Muy bien, chicos, el epílogo está dividido en 2 partes (una parte para cada realidad), para explicarles qué fue de nuestros personajes.
Por otro lado, déjenme spamearlos: "Cada otoño" continúa con su primer capítulo mañana.
No dejen de comentar que adoro leerlos y saber sus opiniones.
Espero les guste.
P.D.: La despedida de ésta historia empieza a sentirse real.
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- Karla Camila Cabello Estrabao – una voz grave llamó la atención de la menor, ésta volteando de inmediato a su dirección. Sonrió ampliamente.
- ¡Marco! – se levantó y se abalanzó sobre él. – Pensé que ya no vendrías hoy.
- Tenía que escuchar el resultado del primer sencillo. – dijo y ella sonrió mostrando todos los dientes y abriendo ampliamente los ojos.
- Estoy tan nerviosa. – se puso frente al panel enorme lleno de botones y palancas que había en el estudio de grabación.
- Seguro es increíble. – se sentó en una de las sillas. – Ahora muéstrame.
Camila se mordió los labios y luego de jugar su dedo un par de veces sobre el botón. Cuando se decidió, por fin, dio play, dejando sonar la melodía. Luego su voz sonó por toda la habitación, haciendo que Marco aplaudiera y siguiera escuchando. Al llegar al coro, una voz rasposa y más grave se unió a la suya, seguido de la siguiente parte que era cantada por Lauren. La melodía hablaba de amor, un amor que fue imparable. Las estrofas de Camila decían cómo había luchado por encontrarla, mientras las de Lauren hablaban de cómo la había estado esperando todo ese tiempo sin saber que un día sería tan feliz.
Durante el coro se juraban nunca dejarse ir.
Marco sonrió alegre, mientras asentía frenéticamente.
- Ustedes dos son increíbles juntas. – dijo simplemente.
Lo cierto era que mientras Lauren estaba en coma, Camila había trabajado esos meses con Marco y Caleb en su estudio independiente para ayudar a los Jauregui a pagar la cuenta del hospital hasta que la ojiverde despertara.
Los vídeos en YouTube habían sido un éxito y siguió subiendo por su parte, con la ayuda de los dos hombres, para lograr obtener ingresos extras de eso. A pesar de no ser demasiado, era suficiente y estaba desarrollándose en la música.
Le dolían las horas que se separaba de ella para trabajar e ir a dormir; pero, el resto del tiempo se la pasaba a su lado leyéndole, contándole historias, cantándole las composiciones que había estado improvisando.
Cuando Lauren despertó fue doloroso. Ella no recordaba nada de su audición, la participación de LYLAS en TXF, tampoco de su relación con Camila. Todo los demás recuerdos de su infancia, familiares y escolares, parecían estar ahí.
Por otro lado, también había perdido la vista a causa de los golpes, cosa que llevaba realmente bien aunque a veces le ganaba la desesperación cuando fallaba más de una vez chocando con algún mueble.
Las primeras semanas fueron complejas, pero lo suficientemente estables. Lauren estaba tranquila con toda la situación, mejor incluso que las personas alrededor.
Alexa, Lucy, Vero, Sandra y Marielle habían sido un apoyo importante para Camila. Lauren sólo recordaba a sus amigas y el breve momento en que escuchó aquella audición de la morena, aunque Camila le juró una y otra vez que ella jamás había audicionado. Por supuesto que nadie forzó sus recuerdos. A Camila le consolaba que, a pesar de ser falso, tuviera un indicativo de que ella existió en su vida antes de olvidarlo todo. Eso había facilitado su interacción, ya que Lauren estaba fascinada de ella y era como si su corazón supiese lo enamoradas que estaban.
Con el tiempo, Lauren se integró a Camila y siguieron el dúo Camren, aunque Lauren por el momento no pudiera pasar tanto tiempo en el estudio como deseaba, pero sí que se encargaba junto a Chris, del canal de YouTube, él era sus ojos en los ratos libres y ella disfrutaba de darle órdenes a su hermano menor.
