Diosa de La Luna

By KalexAF

94.6K 7.7K 492

En Londres, criaturas de apariencia humana, pero con poderes extraordinarios cohabitan con los mortales mante... More

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
23
24
Príncipe de Las Tinieblas
PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS 1
PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS 2
PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS 3
PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS 4
PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS 5
PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS 6

22

2.2K 274 18
By KalexAF

Arath y yo mantenemos una conversación ligera mientras avanzamos entre los árboles, damos con un pequeño arroyo. El agua se ve azul, debido a las rocas que hay debajo. Las plantas alrededor tienen una tonalidad aqua con franjas amarillas. Se mira exótico.

—Me gustaría volver aquí cuando acabe todo esto —confieso—. Es hermoso.

—Cuando termines la escuela, quizás podríamos organizar un viaje. Es hasta septiembre, ¿no?

—Sí, con el inicio del otoño.

El calendario escolar del Instituto es diferente al del resto de las escuelas, cursamos cuatrimestres dos veces año. Le dan opción al estudiante y a los padres de elegir en qué estación prefieren acudir. Otoño y primavera son mis estaciones favoritas, así que alterno entre verano e invierno para las clases. Este es mi último cuatrimestre, me graduaré como una estudiante normal. No habrá menciones especiales ni ceremonia de culto porque sigo siendo aprendiz.

—He visitado algunos lugares que rivalizan con la belleza de este paisaje. Me encantará mostrarte el mundo. —Seguimos con la exploración, dos hileras de árboles frondosos forman una V invertida, al final, dos troncos se juntan con sus ramas en lo alto, pareciendo gemelos—. Mira allí, ¿notas eso? —Señala la notoria apertura entre los árboles, luce como una especie de cortina transparente. Me acerco y puedo rozarla con los dedos, es como si moviera agua, excepto que no moja.

—Esta debe ser la entrada a la Tierra de los Dragones. Localicemos a los chicos.

—No será necesario, ya vienen.

Kyanna es la primera en dejarse ver, trae puesta la chaqueta de Braden, dejándolo a él en camiseta sin mangas; debo pensar en un hechizo para que Kyanna pueda transformarse cada vez que quiera sin terminar desnuda.

—Arath me informó que encontraron el lugar, no estábamos muy lejos —comenta Braden al notar mi sorpresa, creí que se hallaban a una mayor distancia, hace media hora que nos separamos. Lo miro con los ojos entrecerrados, ¿cómo pudo haberle dicho cualquier cosa?

—Tenemos un vínculo mental —dice Arath en voz baja, adivinando mis pensamientos—. Más tarde te contaré sobre ello.

Sin más preámbulos, atravesamos la barrera, uno detrás del otro, es como entrar a un mundo totalmente diferente. Incluso el aire que se respira aquí es distinto.

Animales de todos los tamaños se asoman a darnos la bienvenida, no parece haber peligro. Avanzamos hasta dar con un enorme claro, el azul del agua y el cielo es casi el mismo, son tan profundos y atractivos los colores.

—¡Wow! —Asombrada, Solangel se adelanta. Dragones de todos los colores están esparcidos en un radio que no alcanzo a acertar. El vasto suelo verde y marrón se extiende por kilómetros y kilómetros.

Algunas de las gigantes criaturas levantan sus cabezas, se hallan descansando bajo el cálido resplandor del sol. Otras vuelan en lo alto, decorando el cielo con nubes de colores que escupen de sus hocicos puntiagudos. Observamos maravillados cómo un puñado de ellos cambia a su forma humana.

—Solangel. —La voz grave viene de un hombre alto, con el pelo rubio y los ojos turquesas con destellos verdes, a pesar de su tez oscura, como chocolate con leche. Mi hermana ciertamente heredó sus mejores rasgos y solo la piel de porcelana blanca de su madre—. ¡Cuánto has crecido! Te ves hermosa... —Se para frente a nosotros el único dragón que ha invadido nuestro espacio.

—Conde Lorian. —Mi hermana y yo nos inclinamos a la vez, haciendo una reverencia.

—No, por favor. Lorian está bien, lo de Conde es solo un título fuera de aquí. Además, soy quien debería inclinarme, princesa del Atlántico.

