Diez Maneras De Odiarte.

By ImDramedy

86.4K 5.7K 1.4K

Los recuerdos son el mejor refugio, incluso de ti mismo. Algunas personas se pasan la vida queriendo ser dife... More

Sinopsis
I
II
III
IV
v
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XXI
XXII
Nota
XXIII
XXIV
XXV
XXVI
XXVII
Gracias
1.-
2.-
3.-
4.-
5.-
6.-
7.-
"El lugar Equivocado"
¡ANUNCIO!
Querido nadie

XX

2.7K 158 66
By ImDramedy




          

Colores verdaderos

Tengo una mezcla de sentimientos. Mi papá está parado ahí enfrente de mí, entre Tyler y yo, Tyler no dice nada, yo no digo nada y mi papá, porque lo conozco, sé que está esperando que diga algo.

-          Hola, Sr. Joe. –Tyler estira su mano hacía él cortésmente pero al mismo tiempo puedo notar como su mano tambalea en señal de nerviosismo.

-          Sr. Henderson. –Corrige mi papá haciendo que lo mire

Oh... no.

-          Papá. –Suelto acercándome pero no me mira.

-          ¿Quién es él?

-          El es...

No es exactamente una buena idea decirle a mí papá que es mi tutor y además salgo con él, sería demasiado para él. Lo conozco, pondría el grito en el cielo, él preferiría que las cosas se hagan bien, yo también pero creo que es algo que no se puede arreglar por ahora.

-          Soy Tyler Smith.

-          ¿Y quién es Tyler Smith? –Su mirada se dirige a mí.

-          Soy su...

-          Le pregunte a ella. –Lo interrumpe enseguida clavándole esa mirada.

-          No tienes que ser descortés. –Le digo- Es mi novio, Joe.

-          ¿Novio? –Preguntan ambos al mismo tiempo y yo asiento mirando a Tyler.

-          Parece que él también acaba de enterarse. –Revoleo los ojos ante sus palabras y me acerco a los dos.

-          Me dejas sola con mi papá, por favor. –Le pido a Tyler y este asiente.

-          Te espero en el auto. –Dice mirándome con preocupación.- Hasta luego Sr. Henderson.

-          Hasta luego. –Responde con sequedad lo que hace que me enoje aún más.

Tyler no termina de salir por la puerta cuando ya mi papá me mira de esa manera acusadora. Recuerdo cuando era chiquita y le tenía miedo a esa mirada, sin embargo no paso mucho tiempo para que me enfrentara a ella cuando sé que no tiene la razón. Sus ojos se abren completamente y cruza los brazos a la altura de su pecho.

-          Me voy apenas unos meses y consigues novio. –Dice con desagrado.

-          Es una larga historia y si no recuerdo mal, tú dejaste de responder mis Mails. –Replico haciendo que revolee los ojos.

Oh sí, es de familia.

-          ¿De dónde lo conoces?

-          Joe, no tengo tiempo para esto ahora. –Confieso- Necesito ir a cambiarme porque tenemos un compromiso al que no quiero faltar.

-          ¿Me vas a dejar aquí? –Pregunta en el mismo momento que giro sobre mis pies para ir a mi habitación.

-          Estas en Londres, no te va a pasar nada. –Comento. Caminando hasta mi habitación hasta que recuerdo que aun me falto algo por decirle.-Oh, prepara tus disculpas.

-          ¿Disculpas?

-          Trataste mal a Tyler, es su cumpleaños así que te disculparas.

-          ¡Alaska!

-          Nada. –Arqueo una ceja- Me enseñaste que si nos equivocamos hay que pedir perdón, ¿No? Pues entonces, vas a pedirle perdón a Tyler.

-          Está bien. –Resopla resignado.

Alaska:

Siento lo de mi papá, bajo en cinco minutos.

Tyler:

He lidiado con cosas peores, créeme. Aun tenemos tiempo, si quieres quedarte con tu papá, lo entenderé.

Alaska:

Dije que iría. Iré.

Tyler:

Tú mandas. J

            Suelto el teléfono y me cambio lo más rápido que una mujer puede hacerlo. Unos Jeans son mi elección de hoy, chaqueta negra de cuero y una trenza francesa así que estoy lista en los cinco minutos exactos que le dije a Tyler.  Salgo de la habitación y veo a mí papá sacando algunas cosas de su bolso, no puedo evitar sentirme un poco mal por la reciente bienvenida que le di pero ¡Vamos! Él le dijo a Peter donde estaba viviendo y ya eso es una traición de alto mando.

-          ¿Estás lista? –Pregunta sin mirarme y yo asiento.  Su mirada sube a mí y me sonríe de costado como suele hacerlo, me recuerda un poco a Tyler así que le devuelvo la sonrisa y aparto la mirada.

-          Te puedes acomodar en mi cuarto. –Le digo.

-          No, iré con Peter a su hotel. –Replica con normalidad.

¿Es en serio?

-          ¿Peter? –Asiente- Está bien.

No quiero discutir más con él.

-          Sabes que estamos arreglando las cosas, Alaska, es importante para mí.

-          Papá, está bien. –Digo intentando tranquilizarlo- Tú no tienes nada que ver con lo que paso entre nosotros, así que puedes hacer lo que quieras, sin embargo por favor, no me pidas que volvamos  a ser una familia, ambos sabemos que no va a poder ser.

-          ¿Vino?

-          No fue su mejor elección, pensaba que era una persona más cuerda. –Comento- Como sea, tengo que irme, ¿Vienes?

-          Sí, creo que le debo una disculpa al tipo guapo. –Sonríe.

-          ¿Guapo? –Pregunto sin poder evitar reírme.

-          Sí, lo es.

Abro la puerta y la tensión bajo considerablemente. Lo extrañaba demasiado, quiero sentarme a oír sus anécdotas de la guerra, desde chiquita era algo que me gustaba demasiado y que no podía dejar, quizás eran las mejores crónicas que una persona puede escuchar, además al parecer mi papá siempre tuvo el sueño de ser escritor, así que relata bastante bien.

-          ¿En qué estás pensando? –Me pregunta cuando abre el ascensor.

-          En que me contabas todas aquellas historias cuando apenas tenía conocimiento sobre las guerras, ¿Recuerdas? Era joven y me encantaba oírte.

-          Eras demasiado pequeña de tamaño, Alaska. –Sonríe con cierta melancolía- Pero siempre fuiste lo suficientemente madura para todas esas cosas. Incluso para las relaciones.

Aquí va de nuevo.

-          Nunca pensé que fueras a tener una relación después de lo de Stephen.

-          Ni yo. –Confieso- Fui a buscar ayuda.

Las puertas del ascensor se abren y ambos salimos de este. Diviso el auto de Tyler estacionado enfrente de nosotros, no sé si él puede verme pero quiero huir de esta conversación rápido.

-          ¿Ayuda?

-          Sé que tenemos mucho de qué hablar. –Le digo- Te llamaré mañana, ¿Sí?

-          ¿No vuelves esta noche? –Niego con la cabeza sintiendo que mis mejillas se sonrojan.

-          Es su cumpleaños. –Susurro- Cenaremos.

Veo como su mandíbula se tensa y sostiene con más fuerza el agarre de la maleta sonriéndome forzadamente. – Está bien. –Dice después de unos segundos- Te llamaré yo.

-          Está bien. –Repito en su mismo tono.

Joe me da un beso en la frente y yo huyo de ahí rápidamente. La verdad es que como papá siempre fue uno muy bueno, sin embargo, nunca manejo bien el tema de las relaciones de sus hijos, incluso con Peter era demasiado celoso para que a él le durara una relación. Conmigo siempre fue protector, más allá de las relaciones, sé que teme que me hagan daño pero mi propio hermano me preparo el terreno, ya no tiene de que preocuparse.

