(...)
El camión atravesó la valla de seguridad del aeropuerto llevándonos directamente hacia la pista de aterrizaje; la lluvia había arreciado, y los poderosos rayos que caían ocasionalmente le daban un aspecto tétrico y horrible a los colosos de metal que antes fungían como el medio de transporte más rápido y seguro.
—Esto me está dando miedo —dijo Érika—. Pudimos haberlo hecho de día.
—Sí. Y al momento de llegar aquí alguien ya podría emboscarnos en lo que cargábamos el combustible —contesté—. ¿Y el cachorro?
—Menos asustado que yo.
Lo observé por el espejo retrovisor, estaba entre los brazos de Érika recibiendo algunas caricias desesperadas por parte de mi hermana.
Íbamos disminuyendo la velocidad para acercarnos a la zona de espera de los aviones; los antiguos operadores de camiones de transporte, y soporte de pista se encontraban deambulando por todas partes, confundidos a causa de la fuerte lluvia que lavaba aquellos cuerpos grises, pero también ayudaba un poco más a su muy lenta descomposición.
La camioneta se detuvo, ya estábamos en el lugar al parecer.
—Todos esperen un poco —indicó Rachel a través de la radio—. Carlo y Swatson ayudaran al capitán a abrir la rampa del avión.
Más adelante con ayuda de un relampagueo del cielo se pudieron ver las figuras de ellos apresurándose al avión, mientras los infectados más cercanos les seguían el paso lentamente.
Un infectado golpeó la parte trasera del vehículo, y se iba acercando por el lado izquierdo con sus gemidos; el bíter se golpeaba contra el auto en su tambaleante andar, dirigiéndose a mi puerta.
—No empezarás a golpear mi ventana —abrí la puerta con fuerza golpeando al infectado para arrojarlo al suelo. Salí por un segundo a dispararle en el rostro, y luego a otros tres que se acercaban.
Un relámpago cayó en ese momento iluminando más allá de la pista de aterrizaje, por el lugar que habíamos entrado se podía ver una masa en movimiento y tambaleante que se acercaba gradualmente, era una horda de infectados que nos habían seguido desde el edificio. Los aullidos opacados por el estruendo de la tormenta solo metieron en mí una enorme preocupación, todavía debíamos esperar unos minutos a que el tanque tuviera suficiente combustible.
—Jacob, ya están avanzando —mamá me sacó de mi momento de distracción.
Sin decir una sola palabra puse en marcha el auto. Por un momento me pregunté si los 4 vehículos entrarían, pues fue necesario abandonar nuestra vieja miniván; subí la rampa estacionándome al lado derecho de la camioneta negra estando a 3 metros de la rampa, por donde estaban subiendo. Bajamos de los vehículos, esto todavía no había terminado.
—Viene una horda de infectados —dijo el capitán. Su cuerpo estaba empapado en agua, y escurría al caminar—. Hay unas cajas negras en la bodega la bodega, hay muchas armas ahí dentro, son de alto calibre tómenlas.
—De acuerdo, Tren, Carlo, Jake y Rassmusen ya saben que hacer, el combustible —ordenó Colby—. Usen los lentes y conecten las líneas de combustible. Swatson, Jace, Dorian, Jacob Harley, vamos a cubrir la entrada. Gemelas, encárguense de asegurar los autos para el despegue.
—Vamos a la cabina capitán, hay que preparar esta cosa —dijo Robbie al ayudarlo a subir las escaleras que daban a la espaciosa cabina.
—Este avión es enorme —dijo Jace al bajar.
—Es un Condor-B33 Jumbo, un avión de carga militar pesada y muy grande —respondió Raquel.
—¿Cómo lo sabes? —Preguntó Dorian.
—Créeme guapo, sabemos de vehículos —dijo Rachel.
—Les daré algo de visión extra —Dijo Robbie a través de los parlantes del avión, entonces luces se encendieron en la rampa, pero no penetraban la intensidad de la tormenta—. Hay una torreta desplegable, aprovéchenla.
De suelo se abrió un pequeño panel por el cual una torreta desmontable comenzó a surgir de manera vertical para luego adoptar la forma correcta para disparar. Colby se acercó a la torreta y la tomo, accionando el gatillo y viendo como los cañones comenzaban a girar antes de detener los disparos.
