Merope Gaunt tenía 14 años apenas, y en su mente, su vida iba condenada al fracaso. La razón de que una adolescente creyera eso se debía a dos personas, su padre y hermano. Ambos fanáticos de la pureza de sangre, ambos seres despreciables que solo veían lo que querían ver. Merope no era tan lista, al menos no creía serlo, pero sabía que su aspecto tan deplorable, físicamente hablando, se debía a tantos matrimonios entre parientes que precedieron al nacimiento suyo y de su hermano.
Lo sabía por qué una ocasión, cuando tenía 10 años, conoció una gitana que llevaba un niño que se parecía a ella, en cuanto a los defectos físicos. La anciana gitana le contó que el niño era su nieto, producto de la unión de dos medios hermanos, ella había tenido una hija de un hombre que solo vio un par de veces, y jamás en la vida pensó que esa misma hija se casaría con el hijo de aquel hombre. ¿Cómo podía saberlo?
Su hija cuando se enteró, se quitó la vida, y el padre del niño lo abandonó cerca de una caravana de gitanos, ya que no soportaba verlo. Su abuela lo encontró, a sabiendas de que el pobre pequeño no tenía la culpa de nada, y que ella debió advertir a su hija, al menos, del nombre de su padre para que evitará a esa familia.
Cuando la anciana vio a Merope, supo que ella era producto del mismo mal, y Merope sintió una gran empatía con la señora y su nieto y le contó parte de su historia familiar. Ahí supo Merope que, aunque su padre no se había casado con un familiar tan cercano, el daño venía de generaciones y generaciones de matrimonios entre primos lejanos y cercanos, como una gran bola de nieve que empezó pequeña, dando de lleno en ella y su hermano Morfin.
Para fortuna de Merope y la anciana, la caravana partió en apenas un par de horas, antes de que su padre y hermano llegarán. La anciana le dijo que pronto ella tendría que tomar una decisión y que estaba en sus manos salir de aquella vida tan desgraciada. Merope no entendió las palabras de la anciana gitana... hasta meses después, cuando el joven Ryddle paso cabalgando cerca de su casa.
Para Merope no había nadie más bello que el muggle, y empezó a fantasear con él, con que se enamoraban y la llevaba lejos de sus familiares. Cuando su padre y hermano la maltrataban y gritaban, ella se concentraba en esas fantasías. Incluso cuando su padre la obligaba a matar a las bellas serpientes que ella tenía que atraer con su voz, su padre la obligaba a engañar a las pobres para convertirlas en ingredientes de pociones. Merope odiaba eso, usar su don de hablar con ellas para llevarlas al matadero.
Cada noche, mientras veía el cielo antes de dormir, Merope rogaba a las estrellas, que esa oportunidad que le vaticino la gitana fuera realidad.
Las estrellas no tenían nada que ver, pero esa oportunidad pronto llegaría.
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Harry estaba viendo la interacción de la familia Gaunt. De toda su observación saco en claro dos cosas, uno, que los Gaunt eran una familia que había sido duramente golpeada por la endogamia, y dos, que la única rescatable de ellos era Merope.
En un primer momento pensó que sería agradable salvar a toda la familia, su lado Gryffindor hablando alto. Pero luego de verlos por un día entero, su lado Slytherin habló y decidió solo salvar a Merope.
Pero para eso debía observar primero al padre de Voldemort, Tom Ryddle Sr.
Con un par de movimientos de sus manos, ya que su varita aún no había sido hecha, se disfrazó con magia sin varita. Afortunadamente para Harry, la magia del reloj también había eliminado su cicatriz, sería difícil pasar por alto una cicatriz como esa.
Pronto estuvo delante de la casa de los Ryddle y opto por la forma más rápida de saber qué tipo de gente eran: tocó a la puerta y esperó.
Pronto lo recibió una mujer de aspecto dulce y bello, y Harry se hizo pasar por un mendigo pidiendo algo de comer, la mujer le cerró la puerta en las narices. Toda una dulzura.
Espero por espacio de un par de horas y repitió la acción, ahora vistiendo como un anciano, de nueva cuenta un mendigo y esta vez lo recibió una copia al carbón de Voldemort joven, pero sin los ojos rojos, debía ser Thomas Ryddle, el abuelo de Voldemort.
