Después de la cena, Dumbledore solo dio algunos avisos que Harry ya conocía, excepto que esta vez no había un pasillo del tercer piso que evitar, solo se les advirtió a los alumnos de no acercarse mucho al cerbero del maestro de Cuidado de Criaturas Mágicas que solía apostar fuera de su cabaña, sobre todo si tenían comida en las manos. Harry recordaba bien a Fluffy después de todos esos años.
Luego del discurso, los prefectos de Slytherin, un chico que Harry recordaba de su primer partido de quidditch, Marcus Flint y una chica que no ubicaba los llamaron para guiarlos a su sala común. Vio de reojo como Tom llamaba a Severus a seguirlo. ¿Seguiría siendo Severus el jefe de su casa o sería Tom?
Harry pronto dejó sus pensamientos para otro momento, ya que los prefectos los urgieron a moverse en dos filas, de forma que podía contarse con facilidad a todos los alumnos. Los de primero iban al frente, seguidos por el año que seguía y así sucesivamente. El conocido camino a las mazmorras le traía recuerdos, no todos tan agradables, pero eran suyos.
Finalmente, la procesión terminó y estaban frente a una puerta que reconocía de su segundo año, la entrada a la sala común.
—Bienvenidos a la sala común de Slytherin—Dijo Flint a las caras confundidas de los primeros años.
—Este... ahí solo hay un muro—Blaise Zabini hizo notar lo "evidente", parece que todos olvidaban que era un castillo mágico.
—Entonces esto le va a gustar señor Zabini, ¡We will rock you! —Harry se rió ante la contraseña elegida, ya que la mayoría de los alumnos no habían entendido la referencia muggle, eso había valido la pena de ver.
El muro empezó a actuar como había hecho el del callejón Diagon y pronto se formó el pasaje que daba acceso a la sala común de las mazmorras. Harry esperaba la conocida sala en verde y tonos sombríos, no lo que estaba viendo.
La sala común conservaba el color verde y plata, pero la madera no era exactamente negra y sombría, sino más bien caoba bastante roja, los muebles eran de una cálida elegancia, pero delante de la chimenea, que ocupaba casi toda la anchura de una pared, había varios mullidos sillones de corte más bien muggle y uno muy grande, había mesas ya con tableros de ajedrez y una "biblioteca" en una pared, cubierta en su totalidad por libros que de entrada se veían invitadores a leer. En las ventanas de la sala, se podía ver que estaban debajo del agua, o más bien, al lado del lago, podía verse a algunos peces nadar por ahí. Harry pensó que seguramente iba a lograr ver al calamar gigante algunas veces.
Los primeros años fueron acomodados en los sillones frente a la chimenea, mientras el resto de los estudiantes los rodeaban protectoramente.
—Bienvenidos a Slytherin, mientras estén en Hogwarts, la casa será su hogar. Tenemos reglas que debemos seguir además de las de la escuela. Primero, debes cuidar de ti y de tus compañeros. Segundo, tus calificaciones reflejan el desempeño de la casa, una cadena es tan fuerte como lo es su eslabón más débil. Tercero, somos una familia y nos protegemos entre nosotros. Esas son las reglas principales de la casa, pero hay otras—La joven prefecta dio paso a Flint para decir las otras reglas.
—Tenemos horarios de estudio y toque de queda en la casa, que no es igual al de todos los demás, el toque de queda de la casa es las 10, valoramos mucho las horas de sueño. Si vemos que alguno de ustedes se atrasa en sus estudios, es enviado inmediatamente al jefe de casa para ver opciones, su desempeño es reflejo de la casa, no olviden eso. También deben saber que los prefectos estamos aquí para ayudarlos, no solo para hacer cumplir las reglas de la escuela y las de la casa, si tienen algún problema, duda o necesitan algo, no duden en decirlo. Mi nombre es Marcus Flint y soy de quinto año, mi compañera es Evangeline Taylor. Estamos aquí para ustedes—.
La joven, que ahora sabía Harry era Evangeline, continuó la presentación—Nuestro jefe de casa y su sucesor les hablaran, presten atención—.