—Creo que si tenemos posibilidades —sonrió.
—Línea de combustible conectada —anunció el capitán desde la cabina—. Debemos aguantar cinco minutos, es lo que tardará el tanque en llenarse hasta donde necesitamos para llegar a la ciudad.
—Y, como extra, aquí tienen algo de música para concentrarse —dijo Robbie al poner música en los parlantes.
—¿Esa es Bohemian rapsody? —Preguntó Colby.
—Sí. Es esa canción —contesté al desenfundar mi espada de mi espalda.
—Bueno, prepárense...
Esperamos por unos cuantos segundos, antes de ver la silueta del primer infectado acercándose lentamente hacia la rampa, era un bíter del cual Dorian se encargó de un disparo con su rifle. Por la derecha se acercaba otro, era uno de los trabajadores de la pista, las vísceras le colgaban del estómago. Bajé la rampa y de un movimiento le corté la mitad de la cabeza.
Otro infectado se acercaba rápido, era un feral que corría a toda velocidad a por mí. Desenfundé mi arma y le disparé a las piernas para que al ver su ca-beza fijamente en el suelo lo rematara de un disparo muy certero.
—¡Cuidado! —Harley me cubrió disparándole a un night skin que saltó para arrojarme al suelo.
Por la prisa no apuntó a la cabeza el infectado se retorcía en el suelo por los disparos antes de levantarse y darme un golpe que me arrojó a la rampa, me iba a levantar para acabarlo, justo cuando Colby usó la torreta para desmembrar la parte superior del cuerpo del infectado.
—Vuelve aquí, esto se va a poner intenso —dijo Colby, cuando los aullidos se escucharon demasiado cerca.
—Veamos si unas bengalas al aire les ayudan un poco —dijo el capitán—. Disparando bengalas.
Escuchamos un movimiento mecánico en el avión luego de dos fuertes disparos, que un par de instantes más tarde, crearon dos explosiones rojas muy potentes que iluminaron la pista, repleta de infectados corriendo, tambaleándose, arrastrándose, todo hacia nosotros entre los múltiples rugidos, gritos, y aullidos hambrientos y desesperados.
—¡Es hora de abrir fuego dijo! —Gritó Colby al ver a los infectados muy cerca del avión.
Escuchamos la torreta girando, antes de que el ruido de los disparos se escuchara, y las balas calientes se observaran a través de la lluvia, impactando conta cada infectado que se acercaba, mientras cientos de cartuchos caían al suelo por segundo.
Nos unimos al fuego, disparando a los infectados que se le escapaban a Colby, la mayoría de ellos night skin que eran demasiado astutos y se movían a todas partes esquivando su final. Algunos infectados venían de otras partes de la pista y se trataban de colar por los lados, donde no podían se destrozados por la torreta.
El ruido era ensordecedor, los aullidos eran intensos combinado con los gemidos en coro de la horda que se avecinaba. Un bíter trató de subir por la rampa, pero una patada en el pecho y un golpe de la barreta de Harley lo dejaron fuera del mundo de los vivos.
Las hermanas y Jace se unieron a nuestra lucha, cada vez más infectados estaban acercándose, y para colmo las bengalas se habían apagado restándonos visibilidad.
—¡Las cosas son un infierno aquí afuera! —Gritó Carlo a través del comunicador, que estaba enlazado a los parlantes—.
—¡Estamos rodeados! ¿Cuánto maldito combustible falta? —Espetó Rassmusen hecho una furia.
—¡Faltan dos minutos! —contestó Robbie—. ¡Y deja de ser una nena Rassmusen!
—¡Baja aquí mocoso y te enseñaré algo que te hará cagarte en los panta...! —Se calló por un segundo—. ¡Tren encárgate de esa cosa!
De fondo se escuchó el rugido de un bull. Un impacto hizo temblar la estructura del avión, casi habíamos perdido el equilibrio por completo a causa de ese repentino movimiento.
—Lo siento, ya me encargué de esa cosa —informó Tren.
Las probabilidades de éxito cada vez iban disminuyendo, otras luces de bengala fueron lanzadas al cielo, mostrándonos el mar de infectados que nos estaban llegando.
