Anteriormente...
Se tensa al ver hacia la entrada del Blake. —allí viene Luna, ¿Qué voy a decirle?...
---❤--❤❤---❤--❤❤---❤--❤❤---
—tú decides, pero hazlo pronto se está acercando. -me mira y asiente.
—hola Simón. -saluda mientras daba un beso en su mejilla. —no recuerdo que hayamos quedado en vernos aquí. -él me mira nervioso.
—amm... Es que... Yo no vine a verte a ti. Lo siento. —ella lo queda viendo sorprendida. —ah y entonces qué haces aquí en el Blake. -le pregunta nerviosa.
—vine a recoger a Ámbar, ella y yo tenemos una conversación pendiente. -la expresión de Luna cambió drásticamente. —y que se supone que tienen que hablar ustedes dos. -esta vez la voz de Mateo, hizo que borrara la sonrisa que traía dibujada.
—nunca te dijeron que no se puede ir por la vida escuchando conversaciones ajenas. -dije molesta. - bueno, y como ya somos mucho en esta conversación yo me voy. Tengo cosas más importantes que hacer. ¿Simón me devuelves mi bolso?
—si quieres te acompaño a la mansión. -pregunta Mateo sin quitar su mirada de mi. —no es necesario, conozco el camino. —al ver que Simón no me entregaba el bolso, se lo quité de la mano y me empecé a caminar.
—espera Ámbar- dice y yo me giro para verlos. —vine a recogerte y acompañarte a tu casa y eso hare. Lo siento Luna, pero tu amigo puede llevarte.
—Ambar, ¿pretendes quitarme a mi mejor amigo? O simplemente quieres vengarte por lo que paso en la competencia. -la forma en como me habla me toma por sorpresa, pero yo me las arreglo para no hacérselo saber.
—eres tan patética. Aunque no suena nada mal, quitarte a tu mejor amigo ya que tu acabaste con una relación de años, así que ahora no vengas a hacerte la víctima. Porque Simón siempre seguirá siendo tu mejor amigo.
—Ambar no es necesario que seas tan cruel, Luna no tiene nada que ver en que tu y yo hayamos terminado, tu actitud fue quien llevo nuestra relación al final, porque el que le mintieras a Luna y a Simón sobre el horario de la entrevista, fue la gota que reboso el vaso. Porque no me interesa hacer parte de tus juegos.
Sus palabras me hicieron un hueco en el pecho, pero no puedo demostrarles cuanto, nunca me dejo llevar por lo que siento, pero si me quedo aquí un momento más no voy a poder evitar dejar salir las lagrimas. por lo que me di media vuelta y empecé a caminar, escuche unos pasos tras de mi pero no les preste mucha atención hasta que vi a Simón frente a mí.
Narra Simón...
Cuando Ambar se alejó de nosotros, sentí la necesidad de ir tras ella. Pero no iba a irme sin dejarle las cosas claras a Mateo.
—eres un imbécil, no tenías ningún derecho de hablarle así, espero no volverte a escuchar hablar así de mi novia. ¿entendiste? -solté de golpe y salí corriendo tras de Ambar, al alcanzarla me pare frente a ella y la abracé.
—Simón déjame sola. -su voz es entrecortada, yo aun no me aparto de ella. —no, te dejare ir sola en ese estado. -digo y me alejo un poco para poder verla, ella de inmediato se limpia las lagrimas.
—no estaba equivocado al pensar que fuiste tú quien mando a Tino y Cato para me secuestraran. -se tensa cuando termino de hablar. —no sé de qué me estás hablando, y allá tú si no me quieres creer. Sabes porque no mejor te vas por dónde llegaste. -esta molesta.
—está bien, si no quieres responderme ahora no lo hagas. Pero tendrás que hacerlo en algún momento, si quieres que esta farsa continúe. -dije un poco molesto.
—haz lo que quieras, si quieres ve y cuéntale a todo a tu amiga. Tengo una mejor idea, ve y cuéntaselo a todo el Jam. Ya me cansé de todo esto. -sus ojos se llenaron de lágrimas.
La abracé y ella me correspondió, esconde su cara en mi cuello. —perdóname si, sé que no debí decirte eso. ¿quieres contarme porque tus lagrimas?
—Simón es que ya estoy cansada de todo esto, siempre he sido la mala. Vivo en un lugar en donde no le importo a nadie, mis padres ni siquiera me llaman no les importo en lo más mínimo. y la persona que quiero prefiere una chiquilla que apenas conoció. Estoy sola, no le intereso a nadie.
—no estás sola, tienes a tus Amigas. -me mira y rueda los ojos. —por favor Simón. Delfi y Jazmín están a mi lado por mi popularidad. -vuelve a esconder su cara en mi pecho. —no lo creo ellas te quieren, además si fuera así. No estás sola, me tienes a mí.
—no digas tonterías porque si tu estas aquí, es solo por esta farsa que estamos armando.
—Ambar, eres mi amiga y nunca estarás sola. Me entiendes, además ahora somos novios.
—¿novios? -ella me mira extrañada. —si es que fue lo único que se me ocurrió decirle a Mateo, para que no volviera hablarte de esa manera.
—qué suerte tiene Lunita de tener un amigo como tú. Gracias por defenderme.
—ahora también soy tu amigo, y me tienes para lo que necesites. -le di un abrazo. Es difícil ver su belleza interior, hay muchas cosas que la obligan a usar esa capa dura y fría. No quiere que nadie conozca ese lado dulce y tierno que estoy seguro que tiene. Y me encargaré de hacerlo relucir.
Narra Ámbar....
Después de todo lo que había pasado. Simón me acompañó a la mansión en donde almorcé y me cambié de ropa para salir nuevamente con el hacia el Jam. En el camino nos encontramos con Nico y Pedro.
—Simón en donde te habías metido, te hemos estado buscando. -reprocha Pedro algo enojado.
—lo siento chicos, estuve algo ocupado. -dice y sus mejillas toman un leve color rojizo al mirarme. -si vemos que estas muy bien acompañado, Hola Ambar. —añade Nico y me sonríe.
—Hola chicos, me le robe unas horas a su amigo, pero ya íbamos para el Jam. -ambos me miran sorprendidos, tal vez porque nunca les había hablado de esa forma.
Seguimos caminando los cuatro hacia el Jam, fue algo muy incómodo, porque yo era la única chica y ellos no hablaban nada interesante para mí.
—verdad que si Ambar. -la voz de Pedro me hizo volver a la realidad. —he perdón que decías. -los tres soltaron una leve carcajada, pero que le parecía tan gracioso. —¿Qué? -dije mirándolos.
—nada Ambar, déjalos son unos tontos. -dice Simón. —no yo quiero saber que me preguntaban. –ellos se miraron entre si. —es que le decíamos a Simón que debería empezar a salir con chicas, para que pueda olvidarse de Luna. -añade Nico riendo.
El rubor en las mejillas de Simón volvió, es tan tierno verlo sonrojarse. Pero me molesta que estando yo aquí estuvieran hablando de Luna, es que no se cansan de nombrarla a toda hora.
—yo mejor no opino sobre eso. no me interesa en lo absoluto. -dije y miré a Simón. —perdón no sabíamos que te molestara tanto hablar sobre Luna. Parece que estuvieras celosa...