Nimura caminaba junto a su nuevo superior, Sasaki. Estaban en busca de un hombre: el editor de Takatsuki Sen, pues se creía que la dichosa escritora podría ser un ghoul.
– Ahí está.
– Lo sé.
Se acercaron a aquel hombre que estaba de pie frente a un edificio.
– ¿Usted es el Sr. Shino?
Aquel se giró, mirándolos. Sasaki sacó su placa y la enseñó.
– Somos del CCG, ¿Se encuentra la srta. Takatsuki? –preguntó, sonriendo.
– ¿El CCG? –cuestionó mientras rascaba su mejilla.
[Kokuria]
Tn estaba recostada en su cama, leyendo un libro de Takatsuki Sen mientras oía música a través de un reproductor de música que le habían llevado. Alguien llegó, llamando su atención. Ella se levantó curiosa, dejando las cosas sobre la cama y acercándose al cristal; sus ojos se abrieron como platos al ver a aquella persona.
– Tú...
– Tn –habló aquel, serio.
– ... –frunció el ceño.– Maldito viejo, ¿Qué demonios haces aquí?
– Soy el Presidente del CCG, tengo el derecho de estar aquí.
– Oh, el presidente. ¿Debo inclinarme o arrodillarme? –dijo, en tono de burla.– O tal vez quieras que me quite la ropa, ¿No es así?
– Sigues siendo tan infantil como siempre.
– Vete al diablo.
– No es forma de hablarle a tu padre.
– Tú no eres mi padre. No tengo padres. Tú solo eres un viejo asqueroso, y la otra estúpida era una lamezuelas.
– No es una buena forma de dirigirte a tu madre, mas sabiendo que ella ha fallecido.
– Sí, porque yo la maté.
– Tn-
– ¿Qué demonios quieres? Lárgate de aquí, no quiero verte. Te odio.
– Te sacaré de aquí, no van a ejecutarte...pero regresarás al Jardín.
– Preferiría mil veces que me cortasen la cabeza o lo que sea que hagan aquí para ejecutar, antes de regresar a ese maldito lugar.
– Cuida tu vocabulario.
– Oblígame, viejo.
– ...Hmp. Vendré a visitarte luego.
– Ni te molestes.
Tn levantó sus manos, mostrando los dedos del medio en un obsceno gesto de odio hacia el mayor. Tsuneyoshi suspiró y se despidió de su hija, para luego girarse y salir de allí. Ella chasqueó la lengua y se dejó caer en la cama.
– Maldito viejo –murmuró.
Horas después, otra visita llegó para Tn, era Nimura.
– Tn –llamó, sonriendo.
Ella no contestó, solo abrazó sus rodillas. Él la miró extrañado, pues ella estaba en un rincón, sobre la cama, y abrazando sus piernas.
– ¿Tn? ¿Qué pasa?
– ...
Tras varias insistencias, Nimura terminó por rendirse; sabía que aquella chica no le diría nada.
– Bien, no te obligaré a hablar. Solo escúchame –suspiró.– Me dijeron que quieren ejecutarte, pero no los dejaré. Te sacaré de aquí antes de que algo malo te ocurra. No te preocupes, no pasarás mucho tiempo aquí –sonrió.– Espera por mí, Tn.
Nimura se despidió y salió; fuera, habló con uno de los doctores que estaban al cargo de Tn.
– Sí, está mas calmada desde la mañana.
– ¿Le ocurrió algo?
– Uhm no creo. Tal vez solo aceptó su cautiverio o...
– ¿O qué?
– O algo de lo que el Presidente Washū le dijo le afecto.
– ¿El Presidente? –repitió, sorprendido.– ¿Él estuvo aquí?
– Sí, vino unos minutos para hablar con ella. No sé que le habrá dicho pero está así desde que él se fue.
– ...Ya veo. Gracias.
– Por nada –sonrió.
Nimura salió de allí, alejándose del edificio; gruñó mientras apretaba los puños, sin dejar de caminar.
«Maldito viejo. Solo quiere atormentarla, no tiene nada que decirle a mi Tn...No te preocupes, Tn, no dejaré que ese viejo te ponga una mano encima. Si se atreve a hacerte algo...lo mato...», pensó, furioso.
[Kabukichō]
– Mira esto –llamó Aki.
Nao dejó los papeles a un lado y se acercó a su compañero. Aki estaba con su laptop. Ambos estaban en el departamento de Tn.
– Examiné la carta que Nimura envió a la jefa con su regalo de navidad y luego la carta que recibió el día de la emboscada. La tipografía no es la misma –lo miró.– Míralo tú mismo.
Nao miró a la pantalla, observando los puntos que el contrario había señalado en ambas cartas.
– Maldición, es cierto.
– Te lo dije. Lo que significa que Nimura no fue el que traicionó a la jefa.
