Pov Christian
Es fácil hablar con Ana, ahora soy parte de un grupo de chicos menores que yo, pero curiosamente es con ella con quien más hablo y quien más me entiende, tiene una personalidad mayor a la del resto. Los demás me incluyeron poco a poco en sus actividades y me encontré interesado en cuanto conocí a Farrah futura periodista, era la carrera que estudiaba y era una persona agradable, Megan Parker era una entusiasta pero casi tan buena como Ana y prácticamente eran como uña y carne, un rubio estorbo en mi plan de conquistar a la tímida señorita Steele.
Los chicos eran un asunto aparte, basicamente José era mi competencia, aunque había quedado claro que Ana le rechazaba todas las veces, mientras que Sean y Zac eran tipos agradables a los que les importaban los deportes y discutían constantemente sobre fotografía y esas cosas, aunque los tres eran buenos en sus producciones a pesar de estar recién en segundo.
Volviendo a Ana, ella no hablaba demasiado, pero sus argumentos eran inteligentes y realmente estaba interesada en ser una editora en un futuro cercano, tenía buenas ideas y secretamente esperaba poder expandir mi compañía lo suficiente como para lograr tener una editorial en la que trabajara, si en algo era bueno, era reconociendo el talento de las personas y estos chicos que me rodeaban ahora mismo tenían a montones.
Por otra parte, les había investigado a todos, así descubrí que tanto Ana como Megan eran parte de la generación de herederos de familias con bastante dinero en Seattle, aunque ellas básicamente eran personas sencillas y con los pies en la tierra. La familia de Megan eran parte del círculo de mis padres y la madre de Anastasia era miembro de la junta coordinadora de Afrontarlo Juntos, lo que me daba una gran posibilidad de compartir un par de galas con ellas.
Los demás chicos eran de familias de clase media, pero no les interesaba la riqueza que evidentemente tenían Megan y Ana, por lo que eran tipos en los que se podía confiar y que fácilmente serían aceptados en las reuniones a las que ellas invitaran.
- Oye Grey, ¿Te parece que nos juntemos en la cafetería de siempre el viernes? Asi adelantaríamos trabajo.- dice Sean haciendo que volviera a la tierra, aunque mas bien era a la parte parquizada del campus en la que todos estábamos echados tomando un poco de sol a la espera de nuestras clases.
- Por mi no hay problema.- digo mientras me cubro los ojos con una mano ante el momentáneo rayo de sol que me da justo en los ojos.
- Yo ya tengo planes, asi que los dejo para la próxima.- contesta Zac. - Hay una chica que me ha invitado a por un poco de diversión.- dice haciendo que todos riamos.
- Creo que por esta vez voy a pasar, estoy harta de tantos números, quiero un descanso.- comenta Farrah.
- Bueno yo me apunto, ¿Tu Ana?- pregunta Meg golpeando ligeramente a su amiga que está perdida en un libro. No he podido evitar observar que luce muy relajada cuando lee.
- ¿Hummm? Oh.. si, supongo que no tengo nada más que hacer.- contesta encogiéndose de hombros.
En parte me siento decepcionado que no se mostrara más entusiasmada con la idea de una salida conmigo, pero la parte racional de mi insiste en que es normal habiendo compartido tan solo un mes de clases con ella. Supongo que con el tiempo podré trabajar mejor en una relación con ella.
- Ok entonces tenemos un plan.- dice Sean y de inmediato saltan a otro tema que es completamente diferente y me hace apreciar la rapidez de mi mente para poder seguirles y no quedar como un idiota.
Este tiempo ha sido bastante bueno, le he llegado a conocer de una manera más personal a cada uno y creo que no podré pasar tiempo lejos de ellos después que termine este semestre. Me han caído bien y espero haber logrado formar realmente parte de este grupo, el primero en el que estoy.
Por lo demás las clases son aburridas, entiendo y se casi todos los temas que se dan y difiero notablemente con las estadísticas atrasadas e idealistas de muchos autores, en este sistema estamos aislados de lo que es real en el mundo de los negocios y no estoy dispuesto a aguantar mucho más.
He estado revisando un par de empresas que están en la ruina y me llama la atención una que solo está a un paso de perderlo todo, solo tengo que tener cien mil dólares para poder empezar a hacer un poco de trabajo y obtener ganancias por montones, he estado evaluando el negocio en mi tiempo libre y es todo lo que necesito para empezar a triunfar, ademas, he conocido a una chica, Ross, que está dispuesta a darme una mando con las transacciones necesarias con la única condición que le de un lugar en la compañía.
El viernes llega sin prisa y tengo una tonelada de cosas que hacer en vez de estar esperando a mis nuevos "amigos" en una cafetería que ni en broma visitaría si las circunstancias fueran otras. Nada de lo que sirven aquí es saludable, pero hago ciertas excepciones para conservar la armonía de mi grupo. A lo lejos veo que Ana viene distraída escuchando música con sus auriculares, su cabello se mueve con el leve viento que sopla y su mochila parece pesada y mucho mas grande que ella. Mentalmente hago un repaso de los horarios de todos y se que acaba de salir de clases.
- Hey hola.- saluda cunado se da cuenta que estoy parado justo cerca de la puerta.
- Hola Steele, eso luce pesado.- digo, he optado por llamarla Steele o Ana para evitar tener que morderme la lengua intentando decirle cosas como preciosa o las cosas que diría mi hermano. En cambio, extiendo mi mano lo suficiente para tomar su mochila y tener mis dedos ocupados en otra cosa.
- La verdad que si. Estoy muerta.- comenta mientras nos sentamos en una de las mesas y ella teclea algo en su teléfono antes de prestarme atención. - ¿Y Sean? - pregunta y me hace dar cuenta de que no he pensado en el tipo.