Por la puerta entro Tom Ryddle seguido de cerca por Severus Snape (ahora más de cerca, Harry pudo ver el nombre de la banda en la camiseta de Severus, Queen, no podía decir que no lo esperaba), no podía ser más diferentes ambos magos, pero al caminar podían observarse las similitudes, aun con esa ropa más "amigable", Severus seguía despidiendo poderío al igual que Tom. Ambos magos tenían esa aura que decía "no admito idioteces". Tom era evidentemente un hombre maduro ya, según un rápido calculo mental de Harry, este Tom debía tener 64 años a cumplir 65 a finales de este, mientras Severus acababa de cumplir 31 en enero de ese año. Era evidente que Tom estaba pasándole la estafeta a Severus como jefe de casa.
Ambos magos observaban a los primeros años con interés y seriedad.
—Buenas noches, soy el profesor Tom Ryddle, maestro de Defensa Contra las Artes Oscuras, su jefe de casa. Mi acompañante es el profesor Severus Snape, maestro de Pociones y futuro sucesor. Como ya deben haberles explicado sus prefectos, la casa de Slytherin tiene reglas, así que no los aburriré repitiendolas. Solo síganlas, estudien, den su mejor esfuerzo y harán grande a su casa. Ustedes han sido elegidos por el sombrero para pertenecer a la noble casa de las serpientes, fundada por Salazar Slytherin, uno de los magos más grandes de la antigüedad, así como también la casa del mago Merlín, famoso incluso en el mundo muggle. Ustedes tienen dentro de sí astucia, ambición, determinación, ingenio, y un sano sentido de autopreservación. Recuerden estas características en todo momento, están aquí por una razón, usen sus dones. Al igual que los prefectos, tanto yo como Severus, estamos para ustedes, cualquier cosa que necesiten o duda que tengan, háganoslo saber—.
Las caras de los alumnos se veían serenas y asintieron, tanto Tom como Severus, regresaron el gesto y salieron de la sala común. Los prefectos entonces guiaron a los de primer año hacia sus dormitorios y despacharon a los demás, quienes se repartieron entre la sala común y las escaleras hacia sus dormitorios. Harry iba siguiendo a Flint hacia una especie de sala redonda donde había diferentes puertas y una salita al centro.
—Las puertas son sus habitaciones, encontrarán que cada puerta tiene ya su nombre asignado, así que encontraran sus cosas ya acomodadas en ellas. La sala del centro es "su sala común", pueden hacer uso de ella o usar la sala común de la casa. Cada habitación tiene lo mismo, un escritorio con silla, un librero, una cama y un baño personal. Es su decisión el cómo decorar su espacio personal. No tienen permitido tener pociones en su recamara a menos que tengan alguna dolencia crónica como asma o tengan un régimen médico, si es su caso, haganmelo saber para conseguirles un permiso con Madame Pomfrey, nuestra enfermera—.
Nadie de sus compañeros levantó la mano.
>> Bien, eso sería todo por el momento, vayan a descansar y mañana los queremos bañados y listos para el desayuno, se les darán sus horarios en el gran comedor y se les llevará a cada una de sus clases esta semana, así que aprovechen la escolta para aprenderse el camino a sus clases. El fin de semana se les dará un recorrido por el castillo y sus exteriores para que conozcan las áreas donde pueden estar y sus límites. Buenas noches—.
Flint salió y cada niño empezó a buscar su habitación, Harry tenía la suya entre Draco Malfoy y Theodore Nott, Zabini quedó al último mientras Crabbe y Goyle estaban al principio, en ese orden. Harry no entendía el orden de las habitaciones, pero se encogió de hombros mentalmente, tenía muchas ganas de ver cómo eran las habitaciones de Slytherin.
Una mullida cama con sábanas verdes y una especie de cobertor negro lo recibió de inmediato. La cama era tan cómoda como se veía y el cobertor era esponjoso, ligero y muy cálido. Harry sintió el rastro de un hechizo de calor. El resto de los muebles era de caoba al igual que la sala común general. Como había dicho Flint, sus cosas ya estaban ahí, Hedwig estaba en una percha y había una especie de puerta "para gatos" que tenía un letrero que decía "Lechucería". Harry supuso que era una especie de "portal" para que Hedwig pudiera salir al exterior.
