro de Severus.
Pero lo que más amaba Harry, era que Severus lo estaba viendo directamente, observando cada reacción de su rostro y a la vez, Harry veía lo que sucedía en el rostro de Severus. El cabello de Severus caía como una cortina haciéndole suaves cosquillas en sus piernas y enmarcando el rostro de Severus, haciendo que todo lo que Harry pudiera ver, era ese rostro. La cara enrojecida por la excitación, el sudor perlando la piel, la boca jadeante y que a veces gemía, a veces Severus cerraba un poco los ojos y se mordía los labios como intentando contenerse.
—Tócate para mí Harry, quiero verte tocarte—.
Harry llevó su mano derecha y ahuecando su mano alrededor de su miembro, empezó a masturbarse sin dejar de ver a Severus y llevando su mano izquierda hacia el rostro de Severus. Sus dedos recorrían los rasgos de ese rostro perdido en la intensidad de sus movimientos y la mirada de Severus no se despegaba del rostro de Harry quien estaba ruborizado de forma adorable y a la vez tan erótica.
—Más, más duro... por favor—Harry murmuraba esto en voz baja mientras sus ojos chispeaban como brasas ardientes y Severus incrementó el ritmo al igual que Harry aumentaba el ritmo de su masturbación. Su mano izquierda fue incapaz de sostenerse más tiempo sobre el rostro de Severus y cayó en la cama, donde sus dedos se aferraron a las sabanas y sus nudillos estaban blancos de la fuerza de su agarre—M-más, por favor... más—.
El ritmo de Severus era bestial, las paredes internas de Harry lo estaban empezando a estrechar demasiado y supo que el clímax estaba cerca, cuando la estrechez se volvió rítmica, observó el momento justo en que Harry se abandonaba al placer, su cuerpo se arqueó mientras su mano izquierda se aferraba aún más a las sabanas y sus ojos estaban firmemente cerrados mientras gritaba incoherencias que sonaban a algo parecido a "Severus" y "Oh dios mío", todo adornado con el líquido blancuzco haciendo arabescos sobre su pecho y el de Harry.
Esa imagen fue demasiado para Severus quien después de unos cuantos movimientos más, se vaciaba por completo en Harry mientras murmuraba "te amo", seguro de que Harry escuchaba las palabras que le dirigía. Espero unos momentos a que la respiración de Harry y la de él se tranquilizaran y salió de Harry quien gimió al sentirse vacío. Acomodo con cuidado las piernas de Harry y se tendió a su lado.
—Te amo Sev—Harry lo miraba a esos ojos oscuros sabiendo que esa mirada, esa chispa en el fondo, le pertenecía.
—Lo sé, yo también te amo—Dijo Severus sellando esos labios con los suyos.
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Pasaron el resto de ese día y el día siguiente en su totalidad, haciendo el amor, comiendo y charlando. No había gran diferencia entre el Severus que Harry había conocido y Severus de su propio tiempo. Quizás solo el sarcasmo más patente, pero eran lo mismo y Harry se sentía pleno y feliz. Satisfecho tanto física como emocionalmente.
Quizás solo le dolía un poco su parte posterior y las "marcas de amor" que Severus le había hecho.
Mientras Severus no recordaba su pasado, de vez en cuando, intercambiaban posiciones y a veces Severus era el pasivo, pero ahora, con Severus así de dominante y apasionado, Harry no extrañaba para nada ser el activo. Cada encuentro lo dejaba agotado y a la vez, deseoso de más. Si fuera posible, Harry quería estar empalado por Severus el resto de su vida. El lugar del miembro de Severus era en su trasero mientras él cabalgaba al hombre a su antojo.
Mientras la pareja estaba en el Nirvana, sus amigos y familia estaban seguros de dos cosas, que Harry estaba a salvo y bien y que seguramente estaban teniendo mucho sexo.
Tom si fue víctima de una broma, auspiciada por su esposa y su nuevo amigo de chismes, Albus Dumbledore. Luego de la broma, Albus "perdonó" a Tom el no confiar lo suficiente en él, pero entendió porqué. Albus solía estar mucho en el ministerio y si Albus tenía rastros de la magia de Abigail, la hubieran encontrado y lo más leve que hubieran hecho, hubiera sido sólo disolver su vínculo y expulsarla de la nación. En el peor escenario, Abigail sería ejecutada sin juicio y sin dejar siquiera el cuerpo, al igual que sus hijos y nietos.
Albus se prometió a sí mismo, jamás pisar el ministerio sin haber purgado de su persona, ropa y demás, cualquier rastro mágico. No iba a permitir que la familia de Tom estuviera en peligro.
Los Dursley sabían que una vez que Harry y Severus regresaran al "mundo", el circo mediático iba a ser cruel y despiadado, ya que ambos eran los últimos descendientes de sus líneas de sangre. Eileen ya no podía tener más hijos y Timothy era hijo de una línea de sangre de apenas dos generaciones mágicas atrás. El último Prince y el último Potter. No había manera de que el ministerio aceptará esa unión, así que era muy probable que ambos se fueran del país en un futuro muy cercano.
Sirius y Remus habían llegado a esa misma conclusión.
Pero mientras tanto, en ese breve espacio de tiempo, para Harry y Severus, el tiempo no les podía importar menos. La prensa, su sangre, sus familias, todo el universo entero se podía ir al carajo y no les iba a importar ni un poco. Todo lo que necesitaban estaba en sus brazos, el uno al otro.