Inesperado I

By gissellem007

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"Lo más importante no es el modelo de mujer, sino el valor que tenga de sí misma" 🎖Primer Lugar en PremiosN... More

SINOPSIS
Parte I
Protagonistas
Capítulo 01
Capítulo 02
Capítulo 3
Capítulo 04
Capítulo 05
Capítulo 06
Capítulo 7
Capítulo 08
Capítulo 09
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 43
ATENCIÓN

Capítulo 42

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By gissellem007

"No es suficiente ser bonita, hay que saberlo ser"

María Félix


Llevamos viajando aproximadamente una hora y aunque Nelson ha dicho que es una casa en el campo según veo es en una provincia cercana. He guardado todo en el bolso porque son pocos días y tras sus indicaciones he decidido llevar ropa cómoda, traje de baño porque hay una piscina y algo para pasear por allí. Viajar con él es grato porque podemos hablar de cualquier tema y no le importa que cambie la canción cuando no me gusta, muy diferente a Laura que siempre me quiere matar cuando cambio de canción antes que termine. Hay momentos en el que me toma de la mano y me da un beso y más que nada me agrada la idea de pasar unos días con él. Además, ya es hora que descansemos después de todo el trabajo que se llevó a cabo.

—Nunca he visto a tus padres por la Agencia —comento ahora que ha surgido el tema de la familia.

—Podría asegurarte que ya están radicados en New York desde hace un par de años. Cuando empezaron a frecuentar el país para visitar a mi hermana dos veces al año mi mamá empezó a querer quedarse por más tiempo. Al principio estaban donde mi hermana, pero luego decidieron comprarse una casa y ya viven allá, a mamá le gusta esa vida.

—¿Tienes planes de irte también? —pregunto ya que ha surgido el tema. No responde enseguida y mantiene su mirada al frente como si estuviera absorto en el paisaje.

—Al principio pensaba eso, pero creo que mi vida está acá. Admito que disfruto ciertas cosas de allá sobre todo al estar al tanto de las nuevas tendencias o visitar ciertos lugares, pero hasta ahora no he sentido esa atracción de pertenencia. Tampoco me cierro a esa posibilidad.

—Comprendo. Entonces la casa está sola generalmente todo el tiempo según puedo darme cuenta

—Sí, solo está una pareja de esposos jóvenes que se encargan de darle mantenimiento, pero ellos viven aparte. No te preocupes que nadie nos molestará ni te sentirás incómoda solo seremos los dos.

Escucharlo me tranquiliza un poco porque me gustaría disfrutar estos días más cómodamente. Al llegar casi muero de la impresión porque pensé que iba a ser una casa sencilla, pero me he encontrado que es la megacasa. Desde el exterior se puede observar el reflejo azulado de la larga piscina, también unos destacados y frondosos árboles que adornan no solo la casa sino todo su derredor. A medida que avanzamos en el auto al interior me quedo más impresionada.

—Lo sé, es demasiado ostentosa —Sonríe —. A mamá le ha gustado siempre el lujo y luego de comprarla poco a poco fueron arreglándola hasta convertirla en todo esto.

—Es una pena que ahora no puedan disfrutar de todo esto.

—Lo mismo pienso —afirma —, pero ahora para ella esta es su casa de vacaciones. Espero presentártela cuando esté en el país.

Al poco tiempo cuando nos bajamos del vehículo somos recibidos por un perro de raza Rottweiler, aunque aprecio a los animales "ese hermoso perrito" provoca que no intente salir del vehículo. Cuando Nelson da la vuelta puedo observar que le hace mimos al perro y él gustoso lo recibe.

—Ven —dice tomando mi mano cuando abre la puerta —. Es amigable, lo que tienen de tamaño y de apariencia lo tienen de cariñoso. Se llama Eko.

Aun con mucho temor dejo que se acerquen a mí y que empiece a olfatearme, me tranquilizo un poco cuando veo que pierde el interés en mí para volverse a acercar a Nelson. Se ve hermoso y aunque dan ganas de acariciarlo no lo haré o al menos hasta que le tenga un poco más de confianza. Creo que ha sido una buena idea no haber traído a Timoteo. Enseguida ingresamos a la casa y tal como se ve por fuera en el interior es elegante, está decorado de forma magnífica y el acabado es perfecto.