Igual que con la mujer, pidió algo de comer y ahora fue regañado y obligado a soportar un discurso donde el hombre le decía que mejor se buscara un trabajo y dejara de molestar a la gente decente, para luego ver la puerta cerrarse violentamente frente a él. Este matrimonio le recordó rápidamente a los Dursley.
Luego de eso, Harry camino hacia el bosque y ahí desvaneció su disfraz y espero. Todavía tenía que ver al joven Tom Ryddle, que sería el padre de Voldemort. Entre más información tuviera, mejor sabría qué hacer para evitar ese filtro de amor, que fue la causa de que Voldemort fuera incapaz de sentir amor. Por qué Harry creía que de haber podido sentir amor, Voldemort jamás habría existido, sino solo Tom Ryddle Jr.
De lo que observó Harry, luego de haberles robado comida a los Ryddle sin ningún remordimiento, y mientras comía esa misma comida, entendió que los Ryddle eran mucho como los Dursley excepto que ellos si tenían dinero que respaldara esa actitud. Eran casi como los Malfoy, solo que, sin magia, creídos, sobrados de sí mismos, altaneros, engreídos y egoístas, pero se amaban mucho entre ellos, aunque veían a los demás como si no merecieran respirar el mismo aire que ellos.
Con la conclusión de que los Ryddle eran como los Malfoy, Harry supo que tenía que hacer para que el joven Ryddle se casará con Merope por propia voluntad.
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Merope estaba buscando unos hongos en la maleza del bosque, ya que su padre no tenía dinero ni para comprar lo básico, así que mucho de lo que comían provenía del bosque. Estaba entretenida buscando los hongos cuando escucho un ruido de pasos. Cuando se levantó vio a un hombre de cabello negro largo hasta los hombros, algo revuelto, amarrado en una coleta y con los ojos más verdes que hubiera visto en su vida.
—Hola Merope, ¿Qué haces? —.
Asustada, Merope retrocedió mientras se preguntaba como aquel extraño sabía su nombre.
>> No te asustes Merope, he venido a ayudarte. Soy un mago al igual que tú, y tengo una misión, tu vida debe cambiar, ya que tú eres importante para el futuro. Te ofrezco liberarte de tu familia, pero deberás confiar ciegamente en mí. Puedo hacer que tu hermano y padre olviden que alguna vez exististe y que tengas la oportunidad de tener otro tipo de vida. No me digas nada ahora, piénsalo y si has decidido aceptar mi oferta, te espero a la medianoche frente a tu casa, estaré ahí—.
El extraño hombre se fue sin decir más y dejo a Merope sumida en la cavilación de si aquel mago sería la oportunidad que le había vaticinado la anciana gitana.
Todo el día pensó y pensó, su vida ya era muy miserable, y aunque la desconfianza era mucha, quizás sería su única forma de escapar de su familia, aunque viéndolo objetivamente, también podía ser que el extraño del bosque la matara o algo así. En cualquier caso, no podía ser peor que lo que ya vivía. Con eso en mente, tomó su decisión, confiaría en aquel extraño hombre.
Cuando dieron las 12 de la noche, Merope solo había decidió algo más, no dejaría las joyas de su familia en manos de su padre y hermano, así que con cuidado retiró el anillo de la mano de su padre y tomando su guardapelo y las escasas pertenencias que poseía, abandonó su hogar.
El extraño ya estaba ahí.
—Me alegra que decidieras venir Merope, hay mucho que hacer—.
—¿Cómo te llamas? —.
Harry sonrió, era justo que ella supiera el nombre de su "hada madrina", pero no podía darle su verdadero nombre, así que pensó en uno lo más muggle posible.
—Harry, Harry Williams— Tampoco pensaba dejar de usar su nombre, Harry después de todo, era un nombre muy común.
Le ofreció su mano a Merope y cuando ella la tomó, Harry desapareció a ambos de ahí. Antes de que Merope saliera de su casa, Harry ya había lanzado sendos hechizos desmemorizantes en los Gaunt restantes, no recordarían la existencia de la joven.