—No soy parte de la Corte, dichas cortesías no son necesarias.

—¿A qué debo el placer? —Noto cómo intenta con fuerzas no mirar con detenimiento a Solangel.

—Lo sé todo —suelta la rubia de improvisto, su impulsividad y nervios haciéndose cargo—. Sé que eres mi padre.

Lejos de lucir alarmado, el Conde sonríe.

—¿De verdad? Mi niña, he esperado por tantos años a que tu madre por fin te contara.

—No lo hizo, lo descubrí por mi cuenta.

—Querida... lamento esto. Por años, me he conformado con observarte de lejos, quise tantas veces ignorar mi promesa de mantenerme al margen, pero por tu bien debía contenerme. Que sepas que estoy muy arrepentido, debí luchar por ti, por ser parte de tu vida. Cometí un error, la paternidad era algo para lo que no estaba preparado, soy mucho más joven que tu madre. No sé qué tanto sabes de lo sucedido... —Ambos, mi hermana y el Conde, se van a un lugar apartado a mantener su conversación en privado.

Tímidamente me acerco a un dragón blanco con los ojos morados, me recuerda a Arath. Es una bestia hermosa.

—Ten cuidado —advierte el vampiro, uniendo su mano a la mía y observando con curiosidad al dragón, este inclina su cabeza, invitándome a acariciarlo. Me doy cuenta de que es más pequeño que los demás, no habrá alcanzado la adultez, asumo.

—Sus ojos son como los tuyos —señalo lo obvio—. Y sus escamas son tan pálidas, igual que tu pelo.

—No tengo más hermanos, ni mitad dragón ni mitad otra cosa, si es lo que estás insinuando —se carcajea, hago un puchero porque justo eso pensé.

¿Lorian habrá tenido más hijos? Solangel podría tener hermanos.

—¡Eso es! —alienta el Conde en tono alto, me doy la vuelta para ver qué sucede y mis ojos se abren sorprendidos. Mi hermana menor está allí, en medio de esa cama de césped, contorsionando su esbelta figura y emitiendo un destello de luz dorada, cegadora como un rayo de sol.

—¡Oh, por los Dioses! ¿Será que...?

—Está cambiando —completa Arath por mí. Ella es como yo, heredó el gen mágico de ambos padres, no de uno, como es común.

Solangel Kayde, hechicera dragón.

—Es bellísima. —Su piel escamosa es blanca como el yeso y piedras doradas hacen un camino desde la punta de su cola hasta la parte superior de su cabeza, deteniéndose justo entre sus ojos verdes.

—Luna Kayde. —Alguien me llama. Me giro ante la desconocida voz, aunque luce no mayor que el Conde Lorian, algo me dice que es, por mucho, más viejo. Sus ojos sabios y aura me transmiten eso.

—¿Señor?

—Roman, soy conocido como el Drakon.

—Es su líder —comprendo—. Y sabe por qué he venido.

—Has llegado lejos, muchos ni siquiera lo habrían intentado.

—No soy de las que se rinden, si quiero algo voy por ello —contesto con fiereza, aunque sin faltarle al respeto y, de hecho, me sonríe como si esperara esa respuesta.

—No se ha equivocado contigo.

—¿Quién?

—Ven conmigo. —Me libero del agarre de Arath, que durante la corta conversación se mantuvo en silencio.

—Ya regreso. —Él asiente y se dirige hacia su hermana y mejor amigo. Camino junto al Drakon, detrás de los dragones hay montones de cabañas, entramos a la más grande de todas—. ¿A quién se refiere? —pregunto sin rodeos.

—¿Qué eres? —pregunta en cambio.

—¿Cómo que qué soy? Soy una bruja. —Omito la parte de ser sirena.

—Perteneces al mar. —Alza una ceja mientras dice eso, sabe exactamente qué clase de criatura soy—. ¿Ves esto? —Señala una bola de cristal, humos de colores se mezclan entre sí dentro de ella, está en un podio similar al que descansa nuestro Libro de las Sombras—. Me permite ver lo que necesito saber. —Y funciona de la misma forma, al parecer—. Acércate —indica. El humo comienza a dar vueltas, el color azul absorbiendo los otros. Aparece la silueta idéntica al collar que descansa en mi pecho, debajo hay una sirena. Simulando un salto al cielo nocturno—. ¿Por qué estás aquí? —Intuyo que es una pregunta relacionada a lo que me ha traído a este lugar.

