Capítulo 33

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"Todos tenemos luz y oscuridad dentro de nosotros. Lo que importa es la parte que elegimos para actuar. Eso es lo que realmente somos"

J.K. Rowling


Las diferentes situaciones ocurren cuando y como tienen que ser y no hay marcha atrás ya sea por contextos previstos o por estar en el momento inadecuado. Sea como sea siempre hay que hacerle frente y afrontar las consecuencias.

Haber ido a visitar a mi familia ha sido una de las mejores decisiones, he disfrutado nuevamente de la compañía de mis padres y de mi sobrino, saber que todo parece marchar bien en casa me ayuda a sentirme muy bien. Además, encontrar en el boxeo una forma de relajarme y al mismo tiempo un deporte ha sido estupendo y gratificante. Ahora solo queda buscar un lugar aquí en la ciudad donde pueda seguir practicándolo. Aunque César me ha dicho que buscará por mí en internet para ver las mejores opciones.

He llegado bien a casa y Timoteo también, aunque me preocupa un poco porque no ha querido comer como siempre lo hace, es muy glotón. Ha preferido dormir y aunque es muy común en él que también sea dormilón me preocupa su estado de ánimo. No obstante, es razonable que desee descansar. Decido dejarlo tranquilo esperando que solo sea consecuencias del viaje.

Cuando llegué a casa Laura muy convenientemente nunca preguntó lo ocurrido entre Nelson y yo ese fin de semana y con lo cotilla que es me resulta más que evidente que ella armó todo lo de la cena para que podamos estar a solas y Nelson muy comedido hizo todo lo posible para llevarle la corriente. Bueno, a decir verdad, no me arrepiento de lo que ocurrió aquel día, todo lo contrario, mi corazón se alboroza cuando pienso en él, pero aun así me debe una gran explicación la señorita.

Mientras voy llegando a la Agencia me emociono porque lo volveré a ver. Tan precavido está que hasta me llamó anoche para asegurarse que ya estuviera en casa para que hoy pudiera reincorporarme al trabajo, aunque quiso irme a recoger a la terminal me negué completamente, prefiero verlo hoy. Admito que estoy nerviosa, solo pensar en él se me alborotan todas las mariposas y el avispero del estómago. Decido ir directo a la oficina, aunque mi intención es primero visitar a Rodrigo, pero cambio de opinión porque recién me reincorporo, no quiero encontrarme con ninguna novedad.

—Hola, Bachita —Saludo a la señora de limpieza.

—Buenos días, Millenita. ¿Cómo le fue con su familia? Me enteré que estaba de viaje —menciona emocionada al verme.

Es una señora de pequeña estatura, pero tiene un corazón enorme. Su cabello canoso no solo demuestra su avanzada edad sino la sabiduría que lleva encima, es muy agradable hablar con ella.

—Muy bien —aseguro mientras me detengo al pasar por su lado —. Disfruté un montón y vengo con la batería totalmente recargada.

—Así me gusta que se divierta. Hay que aprovechar que la vida es una sola y no hay vuelta atrás.

—Así es —opino —. Voy a seguir tu consejo, Bachita.

—Eso espero mijita.

Termino de hablar mientras le pregunto de su perrito que lo tenía un poco enfermo y me alegro saber que está bien, también pregunto por su nieto que tiene a su cargo y al parecer todo está bien encaminado. Me alegro mucho por ella. Al llegar a la oficina dejo mi bolso a un lado y logro divisar una hermosa rosa roja en mi escritorio junto a una hoja doblada, ensancho mi sonrisa al ver aquello y mi corazón se agita. Sin pensarlo más, me acerco para tomarla y olerla, luego ojeo el pequeño papel que se encuentra allí. Apenas lo desdoblo puedo percibir que es su letra, no reparo más y la leo.

Fue esa noche que descubrí lo frágil que ante ti me siento, doblegado por tu mirada te apoderas de mi pensamiento.

Inesperado IWhere stories live. Discover now