Simón...
-todo va a estar bien. -le dice la enfermera, y nos deja solos. -me veo fatal, ¿no es así? -pregunta.
-un poquito, ven déjame limpiarte. -me levanto la camisa y limpio sus lágrimas. -hacen una linda pareja. -dice el doctor.
-nosotros solos amigos. -responde ella. -ah lo siento, pensé que eran novios. -me quedo mirándola, mientras sus mejillas toman un color rojizo.
-bien me dijiste que no puedes apoyar el pie, ¿verdad? -ella asiente con la cabeza. -puede sostener esto en su pie. -me entrega una compresa de agua fría, la apoyo en su tobillo.
-debo decirte que tienes un esguince grado II. -ella lo mira angustiada. -no te preocupes, lo importante es que mantengas tu pie elevado y siempre aplicando compresas de agua fría, ademas vas a tener tu pie vendado.
-¿durante cuánto tiempo? -le pregunto. -es importante que mantenga reposo por dos días, luego de eso puede proporcionar movimiento, eso si no va a poder patinar, al menos por un mes, en lo que tu tobillo se mejora.
-¿Qué? Pero un mes es mucho tiempo.
-es lo suficiente, para que puedes volver a la pista, sin ningún riesgo de algo peor.
-doctor dentro de 3 semanas tenemos una competencia, no quiero perdérmela.
-lo siento mucho, pero no puedes participar, es muy riesgoso. -ella rueda los ojos molesta, cierra los ojos y suelta una lágrima. -iré a avisarle a sus familiares. -dice después de que termina de vendarle el pie.
-Ambar lo lamento mucho. -digo y ella me mira. -no es justo, he entrenado mucho y ahora no voy a poder patinar en la final.
-lo sé, lo siento todo fue mi culpa.
-no es tu culpa Simón. -una sonrisa brota de sus labios antes de decir. -¿me puedes dejar sola?
-emm, vale si es lo que quieres. -le sonrío y vuelvo a la sala de espera en donde esta Mateo, Luna, Tamara y la madrina de Ambar quien entro a verla a penas yo salí.
-¿como esta? -pregunta Luna cuando me ve. -bien en lo que cabe, ya me imagino que les dijeron que no puede patinar en la competencia.
-si nos contaron y es una verdadera pena. -dice Tamara. -creo que es hora de volver al Roller.
-no creo que ella quiera ver a nadie más ahora, es mejor irnos. -digo sin ganas, la verdad es que en el poco tiempo que llevamos siendo amigos he aprendido a conocerla y sé que en este momento lo único que quisiera es irse a su casa sin que nadie le diga nada.
Salimos del hospital y paramos un taxi, Mateo prefirió quedarse para poder verla, cuando llegamos al Roller todos estaban esperándonos.
-¿Ambar está bien? -pregunta Delfi.
-si, aunque tuvo un esguince y no va a poder participar en la competencia. -responde Tamara. -va a estar muy difícil remplazarla.
-voy a patinar un rato. -me alejo de ellos, pero Nico y Pedro me siguen. -¿Qué pasa Simón? -pregunta Pedro.
-me siento culpable por lo que le paso a Ambar.
-pero no fue tu culpa Simón, un accidente le puede pasar a cualquiera.
-yo lo sé Nico, pero aun así siento que ambos estábamos des concentrados y tal vez fue por eso.
-desde que tú y Ambar terminaron estas muy raro. Ayer llegaste muy nervioso ¿Qué te está pasando?
-Pedro, creo que me estoy enamorando de Ambar.
-querrás decir que sigues enamorado de ella.
-no Nico yo me enamore de Ambar por culpa de esa mentira que decidimos crear.
-¿a que mentira te refieres? -cuestiona Pedro. -si les cuento me prometen que no le van a decir a nadie.
-por supuesto, puedes confiar en nosotros.
-Ambar y yo nunca fuimos novios. -ambos me miran confundidos. -nosotros solo nos hicimos pasar por novios, para darle celos a Mateo y a Luna.
-y te enamoraste de ella. -resuelve Pedro. -no sé si sea así tal cual, pero cada vez que estoy cerca de ella me siento diferente, me gusta estar con ella.
-es que en serio no puedo creer que hayas caído en su juego, Ambar nunca va a cambiar, te utilizo para lograr su objetivo y ya, o te ha dado razones para creer que le gustas. -agrega Nico.