Toco el vidrio del auto de Tyler y este sonríe quitándole el seguro al auto dejándome entrar. Enseguida veo a mi papá salir y caminar un poco perdido, Tyler no avanza, lo mira a él y devuelta a mí como hace un rato.

-          ¿Qué?

-          ¿Vas a dejar que se vaya solo? –Me mira con el ceño fruncido y muy serio.

-          Dijo que tomaría un taxi. –Le digo revoleando los ojos.

-          ¿Conoce Londres?

-          No exactamente.

-          Oh... ¡Dios! –replica de mala gana haciendo que yo vuelva a poner los ojos en blanco.

-          ¿No te han dicho que es de mala educación? –Ahora es él quien revolea los ojos y yo me quiero reír pero reprimo el impulso.

-          Entonces somos dos mal educados.

Tyler se baja del auto y me sonríe antes de cerrar la puerta. ¿Qué hace? Lo veo rodear este y llegar hasta donde esta mi papá, intento bajar el vidrio pero no puedo porque tiene seguro de niños, cosa que no entiendo y para ser sincera no conozco mucho sobre autos, así que seguramente si presiono el botón equivocado termino cayendo cuesta abajo en la colina.

Me pone nerviosa solo verlos, sin embargo, creo que mi papá hará lo correcto y le pedirá una disculpa por su comportamiento inadecuado hace un rato. Tyler extiende su mano y la estrechan con una amplia sonrisa que me eriza la piel, ambos se acercan al auto, Tyler abre la maleta de este y pone adentro la que llevaba mi papá hace unos segundos. Repentinamente comienzo a sentirme incomoda así que trato de respirar profundo y las dos puertas se abren al mismo tiempo, la que está detrás de mí y la del piloto. Tyler me sonríe de esa manera triunfante y enciende el motor, se pone el cinturón y se pone en marcha. Yo no digo absolutamente nada, de nuevo, la tensión vuelve a ser protagonista de la escena.

-          ¿Tyler? –Menciona mi papá ante el silencio sepulcral del momento.

-          ¿Si?

-          Quería pedirte disculpas por mi manera tan inapropiada de comportarme hace un rato. –Intento no sonreír pero es inevitable para mi.- Espero sepas disculparme, ella es mi todo y no es fácil para un padre...-su voz se corta. Venías bien Joe- Ya sabes.

-          Lo sé. –Asiente mirándolo por el retrovisor.- No se preocupe. –Tyler sonríe de costado- Estoy seguro de que podremos llevar una buena relación.

-          Yo también lo estoy. –Ambos sonríen y el momento se vuelve aun más incomodo.

En mi cabeza, esto era lo que tenía que pasar desde el principio pero sinceramente me aterra; que Tyler conozca a mi papá indica compromiso, compromiso demasiado rápido... las cosas rápidas no suelen ir bien, parece que el destino intenta constantemente arrancarme las cosas del control de donde se supone que la tenía y aunque me aterra, increíblemente me da cierto alivio del que no conocía.

-          ¿Estás bien? –Pregunta mi papá poniendo su mano en mi hombro.

-          Sí. –Respondo con un hilo de voz apenas.

-          ¿El hotel Melia? –Pregunta Tyler y Joe asiente.

-          ¿Ahí está Peter?

-          Sí pero no lo veras. –Replica enseguida mi papá.

Es que simplemente no puedo.

-          Detén el auto Tyler. –Digo como puedo.

-          ¿Qué?

-          Que detengas el auto. –Clavo mi mirada en él pero no reacciona.

¡Mierda, detenlo! Siento que me falta el aire.

-          ¡Detén el auto! –Intento abrir la puerta pero tiene este estúpido seguro.

Las manos comienzan a sudarme y quiero comenzar a gritar y a llorar, todo al mismo tiempo. No puedo verlo, no quiero verlo. Todos esos Flashbacks vienen a mí cabeza, apenas escucho la voz de ambos mencionar mi nombre pero es como un susurro lejano, siento mis mejillas mojadas y mi visión se hace difusa. Es la sensación más desesperante del mundo, solo quiero que detenga el maldito auto.

-          ¡Detenlo!  -Grito sobre las voces a mí alrededor y Tyler frena de golpe.

Saco el cinturón de seguridad liberándome y me paso como puedo a la parte de atrás para poder huir lo más rápido posible, necesito caminar... necesito aire, estás no abren y mi papá intenta abrazarme pero lo empujo lejos de mí.

-          ¡Hey, hey! –Tyler también intenta tocarme pero retrocedo.

-          Ábreme la puerta. –Le pido con la voz temblorosa.

Apenas con los ojos entreabiertos puedo verlo preocupado por mi forma de reaccionar, solo necesito respirar, necesito salir del auto.

-          Está bien.

Presiona un botón y escucho el glorioso sonido de los seguros dándome libertad. Me fijo antes de salir que no venga ningún auto así que cuando estoy segura abro la puerta y corro lejos de esta. Paso a varias personas que vienen caminando del lado contrario de mí, sin embargo no me detengo, es exactamente como luchar contra la corriente. Cuando siento que estoy lo suficientemente lejos me detengo a tomar un poco de aire, una tienda de recuerdos enfrente es lo único que diviso con claridad.

Aun tiene poder sobre mí.

Odio sentir este miedo incontrolable pero no lo puedo evitar, muchas veces quisiera no ser así, no sé cómo no serlo. Todos esos recuerdos hacen que mi cabeza colapse, mi estabilidad; las lágrimas vuelven a salir de mis ojos como si fuese una catarata.

-          ¡Dios mío! –Tyler jadea llegando a mí con rapidez.- Alaska. –Se detiene mirándome pero no puedo mirarlo, ahora mismo siento demasiada vergüenza de mi misma.

-          Lo siento. –Me cubro con las manos sintiendo demasiada tonta en este momento.

-          ¿Qué haces? –Pregunta con mucha calma.

-          No quiero arruinarte el cumpleaños. –Digo.

-          ¿Puedes mirarme? –Declino con la cabeza y él toma mis manos apartándolas de mi rostro pero evito mirarlo.

-          Alaska, no has arruinado nada. –Dice con seriedad- ¿Podemos volver al auto?

-          No. –Replico enseguida- No quiero ver a Peter.

-          Le diré a tu papá que se vaya en un Taxi. –Suspira.

-          ¿No te vas a dar por vencido? –Sonríe de costado y yo revoleo los ojos.

-          No. –Niega con la cabeza y sostiene su labio inferior con sus dientes.

Veo a mi papá mirándonos a unos cuantos pasos de mí. En otro momento, se me hubiese lanzado encima esperando que cambie de opinión o trataría de consolarme, sin embargo está manteniendo distancia; no sé si para probar a Tyler o para probarme a mí.

-          Mi papá nos está viendo. –Le digo indicándole con mis ojos la ubicación de Joe.

-          Lo sé, me siguió cuando vine detrás de ti. –Sonríe- Creo que él quería encargarse de la situación.

-          Me alegra que hayas sido tú –Confieso.

-          ¿Te puedo besar o crees que tu papá trajo granadas de la guerra?

-          Ven acá.

Sostengo su nuca con mis manos aun temblorosas y me tengo que poner de punta de pie para poder llegar a sus labios y besarlo. Es como si toda la ansiedad acumulada en mi cuerpo desapareciese solo con tenerlo cerca, Tyler rodea mi cuerpo con su brazo entre la multitud y me abraza fuertemente besando mi frente cuando sus labios abandonan los míos.