—¡Capitán! —Espetó Colby sin dejar de disparar—, ¡No aguantaremos mucho más empiece la secuencia de despegue nos iremos ahora! —Hizo una breve pausa, apuntando al cuerpo de un bull que venía en carrera, las balas eran potentes y destruían las placas de sus huesos, pero no con suficiente rapidez—. ¡Vamos muérete!
Nos unimos a los disparos.
Nada surtía efecto en aquel objeto imparable cargado de hambre e ira, un disparo estruendoso se hizo escuchar, dejándonos un potente dolor en los oídos, acto seguido parte del torso del bull reventó separando músculos y huesos, antes de que otro disparo terminase por partirlo a la mitad. Al volvernos atrás, pudimos observar que Amy había disparado aquella arma de largo alcance, y potencia para perforar un tanque.
Mi concentración paso hacia mamá, estaba aterrada siendo consolada por Érika en el interior de mi auto. En mi distracción, un night skin me tomo y me arrojó hacia la lluvia, los muchachos lo acabaron al instante, pero el dolor de la caída no me permitió moverme por unos segundos, en los que un feral se abalanzó sobre mi e intentaba morderme entra golpes.
Jake apareció entonces embistiendo al infectado, apartándolo de mí. Ambos se reincorporaron, el infectado atacó, Jake usando sus conocimientos de artes marciales combatió con el cadáver ambulante, rompiéndole un brazo, arrodillándolo para después usar su codo en un golpe fulminante que le destrozó el cráneo.
—Levántate niño —dijo al halarme con su brazo.
Desenfunde mi espada en ese instante clavando la punta en el ojo de un night skin, luego a un bíter cortándole la cabeza y partir a un feral a la mitad.
Tren, Rassmusen, y Carlo se acercaron para ir todos juntos, cubriéndonos los unos a los otros hasta la entrada del avión, dejando un rastro de cadáveres de infectados. Subimos por la rampa empapados por el agua de la poderosa lluvia; un trueno como nunca hizo temblar el cielo con su ponente tronar.
—Estamos listos para el despegue, sujétense —indicó Robbie.
La torreta se posición verticalmente de nuevo, golpeando el rostro de Colby desangrándole la nariz, conmocionándolo al caer de espaldas, mientras esta regresaba al suelo.
—Vamos levántate —Jace lo ayudo a moverse, llevándoselo para que no lo arrastraran fuera del avión en un descuido.
—¡Mierda! —Espetó Rassmusen al recibir el impacto de una Púa night skin en el brazo—. ¡Tomen hijos de puta! —Disparó con el brazo izquierdo retirándose al fondo.
Seguimos cubriendo con las armas que teníamos y poca munición con el lento andar del pesado coloso aéreo. Tren se quedó sin munición, pero antes de irse en busca de más, le propinó un golpe a jun feral que le destrozó la mandíbula y lo derribo sobre la rampa. Tomo el cuerpo del infectados y lo arrojó a los más cercanos, antes de salir corriendo.
El avión comenzaba a girar, se posicionaba en la pista larga para el despegue.
—No hay tiempo para todo preparativo así que sujétense y no dejen de disparar —ordenó el capitán.
La aceleración comenzó. Un olor a combustible predominaba en el aire. hubo otra aceleración y sentimos una turbulencia.
—Demonios hay infectado en la pista —informó Robbie—, Carajo, algunos night skin treparon sobre el avión cuidado ahí atrás.
—Saluden a mi pequeño amigo —dijo Tren mientras apuntaba un enormes lanzacohetes sobre su hombro, apartándonos del camino.
Apretó el gatillo del arma, que, por la fuerza de salida de sus 4 proyectiles, fue empujado hacia atrás errando el tiro por mucho. Los cohetes se fueron por sobre los infectados impactando donde antes estábamos inmóviles, en la línea de combustible.
La explosión inicial fue potente lanzando y carbonizando a todo infectado a su alcance, pero esta no se detuvo en ese lugar, las explosiones siguientes desquebrajaban la pista siguiendo las tuberías subterráneas que abastecían a todos los aviones, haciendo explotar aeronave por aeronave en inmensas bolas de fuego que se tragaban a los infectados e iluminaban todo, en lo que solo se podía describir como el sueño de todo pirómano.