El baño era suficiente para Harry, una tina de tamaño adecuado con regadera, un retrete y lavabo. La tina tenía un par de grifos, Harry los abrió, uno daba el agua a la temperatura adecuada y el otro soltaba un gel de baño con aroma a hierbas. Encima de la tina y cerca de la regadera, había una repisa donde había varios champús, e implementos de aseo personal.
Harry dejo llenando la tina y se preparó para bañarse. Mientras estaba en la tina, pensaba en que le gustaba estar ahí, tenía un cuarto para él solo, Malfoy era muy diferente a como lo recordaba, más sencillo y eso le agradaba, Ron parecía llevarse bien con él y Hermione seguía siendo mandona, pero era más abierta para conocer gente que en su línea temporal. El resto de los Slytherin conservaban características que recordaba, Pansy seguía siendo algo narcisista, Theo callado, Zabini tenía esa "mirada" patentada de suficiencia, pero había perdido ese rasgo de "asco" pero Crabbe y Goyle seguían pareciendo algo "lentos".
En general, estar en Slytherin le estaba gustando a Harry, ya vería como le iba en sus clases el día siguiente. Ahora tenía otra cosa que pensar. Cuando el sombrero grito "Slytherin", Harry pensó que el reloj que le diera Aión desaparecería, pero no había sido así, la arena simplemente se detuvo. En ninguna de sus "vueltas", la arena había permanecido inmóvil, o caía lento o más rápido, pero jamás quedó estática, como en ese momento. Ya no había vuelto a "soñar" con Aión, así que ignoraba que podía estar pasando. Mientras tanto iba a cuidar ese reloj.
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Durante el desayuno, Harry recibió de manos de Severus su horario. Harry notó que tenía sus clases sin indicar la casa con la que compartía las clases. Tenía clases de transformaciones, pociones y DCAO ese día. Los prefectos estaban llamando a los de primero para escoltarlos hasta su primera clase.
La clase con McGonagall fue como la recordaba, excepto por dos cosas, tenía su clase con todos los de su año, y dos, que quienes llegaron tarde, fueron Ron y Neville. Era divertido ver el regaño sin ser parte de los regañados. Luego tocó el turno de pociones, nuevamente, con todos los de su año.
Al parecer, era algo que iba a ser en todas sus clases.
La clase era más cercana a aquella de sexto que tomo con Slughorn. Harry no había visto a Severus durante el desayuno, así que no sabía que esperar sobre su vestimenta, pero no eso, definitivamente.
Severus Snape estaba frente a un caldero con el cabello recogido en una coleta, con una camisa blanca arremangada y un mandil, llevaba sus guantes protectores y una especie de lentes protectores también, en general, había un ambiente en el aula más parecido al de un laboratorio a punto de hacer algo "potencialmente peligroso" que al opresivo de su primera clase que recordaba.
—Bienvenidos a la clase de pociones, en esta clase no agitarán sus varitas ni harán encantamientos tontos en clase. —Harry observó a Hermione guardar discretamente su varita—No espero que muchos aprecien la sutil ciencia y el arte exacto de crear pociones. —En este punto, Severus miro a cada alumno para dejar en claro que debían demostrar que valía la pena enseñarles—Sin embargo, la minoría selecta que posea la predisposición yo le puedo enseñar como hechizar la mente y entrampar los sentidos... les puedo enseñar a embotellar la fama, elaborar la gloria... y hasta detener la muerte. —El suspenso estaba matando a todos—No espero que lleguen a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, son sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos... tal vez me equivoque, si son algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar—.
Harry suspiro, había cosas que no cambiaban y aun con la "mejor disposición" de Severus, el seguía siendo después de todo, el duro maestro de pociones que conocía.
>> ¿Quién puede decirme que es esta poción en el caldero? —La poción era de color dorado y pequeñas gotas saltaban en la superficie asemejando peces dorados.