-          Solo quiero que estés bien. –Susurra y yo me aferro aún más a él.

Tyler Smith podría considerarse mi milagro personal.

-          Me convenciste. –Le digo. Su cuerpo se separa del mío y toma mi mano con la suya, caminamos en dirección a mi papá, sin embargo aun siento este cosquilleo molesto en mi cuerpo.

A veces no quisiera reaccionar así ante las situaciones pero es algo que no puedo evitar, se me sale todo de las manos y quiero correr, llorar, gritar lo primero que salga de mí, sin embargo muchas veces termino hecha polvo por mis mismos pensamientos destructivos que no hay manera que no entren a mi consciente y eso no está bien.

-          ¿Te puedo abrazar? –Me pregunta Joe con mucha cautela. Jamás le negaría un abrazo, a pesar de que los odio en su mayor parte pero es mi papá, él me cuida, sé que no tengo que temer de él.

-          Estoy bien. –Le digo abrazándolo

-          Te quiero. –Besa mi frente susurrando en está e inspirando hondo.

Creo que lo he hecho pasar demasiados sustos en la vida, supongo que ya es inmortal a todo esto.

-          Me iré en un taxi. –Joe mira a Tyler y le da la mano- Es sincera mi disculpa, espero poder conocerte mejor, Tyler.

-          Yo también espero, Sr. Henderson.

-          Dime Joe. –Corrige- ¿Te gustaría que almorcemos juntos? Los tres. –Me mira y de vuelta a Tyler- Mañana por supuesto.

Por mí estaría bien pero no sé si Tyler tenga planes. –Si no le molesta a Alaska. –Tyler me sonríe y yo niego.

-          Mañana almorzamos. –Beso la mejilla de mi papá soltándolo del todo.

-          Genial. –Sonríe- Feliz cumpleaños, Tyler. –Le vuelve a estrechar la mano y Tyler sonríe.

-          Gracias Sr... -Mi papá arquea la ceja muy parecido a mí- Joe.

-          Buen chico. –Palmea su hombro y lo veo esperar la luz para cruzar la calle.

-          Creo que deberíamos de correr al auto. –Me mira frunciendo la nariz-Estoy seguro que ya tengo al menos doce multas por estacionar en un lugar prohibido.

-          Lo siento. –Me encojo de hombros sintiéndome mal.

-          No te preocupes, en serio.

-          ¿Estás diciéndome que no me preocupe a mí? ¿De verdad?

-          Tienes razón. –Sonríe.

-          Espero que no nos odien demasiado por llegar tarde.

-          Yo también lo espero. –Sonríe y caminamos aun más rápido hasta el auto.

Tyler tenía razón, cuando llegamos un policía de tránsito había puesto al menos dos o tres multas que yo haya visto, Tyler hablo con él pero no sé en que quedaron, cinco minutos después estábamos camino a nuestro compromiso, fue quizás el viaje más silencioso que hemos tenido Tyler y yo, principalmente porque lo único que pasaba por mi cabeza es que no puedo tener estás crisis tan seguidas, no puedo dejar que Peter venga a controlar mi mente de nuevo, ya no tengo dieciséis años, ya no soy una niña que le tiene miedo.

-          ¿Hey? –Tyler chasquea sus dedos enfrente de mí y yo reacciono que llegamos.

-          Oh, llegamos. –Sonrío como puedo y él asiente.- ¿Estás segura que quieres estar aquí?

-          Si no quisiera ya me hubiese ido, ¿No crees?

-          Lo creo. –Sonríe- Vamos.

Apaga el motor y se baja del auto, lo imito siguiéndolo hasta la puerta del edificio recordando la noche fría en la que vinimos. Fue una linda noche. No sé si ellos saben que hoy es el cumpleaños de Tyler, sin embargo quisiera hacer algo especial por él. Ambos nos subimos en el ascensor en mucho silencio, mi corazón automáticamente se acelera; es un lugar cerrado y tengo a Tyler demasiado cerca de mí, despierta todo eso que mueve a mi cuerpo, quiero besarlo pero de pronto lo veo sonreír como si se acordase de algo y niega rápidamente con la cabeza sin decir nada.

-          ¿Qué? –Pregunto.

-          ¿Somos novios? –Su pregunta me toma por sorpresa. Mi garganta presiona haciendo que no pueda salir ninguna palabra de mí, veo sus ojos brillar y me parece increíble el hecho de creer que es por mí que brillan. – Le dijiste a tu papá que somos novios.

-          Eso creo. –Respondo- Me asusta lo rápido que va esto Tyler.

-          ¿Por qué? –Pregunta. Su mirada se oscurece, sé que tiene que tener una respuesta. En el poco tiempo que nos conocemos he aprendido a leerlo con algunas cosas, con otras parece impenetrable, es como una ostra, se cierra completamente a todo lo que le hace daño en cantidad proporcional.

Sky por ejemplo.

En cuanto nos bajamos del ascensor, Tyler abraza rápidamente a Cilian quien parece feliz de verle. Yo me quedo atrás observando la escena, detrás de ellos también hay unos cuantos pequeños mirando con atención también, puedo divisar a Magui al fondo quien se consigue con mi mirada y sonríe ampliamente. Saludo con la mano mientras la voz de Cilian y Tyler suena de fondo, sin embargo no puedo saber de lo que hablan porque mi mente está en la pequeña.

-          ¿Alaska, no? –Me pregunta Cilian acercándose a mí haciendo que yo retroceda.

-          Sí. –Sonrío con cortesía y él hace lo mismo.

-          Un placer verte de nuevo. ¡Bueno! Hoy tengo sus trajes para que empecemos, ¿Listos?

-          Tyler está cumpliendo años. –Comento y Cilian se sorprende.

Enseguida tengo la mirada de Tyler acribillándome pero sé que como su amigo, él debería de saberlo.

-          ¿En serio? –Tyler suspira y asiente.

-          ¡Feliz cumpleaños! –Sonrío al ver como lo abraza de nuevo pero está vez Tyler me hace un gesto con la mano que me hace reír.

-          ¡Tenemos que celebrarlo!

-          Sí. –Gritan todos los demás al unisonó.

-          No, no es necesario.

-          Lo es. –Comento.

-          Si tu novia lo dice, hay que hacerle caso. –Le sonríe a Tyler y este asiente con cierta responsabilidad.

Me acerco a él para darle un beso, no soy fan de las demostraciones de cariño en público pero es algo que me nace, ya entiendo porque fui a ver a Dr. Johnson, debo estar loca por cambiar esta parte de mí que siempre ha sido así.

Cilian nos hace entrar a la misma habitación que ayer, las personas ahí nos miran escaneando cada parte de nosotros, de nuestro vestuario, me siento un poco identificada, es cierto que son situaciones diferentes pero yo sé lo que se siente sentir que no encajas en el mundo, cada vez que ves a alguien nuevo solo te encuentras a la defensiva porque estas acostumbrada a que te rechacen, al recelo habitual del ser humano ante situaciones que no entienden porque les cuesta abrir su corazón y cerrar un poco la boca.

-          Si me trae un pastel, la pagaras. –Me susurra a mi lado escondiendo sus manos en los bolsillos.

-          Me gusta el pastel. –Sonrío.-Además, yo también te tengo un regalo.

Tyler se aleja un poco para mirarme mejor y trata de ocultar una sonrisa. Me gusta cuando lo hago reír. - ¿Sorpresa?

-          Claro, todos en sus cumpleaños tienen sorpresas.

-          Pensé que no te gustaban. –Ladeo la cabeza y sostengo su nuca con mis manos. Es una de mis cosas favoritas, su cuello es tan amplio y duro que mis manos no cierran del todo, además puedo enterrar mis manos en su cabello que está creciendo lacio como cuando lo conocí.

