Estaba encerrada en el baño del primer piso, en cuanto llegamos corrí hacia el cuarto más cercano y me encerré para estar sola. Dylan llevaba mucho tiempo al otro lado de la puerta tratando de que saliera, pero yo simplemente lo ignoraba. Estaba en la esquina hecha bolita, abrazaba mis piernas contra mi pecho y enterraba mi rostro en mis rodillas mientras lloraba silenciosamente. Podía sentir las lágrimas caer por mi rostro con facilidad y después resbalar por mis piernas, mi cuerpo temblaba ligeramente por lo sollozos que trataba de contener.
Sentía esa opresión en el pecho, ese fuerte dolor que sentí el día en que todo sucedió. La desesperación de poder tocarlo, de poder escuchar su voz nuevamente y la de poder oler su fuerte loción impregnada en su ropa.
Nada de esto me estaría pasando si los chicos no hubieran mencionado a James después de que nos atacaran en nuestra casa. Yo nunca hubiera sabido que lo mencionaba al estar gravemente herida, aparte, no es mi culpa que lo mencione. Yo no quería seguir con el trauma de su muerte, pero es así y no puedo hacer nada para evitarlo.
-Emma- escuché la voz de mis hermanos al otro lado de la puerta al mismo tiempo que la golpearon fuertemente -Abre la puerta- dijeron con preocupación en su voz, pero los ignoré.
No quería seguir aquí, quería estar sola. Quería poder llorar sin que me cuestionaran, sin que me miraran con tristeza y dolor, sin que pensaran lo que me estuviera sucediendo. Solo quería llorar en paz, quería hundirme en esos momentos sin que alguien me interrumpiera, quería imaginar que él esta conmigo, que me tenía abrazada entre sus brazos mientras besaba mi frente y acariciaba mi cabello, solo quería creer que él estaba vivo.
Escuché un fuerte ruido frente a mi y enseguida supe que habían tirado la puerta. No quería levantar la mirada, ya que me avergonzaba de mi misma, no quería que vieran lo vulnerable que soy, pero sabía que no podía hacer nada para evitarlo en estos momentos.
-Emmi- susurraron a mi lado al mismo tiempo que ponían una mano en mi espalda -Tranquila, no estas sola- susurró Zack atrayéndome a su cuerpo y fue cuando solté a llorar mientras escondía mi rostro en su pecho.
Los sollozos que me había esforzado en retener salieron de mis labios sin dificultad alguna, sentí como mi cuerpo temblaba mientras lloraba y las lágrimas continuaban saliendo con facilidad. Zack me abrazó con fuerza durante mi llanto, me susurraba cosas al oído tratando de calmarme, pero no lograba hacerlo, así que me dejé llevar y lloré sin parar.
---
Me miré en el espejo y pude ver todo el maquillaje corrido y mis ojos rojos he hinchado. Seguía en el baño, habían puesto la puerta en su lugar y me trajeron mi pijama para que me cambiara en cuanto terminé de llorar. Sabía que estaban preocupados y sabía que querían respuestas, pero ellos sabían que hablar de eso me iba a hacer más daño.
Salí del baño después de haber mojado mi rostro y tomé camino hacia la cocina. Al entrar ahí vi a Ethan, Logan y Jacob sentados frente a la barra y a los demás en la mesa o en la sala.
-Ve a dormir Emma- dijo Ethan suavemente al momento que tomé la botella de Vodka.
Lo ignoré. Tomé la botella de la estantería y después caminé a la sala donde se encontraban Jonathan, Ian, Austin y Ryan, me dejé caer en el sillón individual y subí mis pies a este mientras abría la botella.
-Emma- dijo Ryan mirándome con algo de reproche y tristeza.
-Estoy preparándome mentalmente para contarles, pero si siguen hablándome y mirándome así me voy a echar para atrás así que cállense- espeté antes de tomar de la botella.
-No es necesario que no cuentes- dijo Luke sentado en la mesa del comedor.
-Tienen preguntas- empecé -Que me lastimarán si las hacen, que empezaré a llorar como una loca, que me comportaré como una psicópata o lo que sea que piensen, pero tienen preguntas- dije mirando la botella.
-No queremos hacerte más daño- dijo Jacob y yo reí sin gracia.
-Créeme cuando te digo que no puedo estar más lastimada- comenté acostándome en el sillón -Entonces...¿piensan sentarse y escucharme?- dije antes de tomar otro gran trago de la botella al mismo tiempo que escuchaba y veía de reojo como se sentaban en los sillones frente a mi.
-¿Estás segura de esto?- preguntó Zack sentado frente a mi y yo solo me le quedé mirando por un rato y solté un largo suspiro antes de volver mi mirada al techo.
-No- respondí con sinceridad empezando a recordar como inició todo.