Harry la reconoció de inmediato, le había ayudado mucho en muchas misiones mientras era Auror. Desde que la había ganado en sexto gracias al libro del príncipe, estudió mucho sobre pociones para sus misiones y embotello varios frascos de las más útiles en su opinión. Así que levanto la mano, para asombro y deleite de Severus, quien le cedió la palabra.
—Felix Felicis profesor—.
—Debo suponer que conoce sus efectos, y los efectos de su consumo desmedido, así que describa la poción—.
—Llamada Suerte líquida, hace al bebedor un ser afortunado un cierto tiempo, condicionado a la cantidad tomada, durante el cual todo aquello que intente o emprenda tendrá un resultado exitoso. No se tiene que abusar tomándolo, ya que su exceso provoca vértigo, imprudencia y un peligroso exceso de confianza. Es una poción prohibida en competiciones tales como el Quidditch, elecciones, exámenes u otras competencias organizadas. Tomar esta poción en grandes cantidades puede resultar tóxica. Es muy difícil de preparar, con desastrosos efectos si se erra en su elaboración y se necesitan seis meses de preparación antes de estar lista para el consumo—.
>> Aunque pueda sonar contradictorio, el que una persona beba un sorbo de Felix Felicis no significa que adquiera la capacidad de conseguir cualquier cosa que se proponga sin importar nada. El efecto esencial de esta poción consiste en aumentar la suerte de quien la beba, pero sólo si esa persona posee, objetivamente hablando, todas las capacidades o habilidades que necesita para lograr su objetivo en ese momento, y en la medida que lo que le impide lograrlo sea simplemente que no confía lo suficiente en sí mismo, las circunstancias en las que debe lograr su objetivo no son las más favorables, o no sepa exactamente cuál sería la mejor forma de proceder para tener éxito, se dará la consecuencia de que la poción le permitirá efectivamente lograrlo—.
—Excelente explicación señor Potter, 10 puntos para Slytherin, ahora, es una tradición ofrecer una botella de Felix Felicis en el primer día de pociones en Hogwarts a quien elabore mejor la primera poción, mi antiguo maestro, Horace Slughorn fue quien la inició. Este día aprenderemos como hacer una sencilla poción para forúnculos, no parece peligrosa, pero aquí aprenderán que el mínimo error puede ser fatal, desde crear un veneno imprudencialmente hasta hacer estallar un caldero con desastrosos resultados. La receta está en la pizarra y quiero que tengan los ingredientes listos en 10 minutos, los guiare paso por paso en esta ocasión para que se familiaricen con sus equipos, pero después de esta clase, solo deberán seguir la receta cuando toquen las clases prácticas, ¿Me han entendido todos? —.
La voz de Severus reverberaba en las paredes de la mazmorra, haciendo que fuera imposible no oírlo con claridad, todos asintieron.
Harry saco sus ingredientes y Draco, que se había sentado a su lado, empezó a organizar los ingredientes mientras Harry encendía el fuego y ponía los calderos encima de él. Tal y como prometió, Severus iba guiando paso por paso en la elaboración de la poción, al final de la clase, Neville aún no había estallado ningún caldero, aunque su poción no tenía el color adecuado, pero eso era lo de menos, había obtenido un Aceptable, Ron un Supera las expectativas (ya que se sentó al lado de Hermione) y Harry, Draco y Hermione un Extraordinario. A los tres les dio un frasquito con una dosis de Felix Felicis suficiente para un día.
Los alumnos ya estaban guardando su equipo y antes de que se fueran, Severus les alcanzó a decir algo más.
—Para la siguiente clase, quiero un ensayo de 30 centímetro sobre las reacciones de las púas de puercoespín con los ingredientes usados en la poción y las situaciones donde son volátiles, como el calor excesivo. También les informo, que los alumnos que quieran un refuerzo de la materia los fines de semana, pueden apuntarse en la lista que estará fuera de mi oficina, los horarios están ahí mismo, eso sería todo—.