-          No me gusta en mí, odio las sorpresas.

-          ¿Y qué te hace pensar que a mí me gustan? –Pregunta con picardía.

-          Pues lo adivine. –Sonrío.

-          Solo porque viene de ti. –Sonríe.

Estoy por besarlo cuando una pequeña voz esclarece rompiendo nuestro momento. Tengo que fijar mi mirada un poco más debajo de mí para conseguirme con Magui quien nos ve fascinada, sus ojos brillan y está sonriendo ampliamente.

-          Pensé que no vendrían. –Comenta en voz baja.

-          ¿Por qué? –Pregunta Tyler soltándome y bajando hasta la altura de la pequeña.

-          Porque generalmente los grandes mienten. –Dice encogiéndose de hombros.

-          Los grandes a veces nos olvidamos de lo importante que son las promesas. –Responde Tyler acariciando la mejilla de Magui.

-          ¿Van a pintar con nosotros?

-          Claro. –Respondo poniéndome a su nivel también.

-          ¿Cuántos estás cumpliendo? –Le pregunta a Tyler.

-          ¿Cuántos crees que cumplo? –Responde Ty con una sonrisa.

-          Oh, -revolea lo ojos- Que pesados que son todos. –Se queja- Siempre que pregunto eso, me responden lo mismo. –Cruza los brazos en su pequeño pecho- Es irritante. Si fuera adivina, dudo mucho que estuviese aquí, además siempre se ofenden si no acierto.

Me es imposible sostener la carcajada que sale de mí haciendo eco en todo el lugar. Tyler se ríe y seguido Magui también aunque no creo que entienda el por qué, pocas veces las personas suelen caerme bien cuando las conozco pero está niña se ha robado mi corazón desde el segundo que se cruzo conmigo.

-          Eres tan yo que te adoptaría. –Suelto sin pensarlo.

Me doy cuenta de lo que acabo de decir cuando Tyler me mira con los ojos muy abiertos y los de Magui los duplican.

-          ¿En serio? –Pregunta acercándose un poco más a mí.

-          ¿Qué cosa?

-          ¿Me adoptarían? –Su voz está llena de sorpresa y de ilusión.

Tyler me mira y yo lo miro de vuelta. Al demonio, ¿Cómo haría para adoptarla yo sola? No sé cómo funcionan las leyes aquí.

-          Sería increíble. –Respondo- Pero tengo que averiguar muchas cosas antes.

-          Te propongo algo. –Dice ella acercándose a mí- Puedes visitarme cuando quieras y llevarme a pasear así nos conocemos y ambas decidimos si queremos vivir con la otra.

-          ¿Cómo es que tienes siete años? –Magui sonríe y yo asiento.

-          Me gusta tu trato. –Le digo.

-          ¿Te puedo abrazar? –Me pregunta y yo asiento de inmediato tomándola en mis brazos.

Cilian regresa con nuestros trajes. Tengo que dejar a Magui en la habitación para irnos a cambiar, claramente fuimos los dos pero está vez el silencio viene de parte de Tyler, cuando llegamos a la habitación para cambiarnos la ropa él se asegura de que está bien cerrada la puerta y me mira fijamente haciendo que esa electricidad que solo él me provoca recorra mi cuerpo entero.

-          ¿Qué? –Pregunto.

-          ¿Quieres adoptar a Magui? –Pregunta con cautela.

-          No lo sé. –Le digo- No es algo que haya planeado, solo salió de mi boca. Ya sabes que a veces digo las cosas sin que pase por el proceso de analizarlo.

-          Lo sé –Se ríe-Solo creo que es una responsabilidad un poco grande.

-          ¿Un poco? –Arqueo una ceja,

-          Bueno, mucho.

-          Sí, yo también lo creo. –Confieso- Quizás sea algo que se dé o quizás no, creo que es algo que tengo que pensar y analizar.

-          Que tenemos. –Corrige.

-          ¿Tenemos? –Asiente con una sonrisa.

-          No te dejaré sola en esto y sé que te asusta lo rápido que vamos pero, funcionará, lo sé.

-          Oh, estamos muy locos. –Le digo riéndome mientras él se acerca.

-          Sí, lo estamos.

Tyler me da un beso y ambos nos cambiamos rápidamente porque tenemos que volver. Él no lo sabe pero tengo todo su día planeado, me asegure bien de que no tuviese planes porque tengo que hacer de su día un mejor día, aunque odie su cumpleaños, quiero que sea el mejor de todos.

-          Qué bueno que volvieron. –Cilian nos sonríe y nos da un bote de pintura a cada uno.

-          ¿Para qué es esto? –Pregunta Tyler.

-          Para el ejercicio.

A mi alrededor están todos en pareja, incluso los más pequeños que al parecer tienen preferencia por el color verde; es curioso. Me siento como una niña de guardería pero no me molesta aunque siempre fui bastante independiente, estas actividades recreativas son de las pocas cosas que hacen a mi cabeza relajarse.

Solo cuando siento que no tengo que ser tan perfecta.

-          Voy a explicar la actividad.

Mi bote de pintura es blanco y puedo ver que el de Tyler es azul. Yo quiero el azul. Hago un mohín y escucho la explicación que da Cilian. –Bueno la idea de esta actividad es conocer al otro; van a iniciar con un color que es el de los botes que le di, su compañero o compañera tendrá que pintarlos primero con el color que se les entrego y luego escogerá los demás colores, hasta cinco por favor. Hagamos de su cuerpo una obra de arte, ¿Están todos listos?

«Sí» Respondemos al unisonó. – Perfecto. Tienen que escoger a uno para ser el primero, avisarme para ponerles las vendas y que la experiencia sea más gratificante, luego les explicaré la razón de todo esto.

-          Primero las damas. –Dice

-          Primero el cumpleañero. –Replico mirándolo fijamente sus ojos. Es como una guerra de quien los aparta primero, sé que yo llevo todas las de perder pero tengo algo en mi cabeza que sé que no fallará. Arqueo una ceja y Tyler muerde su labio inferior apartando la vista primero. –Gane. –Sonrío y bailo internamente por mi triunfo.

-          Yo voy primero. –Alza la mano llamando a Cilian y él se acerca con la venda y todo sonriente.

No puedo explicar la felicidad que me da poder darle un poco de felicidad a él en este día. Cilian le tapa los ojos, la venda es blanca como el traje de pintor que tenemos puesto, su sonrisa se ensancha y automáticamente no puede escuchar lo que está diciendo Cilian porque sencillamente me hipnotiza mirarlo sonreír así, de esa forma, me pone loca en todos los sentidos; tengo que acecharlo para no lanzarme en sus brazos, me aseguro que no vea del todo mientras él esta estático, su respiración se hace pesada, es como si estuviese tratando de adivinar cualquiera de los movimientos que haré.

-          Pueden empezar. –Dice Cilian haciendo retumbar unos platos que creo chocaron contra el suelo.

-          Soy todo tuyo. –Susurra Tyler haciendo que me olvide de los platos retumbando en mi cabeza.

-          Eso espero. –Replico dejándole un beso en sus labios y tomo mi pote de pintura

Es algo aburrido tener que poner blanco sobre blanco, sin embargo no dijeron que había que respetar los lugares que no estuviesen cubiertos por el traje así que, hundí mis manos en el bote de pintura blanca y pensé en pasar mis dedos por su rostro, lo veo sonreír y consigo que frunza la nariz. A mi alrededor, hay más pinturas, pinturas de los demás que tengo que buscar para hacer mi obra de arte con él, consigo el rojo de primero así que no dudo demasiado en hundir mi mano y llegar hasta él con la pintura en mis manos, algo viscosa pero sintiéndose increíblemente bien. Recorro el borde de sus labios con el rojo, un poco de su cuello y manchando un poco la braga de pintor, reprimo el deseo primitivo que me acecha.