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Lo primero que hizo Harry cuando llegaron a Londres fue buscar un departamento, mientras estuvo investigando en Little Hangleton a la familia Gaunt y Ryddle, "tomó prestado" dinero de los Ryddle, bastante dinero prestado, así que tenía lo suficiente para un pequeño departamento y para cubrir los gastos de Merope y él, así como los libros que necesitaría la joven para prepararse para los TIMOS, Hogwarts estaba descartado hasta que pasará al menos esos exámenes, y quizás debería ir al ministerio para hacer una denuncia por maltrato en nombre de Merope.
Luego pensaría en eso.
Merope por su parte, estaba extasiada viendo el pequeño departamento, apenas dos cuartos, una pequeña sala, un baño y una cocina diminuta, pero para Merope era un paraíso. Harry sintió rabia por lo mal que habían tratado a la joven, le recordaba tanto a su niñez. Espanto sus pensamientos sacudiendo su cabeza y empezó a hacer la cena con la escasa compra que habían hecho.
Luego de una magra cena, los dos se fueron a dormir, Harry y Merope tenían un arduo camino por delante. Antes de dormir, Harry reviso su reloj, apenas habían caído un par de granos arena, eso quería decir que tenía tiempo de procurarle un mejor futuro al Tom Ryddle que aún no nacía.
Al día siguiente, Harry llevó a su protegida al callejón Diagon, decir que estaba impresionada era poco. Merope había estado tan alejada del verdadero mundo mágico como Harry a los 11, cada día crecía su rabia contra los Gaunt.
Le compro un par de túnicas y luego fueron a conseguir material para sus clases y una varita, ya que la que tenía Merope en su casa, no era suya sino de su abuela. No le costó trabajo dejar esa varita y empezar a usar la que consiguieron en Ollivander's, Harry también compro una, ya que la magia sin varita era agotadora luego de un tiempo.
La última parada era en Slug Jiggers, pero la mirada de Harry se centró en un cartel pegado en la otra botica, solicitaban ayudante en Mulpepper. No era su trabajo soñado, pero necesitaba ganar dinero para mantener a Merope y serviría para que la joven empezará a familiarizarse con pociones, así que entro a solicitar el puesto y con tan buena suerte que el dueño, Nicolás Mulpepper, también solicitaba alguien que se encargará de barrer y limpiar, así que Merope podía hacer eso y no estaría sola tanto tiempo en el departamento.
Pasaron meses trabajando con ahínco en la botica y estudiando en casa, Merope cada día estaba más fuerte y su magia empezó a florecer, ya lejos de su padre y hermano y, ella misma descubrió para su sorpresa, que estaba feliz, aun en un trabajo mal pagado barriendo una botica de ingredientes de pociones. Harry estaba asombrado y complacido de lo rápido que aprendía su protegida y sin notarlo, los TIMOS llegaron.
A pesar de que no había tenido una educación formal, Merope pasó varios TIMOS con un Aceptable y otros con Supera Las Expectativas, al menos el malnacido de su padre la había educado lo suficiente en magia para que el salto a Hogwarts no fuera tan malo. En cuanto les dieron la hoja de calificaciones en el ministerio, Harry se encargó de escribir a Hogwarts, no sin antes meter una denuncia por maltrato en el ministerio a nombre de Merope.
Mientras esperaban la respuesta de Hogwarts para que la joven estudiara, fueron a conseguir algunos ingredientes especiales para una poción que haría que Severus Snape muriera de envidia. En las múltiples ocasiones que el señor Mulpepper envió a Harry a comprar ciertos ingredientes "raros" al callejón Knockturn, Harry encontró algunos libros de magia oscura, pero el que le llamó la atención era uno de magia "cosmética", por llamarle de alguna forma.
No se trataban de pociones alisadoras como la que ocupo Hermione en el baile de navidad, sino pociones capaces de transformar por completo y de forma permanente la fisonomía de una persona, pero el dolor era terrible y duraba cerca de una semana en agonía. Solo una persona muy desesperada tomaría la poción, pero a cambio recibiría una apariencia casi etérea, como la belleza de las veelas, pero adaptada a la "belleza real" de la persona.