Después de mostrarle a Marco la canción, Camila salió corriendo, pues iba tarde para encontrarse con Lauren. Ese día tenían planeado un paseo en la playa, pues a Lauren le encantaba sentir la arena bajo sus pies y la brisa en la cara.
El estudio no quedaba lejos de sus casas, por lo que Camila consiguió una bicicleta tiempo atrás. Iba a la mayor velocidad que podía, cuando vio la casa de Lauren esperarla. Una vez estando frente a su jardín, se bajó de la bicicleta y corrió hasta la entrada, donde Clara ya estaba con la puerta abierta.
- Pasa, cariño, Lauren está... - no terminó de hablar, cuando la castaña le besó sonoramente la mejilla.
- Arriba. – interrumpió. – Gracias. – subió corriendo y abrió la puerta de la habitación, donde Lauren estaba acostada en su cama.
- Camila. – dijo levantándose y su sonrisa podría haber iluminado la galaxia.
- Lo siento si tarde. – se acercó besando su frente y Lauren se estiró para alcanzar sus labios, dándole un beso dulce.
- Te extrañé. – declaró. – ¿Nos vamos?
- Claro. – asintió emocionada. Sería un gran día.
La castaña ayudaba a Lauren a andar, no porque lo necesitara, sino porque era buena excusa para estar totalmente cerca de ella. Cuando comenzaron a bajar las escaleras, se escuchó movimiento en la cocina, encontrando a su madre preparando algo de comer.
- Huele delicioso. – dijo Lauren, haciendo que Clara la mirara con anhelo.
- Siéntense chicas. – empezó a esculcar entre los utensilios. – Les preparé cosas que se pueden comer frías. – siguió buscando y parecía no tener éxito. – Vamos a ver dónde dejé esos cuchillos.
- Yo no puedo. – Lauren alzó la mano con una sonrisa brillante.
- Lauren, ya hablamos de esas bromas. – advirtió su madre.
- Eres terrible. – Camila tomó su mano y Lauren entrelazó los dedos sintiendo el cosquilleo correr por su cuerpo.
- Perdón, no veo lo mucho que les molesta ésta situación. – soltó y Clara rodó los ojos. – Debo fijarme más en lo que digo.
Muy a su pesar, Camila se rio del chiste.
Cuando logró encontrar lo que buscaba, Clara preparó una canasta con pequeños recipientes llenos de comida y aperitivos.
Lauren subió a la bicicleta, sujetando la canasta, luego de que Camila se acomodó bien en su asiento.
- Sujétate bien. – le pidió, con los mismos nervios de tirarla.
- No te preocupes. – le besó la mejilla. – Mi confianza es ciega. – soltó logrando que Camila codeara su vientre. – Te estás aprovechando de una invidente, Camila Cabello.
- Eso no decías anoche. – se burló y Lauren se sonrojó, callándose por fin.
Durante el trayecto, Lauren disfrutaba la sensación de libertad, confiaba plenamente en Camila y se sentía a salvo, mientras podía imaginar que volaba. Fuera donde fuera que la llevara, siempre la seguiría.
Al llegar a la playa, dejaron su vehículo estacionado y Lauren se deshizo de sus zapatos; Camila, igual, confiando en que nadie se los llevaría, hasta la fecha había sido así. Se tomaron las manos y comenzaron a caminar hombro a hombro, hablando de todo y de nada, hasta llegar a una zona donde los riscos grandes daban sombra.
Camila no podía dejar de ver a Lauren y besar su mejilla con dulzura de vez en vez.
- Te enseñaré algo. – dijo la castaña y Lauren levantó una ceja. – Oh, cielos, antes de que digas cualquier broma de tu ceguera o algo al respecto... haré que escuches. – corrigió. – algo.
- Bien. – Lauren empezó a tocar dentro de la canasta y sacó una sábana de tela fina para poner sobre la arena. – Ayúdame a estirarla. – Camila lo hizo, admirando la independencia de su ojiverde. – Ya está, gracias. – se sentó y Camila la siguió.
Una vez ahí, la morena sacó su celular y observaba cómo Lauren comenzaba a sacar los recipientes con habilidad, por momentos olvidaba que no podía ver.