-          ¿Eso es legal? –Murmura y su voz se escucha aún más sexy de lo que es.

-          Si no lo es, ya lo hice. –Comento- Recuerda que no entiendo mucho de reglas.

Tyler sonríe y yo busco otro bote de pintura, esta vez algo azul, uno amarillo y por ultimo negro. Se ve chistoso, cabe destacar que yo soy fotógrafa, así que esto es nuevo para mí, solo espero que le guste cuando se vea.  Acaricio sus brazos con amarillo, tomo un poco de azul y lo riego por su pecho rozando el rojo y por último el negro que me nace ponerlo en su nuca, espalda, frente y de nuevo su pecho. Quizás me excedí un poco con la cantidad porque rueda por su cuerpo y se unen todos los colores en el suelo, la razón por la que escogí estos colores es porque la primera vez que me subí a su auto y tenia esas tiras de colores sin ordenar los colores que más recuerdo de ese día son esos. Lo veo reírse y enseguida me trasporto a un recuerdo de cuando era pequeña.

Ese primer momento que estas en la guardería y tienes que pintar con aquellos molestos pinceles, no recuerdo mucho pero lo que sí está presente siempre conmigo es aquel pequeño instante donde mis manos sentían por primera vez la textura tranquilizante de la pintura, fría pero aún así llena de emociones. Recuerdo mis manos puestas sobre el blanco papel, es un vago recuerdo, no debía tener más de seis años, ese día papá me fue a buscar y la maestra estaba enojada. Ahora el recuerdo se hace un poco más vivo por qué Tyler me hace sentir exactamente así, cada momento es una experiencia nueva, a veces con miedo, a veces sin importarme nada. Ese diminuto momento de culpa y de miedo se desaparece solo de verlo sonreír, él me recuerda al rojo, la misma pasión e intensidad, un poco de amarillo y de blanco por la pureza y negro por el misterio que lleva consigo.

Es exactamente eso que sabes que puede destruirte y elevarte al cielo en dos segundos.

-          ¡Tiempo! –Grita Cilian y detengo el recorrido de mis manos en su pecho.

Noto como su pecho se infla y se desinfla con rapidez a pesar de que noto que su respiración es aun más trabajosa de cuando empecé. –Pueden quitarles el vendaje a su compañero- Me acerco un poco a Tyler y sonrío de ver mi obra maestra, creo que lo repetiría. Desato el nudo de la venda y lo dejo libre, sus ojos están aún cerrados, él toma una boconada de aire y parpadea un par de veces antes de mirarme. Su mandíbula está marcada de lo tensa que se encuentra en este momento, su mirada me recorre desde los pies y se encuentra con mi mirada, luego mis labios y de nuevo mi mirada. Es casi un acto reflejo el reírme, escondo mis manos detrás de mí, en mi espalda y Tyler no me aparta la mirada, está vez gana porque yo sí la aparto rápidamente de lo intimidante que está siendo.

-          No tienes la menor idea de lo que provoca que me toques ,Alaska. –Gruñe entre dientes.

Siento que mis mejillas se enrojecen y tengo que voltear hacía los lados para asegurarme que nadie lo haya escuchado. –Un poco desubicado para el momento. –Le digo haciendo de mis labios una fina línea.

-          Yo no sufro de Tabús. –Sonríe y yo revoleo los ojos automáticamente.- Y he aprendido que hay que decir todo lo que uno siente, ¿O no?

Le doy un leve golpe en el hombro haciéndolo reír. Cilian se acerca y mira a Tyler todo pintado de la forma más abstracta que encontré, observo los trabajos de los demás y me doy cuenta que soy un desastre sin embargo, Cilian parece encantarle mi trabajo.

-          ¿No pintas cierto? –Ladeo mi cabeza pero termino negando encogiéndome de hombros.

-          ¿Tan mal lo hice? –Niega rápidamente.

-          Es que podemos notar cuando alguien no pinta, no porque no haga una obra maestra, sino porque ¡míralo! Es el más creativo de todos. –Sonríe.- Los de ustedes también lo son, pero son más técnicos. –Les dice.

-          ¿Punto para Alaska?

-          Punto. –Se ríe.- Amigo, -le da una palmada a Tyler en el hombro y sonríe- Eres una linda obra.

-          Gracias. –Sonríe dejando ver el hoyuelo de su mejilla derecha- ¿Puedo verme?

-          Sí, pueden ser los primero. –Sonríe- Además, tienen que ir a darse una ducha y venir porque tenemos una sorpresa para Tyler.

-          Eh... no me gustan las sorpresas. –Dice haciendo que yo lo golpee de nuevo automáticamente.

-          Yo lo llevo y lo traigo así sea arrastras, ¿Está bien?

-          Perfecto. –Dice Cilian.

Tyler se acerca a mí y ambos caminamos hasta el único espejo de la habitación. Cilian nos sigue con una distancia prudencial, cuando llegamos hasta el espejo él me sonríe y acto seguido frunce el ceño un poco desconcertado, Cilian se nos acerca un poco más hasta llegar hasta donde está Tyler, lo mira y sonríe. - ¿Qué es lo que ves?

-          Una... rara distribución de colores. –Dice mirándome a través del espejo.

-          ¿Quieres explicarnos porque escogiste esos colores? –Pregunta Cilian.

-          No lo sé. –Respondo con toda la sinceridad que me caracteriza- Creo que es porque Tyler me recuerda un poco a esos colores.

-          ¿Sí? –Pregunta él.

-          Sí. –Sonrió.

Cilian se voltea hablarle a todo el público y me mira de vuelta. –Verán... Cuando somos pequeños, todo lo resumimos a volúmenes y colores. Desde corta edad nos enseñan que el cielo es azul y es algo bueno, pero el negro significa miedo, oscuridad, también un poco de depresión. Sabemos que el rojo es sangre, -ladea un poco la cabeza- O una rosa, asumimos los colores porque así nos enseñan desde chiquitos. –Sonríe- El negro no es solo miedo y oscuridad, también es misterio, es poder, es formalidad.

-          ¿Misterio? –Tyler me mira.

-          Juro que fue inconsciente.

-          El rojo no es solo pasión, significa compromiso, valor, determinación y ya conocemos el poder que tiene sobre las personas. –Sonríe nuevamente está vez mirándome- El azul es lealtad, serenidad, fortaleza. El amarillo tiene una peculiaridad, es divertida y liberal pero también es energía; seguro no se lo esperaban de un color tan poco usado.  Y por último el blanco que se define en pureza. –Lo ve a Tyler. Así como pintaron a sus compañeros, así los ven. –Dice- Es como si recreáramos una maquina de aura, solo con sentir a la otra persona.

-          ¿Y que se supone que significa la parte donde lo pinte? –Pregunto sintiéndome sumamente atraída por el tema.

-          Bueno, puedo descifrarlo en que parte de su lienzo sientes cada color.

-          ¿Podría sacarles una foto? –Pregunto mirando a Tyler y a todos los que están pintados.

-          Sí, ¿Por qué no?

Tyler sonríe y se vuelve a ver en el espejo.

-          Soy una combinación de misterio, lealtad, energía y pureza. –Sonríe- Nunca me había visto así.

-          Eso es porque no te ves con los ojos con los que te miran los demás. –Le digo.

-          ¿Trajiste cámara? –Asiento.

