Capítulo 11

4.2K 416 56
                                    

"La felicidad está dentro de uno, no al lado de nadie"

Marilyn Monroe


Un beso es una expresión de cariño entre dos personas, para algunos es algo espontaneo, para otros algo que se viene deseando desde hace mucho tiempo. Es una experiencia agradable y placentera que, aunque dura segundos o minutos la sensación se la lleva siempre, sobre todo cuando esa otra persona es alguien especial o te hace sentir así.

Podrían bastarme los dedos de mi mano para señalar cuántas personas me han besado o tal vez solo una mano necesitaría. El caso es que para mí un beso es algo muy diferente de cómo la gente lo ve. Para Laura no tiene mucho significado así que desde su punto de vista no tiene mucha importancia a quien se dé un beso. Pero para mí un beso es una acción que solo se lo das a alguien excepcional, podría parecer exagerado, pero es lo que siempre he creído. Es un acto íntimo que solo puedo brindárselo a alguien que me sienta cómoda y segura o por lo menos corresponda en algo sus sentimientos hacia mí. Si, lo sé soy demasiada insegura.

Dejo de pensar tanto cuando su boca se desliza por mis labios con soltura y maestría permitiéndome disfrutar de un maravilloso beso, el efecto que provoca en mi es espléndido y más aún después de haber recorrido mi cuello regando besos por doquier mientras lo esperaba ansiosa que volviera a mi boca.

Me siento tan aturdida que cuando se separa para inhalar mejor anhelo su contacto, nuestros ojos se encuentras brevemente y como si también sintiera la agónica lejanía vuelve a sellar mi boca con sus labios. Esta vez la ternura con la que vuelve a besarme me desvanece más, es como si mi cuerpo hubiera alcanzado al fin la meta y que celebrara jubiloso su premio.

Pensar en lo que Nelson siente en este momento oprime mi más recóndito ser, golpeando mi realidad. De seguro para él es otro simple beso que se lo puede dar a cualquiera. ¡Cuán diferente es un beso para un hombre!, aunque seguro puede haber escasas excepciones. Lentamente me separo de él, en el momento que separo mis labios de los suyo inclino mi cabeza.

Ejerce presión sobre mi cuerpo pensando de seguro que voy a irme, pero, ¿cómo podría hacerlo? Si con solo un beso me ha dejado en las nubes, es como si después de caminar por mucho tiempo me ofrecieran una revitalizante bebida o como si de repente una cálida llovizna hiciera acto de presencia. Pero, al mismo tiempo es como si en un día normal apareciera un tornado desestabilizando todo.

—Millena...no quiero que huyas, necesitamos hablar esta vez.

Aún no logro mirar su rostro, pero su angustiada y urgente voz junto con su respiración agitada me recuerda que no está bien lo que hicimos, pero como dice tenemos que hablar. Conversar con él sobre este particular aspecto es tan difícil. Puedo entablar una conversación sobre cualquier otro tema, hasta sería capaz de contarle algún secreto e intimidad, pero en cuanto a hablar del beso y mis sentimientos enseguida se me hace un nudo en la garganta que no me permite ser sincera con él como es nuestra costumbre.

Es muy diferente con Laura, aunque ella siempre sale con algún disparate u ocurrencia sé que solo lo hace por molestarme, pero cuando conoce que el asunto es serio para mí puede llegar a ser la mejor consejera sacando su parte madura y ejemplar. Además, con ella puedo contarle absolutamente todo sin sentirme reprimida en ningún momento. Ese es mi mayor regalo de la vida, tener a alguien que me ama mucho y está dispuesta a todo por mí.

En cambio, Nelson por inevitable que parezca a veces me recuerda a los hombres que solo te dicen palabras dulces para llevarte a la cama sin importarles si están casados o tienen su pareja. O peor aún sin importarles lo que uno como mujer sienta involucrado sus sentimientos. Lo sé porque he recibido algunas propuestas sutiles que al final resultaron ser indecentes. A la mayoría no le interesa otra cosa que no sea sexo, eso lo tengo bien claro, no voy a dejar que mis sentimientos o pensamientos me hagan creer que necesito mendigar esa clase de amor. Soy una mujer que como cualquier otra merece recibir amor de la misma manera que puede darlo, soy valiosa, aunque muchas veces lo dude.

Inesperado IWhere stories live. Discover now