-Para cuando quieras ¿si? No es necesario que nos cuentes todo- dijo Ryan suavemente mientras yo me dejaba ahogar por todos los recuerdos.
Me quedé un buen rato pensado todo lo que pasó antes del accidente, bebía grandes tragos para que me haga efecto más rápido el alcohol. Estaba segura que me iba a doler, y que probablemente me miraran con lástima después de contarles, pero ha sido suficiente tiempo con esta misma situación, que es mejor hablar al respecto.
-Cuando me fui a Washington llegué a la casa de Megan. Ella vivía con cuatro chicos, uno de ellos era su hermano y los otros sus amigos. Las primeras semanas me la pasé encerrada en lo que era mi cuarto, varias veces trataron de hacerme salir a ver la ciudad, pero yo no quería. Así fueron los primeros dos meses, me la pasaba con los chicos y con Megan, pero casi nunca salía de la casa. Yo sabía que ellos tenían su mafia y pues lo que tenían que hacer para cumplir su trabajo; y ellos sabían que yo odiaba hablar de ese tema así que nunca hablaron de eso conmigo- empecé antes de que sintiera un pequeño nudo en mi garganta y simplemente tomé una bocanada de aire -Una noche no podía dormir, no tenía nada de sueño así que decidí ir a ver una película. Bajé al primer piso, ya que ahí estaba la sala de tele, pero me llevé la sorpresa de que las luces estaban prendidas y que en el sillón de la sala estaba un chico sangrando. Megan y su hermano lo atendían, este tenía heridas de bala, rasguños por todo el rostro y sangre todo el cuerpo. Obviamente me asusté al verlo, yo nunca había visto algo así >>
>>Megan se dio cuenta de que estaba ahí y me dijo que necesitaba que la ayudara, así que fui con ella muerta de miedo y me senté frente al chico que se la pasaba quejando todo el tiempo. Me dijeron que tenía que presionar una herida de su brazo mientras ellos sacaban unas balas de sus piernas. El chico se dio cuenta que esta aterrada mientras veía como metían las pinzas a su pierna y buscaban la bala, así que empezó a hablar conmigo tratando de calmarme. Me contó que había sido raptado por aliens y se habían metido a su cabeza para poder controlar su cuerpo y que lo obligaron a bailar- dije con una pequeña sonrisa al recordarlo -En lo único que podía pensar era que tan loco estaba ese tipo para decir esas cosas con la gravedad del asunto, pero...después me di cuenta que solo lo decía para calmarme, cosa que en realidad si me ayudó, ya que había dejado de temblar como una gelatina recién hecha- dije antes de quedarme en silencio por un rato, dejándome llevar por aquel recuerdo -Así fue como conocí a James- comenté lo suficientemente alto para que me escucharan.
Me quedé en silencio un momento, recordaba lo que pensé al momento que escuché lo que me decía, sabía que se había vuelto loco para decir ese tipo de cosas. Sentí como una lágrima se resbalaba por mi rostro y enseguida la limpié sabiendo que esto no era nada.
-Emma, está bien- dijo Ian haciéndome saber que podía parar si quería, pero no lo haría.
-Se quedó con nosotros, ya que no podía hacer mucho esfuerzo gracias a sus heridas. Se la pasaba molestándome a la hora de la comida, era tan irritante y más con su sonrisa arrogante y su mirada de "soy el mejor y lo sé". Yo simplemente lo ignoraba y trataba de no hacerle mucho caso, pero obviamente era casi imposible hacerlo, ya que sabía perfectamente que hacer para molestarme. Un día Megan y los chicos tuvieron que salir por cuestiones del trabajo, así que me quedé sola en casa, obviamente con él. Yo estaba en la sala de tele viendo una película cuando él llegó, se sentó a mi lado y empezó a hablarme, bueno, más a bien a molestarme. Yo lo ignoraba y veía la película, en serio que intentaba no prestarle atención hasta que me tiró mis palomitas encima, fue ahí cuando mi paciencia se había acabado. Le grité lo idiota y molesto que era mientras que él solo me miraba con burla, eso si que me hizo enojar. Me hacia sentir tan...- empecé sin encontrar la palabra adecuada para decir como me sentía en ese instante, lo único que podía hacer era mover mis manos tratándome de hacerme explicar.
-¿Molesta?- dijo Austin y yo solté un suspiro rendida.