- La verdad no lo se, he llegado hace cinco minutos y simplemente se me ha olvidado.- Digo entrando en cuenta de que no he pensado en el pobre Sean, al fin y al cabo es quien convocó.
- Bueno, a Meg la han invitado a salir, asi que supongo que pronto llegará este chico... - dice encogiéndose de hombro, y encuentro ese gesto adorable en ella.
Pronto entramos en una conversación acerca de los planes para cuando acabe el semestre y vayamos de vacaciones de verano, una pequeña recompensa de la universidad después de machacarnos con tantas actividades, le comento mi plan de obtener mi empresa y se muestra genuinamente interesada en los medios por los que obtendré el dinero necesario, hasta ahora son nulos.
- Mis padres no van a ayudarme, se que enloquecerán cuando sepan que abandonaré Harvard.- digo observando como toma un poco de su taza de té.
- Tal vez debas pedir ayuda, mucha gente estaría dispuesta, sobre todo algunas mujeres.- dice haciendo una mueca de desagrado.
- No creo que quiera venderme para pagar mi negocio.- esta mujer me enloquece en medidas insospechadas.
- Deberías intentarlo, tal vez te basten unos pocos días de arduo trabajo conseguir que... ¿Cien mil dólares? Lo tienes chupado.- ambos reímos de como ha sonado eso y no tardamos en pagar nuestras órdenes y salir a caminar por el parque más cercano.
Se por un mensaje que he leído cunado Ana se ha escapado al baño que Sean no tuvo mejor idea que enfermar del estómago, pero le recompensaré alguna vez el permitirme pasar una tarde con Ana, a pesar de que se que tendremos que sentarnos en alguna parte del parque a adelantar el trabajo, no es como que eso estuviera en mi lista de cosas por hacer con esta chica a solas. Pero mi subconsciente me advierte que es necesario que me tome las cosas con calma y si debo pasar mil horas solo contemplando y escuchando, simplemente lo haré.
Llevo su mochila en mis hombros, por suerte es un modelo unisex, porque hasta para ser un caballero tengo mis estándares y no andaré con cosas de niña en mi caminando por la calle. Ella camina parloteando en lo que se ha convertido la charla más larga que he tenido en mi vida con alguien a solas y que no sea de mi familia, lo cual suena patético, pero es la realidad de todo y no me incomoda que ella sea la primera, de hecho me gusta. Joder... todo es tan nuevo que parece que simplemente he retrocedido y estoy siendo un adolescente que está aprendiendo todo por primera vez.
- ¿Oye te puedo confiar un secreto?- pregunta de repente cuando nos sentamos en una zona tranquila y en donde el sol hace maravillas con su pelo.
- Claro, no es como que tenga muchas personas a las que contarle cosas.- digo haciendo que ría. Algo maravilloso a decir verdad.
- Yo también quiero huir de todo lo que me rodea.- dice bajando la mirada y concentrándose en una hoja que ha arrancado del pasto. - En casa todo gira en torno a mi madre y que debería tener un novio millonario de preferencia heredero.-
- Eso es una basura.- no puedo evitar decir y logro una pequeña risa.
- Apesta, a decir verdad. Tienes mucha suerte que tus padres dentro de todo no presionen con eso. - ella me mira y me pierdo por un segundo en esos ojos azules.
- No es como que les de muchas esperanzas, aparte no soy el heredero que todas desearían.- me recuesto un poco en el césped para no abalanzarme sobre ella. - Mi hermano Elliot hace un excelente trabajo como semental, lo cual me deja las cosas fáciles a mi, puedo concentrarme en mis planes en vez de tener que llevar alguna chica a casa.-
- Suertudo, yo mataría por tener hermanos... pero dejemos estos temas, ahora se que puedo confiar en ti, pero realmente quisiera adelantar el trabajo para no pensar en números por un buen tiempo.- dice mientras saca una carpeta de su mochila.
Así acaba la mejor charla que he tenido en mucho tiempo y transforma lo que parecería de lejos una cita en una reunión de estudio. Otra primera vez y un punto bien hecho de parte de la muy discreta y hermosa señorita Steele.
Es tarde cuando caminamos hasta su apartamento y reímos por una mala imitación de José con su acento latino mientras tratamos de pronunciar palabras que sabemos en español, no se en que momento es que ha cambiado el tema, pero no me preocupa, porque simplemente me hace relajarme y empezar de una manera distinta el fin de semana.
Entramos en el apartamento y nos encontramos con que estaremos solos un buen tiempo en lo que me ha invitado a comer palomitas y ver una peli que asegura que cambiará mi vida. Mientras no sea algo deprimente o demasiado romántico estará bien para mi. Me sorprende que Ana elija algo de suspenso y estamos tan metidos en la historia que no se en que momento hemos quedado envueltos en la manta que descansaba en el sillón mas grande de la sala y comemos palomitas como si la vida se nos fuera en ello.
- Joder...- masculla en una parte en la que el personaje descubre parte de la verdad pero no lo sustancialmente importante.
- Se va a llevar la sorpresa de su vida.- comento en susurros y de reojo veo que asiente.
Cierro los ojos en algún momento particularmente aburrido de lo que se ha convertido en una maratón y simplemente me siento flotar entre el olor a refresco y fresas que desprende el cabello de Ana. Ella ya ha caído hace diez minutos y yo no doy para más.
Debería ser incómodo, debería ir a mi casa, debería robarle un beso o tal vez simplemente aprovechar que estamos solos, pero simplemente me acuesto en la alfombra mientras que ella se acomoda entre sueños en el sillón y yo improviso una cama con mantas que he sustraído de su habitación y un almohadón de los sillones continuos, no quiero estar lejos de ella, así que este es el plan por ahora.
Fase amistad... en proceso de ser un éxito.