Tocaba la hora de la comida y luego la clase de DCAO. Hermione iba muy emocionada por haber ganado la pequeña botellita y estaba intercambiando puntos con Draco, Ron y Neville hablaban con Harry sobre las clases de vuelo. Cuando entraron al comedor, cada quien se fue a su mesa, era apenas el primer día y se estaban aclimatando al ambiente del castillo.
Cuando Harry llegó a DCAO quedo impresionado, la clase estaba igual al club de duelo, pero con pupitres. Una larga tarima rodeada de pupitres, así el profesor podía mostrar los hechizos defensivos mientras los alumnos tomaban notas.
Harry no identifico a nadie, lo cual no le sorprendía, los únicos Ravenclaw que conocía, habían sido Cho Chang y Luna Lovegood, y una iba en segundo y la otra aun no entraba en Hogwarts. Y de Hufflepuff, solamente ubicaba bien a Justin Finch-Fletchley, Ernie Macmillan, Susan Bones y Hannah Abbott, pero no podía ir a saludarlos, técnicamente no los "conocía", aún. Bueno, quizás esa chica morena que se le hacía familiar.
Tom Ryddle entró callando al alumnado, si Harry no supiera que ese era el bebé que Merope nombró en "su honor", juraría que era Severus Snape poseyendo un cuerpo.
A pesar de su edad, Tom conservaba cierto porte distinguido que lo hacía atractivo, todo su cuerpo irradiaba poder y parecía que el Severus de su "línea temporal" le hubiera dado clases de entradas dramáticas. La capa del profesor Ryddle ondeaba detrás suyo confiriéndole esa teatralidad que Harry hubiera esperado en su clase anterior en vez de la imagen de "científico loco".
Tom Ryddle se puso al centro de la tarima y con un movimiento de su mano, las cortinas del aula se cerraron y varias antorchas y velas hicieron su aparición dando una luz ambarina.
—Bienvenidos a Defensa Contra las Artes Oscuras. Antes de enseñarles cualquier cosa, ¿alguien puede decirme que son Artes Oscuras? —La mano de Draco fue más rápida esta vez—Señor Malfoy, adelante—.
—Las artes oscuras, son toda clase de magia desde pociones hasta encantamientos y maldiciones cuyo fin es dañar de alguna manera, parcial, o totalmente y ya sea permanente o transitoriamente a un individuo o grupo de estos—.
—Bien, 5 puntos para Slytherin... sí, ¿Señorita Patil? —Harry se dio de topes mentalmente, era Padma, la pareja de Ron en el baile de Navidad en cuarto.
—Profesor Ryddle, ¿No son solo conjuros oscuros? —Tom pareció estar sopesando la respuesta.
—Señorita Patil, ¿usted conoce algo del mundo muggle? —Padma asintió—Entonces está familiarizada con el concepto de los sanatorios mentales, ¿Es correcto? —Nuevamente Padma asintió—Bien, entonces conoce que hay habitaciones especiales para personas cuya enfermedad de la mente los hace proclives, a falta de una mejor explicación, violentos consigo mismos y otras personas. Tenemos esta dolencia mental donde estos individuos inocentes en cuanto a intención, pero no acción, son encerrados como bestias en estas habitaciones, pero en el mundo mágico tenemos la maldición Imperius que hasta hace unos años había sido catalogada como imperdonable—.
>> Este individuo, esta persona con esta dolencia, no hay manera de controlarla excepto esta maldición. Señorita Patil, ¿usted estaría de acuerdo en lanzarle un imperio a fin de que pueda, al menos, deambular por esos sanatorios sin ser un riesgo constante para sí mismo y otros? —Padma asintió—Señorita Patil, usted acaba de darme permiso para lanzar una maldición considerada hasta apenas años atrás, una maldición oscura, imperdonable y merecedora de ir a Azkaban al menos 15 años, ¿Cuál es la diferencia de lanzarle un Imperius a esta persona o a uno de sus compañeros? Recuerde que es el mismo hechizo —.
—¿La intención? —Tom sonrió.