-Más que eso- comenté -En fin, estaba decidida a irme a mi habitación, no quería estar un segundo más a su lado, pero cuando quise abrir la puerta me di cuenta que él la había trabado y pues no podía salir de ahí. Recuerdo decirle que me dejara salir, pero este solo me miraba divertido mientras se acomodaba en el sillón, empezó a hacerme preguntas. Decía que quería conocerme y quería saber más de mi. Al principio no le decía nada, pero después de estar encerrada dos horas con él empezamos a hablar. James y su hermano trabajaban para Megan, me decía lo genial que era su vida y lo hacía sonar todo muy interesante, enseguida captó mi atención con todas sus historias. O sea, era tan solo un año mayor que yo y había vivido cosas increíbles, había viajado a lugares fantásticos y no tenía ninguna preocupación. Obviamente omitía decirme todas esas veces que sufrió o salía herido por cosas de trabajo, pero con él tiempo me contó de eso- relaté -Nos hicimos grandes amigos en el tiempo que vivía con nosotros, siempre me la pasaba con él. Claro que me molesta y me hacía enojar, pero le hacía lo mismo, nos provocábamos el uno al otro solo para ver como nos enojábamos. Cuando se recuperó se fue de la casa, pensé que no lo volvería a ver, ya que su vida era completamente diferente a la mía, pero estaba completamente equivocada>>
>> Recuerdo que una noche yo estaba dormida en mi cuarto, todo estaba bien hasta que desperté por tener frío. Me di cuenta que mi la puerta de mi balcón estaba completamente abierta. Me asusté horrible, todas las noches me aseguraba de que estuviera cerrada y luego me levanto y veo que esta abierta, no se imaginan como fue ese momento para mi. Me levanté para ir a cerrarla, todo estaba completamente oscuro y tanteaba para no golpear con algo que estuviera en el suelo; pero cuando estaba frente a esta sentí como me empujaron hacia mi cuarto y me estrellaron contra la pared tapando mi boca. Recuerdo que enseguida empecé llorar por el miedo que sentía, pero luego se prendió la luz de mi cuarto y vi a James frente a mi. Me miraba de una forma tan burlona, pero ni siquiera podía enojarme con él, ya que seguía con el miedo. En fin, cuando deje de llorar lo golpeé y le reclamé lo malo que era conmigo y después lo empecé a cuestionar de porqué se metió a mi cuarto en medio de la noche. Empezó a decir varias cosas sin sentido y pues yo no le prestaba tanta atención, hasta que lo escuché decir que quería que lo acompañara a una carrera. Al principio me negué totalmente, sabía que eran ilegales y que en cualquier momento podía llegar la policía o iniciar un tiroteo o pasar cualquier cosa, aparte era fugarme de la casa, entonces dije que no, pero después un tiempo logró convencerme de ir. No tienen idea de como me sentía en ese instante, era la primera vez que me fugaba de la casa sin avisarle a alguien y para el colmo tenía que bajar por mi balcón, no salir por la puerta como una persona normal. ¡No! Era saltar por el balcón y después fugarme en una moto, cosa que nunca en mi vida me hecho. Así fue como empecé a entrar al mundo de las fiestas, alcohol y carreras- dije antes de tomar un trago de Vodka.
-Nos habías dicho antes que había sido por parte de Megan- dijo Ethan y yo lo miré en cuanto terminé de beber.
-Si te hubiera dicho que fui con un hombre la primera vez que fui a una fiesta y terminé borracha ¿no te hubieras enojado?- pregunté alzando una ceja y este se me quedó mirando en silencio -Exacto, es lógico que se hubieran puesto histéricos, ya que su hermana menor estaba tomando alcohol cuando no podía y que terminó borracha y que pudieron aprovecharse de ella. Por favor, es obvio que se hubieran puesto así- dije.
-¿Pasó algo entre ustedes dos?- preguntó Luke.
-No- respondí de inmediato y solté un suspiro dirigiendo mi mirada al techo nuevamente -James era mi mejor amigo, sabía todo de mi, me conocía como la palma de su mano y yo a él. Éramos como hermanos, me cuidaba como lo hacen ustedes, era demasiado sobre protector y tenía los celos de hermano- dije con una pequeña sonrisa nostálgica -Me la pasaba todo el tiempo con él. Con él podía reír como maniática, podía gritar cuanto quisiera sin que me dijera que me callara, podía reír sin parar, podía llorar como una fuente descompuesta, podía hacer lo que quisiera; él siempre estaba conmigo, me apoyaba y consolaba. Cuando estaba a su lado, me hacia recordarlos. Nunca me permitió olvidarlos, me forzaba a hablar de ustedes, a contarle historias pesar de que ya se las hubiera dicho miles de veces. Me hacía tenerlos presente en mi memoria- dije soltando un ligero suspiro.
-¿Y Mateo y Alex?- preguntó Logan.
-No los había conocido aún. Primero conocí a James y luego a ellos. Alex, Mateo y James ya se conocían por el trabajo, pero a ellos los conocí un tiempo después- respondí -Bueno ¿en dónde me había quedado?- dije sin saber hasta donde llegué.
-Te escapaste por primera vez con James- dijo Tyler y yo asentí.