—Vamos a dejar las maletas para luego ir a caminar un rato por la ciudad para que la conozcas y te des cuenta que es agradable el lugar. Particularmente me gustaría vivir acá, pero está muy lejos de la Agencia y viajar esta distancia todos los días me resultaría agotador.

Asiento dándole la razón. Inmediatamente sin planearlo viene a mi mente la idea de una vida de casada junto a Nelson y algunos niños correteando en todo el lugar. Mi deseo de ser madre no es urgente y mucho menos el de casarme, pero hay momentos que esa sensación llega de vez en cuando. Lo mismo ocurre al darme cuenta que llevo una vida monótona y aburrida, siento que le falta alguna chispa que infunda satisfacción a mi vida.

Al llegar al centro de la ciudad dejamos el auto estacionado y decidimos caminar por las rocosas calles. Por primera vez desde que estamos juntos nos permitimos ir por allí tomados de la mano disfrutando del bello paisaje que se torna cuando el ocaso hace presencia. El lamentable que estemos perdiendo mucho tiempo y cosas que podríamos hacer como pareja. Su mano asida a la mía me da seguridad junto a los momentáneos abrazos y besos de los que somos partícipes. En el trayecto señala algunos lugares y me comenta ciertas anécdotas que recuerda de su hermana. Presto atención a cada uno de los detalles que habla porque me alegra escucharlo y verlo tan contento hablando de su familia.

De repente dejo de escucharlo porque mis ojos se iluminan cuando leo el nombre de un local situado en una casa de dos pisos.

—Mira —digo señalando emocionada el letrero Sandy Gimnasio —. Practican boxeo. —Sin esperar su reacción lo arrastro hacia esa dirección y al llegar percibo que hay dos hombres en el cuadrilátero y otros entrenando y calentando con la cuerda, el saco y en pareja. En ese momento mi corazón se acelera y recuerdo esos días que pude disfrutar de esos ejercicios y de unos buenos golpes. También lamento que César no me haya llamado para informarme de algún lugar, esto me hace notar que debo de buscarlo por mi propia cuenta.

—No estaba enterado que te interesaba el gimnasio —comenta Nelson provocando que vuelva en sí.

—Si me lo habrías preguntado hace un tiempo atrás te diría que no, pero ahora opino diferente, pero en realidad lo que me atrae es el box. Lo aprendí esos días que fui de vacaciones y prometí que lo seguiría, pero aún no he conseguido hacer un espacio de mi tiempo para buscar donde practicarlo. Enseguida empiezo a contarle cómo empezó a gustarme y lo mucho que aprenda en tan poco tiempo. Nelson se queda sorprendido al escucharme porque comenta que nunca se imaginó que me interesaría ese deporte en especial, pero no pierde oportunidad para animarme a seguir practicándolo.

—Si no sabes dónde entrenar te puedo recomendar un lugar que está cerca de tu departamento, antes iba allá pero luego fui con un amigo a otro lugar que me recomendaron y me quedé allá.

—¿Sí? Sería excelente porque ya quiero aprovechar mi tiempo libre para boxear y seguir aprendiendo.

—Todo esto me preocupa porque ahora tendré que cuidarme porque en cualquier momento podrías darme algún zurdazo y noquearme.

Sonrío con malicia.

—¡Deberías! —levanto el puño —. Si te portas mal te puede salir todo muy caro.

—No te será muy fácil —sentencia. De repente me hace cosquilla y suelto la risa —. Soy muy bueno en ese deporte también.

Con la intención de librarme de su tortura salgo corriendo entre risas mientras me sigue. Al final decidimos comer en un agradable restaurant antes de regresar a la casa. Y como ya era tarde y estábamos cansados del viaje decidimos encerraron en la habitación y envolvernos entre sábanas sin ninguna preocupación. Solo Nelson y yo.

Miro una y otra vez el traje de baño que está sobre la cama. Lo guardé en la maleta por inercia, pero ahora que lo estoy pensando detenidamente creo no lo usaré. Resoplo y me siento en la cama, veo a través de la ventana y el sol de la mañana está radiante y me parece una buena combinación para nadar en la piscina. Observo nuevamente el traje y me debato si usarlo o no.