-          No salgo sin ella. –Sonrío y corro por mi bolso que está del otro lado de la habitación.

Mancho un poco el bolso pero no me interesa. Tomo la cámara colocándomela en el cuello y Tyler organiza a los demás, la pequeña Magui se pone a su lado, no sé porque siento tanta afinidad con ella, no soy tolerante a los niños pero ella me agrada. No sé si es Londres o el amor que me está cambiando, pero cual sea, es increíble que ha logrado esto en mí.

-          ¿Listos? –Pregunto poniéndome en posición.

Incluso los que no están pintados, se ponen para la foto. Me tomo mi tiempo para apreciar lo perfecto del momento, todos están sonriendo y felices a pesar de la situación en la que se encuentra, creo que es la mejor enseñanza de todas. El arte puede salvar hasta la persona más golpeada por la vida, supongo que porque lo que mueve al mundo es la pasión que tienes por lo que haces y cuando te apasionas por algo, no te importa no tener un techo, una casa, unos buenos zapatos, te gusta disfrutar de todos estos instantes que se convierten en recuerdos valiosos; amo mi forma de hacer arte porque tengo la oportunidad de congelar este momento para la eternidad, para ellos, para que cuando lo vean piensen en lo afortunados que son de vivir por y para el arte.

-          ¡Sonrían! –El flash sale enseguida de la cámara y capturo el momento con rapidez.

Y ahí se encuentra mi pasión.

-          ¿Vamos? Tengo que darme una ducha. –Me dice sonriéndome acercándose a mí. Asiento.

-          Dame dos minutos que me despido de Magui, ¿Sí?

-          Voy contigo.

Tyler camina detrás de mí mientras veo a la pequeña sacudirse un poco de pintura de los brazos. Me agacho para estar a su altura y toco su espalda sorprendiéndola, pega un saltito en el lugar en donde está, volteando para conseguirse con mi mirada aunque primero para por la de Tyler, nos sonríe a ambos y pone su mano aun llena de pintura, un poco seca ya, en mi mejilla.

-          Me gustan tus ojos. –Comenta con ternura.

-          A mí los tuyos. –Confieso.

Tiene unos ojos color café increíblemente hermosos, son hechizantes, tanto como los de Tyler, no puedo ver decepción o tristeza en ellos solo un gran anhelo, me inspira... podría estar el día entero sacándole fotos sin que se dé cuenta pero ahora mismo nos tenemos que ir.

-          Gracias. –Sonríe satisfecha- Algunos dicen que son como los de mi mamá. –Susurra.

-          Seguro era igual de hermosa. –Magui frunce los labios y mira hacia Tyler.

-          No lo sé. –Contesta- Yo creo que belleza se encuentra aquí. –Pone su mano en mi pecho y me siento totalmente conmovida.

-          Tienes tanta razón. ¿Puedo abrazarte? –Ella no lo duda dos segundos y se lanza a mis brazos sosteniéndome con fuerza y yo la alzo con una fuerza que no sabía que tenía.

-          Estás más viejo. –Le dice a Tyler.

-          Sí, lo estoy. –Responde él con una sonrisa.- ¿Quieres que mañana vayamos a comer helado? –Le pregunta y sus ojos se iluminan aun más.

-          ¡Sí! De coco.

-          ¿Coco?

-          Sí, porque siempre pido de chocolate y el otro día vi en la tele que el helado de coco es el menos preferido de los niños.

-          ¿Y por eso lo vas a pedir? –Pregunto.

-          Bueno, hay que darle una oportunidad.

-          ¡Dios! –Tyler se ríe- Eres increíble.

Tengo un  Deja Vu con esa palabra. – Nosotros nos tenemos que ir.

-          Sí, tienen que ducharse y regresar ¿No?

Tyler me mira y asiente. –Así parece.

-          Está bien. –Se ríe- Nos vemos en un rato. –La bajo de mis brazos y corre hasta donde están los demás. Sin embargo no pasa mucho tiempo cuando se regresa corriendo, yo solo la miro porque no sé qué es lo que va hacer exactamente hasta que Ty se pone a su altura y la alza en peso dándole un abrazo tan sincero que mueve todo mi piso. –Feliz cumpleaños. –Dice besando su mejilla- Gracias por ayudarnos siempre.

-          Es más que un placer, Magui. –Tyler le devuelve el  beso en la mejilla y la deja en el piso de nuevo.

-          Ya váyanse, se hace tarde. –Sonríe y está vez se va sin mirar atrás.

No puedo explicar con palabras lo que siento en mi corazón cuando veo a la pequeña. Tyler está conmovido totalmente, creo que de cierta forma está cerrado a querer a otra niña o niño en su vida, lo pude notar desde el momento que la pequeña se le acerco ayer, sin embargo noté que no pudo resistirse, ni ayer, ni hoy... Tyler toma mi mano y besa mi frente caminando hasta la salida, nos despedimos de Cilian antes de tomar el ascensor y esos pequeños instantes de nuevo se hacen incómodos como cuando llegamos, no sé por qué; puedo entender que cuando llegamos fue mi culpa, pero ahora veo cierto recelo en su rostro, como si algo lo incomodase.

-          ¿Paso algo?

-          Es un sentimiento de traición. –Dice subiéndose al auto- No quiero arruinar el día. –Comenta mirándome- ¿Podrías preguntarme mañana?

-          ¿Quieres hablarlo? –El asiente- ¿Mañana?

-          Mañana.

Frunzo los labios pero asiento.

-          Odio el invierno. –Le digo.

-          ¿Por qué?

-          Es imposible saber la hora porque nunca hay sol. –Tyler se ríe involuntariamente por lo que parece y asiente.

-          Bienvenida a Londres, la ciudad del té, donde no hay sol. –Se acerca un poco hacia mí- Dicen que si vas al norte, consigues vampiros.

-          No es gracioso, Ty. –Revoleo los ojos.

-          Me encanta que me digas así.

-          ¿Ty? –Pregunto y asiente encendiendo el motor.

-          Me gusta. –Sonríe genuinamente y yo comienzo a sentirme un poco mejor.

Me gustan los cambios repentinos de humor que tiene Tyler, por momentos está sumamente gracioso y por otros, parece que no quiere abrirse con nadie; después de todo, quizás no seamos tan distintos como pensaba. Lo veo concentrado en el camino, tararea un poco de alguna canción de James Arthur, I can be him. Es linda la letra, sin embargo mi mente está en lo que dijo Cilian sobre los colores, puede que si vea a Tyler como él lo dijo, lo único que me preocupa de eso es la parte excesiva de negro, la parte excesiva de misterio, creo que no me molestaría tanto si mis sospechas no llevaran a Juliet, pero todo mi ser me dice que sí y su confesión no me deja exactamente tranquila.

Menos ahora que sé que no tengo salida de Tyler. Suelto un suspiro que apenas puedo oír, trato de no llamar su atención pero cuando se detiene en la luz roja me mira enseguida, no puedo evitar sentirme incomoda, la forma en la que lo hace siempre tiene ese efecto en mí que hace que quiera huir y por otro lado no puedo moverme, es frustrante para alguien como yo que suele querer tener las situaciones controladas la mayor parte del tiempo.

-          ¿Tienes algo?

-          Solo quiero quitarme el traje. –Le digo señalando la braga.

-          ¿Me lo dices a mí? –Se mira y me mira devuelta.- Odio sentirme sucio.

-          ¿No te gusto mi obra?

-          Me encanto, pero quiero quitarme ya la pintura. –Confiesa- Me siento raro.

-          ¡Bienvenido a mi mundo! –Le digo riéndome.

-          Tú no eres rara.

Oh sí que lo soy

-          Lo soy. –Replico- Pero... tú eres más raro aún.