Vitoreamos a Tren llenos de euforia por aquella escena de fuego y destrucción, mientras las explosiones subsecuentes ocurrían en parte del aeropuerto.
—¡Eso estuvo increíble! —Dorian le palmeó la espalda.
—Cerrando la rampa de desembarque —dijo el capitán al momento de que se levantaba la rampa de manera apresurada, mientras recorríamos la pista a mayor velocidad.
Retrocedimos a la parte delantera del avión para buscar algún lugar en el cual sentarnos. Arriba de nosotros se escucharon múltiples pasos que iban hacia la rampa que faltaba poco para que se cerrara.
—¡Son night skin! —Advirtió Raquel al ver al primer infectado asomando su cabeza para entrar.
Lo abatimos con disparos antes de que entrara, pero otros dos lograron atravesar y correr hacia el interior, un tercero intentó entrar, pero sus piernas fueron cercenadas por la compuerta al cerrarse, y este cayó al suelo sin que hubiera rastro alguno de su paradero.
Ambos infectaros saltaron sobre los autos hasta estar entre nosotros, nos empujaban contra las paredes de los autos con aquellos delgados pero fuertes brazos que terminaban en zarpas afiladas.
Traté de tomar mi espada, pero uno de los infectados me tomo del cuello lanzándome contra mi auto.
Harley
Amy esquivó el zarpazo de uno de los infectados arrojándose al suelo, aproveche aquella distracción para subirme a la espalda del infectado e intentar ahorcarlo, pero estas cosas no respiraban al estar muertas.
El night skin me aporreó contra la casa rodante esforzándose para alcanzar me con sus garras, podía sentir as espinas en su espalda presionando mi abdomen, sentía que mi chaqueta no iba a evitar que las púas me atravesaran la piel, ya casi las podía sentir atravesándome.
—¡Harley mueve la cabeza! —Jace gritó al lanzar un fuerte golpe con su machete, el cual esquivé; la hoja partió el cráneo del infectado a la mitad, los borbotones de sangre cayeron sobre mi rostros y ropa al deslizarme hasta el suelo junto con el cadáver del infectado.
Swatson dejó salir un quejido antes de salir volando por un golpe del otro muerto, chocando con Jace. Las gemelas trataban de arrinconarlo, pero ni entre ambas lograban hacerle nada más que un par de golpes, hasta que Rachel recibió un zarpazo en la mitad derecha de su rostro cayendo al suelo entre un alarido de dolor; Raquel al ver a su hermana en problemas tomó al infectad de la cintura esperando derribarlo, pero este le propino un fuerte golpe en el abdomen antes de arrojarla contra Swatson y Carlo quienes la atraparon en el aire, cayendo de espaldas.
Tren aprovechó la distracción del infectado para tomarlo del brazo y arrancárselo de un tirón, y arrojarlo al suelo de una patada en el pecho que le fracturó un par de costillas. Jake retiró a Rachel del lugar mientras su rostro sangraba. Colby salió de la Casa rodante dejando ahí resguardada a la madre de Jace quien le estaba atendiendo su nariz sangrante. Con un martillo en su mano, acribilló la cabeza del infectado repetidas veces destrozando el hueso y dejando salir la masa pestilente del interior.
Jacob
Estaba terriblemente mareado, el golpe me había dejado fuera de combate los ruidos se habían acabado y solo quedaba un asqueroso olor en el aire. me reincorporé muy despacio apoyándome con mi auto, levantando la vista y observando que mi madre y Érika estaban histéricas haciéndome algunas señas, gritando, pero apenas y podía escuchar un zumbido en mi cabeza.
—¿Dónde está el otro infectado? —Fue lo único que alcancé a escuchar de los demás al volverme hacia ellos, viendo un poco borroso.
Divisé a Colby en el suelo sobre el cuerpo de un infectado observándome, con el rostro salpicado de sangre. Su expresión era de terror, al igual que la de los otros al verme, mientras mi audición regresaba lentamente.
—¡Muévete! —Lo escuché gritar.
Sentí que saltaban sobre mi espalda cuando me puse totalmente erguido sin apoyarme de nada, y sin que pudiera reaccionar rápido, giré un poco la cabeza en el momento preciso en el que los grandes colmillos del infectado mordieron mi hombro salpicado mi rostro con pequeñas gotas de mi sangre, antes de que soltara un agónico grito de dolor, entre algunos forcejeos para quitarme al infectado de encima.