—Me gusta —dice Nelson acercándose envuelto con solo una toalla en la cintura dejando a la vista su pecho desnudo. Automáticamente aseguro más la bata de baño y vuelvo a pensar que ha sido mala idea empacar el traje de baño, así tendría excusa para no usarlo.

—Creo que no me lo pondré —digo finalmente.

—¿Por qué? De seguro te quedará perfecto.

Bufo.

—¿Y ahora qué? —pregunta ante mi gesto.

—No quiero usarlo. Además Sebastián podría andar por allí y siendo sincera no tengo ganas de nadar.

Nelson eleva una ceja en señal de incredulidad porque cuando llegamos a la casa Sebastián luego de presentarse y saludar aseguró que no lo veríamos por aquí y que si lo necesitaríamos tendríamos que llamarlo por teléfono. Además, anoche le manifesté mi deseo de nadar en la piscina.

—Creo que el problema es otro —comenta sentándose también en la cama y tomando las dos piezas —. Este negro con gris y la parte transparente es una combinación elegante y me gustaría verlo en tu cuerpo. ¿Has escuchado cuando dicen que hay un lugar para todos los cuerpos? A nadie le quedaría esto mejor que a ti, Mille.

—Tal vez lo use solo porque estamos los dos —Tomo de sus manos el traje de baño —, pero la verdad es que no me siento cómoda. Hay otros cuerpos a los que les quedaría mejor —susurro.

—Eres hermosa con todas tus proporciones y no tengo que volver a recordarte. Ven aquí —Levanta mi rostro para que lo observe —. Ninguna mujer es igual a otra porque siempre habrá algo que le sobre o le falte, pero al final lo logrará cubrir o quitar con su ingenio y personalidad. Solo es cuestión de descubrir —Señala mi corazón —lo que a ti te complemente y te llene de felicidad, pero sobre todo que sientas pasión hacer. Creo que eso el único que te falta, ese algo que te haga sonreír aun dormida además de mí.

Sonrío escasamente porque es cierto. Aun no me siento completa y lo peor es que no sé porque ni a que se debe ni cómo conseguirlo. Cada día en lugar de sentirme más feliz percibo que me voy apagando y no quiero eso para mí.

—Es que para ti todas las mujeres son especiales —increpo y su rostro se contrae.

—Sí —afirma con determinación —. De hecho, me gusta que las mujeres descubran lo que les hace feliz y tengan éxito.

—Aunque para ti algunas son más importantes —digo alargando el más.

—Por supuesto, tú, por ejemplo. Aunque no entiendo hacia dónde quieres llegar, dímelo claro.

No puedo evitar recordar la insistencia con la que lo llamó Nicolle toda la noche a tal punto que tuvo que dejar el teléfono en vibrador y aun así el sonido era molesto. Lo que más me irritó es saber que algunas llamadas le contestó y no supe escuchar cuál era el tema tan urgente que requería su tiempo. Aunque me dije que no iba reclamarle esa sensación amarga ha surgido otra vez.

—Que nunca las cosas salen como espero y estoy harta de sentirme así, cuando debería ser lo contrario. —Intenta toma mi mano, pero no lo dejo y me levanto —. Pero lo que no soporto es que Nicolle no nos deje en paz ni cuando estamos fuera de su alcance. ¿Crees que no me he dado cuenta que tú teléfono no ha parado de vibrar desde ayer y hoy continúa la misma situación? Y no te atrevas a decir que no es ella.

—Mille...

—¡Cállate! —espeto furiosa logrando sorprenderlo —. Lo peor es que te dejes manejar de ella a su antojo y que yo me haga la idea que esta situación va a cambiar. Ella es como una sombra que nos persigue a todos lados. Pero tú —lo señalo —, tú eres el único culpable y me estoy hostigando de todo esto.

—Lo siento tanto, yo sé que no es justo para ti y tampoco te voy a negar que es ella, pero tengo que contestarle porque es necesario si no lo fuera ni siquiera lo hiciera.