-yo sé que Ambar no es solo esa chica fría y dura que aparenta ser, ella tiene demasiados problemas por eso es así, es lo que le han enseñado.
-si Simón, pero eso no le da el derecho de tratar así a todo el mundo, o es que te olvidas lo que le ha hecho a Luna.
-si bueno chicos, ya no hablemos más de eso, es complicado.
-respóndeme una última cosa. -me quedo mirando a Nico. -que quieres saber.
-¿el día que Ambar estuvo en el apartamento paso algo entre ustedes?
-no espera principalmente ¿a que fue Ambar al apartamento? -miro a Nico y luego a Pedro. -estuvo allí, porque teníamos una conversación pendiente y quedamos de vernos, pero ella nunca llego entonces fue allí a explicarme porque no llego.
-¿y luego que paso? -estaba por responderles, pero apareció Nina. -perdón por interrumpirlos, pero Simón es que Luna ya se va a su casa quería saber si la ibas acompañar.
-si, emm bueno chicos nos vemos en casa, adiós.
Narra Ambar...
Después de un rato el médico me dio de alta, mientras mi madrina firmaba unos documentos, Mateo se quedo hablando conmigo, me dijo que Simón, Luna y Tamara se fueron, pero que él quería asegurarse de que estuviera bien, a veces creo que no está fingiendo, pero veo como mira a Luna y sé que me estoy haciendo ideas en la cabeza.
-Señorita Ambar ¿se encuentra bien? -pregunta Mónica cuando llego a las escaleras. -si Mónica. -miro escaleras arriba, pensando en cómo voy a subirlas.
-si quieres puedo ayudarte. -giro mi vista a la puerta de la cocina en donde esta Simón de la mano con Luna. -no gracias Simón. -le respondo y ruedo los ojos.
Subo el primer escalón y suelto un suspiro, esto me va a llevar una eternidad. -no en serio no hay problema. -se acerca a mí y me agarra de la cintura, miro por un segundo a mi madrina, pero ella no dice nada así que yo solo me dejo guiar por él.
-¿ya estas mejor? -me pregunta cerca de mi oído. -si gracias por preguntar.
-espero te recuperes pronto para que puedas volver al Roller.
-si ojalá. -reí al recordar la cara de Simón cuando me caí. -¿Qué es tan gracioso? -pregunta.
-tu cara cuando me caí, te juro que si no me hubiera dolido tanto el pie hubiera sacado mi teléfono y te fuera tomado una foto, estabas pálido.
-jaja muy graciosa. ¿te dejo en tu habitación? -yo consciente de que Luna y Mónica viene detrás de nosotros, asiento con la cabeza.
Cuando llegamos a mi habitación, me lleva a la cama y me ayuda a subir, sus labios quedan tan cerca de los míos que lo único que quiero ahora es acortar la distancia y probarlos, pero reprimo ese impulso, cuando recuerdo la presencia de Luna en la puerta de mi cuarto.
-emm, bueno gracias por la ayuda. -digo y él se levanta rápido. -¿quiere comer algo Srta. Ambar? -pregunta Mónica.
-un postre estaría bien, gracias. -ella asiente con la cabeza y todos están a punto de salir de la habitación, entonces dije. -gracias Luna, por dejar que tu novio me ayudara.
-como tu novio Luna, ¿Simón y tu son novios? -reprocha Mónica. -si mamá te lo iba a decir, pero es que luego te explico. -ella me mira enojada y salen de mi habitación los tres.
Estaba tan cansada que me estaba quedando dormida, cuando escuche la puerta, era Amanda con un postre de fresa, le pedí que lo dejara en la mesita de noche y ademas le pedí el favor de que me buscara un pijama, ella acepto y busco una en el closet, la dejo en la cama y se fue.
Me quite la ropa con cuidado y me vestí, con mucha dificultad ya que no podía estar de pie por mucho tiempo, cuando termine deje la ropa aun lado me metí en la cama y me comí el postre.
Días después...
Ya pasaron 5 días desde el accidente, hace 2 días que volví al Blake, aunque tenía que usar la muleta por precaución he decidido no usarla, es que el solo hecho del que todo el colegio me vea usándola me pone los pelos de punta.
Mateo fue cada día que estuve en casa sin duda alguna ayudo mucho con mi estado de ánimo, aunque las chicas también fueron cada día, del que no se nada es de Simón no hemos hablado desde ese día y agradezco que sea así, porque ayuda a que esto de querer mantenerlo alejado sea mucho más fácil.