—Hace unos meses emprendí un viaje con mis amigos, asumiendo las pruebas que algo, o alguien, puso en mi camino. Desde entonces, no he querido nada más que superarme. Me encontraba estancada, sin poder avanzar en la hechicería y con miedo a verme obligada a ser parte de la Corte y renunciar al Congreso.

—Ya veo. —Luce pensativo.

—Por mucho tiempo, pensé que algo andaba mal conmigo, todos en mi clase pasaron al siguiente nivel. Los que estaban en clases menores ya están por encima de mí también. Sin embargo, yo no dejé de estudiar, no detuve mis investigaciones, seguí ampliando mis conocimientos. No importaba lo que dijera la roca mágica, no iba a lanzar mis sueños por la borda.

—¿Qué hay de tu lugar en la Corte?

—Aún no he tomado mi decisión.

—Si tuvieras que hacerla ahora, ¿cuál sería? —Lo pienso unos segundos, tomo un largo suspiro. Si mi elección no afectara ambas partes de mi vida, sería fácil.

—No voy a renunciar a la Corte —digo con seguridad.

—Entonces es un no al Congreso. Todo lo que has hecho hasta aquí ha tenido más que ver con hechicería, ¿te das cuenta?

—Lo sé, en ningún momento dije que dejaría de lado el legado que me ha dejado mi madre.

—¿Entonces? Sabes que no puedes ser parte de ambos mundos, si quieres terminar lo que empezaste, debes elegir aquí y ahora.

—Entonces lo siento. —Mi respuesta sin titubeos lo sorprende—. Supongo que aquí acaba todo, no diré que ha sido en vano porque he aprendido mucho y me siento más poderosa que antes, durante esta travesía obtuve de vuelta a mi hermana y conocí al amor de mi vida. Que ahora no haya podido lograr lo que quiero no quiere decir que vaya a rendirme, seguiré intentándolo hasta que logre lo que deseo sin importar cuánto me tome, así tenga que renunciar tanto al Congreso como a la Corte.

—¿Estás diciendo que estás dispuesta a dejar todo atrás y empezar de nuevo?

—Sí. —Ante mi palabra, la bola de cristal se ilumina, desde dentro de ella emerge el trozo de pergamino que me falta, elevándose en el aire y lentamente cayendo en mis manos—. Callar, escuchar, aceptar y ser consciente de lo que te rodea. —No puedo ocultar mi alegría—. ¡Me estabas probando! —acuso, él no luce culpable.

—Te dije que no se habían equivocado contigo, sin embargo, quise comprobarlo por mí mismo.

Conjuro una teletransportación, haciendo aparecer el resto del pergamino que dejé a buen resguardo en un cofre en el sótano de mi casa. Junto las piezas y se unifican, formando un cuadrado perfecto.

—Gracias, Drakon —digo, la alegría que siento ahora mismo me pone inquieta—. Ahora debo descubrir qué sigue, cuál es el próximo paso.

—Eres ansiosa, como tu madre, ella siempre estaba llena de energía. Solía venir con su prima, Cassandra, ya te puedes imaginar el resto.

—Pensé que nuestras razas no se mezclaban.

—Durante los primeros siglos las cosas fueron tensas, hubo batallas incluso. Pero el tiempo pasa y las heridas sanan, las nuevas generaciones no tienen la culpa de lo que hacen sus antepasados.

—Cierto —concuerdo—. ¿Qué es esto exactamente?

Alzo el pergamino, curiosa de la razón detrás de las pruebas.

—Tu pasaje. —Lo miro confundida, él se apresura fuera de la cabaña y no tengo más remedio que seguirlo—. Mírala. —Sus ojos se clavan en el ahora oscuro cielo, ha anochecido, no creí que pasáramos tanto tiempo dentro, ¿acaso aquí son más cortos los días? He pensado todo lo contrario—. Eso que tienes ahí te llevará a ella.