- Listo, déjame escuchar lo que me quieres mostrar. – pidió y Camila asintió. – ¿Camila?
- Oh, cierto, lo siento, ya sabes... haces todo tan bien que lo olvido. – Lauren se rio. – Creo que te gustará.
La música comenzó a sonar y Lauren sonrió brillantemente. Era su sencillo.
- Lauren, no hemos hablado de esto. – dijo mientras suspiraba viendo la cicatriz en la sien de Lauren y un verso sonaba de fondo.
Desde que escuché tu voz no hubo duda, te busqué.
- Pero quiero que sepas que me haces inmensamente feliz. – Camila miró directo a los ojos de Lauren y por un momento sintió que se conectaron. – Dios, no sabes cuánto te amo.
No existió obstáculo imposible, te encontré.
- No quiero sonar rara, pero despertaste y aceptaste el hecho de que era tu novia antes de que todo pasara. – suspiró. – Pero realmente siento que despertaste y sigo siendo una persona nueva para ti.
Y éste amor sobrepasará la eternidad. En ésta y mil vidas, te amaré.
- Camila, cuando desperté sentí un terror enorme al darme cuenta que no podía ver nada. – buscó su mano y Camila la alcanzó. – Pero cuando escuché tu voz tan preocupada, me di cuenta que ya no tenía miedo, excepto por saber que dormí 5 meses. – hizo una mueca y la castaña sonrió. – Tu voz era extremadamente familiar y lamento no poder recordar.
Estaba incompleta hasta que encontré tu luz.
- ¿Te puedo preguntar algo? – dijo Lauren y Camila asintió. – Camila, no te estoy viendo. – sonrió.
- ¡Maldición! Lo olvido. – cerró los ojos y siguió la risa de Lauren. – Sí puedes, guapa. – le acarició la mano con el pulgar.
Sin saberlo te estaba esperando, me faltabas tú.
- ¿Quieres ser mi novia? – soltó y Camila no lo esperaba. – Entiendo lo que dices y te pregunto esto porque quiero que sepas que aunque no puedo recordar algo de lo que pasó entre tú y yo antes, amo los recuerdos nuevos que estamos creando juntas. Te amo a ti, mi corazón sí lo recuerda. – Camila sonrió entre lágrimas y la besó profundamente. – ¿Eso es un sí?
- Por supuesto que no, Lauren. Te estoy friendzoneando. – Lauren se separó inmediatamente para verla con el ceño fruncido.
- ¿Qué? – soltó asustada.
- Lauren, es obvio que he dicho que sí. – tomó su cara entre las manos, riendo. – Volviste a caer. – susurró, recordando la ocasión en que le pidió ser su novia en el parque, donde le hizo la misma broma. – Te amo.
- Te amo. – respondió Lauren sin entender y se volvieron a besar.
Y éste amor sobrepasará la eternidad. En ésta y mil vidas, te amaré.
Terminaron de escuchar su canción, juntas. El primer de muchos éxitos, aunque rechazaron trabajar con estudios más grandes, cuando Marco y Caleb habían creído antes en ellas. Aparte de que les gustaba su vida común y corriente.
Continuaron la tarde jugando en la playa, se sonreían y Camila cuidaba de Lauren, quién confiaba en ella. Estaban empezando nuevas historias, borrando el mal sabor de boca que había dejado el accidente de auto y los meses en coma. Lo lograrían juntas.
A la larga, por supuesto que los recuerdos no volvieron, no se puede tener recuerdos de algo que no le había sucedido nunca. Lauren no recuperó la vista, pero no podía ser más feliz por su vida.
Tenía una mujer maravillosa que la había amado intensamente aunque no lo recordara, que había cuidado de ella y no se había separado de su lado. Tenía una mujer maravillosa que había movido cielo, mar y tierra por encontrarla, que la seguía amando. Una mujer, que con el paso de los años se volvería su esposa y con quién tendría 2 maravillosos hijos que nacerían para la música. Una mujer maravillosa con la que, con mucha suerte, tendría su "felices por siempre".
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¿Qué dicen?, ¿les gustó?
Hemos acabado con ésta realidad.
GRACIAS.