Capítulo 7

3.6K 386 51
                                    

"Siéntete importante, y te verán importante"

Oskarlys Salazar


Me acomodo en la silla de mi escritorio para cambiar de posición. Enviar y responder correos referentes al evento por aproximadamente una hora y media ha provocado estragos en mi cuerpo entumecido. No he dejado de pensar en mi absurdo comportamiento de ayer al salir corriendo del trabajo. En estos días de preparación para el Fashion Week no es conveniente estar desperdiciando el tiempo por tonterías.

Mi decepción fue evidente cuando no vi ningún mensaje o llamada de él, que tonta había sido al pensar que iba a tener muchos mensajes desesperado y llamadas. La triste realidad me ha golpeado de nuevo. Nelson no es ese tipo de hombres, él no ruega ni busca, simplemente espera y todo lo obtiene. Menos a mí, de eso estoy segura.

Los correos que debieron de enviarse ayer son solo una muestra que tengo que dejar de preocuparme por tonterías y comprometerme en mi trabajo. Nelson ha llegado mucho antes a su oficina y eso es de seguro para ahorrarme el momento incómodo de encontrarnos, pero lo cierto es que en cualquier momento tengo que hacerle frente, como justo ahora que necesito que firme unos documentos.

Como si lo invocara las puertas de su oficina se abren, aumentando mis nervios, pero tranquilizándome un poco al permitirme ver primero a Rodrigo, no sabía que estaba allí dentro. Sonríe cuando me localiza con su mirada y yo hago lo mismo. Solo fijo mi atención en él sin ser capaz de mirar a Nelson, aunque percibo que me está observando. Ya me lo imagino mirándome con aquellos ojos café penetrantes.

—Millena, buenos días, ¿cómo estás? —Saluda y se acerca para darme un beso en la mejilla.

—Buenos días Rodrigo, espero que hayas amanecido bien.

—Ahora muy bien, solo con verte mi día se iluminó.

—¿Debo dar las gracias? —sonríe cuando pregunto eso.

—Claro que sí. Estaba hablando con Nelson mientras te daba tiempo a llegar para lo que necesitamos coordinar. Ayer estuve buscándote y no te encontré. Me sorprendió y preocupó al mismo tiempo desde que me acuerdo nunca has faltado al trabajo.

—Emm... si —le digo un tanto avergonzada y nerviosa. No sé qué decirle.

—Pero luego Nelson me contó que te sentiste un poco enferma. ¿Ya estás mejor?

Creo que estoy más roja que un tomate en este momento, no soy de las que les gusta estar mintiendo y peor aun cuando Nelson está observando y estudiando mi reacción con sus manos en los bolsillos. Aunque no lo veo es fácilmente distinguir su postura.

—Sí, me sentí algo mareada —digo, aunque fue cierto. Ante aquella proposición sentí que me mareaba totalmente —. Pero ya estoy bien, gracias por preocuparte.

—Me alegro porque nos espera mucho trabajo.

—Sí —respondo esperando que cambie pronto de tema.

Este es uno de los momentos más incómodos que he pasado, tener a Nelson detrás de Rodrigo sabiendo que es mentira lo que dijo y yo asumiendo eso mientras le miento descaradamente a él.

—Te dejo los nombres de la primera preselección de modelos femeninas. Por favor ayúdame con los datos que yo le digo a Karen que se encargue de llamarlas para ahorrarte eso.

—Está bien, enseguida te imprimo el documento. Gracias por la colaboración.

—Listo, más tarde pásate por mi oficina por favor, Millena.

—Está bien e incluso te llevaré el documento.

—Rodrigo, no te olvides que antes de llamar a las que van a estar en el evento me gustaría darles el último visto bueno —dice Nelson.

—Claro, ya te conozco. Bueno, ahora sí me voy que estoy coordinando otros detalles.

Una vez que se intenta alejar Rodrigo no sé cómo voy a reaccionar al quedarme a solas con Nelson. Tengo miedo que me haga referencia de lo que pasó o peor aún que me exija una explicación por mi actitud, debo estar presente lo menos posible delante de él. Así que veo una posible salida.

—Rodrigo si quieres te acompaño a tu oficina y...

—No —interrumpe Nelson con su voz grave —. Primero tienes que buscar la lista de las modelos. Además, eres mi asistente, no la de Rodrigo.

Rodrigo me mira inquieto, luego lo mira a él y sin decir nada sale de la oficina. Aún sin mirarlo a la cara doy media vuelta para quedar a espaldas de él. Quiero decirle tantas cosas en su cara; el hecho que sea su asistente no quiere decir que sea de su propiedad o que no debo prestar ayuda a alguien de la agencia, pero al mismo tiempo recuerdo que él no es así. De seguro la tensión del evento y tantas ocupaciones lo han hecho reaccionar de esa forma.

Hay un silencio espantoso en mi pequeña oficina, pero sé que aún permanece a mi espalda, alcanzo a ver los documentos y son mi única salida para acabar con esta horrible situación.

—Necesito que me firme estos documentos para enviarlos.

Los coloco a un costado de mí y noto que se acerca aún sin sacar las manos de su bolsillo, su calor corporal invade mi espacio. Levanta los documentos para darle un vistazo.

—Me olvidé decirte ayer que hay que avisar a los medios de comunicación sobre el evento.

Sin saber el motivo escucharlo dirigirse a mí me tranquiliza, siempre me ha gustado llevarme bien con él y no quiero echarlo a perder.

—Está bien, enseguida lo hago.

Da la vuelta con los documentos en la mano hacia su oficina llevándose la tensión y dejando alivio en la mía. Me derrumbo en mi silla para respirar con normalidad. Presiento que Nelson va a acabar con mi tranquilidad.

Lo que tengo que hacer es ponerme a trabajar en los documentos que me quedan por redactar y dejar de torturarme solita.

Después de revisar, enviar y editar algunos documentos decido ir a prepararme un café, la costumbre es también prepararle uno a él, pero en esta ocasión creo que será diferente. Le temo a nuestro distanciamiento por algún tema romántico y como si todo fuera una pesadilla se está haciendo realidad.

—¡Ay, estúpida! —grita Nicolle con su voz chillona al chocarse conmigo.

Voy tan sumida en mis pensamientos que ni siquiera la vi aparecerse.

—No te vi Nicolle, lo siento.

—Deberías de aprender a manejar tu enorme cuerpo para que no ocurra este accidente. Pobre de mí

Ahí está de nuevo buscando cualquier pretexto para molestar, «Millena ten paciencia» pienso para evitar un problema más. No le doy importancia a su dramática respuestas y decido continuar con mi anhelado café.

No sé cómo explicarlo, pero siento que mi día de infortunios acaba de empezar.

Inesperado IWhere stories live. Discover now