Harry hablo con Merope sobre esto, y la joven que toda su vida había sufrido por su apariencia, le dijo que lo hicieran, ya había cambiado su vida, podía soportar "un poco de dolor" por cambiar algo que la hacía sufrir de forma permanente. Harry sonrió, era evidente que Merope seguía enamorada de Tom Ryddle y seguramente pensaba que, si era hermosa, el "joven" Tom la vería con otros ojos. Y eso solo era la mitad de la ecuación.
Sin que Merope lo supiera, Harry colocó parte de las ganancias del trabajo de ambos en una cámara de Gringotts a nombre de Merope y pidió consejo a los duendes que le dijeron que invirtiera sus ganancias en algún invento. Harry dejo una orden expresa a los duendes de invertir en un invento específico, la poción alisadora de su abuelo que aún no había surgido. Ninguno de los duendes dijo nada, y quedo asentado en un pergamino firmado y notariado la orden expresa del señor "Harry Williams".
La poción de cambio cosmético estuvo lista luego de un par de semanas y Harry había alistado todo para que Merope la tomará, había conseguido varios viales de poción para el dolor y tenía a la mano varias medicinas muggles por si acaso. Ya habían recibido la respuesta de Hogwarts y la dirección estaba dispuesta a dejar que Merope se integrará a Hogwarts, luego de haber leído la denuncia que puso Harry.
Decir que el dolor era peor que el de un Crucio era subestimarlo, según los delirios que sufrió la pobre muchacha, esta le decía a Harry que sentía como si sus huesos fueran martillados hasta convertirlos en polvo y luego se volvieran a formar calentándolos al rojo vivo, la piel le escocia y ardía, sudaba profusamente y sus órganos internos los sentía licuarse... pero aguanto. Fue la peor semana en la vida de Merope Gaunt, y solo la esperanza de que su cuerpo cambiará a mejor, mantenía su cordura.
Al final de esa semana, y luego de dormir todo un día, Merope pudo por fin ver el fruto de la poción infernal.
Su cabello lacio y sin vida, ahora era negro y lustroso, largo hasta la cintura y sedoso como la más pura seda china. Su piel seguía siendo pálida, pero había perdido la tonalidad ceniza, y ahora parecía hecha de fina porcelana con un ligero tinte rosado claro en las mejillas. Sus labios parecían teñidos con fresa silvestre y sus ojos oscuros, de los cuales su padre siempre dijo que parecían de un pez muerto y bizco, ahora eran normales y de color avellana oscura, casi como chocolate. Incluso sus uñas parecían haberse tallado en mármol. Su cuerpo tenía curvas ligeras que acentuaban la feminidad que la poción le había dado. Toda ella era una belleza.
—Ahora te pareces a Blancanieves—Le dijo Harry sonriendo. Merope no entendía la mitad de las cosas que le decía Harry, solo entendía bien a bien las referentes a la magia, pero, aun así, estaba tan agradecida con él, nadie se había preocupado tanto por ella. Pensaba que, si los ángeles existían, Harry debía ser uno de ellos.
Con el nuevo "cuerpo" de Merope, tuvieron que comprar otro guardarropa, apenas unas pocas piezas para que tuviera que vestir, y luego de unos días, Merope partió a Hogwarts a completar su educación, entonces Harry empezó a buscar un tutor para Merope, pero que supiera sobre el mundo muggle.
Si su investigación sobre los Ryddle arrojó algo, era el hecho de que eran idénticos a los Malfoy, así que necesitaba que Merope conociera tanto del mundo mágico como el muggle, la mitad del trabajo ya estaba hecho, ahora Merope tenía su magia, un nuevo cuerpo y cuando acabara su educación sería una bruja con todas las de la ley. Pero ahora necesitaba que ella aprendiera la etiqueta propia de una "señorita de alcurnia", digna esposa de un "rico" como lo era Ryddle.
Tardo unos meses en encontrar un maestro adecuado y lo encontró en una institutriz que había servido a la familia Lestrange y Black. Agnes, la institutriz, le recordaba fuertemente a McGonagall, quizás se debía a que ambas eran de Escocia. Incluso usaban el mismo apretado moño. Pero cuando la entrevistó, supo que ella era la indicada. Harry le dijo que Merope estaba comprometida con un caballero rico, y que la joven era una "noble caída en desgracia", su familia había muerto y él era su tutor, así que en cuanto tuvo la custodia, arreglo ese compromiso y estaba en la cruzada de darle la educación que debía corresponderle por su "linaje".