– Entonces... ¿Quién fue el "Judas"?
– Bueno...Hay una forma de saberlo.
Ambos salieron al balcón, donde Aki señaló a una cámara que estaba en el edificio de enfrente.
– Bien pensado –se miraron.– Bajemos.
– Sí –asintió.
Ambos salieron del departamento, regresando a los 10 minutos. Conectaron la memoria con los videos a la laptop y los observaron.
– Ahí está –detuvo el video.
– Aclara la imagen.
Aki asintió y comenzó a teclear. Ambos se sorprendieron al ver aquello; en la imagen se veía, a través de una ventana del departamento de Tn, a un hombre dejando una carta sobre la mesa para luego salir.
– Es...
– Ese maldito –gruñó.
– Debemos decirle a la jefa.
– Pero ¿Cómo hablaremos con ella? Esta en el Kokuria, como nos acerquemos ahí, nos matan.
– Podríamos hablar con el idiota ese, el pretendiente de la jefa.
– ¿Nimura? Oh no –negó.– No podemos fiarnos de él, podría traicionarnos.
– No seas tan paranoico, Nao. Si realmente la ama, nos ayudará.
– No sea tú tan confiado. Podría hacer algo en nuestra contra.
– Tengo una idea. Me reuniré yo con él y le diré que le de el mensaje a la jefa...o mejor –se levantó y tomó un libro de la biblioteca.– Le dejamos el mensaje en un libro y le pedimos que se lo entregue. En cualquier caso, si nos traiciona solo me atacarán a mí, y si eso pasa tú estarías a salvo para poder salvar a Tn.
– ... –suspiró.– Eres demasiado insistente.
– ¿Eso es un si?
Nao asintió. Aki sonrió y llevó a cabo su plan.
Media hora después, Aki y Nimura se reunieron a escondidas en una cafetería. El investigador estaba algo confuso, sin saber del por qué la citación.
– ¿Qué tanto amas a la jefa?
– ¿A Tn? –preguntó, ladeando la cabeza.– Mucho. ¿Por qué?
– Quiero pedirte un favor –dejó un libro sobre la mesa.– ¿Podrías entregarle esto? Es para que se entretenga un poco ahí dentro.
– ...Claro –tomó el libro.– Se lo entregaré lo más rápido que pueda.
– Gracias.
– Ah. Por cierto... ¿Descubrieron quién fue el que traicionó a Tn? Ella dice que fui yo, pero yo nunca la cité en ese lugar, de haberlo hecho la habría llamado.
– No me importa.
– Dime si lo saben.
– Ehm... –se encogió de hombros.– Si te lo digo, te mantendrás en silencio y quieto, sin hacer ni decir nada.
– ...De acuerdo –asintió mientras cruzaba los dedos.
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[Kokuria]
Nimura llegó y se acercó al cristal, mirando hacia adentro. Tn lo miró unos segundos y luego volvió la vista al libro que leía.
– ¿Vas a ignorarme de nuevo? –suspiró al no obtener respuesta.– Bien, si no quieres hablar conmigo no te obligaré. Pero mira –mostró un libro.– Tu amiguito Aki me lo dio, dijo que te lo entregase.
– ¿Aki? –murmuró, mirándolo.
– Sí. Tus amigos no pueden entrar aquí o los matarían, por eso él me dio esto para entregártelo –pasó el libro por la abertura que el cristal tenía debajo.
Tn dudo un momento, pero finalmente se levantó y se acercó al cristal, tomando el libro.
– ¿Cómo estás hoy?
Ella lo miró unos segundos y volvió a sentarse en la cama, sin prestarle más atención. Nimura suspiró.
– Espero que bien. Me enteré de que ese viejo vino a verte, me gustaría saber qué te dijo...pero veo que no me quieres hablar. Hm bien, no importa, lo mataré en cuanto pueda –murmuró.– ...Bien, debo irme, Sasaki me espera. Ten un buen día, Tn –sonrió.– Y no te preocupes, te sacaré de aquí –le susurró.
Nimura salió del lugar. Tn lo vio alejarse y luego volvió la vista al libro, el cual abrió y ojeó detenidamente; se detuvo en una página, la cual tenía un papel pegado; ella lo tomó y leyó, el mismo era una carta de Aki diciendo que habían investigado todo y descubrieron al traidor.
«Así que fue él...Maldito traidor...», pensó, furiosa.
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Querida Tn,
Me han asignado un nuevo superior, es Sasaki; sé que lo conoces, te has enfrentado a él y su antigua escuadra una vez, ¿Recuerdas? Pero él se ha vuelto más serio.
No importa, no voy a aburrirte hablando de él.
Quiero verte Tn, pero tú no quisiste verme a mí. No te preocupes, el que sea un investigador del CCG no significa que vaya a dañarte, te prometí protegerte.
Sonríe, Tn
Yo no voy a dañarte.