Escuché el grito de mi madre desde el interior del auto, así como el de mis hermanos y amigos, al verme forcejear y gritar para tratar de quitarme al infectados de la espalda, mientras pensaba solo en una cosa: «Estoy infectado».
—¡Oh Mierda! —Escuché decir al capitán como últimas palabras.
Una explosión exterior sacudió el avión por completo, perforando parte del fuselaje, unas llamas se observaron mientras diminutos escombros perforaban el metal. Aquella explosión soltó una tubería del techo que a manera de péndulo me impactó, arrojándome contra la rampa. Me golpeé la cabeza antes ver todo negro, sintiendo que la muerte había llegado a mí, tan cerca de haber logrado nuestra hazaña más grande.
Jennifer
Mis gritos se ahogaban mientras aquella tubería que cayó del techo no podía ver a mi hijo, estaba tan preocupada, asustada, que no dude ni por un segundo el atravesar los asientos y abrir la puerta del conductor, salir sin mi bastón, gritándole a esa cosa al verla sobre mi Jacob.
—¡Ven aquí maldita cosa! —Grité a todo el volumen de mi debilitada voz, sacando un cuchillo de la bata que llevaba puesta sobre mi ropa.
El infectado alzó la vista con un trozo de tela de la chaqueta de mi hijo, y un poco de su sangre; lagrimas salieron de mi rostro mientras aquel ser putrefacto se arrastró hacia mí.
Érika estaba saliendo del auto para cuando me abalancé sobre el infectado, como pude evite sus garras acuchillándole el cuello con fuerza. La sangré brotó hacia mi cara, no pare de apuñalar al cadáver ambulante con todas mis fuerzas, cubriendo mi ropa y mi rostro de aquella sangre grumosa y apestosa de consistencia viscosa y color negro.
Continué gritando hasta que O'donnell detuvo mi mano en el aire, estaba demasiado agitada, exaltada, el solo ver su rostro lleno de seriedad bastó para que abriera mi mano recobrando la consciencia de lo que había hecho, dejando caer el cuchillo a un lado.
—Es usted una leona —dijo Tren al acercarse para levantarme.
—Daria lo que fuera por mis hijos —escupí sobre el infectado sin parar de llorar.
Dorian corrió junto con Érika para ver a Jacob, estaba inmóvil, boca abajo, parecía que estaba muerto.
Colby
Dejé a la señora en las manos de Tren sus hermanos estaban llorando al darle la vuelta, intentando quitarle la chaqueta de encima para ver si en realidad lo habían mordido, o la sangre que tenía encima era del infectado.
Observé sus rostros cuando le retiraron la chaqueta del torso, le habían mordido. Me acerqué más solo para verlo con mis propios ojos, y, en efecto... Ahí estaba la enorme mordida que sangraba profusamente, mientras sus hermanos se lamentaban mientras el chico seguía inconsciente.
Instintivamente desenfundé mi arma con el dedo en el gatillo, Dorian escuchó el broche de mi funda abrirse, observó mi mano y luego mi rostro.
—Espera... Por favor —dijo con la voz cortada, reincorporándose.
—Lo siento —contesté observando su rostro—, lo mordieron. Tenemos...
—Colby... Te lo suplico. Todavía no —dijo su madre llorando.
Observé su rostro por unos segundos, no apartaba el dedo del gatillo mientras las miradas del resto estaban sobre mí, juzgando mi siguiente decisión. De ser algún familiar mío, haría lo mismo que ellos me estaban pidiendo en estos mismos instantes, pero no lo era.
Me agaché enfundando el arma, tomé al hico en mis brazos.
—Sarah, necesitamos que pares la hemorragia y le administres unos sedantes —ordené escuchando un suspiro de alivio de su madre y hermanos—. Les daré todo el tiempo posible con él, pero antes del tercer día tendré que hacerlo.
Cargué al chico hasta llegar a la casa rodante, llevándolo hasta el fondo en la habitación. lo reposé sobre la cama mientras Sarah llegaba con todo el, equipo médico necesario para curarle aquella enorme mordida que parecía llegarle hasta el hueso.
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