Agnes estaba "conmovida" y prometió hacer de Merope una señorita educada y quedaron de acuerdo para las vacaciones de verano.
Durante el año, Harry siguió incrementando el contenido de la cámara de Merope y recibía cartas de la joven diciéndole lo bien que la estaba pasando en Hogwarts y los amigos que había hecho, Harry le avisó de su nueva tutora y por primera vez, la joven no estaba feliz, pero había prometido confiar en Harry, así que a regañadientes aceptó la educación que iba a recibir en verano.
Llegado el momento, Harry vio por qué Agnes había trabajado con los Lestrange y los Black, era una mujer con la que era mejor no jugar o intentar bromear, ya que no temía usar la regla y era dura como piedra. Fue la primera vez que Merope tuvo un arranque de rebeldía adolescente, lo cual era una buena señal para Harry, quería decir que la joven estaba recuperándose del maltrato que recibió.
Fueron los dos meses más extenuantes de toda su vida para Merope, pero surtieron resultados. Cuando inició su sexto año de Hogwarts, y Harry recibió una carta de Merope al mes, diciéndole sobre su nuevo amigo, un tal Fleamont Potter, un chico muy simpático. Harry no pudo menos que sonreír, al parecer su "pequeña", sería amiga de su abuelo.
Merope también le contó que su amigo estaba desarrollando una poción para alisar el cabello ya que el de él parecía un nido de pájaros muy revuelto y que como era cosa de familia, no había manera de mantenerlo peinado, así que por eso estaba investigando como hacer una poción, ya que todo hechizo había fallado.
Harry se preguntó cómo podía haber habido tantos pocionistas en su familia mientras él y su padre parecían haber sido unos negados para ellas, quizás pudieron ser los merodeadores en el caso de su padre, demasiadas distracciones, y en el caso de Harry, bueno, un mago oscuro que trató de matarlo año con año calificaba como distracción.
Ya que cuando se vio libre de Voldemort, y gracias a que requería "pociones" para ser auror, tuvo que tomar ese EXTASIS de forma extraoficial y luego de que Hermione le explicara cómo hacer las pociones, pudo aprobar con Supera Las Expectativas.
Si, en su caso, había sido por Voldemort y cierto insufrible murciélago de las mazmorras... al cual aún extrañaba de una forma algo retorcida. Extrañaba poder pelearse con él.
El año escolar terminó y Merope estuvo de vuelta en el apartamento con Harry y de vuelta con las clases de Agnes, las cuales hacían bufar a la joven, pero no cejo en su empeño de mejorar para enorgullecer a su benefactor.
Viendo que ya solo le faltaba un año en Hogwarts a Merope, Harry decidió que era hora de asegurar el nacimiento de su otrora némesis, Tom Sorvolo Ryddle, alias Lord Voldemort. Gracias a unas buenas sugerencias de los duendes, Harry tenía en la cámara de Merope suficientes galeones para ser una persona "adinerada" en el mundo mágico, quizás no al nivel de los Malfoy, Lestrange o Black, pero si lo suficiente para ser considerada "adinerada".
Merope sería una bella, talentosa y poderosa bruja sangrepura con una fortuna particular, un perfecto anzuelo para un muggle sediento de poder y dinero. Tom Ryddle no iba a poder negarse a un "buen negocio".
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Nota al margen: Igual y les van a parecer muy "cínicas y Slytherin" las acciones de Harry, y no es que no sienta afecto por Merope luego de estarla cuidando por dos años, es que Harry desde que vio a Tom Ryddle y su familia, supo lo que buscaban en las personas, dinero y poder, así que para cumplir el sueño de Merope de ser la "señora Ryddle", ella debe ser la mejor opción para Tom, si no es que la única. Y necesita que Merope aprenda todo lo que pueda de magia y tradiciones mágicas porque finalmente, ella es una bruja sangrepura y debe también tener un "renombre" en el mundo mágico. Digamos que Harry tuvo mucho tiempo para pensar en la vida que merecía Voldy y su mamá para que fueran, sino felices, al menos tuvieran una oportunidad en la vida.