Capítulo 02

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"Si piensan que eres fea porque no eres talla cero. No te preocupes, tú eres la hermosa la sociedad es la fea".

Marilyn Monroe

El olor a café recién hecho logra despertar mis más íntimos deseos de una taza de aquel líquido caliente, empiezo a removerme entre las sábanas después de un sueño reparador. Al instante Timoteo reclama sus caricias matutinas pasando su cola por mi cara —provocándome cosquilla y risa al mismo tiempo —su ronroneo me permite disfrutar también de las suyas. Su cabeza busca mi mano con placer deleitándose en los mimos que siempre obtiene de mí.

—Buenos días, Timoteo —le saludo dándole un beso y atrayéndolo a mi regazo para seguir consintiéndolo —. ¿Quieres comer?, —maúlla en respuesta —.Yo también tengo hambre. —El olor que se percibe en toda la habitación ha despertado también mi apetito.

Soy consciente de mi peso en todo momento y también sé que tengo que esforzarme por bajar todo cuanto pueda, pero eso no impide que disfrute de un buen desayuno. El hacer dieta no es privarse de los alimentos, todo lo contrario, es saber disfrutar de ellos. Desde que recuerdo siempre he conservado el mismo peso y ya debería estar acostumbrada al mismo pero no es fácil.

En mi lugar de estudios siempre hubo algún imprudente que lograba que me escondiera en mi caparazón por sentirme diferente, y aunque tuve muchas amigas y amigos mi peso fue obstáculo sobre todo con los chicos que me gustaban e incluso con quienes intentaban acercarse.

Tengo que admitir que muchas veces me he sentido desanimada principalmente al entrar a comprar algún vestuario o ropa interior, siempre recibo la misma respuesta «déjeme ver si hay de su talla». Las personas deberían de pensar un poquito al dejar salir sus palabras, de esa manera evitarían hacernos sentir mal a quienes nos hacen ver y sentir diferentes.

Otro obstáculo de mi vida es haber conseguido un trabajo en una agencia de modelaje, verme rodeada de hermosas mujeres no ayuda en nada a mi autoestima, antes bien ocurre todo lo contrario. Desde luego que ha sido todo un reto trabajar en un lugar donde la apariencia es lo que importa y sobresale. Pero he logrado sobrevivir tras cuatro años así que seguiré haciéndolo.

Me obligo a levantarme de la cama, voy al baño a realizar la rutina de siempre mientras Timoteo se desliza por mis piernas. Vuelvo a acariciarlo y salgo de mi habitación.

Al dirigirme a la cocina veo a Laura preparando el desayuno mientras tararea una canción. Me acerco sentándome en el mesón.

—Buenos días, Laura —sonríe y sigue en su tarea.

—Buen día, Mille. ¿Cómo dormiste?

—Bien y ¿tú?

—También bien. —Me levanto para ir a servirme una taza de café. El clima está más frío hoy de lo normal.

—Por cierto ¿te cambiaron de turno otra vez? Se supone que no deberías estar hoy en la mañana. —Laura es Anestesióloga y trabaja en el hospital de la ciudad. Disfruta mucho de su trabajo.

—Hoy es el aniversario matrimonial de una compañera y me pidió que le cambiara el turno para tener libre la tarde y prepararle una sorpresa al esposo.

—Que suertudo el hombre. —Se acerca y me coloca huevos, pan, mermelada y jugo —. Gracias

—En la noche voy a salir con Javi, ¿quieres venir? Para decirle que le diga a Eduardo y allí salimos los cuatro.

—Ni loca —me levanto para colocarle la comida a Timoteo que empieza a impacientarse —. No voy a salir a ningún lado con ustedes si él está presente.

Inesperado IWhere stories live. Discover now