-          ¿Por qué? –Me mira intrigado haciendo de sus labios una fina línea.

-          Te gusto, ¿No? –Asiente- Hay que estar loco para lanzarse una misión como esta, Sr. Smith.

-          Siempre me gustaron los retos, Srta. Henderson.

Me gusta cuando jugamos con nuestro apellido.

-          No puedo decir lo mismo de los misterios. –Comento y él asiente avanzando en la luz verde.

La idea de llegar a la casa de Tyler es poder buscar una excusa para quedarme ahí, él ir por la torta al hogar y yo preparar una linda cena romántica para los dos. Entre las cosas que me plantee al ser independiente era cocinar, así que técnicamente aprendí más o menos a los dieciséis cuando casi quemo la casa hirviendo agua, sin embargo de ahí en adelante todo salió bien. Si no amara la  fotografía, quizás fuese chef.

-          ¿Sabes? –Me dice estacionando- Deberías dejar ropa en mi casa.

-          Hablando de ir rápido. –Revoleo los ojos y sonrío.

-          Soy culpable. –Me dice.

-          Primero tendría que aclararle a mi papá que eres mi tutor. –Comento.

-          ¿Tiene manejo de arma en Reino Unido?

-          No lo sé. –Respondo- ¿Por qué?

-          Porque si me vio así está mañana sin saber que soy tu tutor, creo que cuando se entere no va a querer hablar conmigo.

-          Créeme, le caíste bien.

Ambos nos bajamos del auto y lo veo sonreír muy juvenil. Camina delante de mí y yo me apoyo en su espalda besando su hombro. Sí, justo mi parte favorita de él es esa espalda ancha, dura como una roca y tan pero tan provocativa que despierta mis primitivos pensamientos, lo sostengo con mis manos colgándome casi de él y deja la llave dentro de la cerradura para voltearse hacia mí.

-          Podríamos tardarnos un poco más si quieres. –Me susurra contra mis labios acariciando mi nariz con la suya.

-          Odio que me hagan esperar, Tyler, no creo que sea justo que los hagamos esperar. –respondo intentando evitar besarlo, aunque el impulso en este momento es muy fuerte.

-          ¿Nos bañamos juntos?

-          La idea es encantadora, Sr. Smith pero deje de seducirme. –Lo empujo alejándolo un poco y él sonríe.

-          Está bien, como quieras. –Intenta ocultar una sonrisa y abre la puerta del todo.

-          Yo tengo algunas sorpresas para ti todavía.

« ¡Sorpresa! » Las luces se encienden y desde distintos lugares sale la mamá de Tyler, su hermano y la mirada pesada de Juliet que se clava en mí como si fuese el blanco de su fusil.

Esté no era el plan.

Tyler me mira confundido. –Yo no fui. –Susurro.

-          ¿Qué hacen aquí? –Pregunta con la voz áspera, no está exactamente feliz de verlos.

-          No sabíamos que tenías planes. -Su mamá me mira y yo quiero con todas mis fuerzas que se abra la tierra y me trague ahora mismo.

-          Yo trate de que no vinieran hermano. –Dice Luke.

-          ¿Qué hace ella aquí? –Pregunta Juliet con ese tono autoritario que tiene sobre todos los que están presentes.

Es como si Tyler y su familia le debiese algo, no puedo entender tanta sumisión de no ser así.

-          No creo que sea tu problema. –Replica Luke. Me sorprende oírle decir algo por primera vez a Juliet enfrente de todos.

-          Bueno no quería que se enteraran así. –Tyler se voltea hacia mí y me sostiene la mano atrayéndome hacia él.- ¿Recuerdas a Alaska?

-          Sí, tu pasante, ¿No?

-          Sí. –Responde él.- Empezamos una relación. –Confiesa Tyler y su mamá sonríe radiante, es como si la noticia la tomará por sorpresa.

-          ¿¡En serio!? –Sus ojos se abren  con gran emoción y se abalanza a los brazos

-          Mamá. –Tyler se ríe.

-          Qué alegría.

No solamente Tyler es misterioso, su familia también pero en este momento lo que sea que esté ocurriendo, me gusta, me parece lindo que se emocione tanto.

-          ¡Bienvenida a la familia, Alaska! –Suelta a Tyler para abrazarme a mí.

Es complicado para mi tener que abrazar a la gente cuando realmente no me nace pero últimamente este no es mi caso, hace unas semanas atrás quizás podría decir que abrazar era la peor cosa que me pasará jamás, pero ahora podría abrazar arboles tranquilamente sin sentirme abrumada por la sensación.

-          Gracias. –Le digo sonriendo.

-          Juliet, trae la botella vamos a celebrar.

Puedo ver este triangulo inentendible entre Tyler, Luke y Juliet cuando ella mira a Tyler de nuevo como si tuviese algún derecho sobre él. Me molesta, me molesta tanto que me tengo que morder la lengua para no decirle nada enfrente de Luke o de la mamá de Tyler, que además no sabía que era una mujer tierna.

-          No es necesario mamá, Alaska y yo tenemos un compromiso y nos tenemos que ir.

-          ¡Ah no señor! –Dice enseguida- Vinimos a comer contigo y se quedan, ambos. ¡Vamos Ty, compláceme!

Tyler me mira y yo asiento. No sé si lo hace porque para mí es incomodo tener a Juliet cerca o porque él también quiere huir de esto.

-          Está bien. –Dice derrotado.

-          Buscaré los platos. –Dice Juliet.- ¿Me acompañas Tyler?

Tyler me mira y mira a su mamá, asiente y lo veo prensar su mandíbula mientras la sigue. La mamá de Tyler me lleva hasta la mitad del living justo donde está el comedor, antes de decirme algo se detiene a mirarme y frunce el ceño escaneándome de arriba hacia abajo, entonces noto que tengo la braga llena de pintura aun.

-          ¿Por qué Tyler y tú están llenos de pintura? –Pregunta.

-          Es que venimos de un evento. –Le digo- ¿Me da dos segundos para irme a cambiar?

-          Seguro linda, estoy segura que está casa es más tuya que mía. –Sonríe.

-          Permiso.

-          Alaska... -Me llama Luke haciendo que me detenga.- Me alegra que estés con mi hermano. –Confiesa- Necesitaba algo de alegría en su vida.

-          Yo también. –Le digo sonriendo.

Huyo rápido de ahí y subo las escaleras esperando que la atención de Luke y su mamá dejen de estar sobre mí. Voy a ser sincera, mi plan si es quitarme la pintura de la mejilla y la braga, pero no puedo evitar sentir que mi curiosidad le gana a mi razón, así que me desvió a la cocina sin que se den cuenta. Puedo observar a Tyler mirando a Juliet y está lo mira imponente, supongo que están esperando quien suelta la primera frase, la botella esta sobre la mesa de mármol que separa un lado de la cocina del otro, justamente lo que separa a Tyler de Juliet.  Si mi instinto me decía que algo de lo que oculta Tyler lo lleva a Juliet, en este momento lo averiguare. No puedo evitar sentir nervios.

-          Te voy a preguntar una última vez Tyler Alexander Smith, ¿Qué relación tienes con Alaska?

Tyler suspira y tuerce el gesto mirando hacia el marco, me escondo con rapidez sintiendo que mi corazón se va a salir de su lugar. – Yo no tengo por qué darte explicaciones de nada, Juliet. –Tyler apenas habla entre dientes- Pero ya que te interesa y parece que no oíste cuando lo dije allá afuera, Alaska y yo estamos iniciando una relación. 

Tengo que huir en el momento que veo que Tyler viene hasta la puerta, pero no sale así que me regreso.