—Así es señorita Patil, la intención lo es todo cuando de magia se trata, no es lo mismo lanzar un Wingardium Leviosa para hacer flotar, digamos una taza de té, que levitar una enorme roca y dejarla caer sobre alguien con la intención de matarla. Un hechizo tan simple como uno urticante, podría dejar ciega a una persona como podría salvarnos la vida. Un Crucio lanzado por el placer de torturar a otro, en vez de a un atacante dándonos la oportunidad de salvarnos, es toda la diferencia entre "defensa propia" y "motivos para ir a Azkaban". Cuando existen estas situaciones, se usa veritaserum para zanjar dichas cuestiones y si fueron usadas maldiciones, se verifica que hayan sido hechas solo con la intención de defenderse—.
—Pero ¿Y la maldición asesina? —Un Ravenclaw desconocido preguntó.
—Ahh, ese es un debate que aún no termina. La maldición asesina ha sido puesta sobre la mesa de debate durante muchos años, puede ser usada para muerte asistida, pero aún es vista como tema tabú. Sin embargo, su uso en muertes asistidas, mejor conocidas como eutanasias, es legal, siempre y cuando la persona que va a ser "receptora" de la maldición, compruebe que efectivamente su dolencia es incurable y su vida es "un infierno viviente"—.
La clase estaba en silencio, dando lugar a debates internos en muchos alumnos.
>> Bien, de tarea, quiero que me traigan un ensayo de 50 cm sobre las maldiciones que ustedes consideren pueden caer dentro de las categorías "artes oscuras", pero independiente de su "clasificación oficial". Ahora, les enseñare el encantamiento de desarme, y luego pasaré a parejas de ustedes a la tarima para verificar como lo hacen, usaremos sus ejemplos para analizar desde su movimiento de varita hasta la postura del cuerpo—.
Fue una clase rara y entretenida a la vez, cada que pasaba una pareja a hacer el encantamiento, Tom preguntaba a los alumnos donde creían que estaba el error, no todos lo lograron, pero pronto una buena parte de la clase había logrado desarmar a su oponente.
>> Perfecto, lo hicieron muy bien. La siguiente clase volveremos a trabajar el encantamiento de desarme, pero veremos cómo graduar su intensidad. Pueden retirarse—.
Draco, Harry y el resto de los Slytherin junto al prefecto que los escoltaba, llegaron a la sala común y de ahí se desbandaron hacia sus respectivos dormitorios. Harry se sumergió en la tina y dejo que el agua caliente relajara sus músculos. Luego de asearse, y sin que Hermione lo chinchara para hacer sus deberes, Harry empezó sus tareas dispuesto a tener tiempo libre luego de la cena. Ya había terminado su segundo ensayo cuando la campana de la cena sonó y los prefectos guiaron a los alumnos hacia el comedor.
Harry no recordaba haber visto nunca a un Slytherin perder la compostura en la mesa, pero había sido un día agotador y tenían hambre. Era eso o los modales de Ron Weasley habían hallado la manera de propagarse como virus en la mesa de los Slytherin.
Harry veía hacia la mesa de profesores y ahí estaban nuevamente hablando Tom y Severus, se veían tan extraños juntos, ya que era como si el papel de Severus hubiera sido tomado por Tom, mientras Severus era algo extraño como una mezcla de Sirius y Lupin, al menos en su forma de mostrarse, aunque aún había cosas del Severus de su tiempo que permanecían en este Severus.
La semana continuó tranquila, y agotadora, tranquila en cuanto a las tareas, pero agotadora en cuanto las actividades. Casi todos los maestros habían optado por las clases prácticas y casi nada de teoría. Explicaban las cosas, pero aun así pedían ensayos, y la práctica se extendía por casi todo el tiempo de las clases.
El viernes por fin fueron las clases de vuelo y afortunadamente en la percepción de Harry, no se repitió el incidente de su línea del tiempo, y Neville y él no había repetido el vuelo por la recordadora. Durante la comida, Harry recibió la invitación a tomar el té ese día con Hagrid y durante la cena, recibió otra invitación a tomar el té, pero con Severus el domingo.