—¡Siempre es ella, siempre es ella! —empiezo a dar vueltas para tranquilizarme porque no quiero reaccionar mal, pero es inevitable no sentirme furiosa —. He pensado muy seriamente que lo nuestro no va a funcionar porque siempre hay algo que fricciona la relación y no es sano todo esto.

—No hables así, Mille —se levanta pero no dejo que se acerque. Gruñe —. No me agrada esta actitud tuya tan a la defensiva porque pensé que todo estaba bien. Me gusta cuando sonríes y puedo ver ese brillo en tus ojos que me encanta.

—No trates de desviar el asunto, Nelson porque esta vez no lo permitiré. ¿Por qué estás atado a ella? —pregunto aprovechando el momento para zanjar esta situación. Arruga el ceño al escucharme —. Nicolle sabe manejarte a su antojo, aunque lo niegues o intentes demostrar lo contrario porque si no fuese así no estuviéramos envueltos en esta acalorada e innecesaria discusión. Entiende que no nos va a dejar en paz y debes de ponerle límites si quieres que siga a tu lado. ¿Qué te ata a ella? Respóndeme.

—No me ata nada, pero la quiero —hace una pausa y me mira fijamente —, no de la forma en que tu cabeza está imaginando. —Niego y sonríe escasamente —. Admito que estuve un tiempo interesado en ella, si es que se puede llamar a eso interés porque ella lograba complementarme en ciertas cosas, aunque no lo creas o algunos no lo vean. Pero te aseguro que es un gran ejemplo de mujer, ha salido adelante ante tantas adversidades y nunca la he visto renegar de lo que le ha tocado vivir. Simplemente le prometí que iba a ayudarla siempre que tendría las posibilidades y pienso cumplirlo.

—¡Qué bien! Espero que disfruten porque tu respuesta ha dejado en evidencia que las cosas seguirán como se han mantenido entre ella y tú.

—Mille, no adulteres mis respuestas. Solo intento decirte que si tal vez la empezaras a tratar un poco o al menos intentaran conocerse las cosas serían muy distinto.

—¡Oh, ya entendí! Quieres que nos llevemos muy bien para que no te alcancen mis reproches, ¿verdad? —niega —. Pero ¿sabes qué? Ahora no me interesa ninguna amistad con ella porque simplemente pensé erróneamente que podría tolerarla, pero ni siquiera eso ha sido posible. No me siento bien a su lado y nunca lo haré.

—A veces pienso que te falta ensancharte: al fin de cuentas solo conmigo, Laura, Rodrigo, Erick y unos cuantos más te sientes a gusto. No debes encerrarte en tu mundo siempre debes imponer tu presencia donde sea.

—¿Ahora la del problema soy yo? Ja. Solo eso me faltaba

—Parece que no vamos a ningún lado con esta discusión, pero al menos nunca dudes de que te amo. Si de mí dependiera te esclarecería toda duda, pero me gusta respetar la privacidad de las personas y eso es algo que Nicolle desea. También quiero que comprendas que es falso cuando dicen que me he acostado con todas las modelos de la Agencia, algunas han llegado después que tuvimos algún amorío, pero jamás mezclo el trabajo con el placer. Únicamente te amo a ti, pero eso sí Mille, jamás le quitaré mi ayuda a Nicolle.

—Todo es tan claro —digo irónicamente —. Lo más triste de todo es que he sido tan tonta cuando creí en tus palabrerías al afirmar que echarías a Nicolle de la Agencia por mí.

—No malinterpretes los asuntos, sí estaba dispuesto a despedirla, pero tampoco la iba a dejar abandonada. Ella sabe que su comportamiento despectivo hacía a ti y otras mujeres me molesta, pero le habría dado una buena recomendación para que la empleara otra empresa.

—No, no mientas. Estoy segura que habrías salido corriendo y personalmente ibas a pedir trabajo para ella, si es que llevabas a cabo tu palabra de echarla.

Niega, pero no refuta absolutamente nada.

—Estoy planteándome seriamente la idea de terminar con "esto" que aparentamos tener antes que sea demasiado tarde —concluyo.

Sin decir más me levanto para ir a cambiarme de ropa. Su actitud no va a arruinar que disfrute de un baño en la piscina.

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