Observo la luna.

—¿Cómo?

—Debes aceptarla, aprender a ser parte de ella, ¿has escuchado hablar de Selene?

—Sí, claro. Es considerada la Diosa de la Luna.

—Tu aventura no es más que el principio, no eres la única que lo ha hecho.

—No entiendo lo que intentas decir.

¿Por qué los antiguos no pueden ir directo al punto? Siempre con sus acertijos y frases elaboradas...

—¿Cuál es el ser más poderoso entre nosotros? —continúa, ajeno a mis cavilaciones.

—Los Dioses, venimos de ellos.

—Están entre nosotros, hay reencarnaciones.

—¿Soy una reencarnación? —inquiero, consternada.

—No —contesta riendo—. Tu madre lo fue. —Oh, vaya, eso sí que es nuevo, pero no me sorprende tanto, después de todo Larynthia fue muy reconocida en sus tiempos—. Eres una oscura.

Recuerdo mi conversación con Arath, había llegado ya a esa conclusión.

—Cuando hablas de la luna —pruebo, pensando en esa noche meses atrás—. No te refieres a ella como un astro. La luna es Selene, ¿cierto? —Voy poco a poco juntando las piezas—. Y todo lo que he hecho hasta ahora, han sido pruebas para ver si en realidad quiero ser parte de otro mundo. —Niego con la cabeza y río, ¿cómo no lo vi venir?—. Mi padre solía contarme una historia, en ella, La Luna era el nombre que le daban a una escuela de magia, pero no era cualquier centro de enseñanza. En La Luna, enseñan a los Dioses a controlar sus poderes y a sacar el máximo provecho de ellos.

—No es una historia inventada. —Roman confirma mis sospechas.

—Entonces, no me gradué porque no soy una bruja, no realmente —murmuro, Kyanna estaba en lo cierto, no hay nada malo en mí—. Por esa razón es que desarrollé mis poderes más rápido que los demás, por eso mis hechizos son más fuertes. Mi nombre nunca aparecerá en esa roca incluso si tengo tanto poder como Cassandra, ¿verdad?

—Cada siglo nace una criatura destinada a convertirse en un Dios o una Diosa. Las cosas cambian dependiendo de sus ambiciones y lo mucho que quieran ser algo más.

—Entonces, ¿soy una Diosa? —Por alguna razón, necesito que lo confirme. Es que no puedo creerlo, en mi mente imagino un ser tan poderoso y, sí, puedo ver a mi madre como una Diosa, ¿pero yo? No soy más que una aprendiz, ¿cómo es posible?

—Sí, Luna Kayde, eres una Diosa.

Estoy a punto de brincar de la emoción, porque esto es lo que necesito para lograr lo que quiero, un Dios es poderoso, es capaz de todo, nada se interpondrá en mi camino. Seré la mejor Reina que haya tenido el Atlántico en siglos, seré la mejor North Kayde que regirá el Congreso en mucho tiempo.

Algo sucede. Se produce un fuerte cambio en el aire. Un ser malvado ha penetrado las salvaguardas de los Dragones, la tensión en el ambiente se vuelve prácticamente palpable. Los Guerreros Dragones están en guardia, mis amigos en alerta.

Sin siquiera dudarlo, voy a su encuentro. Primeromuerta, que permitir que destruya este lugar. La Tierra de los Dragones es unsitio armonioso, puro. Desprovisto de maldad, hasta ahora. No dejaré que sesalga con la suya, no otra vez. 

Continue Reading

You'll Also Like

163K 5.3K 44
Serena siempre ha estado enamorada de su amigo de la infancia Ash Ketchump, así que ha decidido declarar su amor por el, ya que después de ganar su o...
7.4M 599K 63
Nunca sabes lo que puede ocasionar una equivocación.
5.7M 518K 70
Noah es el futuro alfa de su manada y miembro del Triángulo, la realeza de los lobos, esta próximo a su cumpleaños 18, edad para encontrar a su compa...
185K 19.8K 110
¿Puedes imaginar a un vampiro siendo doctor? Keyland Blood es un estudiante de Medicina de la prestigiosa Universidad Medical Mörder de Berlín, pero...