-          ¿Relación?

-          Sí.

-          Tyler, Tyler, Tyler... -Dice en un molesto canturreo- Que dulce eres. ¿De verdad por un momento creíste que te librarías de mi tan fácil? ¿Crees que voy a dejarte en paz? ¿Crees que tu pasado va a dejarte en paz?

-          Ella lo sabe todo. –Dice con una seguridad que me recorre la piel entera erizándola.

-          ¿Todo? ¿Hasta lo más oscuro? –Asomo un poco mi cabeza y puedo verla acechándolo, ahora lo rodea, lo acosa, como una víbora. Tyler no le responde pero sí le responde a mi intuición que me estaba gritando que había algo más entre ellos que no me conto.- Oh solo déjame ver su rostro cuando lo sepa, deja que se lo diga.

-          No te metas. –Tyler la toma del brazo con fuerza, lo puedo ver clavando sus dedos en su piel.

La tensión entre ellos traspasa la cocina, puedes intentar atravesarla o dejar que esta te absorba, quien sea que se atreva a cruzar la línea de la cocina ahora mismo entra en una zona de guerra, así que para mí esto no es un problema, después de todo mi papá es militar.

-          Dame la dicha de destruirla, Tyler. –Amenaza sagazmente- Respóndeme, Tyler, ¿Sabe la parte más oscura? ¿Sabe lo de Sky?

-          Sí. –Respondo entrando a la cocina tomándolo a los dos por sorpresa.

Tyler me mira aterrorizado pero también parece aliviado de mi intervención y Juliet como si acabase de encontrar a su cena, no me detengo en mi paso y llego hasta ella.

-          Te voy a dar un consejo, Juliet. –Le digo acercándose más a ella, Tyler se mueve detrás de mí pero pongo mi mano para que se detenga- No solo es bajo lo que haces como mujer al arrastrarte detrás del hermano de tu esposo, sino también que pones en tela de juicio la confianza que tenemos Tyler y yo, ¿Sabes por qué las relaciones funcionan? –Veo como cierra su puño y yo me tengo que acercar más a ella pese a los latidos de mi corazón que me dicen que me va a dar algo- Porque hay confianza, cosa que seguramente no conoces con Luke pero no te preocupes, Tyler y yo podríamos enseñarles un poco.

Juliet aclara su garganta y da un paso más hacia mí haciendo que la brecha que nos separa sea más corta con cada paso. - ¿Qué te hace pensar que yo necesito un consejo tuyo? Fenómeno.

-          Es fácil para mí leerte, Juliet. No solo muestras una inseguridad increíble detrás de esos trapos caros y apariencia de modelo que llevas, se ve que no confías en lo que ves en el espejo, digo, si le tienes tanto miedo a un fenómeno como yo; habla mucho de tu seguridad como mujer. Además, creo que no tienes a alguien que te diga las verdades de vez en cuando.

-          No necesito nada de ti, ni de nadie.

Juliet mira a Tyler y choca mi hombro saliendo de la cocina. Puedo ver a Tyler de reojo con cierto goce de triunfo por lo que acaba de pasar y no sé si estoy por desvanecerme o vomitar porque me tiembla absolutamente todo pero se siente tan bien ponerla en su sitio que lo que pase de ahora en más, no me importaría. Se suma un punto al tablero de Alaska Henderson y cero al de Juliet Smith. Volteo para conseguirme con la mirada de Tyler que me la aparta enseguida, la tensión sigue siendo protagonista del momento. No vas a escapar Smith, mírame.

-          ¿No piensas decirme nada? –Pregunto cruzando mis brazos debajo de mi pecho.

-          Eso fue increíble. –Suelta muy bajito.

-          Tú de verdad logras que yo salga de mi zona de tranquilidad y confort, Smith. –Suspiro sintiendo que la rabia recorre mi cuerpo. – Eso no es bueno para una persona como yo que dice lo que piensa por lo menos en un 80%.

-          ¿Qué tanto escuchaste? –Pregunta con cautela

-          Lo suficiente para saber que la parte del cuento que te saltaste tiene que ver contigo, Juliet y Sky. –Reto pero no me mira.

¡Mírame, Tyler!

-          Está bien. –Digo después de unos segundos.- Este consejo va para ti, Tyler. No decir la verdad o decir solamente la parte de la verdad que te conviene también te hace un mentiroso, te hace parte de la gente que repudio. –Recalco- Y ¿Sabes qué? Sé como terminan las cosas con gente como tú, así que o vas a ser completamente sincero conmigo o me vas a mentir. –Doy unos pasos alejándome de él- Asegúrate de escoger la correcta, Smith y si vas a escoger la segunda, al menos piensa que de una u otra forma, la verdad siempre encuentra un hueco por donde escaparse.

Camino por las escaleras hasta el baño sintiendo que me falta aire. Cierro con seguro, quiero llorar pero me prohíbo a mi misma hacerlo, no puedo derribarme porque eso es exactamente lo que Juliet quiere. Me quito el molesto traje de pintar y lo dejo en el piso del baño, siento que las paredes se cierran asfixiándome, quiero despojarme de la ropa sin embargo, solo abro el grifo para que salga un poco de agua y me lo echo en la cara dejando caer los colores con los que me mancho Tyler y Magui seguidamente; los veo correrse, casi todos caen menos el negro y en ese momento entiendo, este es el problema con los colores oscuros, de repente te sientes atraídas por ellos, pero una vez que los adoptas en tu vida, es difícil conseguir un  poco de blanco en ellos. Así es Tyler, el misterio que lleva consigo lo absorbió y yo no puedo dejarme arrastrar por él. Cierro el grifo y me miro en el espejo intentando descifrar si es bueno quedarme o irme; si algo me enseño Joe, es a ser educada así que por más que quiera huir de aquí, decido quedarme. Abro la puerta para encontrarme con todos en el comedor  y lo primero que veo es a Tyler.

-          Escogí la verdad. –Dice acercándose a mí- Y no porque hayas escuchado lo que dijo Juliet, sino porque es algo que tengo que soltar para poder rehacer mi vida contigo, Alaska.

Odio sentirme en este momento como me siento, quisiera no sentir para no querer lanzarme a sus brazos y consolar esa tristeza que aborda sus ojos.

-          Si me dejas, prometo decirte todo cuando se vayan.

Y de pronto, el negro se vuelve gris pero el gris no es blanco, el gris es negro y es blanco a la vez, gris es intermedio; supongo que yo no soy completamente blanco y que Tyler no es completamente negro, puede que nuestro color verdadero sea gris.

-          Está bien. –Le digo- La verdad Tyler Alexander Smith. –Él se ríe.

-          La verdad.

¡Holaaa!

Ya sé, me tarde ochenta y cinco años en subir pero todo es culpa de inspiración que abandonó este cuerpo trabajador. Prometo recompenzarlos.🖤

Gracias por todos sus comentarios y discúlpenme no haberles respondido me sentía mal por no haber subido que trataba de meterme lo menos posible  BUENO HORA SI ESTAMOS TODOS!!!! Y aunque dan misterios por descubrir.

Ojalá les guste el capítulo.

Besos, André.

Continue Reading

You'll Also Like

625K 31.7K 34
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...
188K 14.1K 26
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...
111K 10.4K 25
Hyunjin es el chico más guapo y coqueto de la preparatoria, Felix es un chico estudioso y el líder del club estudiantil. ¿Podrá Hyunjin lograr que Fé...
66.3K 1.7K 12
Dicen que cuando eres diferente, eres raro. Cuando tienes gustos diferentes también dicen lo mismo.. Pero, ¿qué pasaría si mis gustos son un poco ext...