-Bueno, pues así fue un tiempo. Después Megan empezó a entrenarme, pero casi no tenía tiempo así que James se encargó de mi entrenamiento. Me enseñó a manejar un arma, defenderme, ya saben esas cosas; me enseñó lo básico y después él y Megan me enseñaban unas cosas extra, me daban consejos y pues esas cosas. Adam empezó a mandar a las personas para que 'entrenarme' y pues al principio me negaba a hacerles daño. Seguía odiando aquel tema de mafias y cualquier cosa relacionada con ese mundo, pero llegó el momento que me cansé de estar herida todo el tiempo y empecé a defenderme. Cuando terminaba de hacerlo, me sentía mal conmigo misma, me odiaba por seguir los pasos de Adam, ya que yo no quería eso para mi vida, pero James me ayudó a pasar por eso. Me hizo entender que si no eran ellos, era yo. Ellos estaban acostumbrados a salir heridos todo el tiempo, pero yo no y me causaría mayor dolor que a ellos así que empecé a defenderme. Lo superé con el tiempo, dejé de sentirme mal y pues lo empecé a tomar como algo normal. Megan insistió en que empezara a realizar misiones, pero yo no estaba tan segura de poder hacerlas, hasta que James habló conmigo y logró convencerme, así que mi primera misión en un mundo de mafiosos fue con él. Admito que estaba aterrada, no tenía ni una idea de como era y eso era lo que más me preocupaba, el no saber que esperar, pero después aprendí. Comencé a hacer misiones por mi cuenta, salía de fiestas con James, Alex y Mateo, competíamos en carreras, íbamos a ver peleas, salíamos a comer, hacíamos de todo juntos, era increíble pasar tiempo con ellos. Todo el tiempo era algo diferente y no sabía que esperar- dije nostálgica recordando aquellos tiempo que salíamos los cuatro juntos y fue cuando la pequeñas sonrisa que tenía desapareció -Todo era...perfecto. No necesitaba algo más, era muy feliz, era tan irreal todo por ser tan sencillo y estupendo. Pero todo se fue cuesta abajo en una noche- dije sintiendo un gran nudo en mi garganta.
-La noche en la que James murió- dijo Ryan y al escucharlo sentí un gran dolor el mi pecho.
Enseguida imágenes de aquella noche llegaron a mi mente haciendo que la sensación en mi pecho aumentara. Recordé mis gritos y golpes. Su voz hablándome al otro lado mientras se esforzaba en ocultar el miedo que sentía.
-Yo tenía una misión- empecé pero al decirlo mi voz sonó completamente temblorosa y me detuve tomando una bocanada de aire al mismo tiempo que me abrazaba a mi misma.
-Emma, no tienes contarnos ahora. No, si no te sientes lista para hablar de eso- dijo Zack sentándose en el suelo frente a mi y yo solo hice una seña de que esperaran.
Mordí mi dedo para sentir el dolor que me provocaba para hacerme volver a la realidad. Sabía que en cuanto empezara a hablar de eso las lágrimas llegarían a mis ojos y que mi voz se rompería y después empezaría a llorar por más que lo intentara no hacerlo. Entonces recordé que todas las veces que James me pidió que sea fuerte, y esta vez trataría de serlo por él
-Yo tenía misión sola, les pedía a Alex y Mateo que me acompañaran, pero ellos estaban ocupados, así que fui con James. Estábamos en una de las bóvedas de Megan donde nos preparábamos y después nos íbamos al lugar. Recuerdo todo- dije y sentí como mis ojos empezaban a ponerse llorosos -Fui a la oficina de James, entré y se encontraba jugando a las cartas en la computadora, pero lo cerró en cuanto escuchó la puerta. En cuanto me vio sonrió y siguió con su juego. Me senté sobre su escritorio y le conté de la misión que tenía. No se veía tan animado de ir, pero yo no quería ir sola, así que le pedí que me acompañara. Al principio no quería, pero después de que le dije que le invitaría unos tacos y que después lo acompañaría a su carrera, aceptó. Llegamos al lugar donde era mi misión, teníamos que robar unas cosas y ya. Al cabo de unos minutos llegaron más personas, eran muchos más que nosotros. Era todo un desastre, los nuestros caían a cada segundo hasta que llegó el momento que solo quedábamos nosotros dos- dije y se me rompió la voz y enseguida sentí como Zack tomó mi mano al mismo tiempo que mis ojos se llenaban de lágrimas -James me dijo que me daría unos segundos para escapar, pero que tenía que irme sin mirar atrás. Sabía lo que eso significaba y enseguida me negué, no lo iba a dejar, se supone que él no tenía que estar en ese lugar. Nos empezaron a lanzar granadas, tratábamos de protegernos, pero llegó el momento que nos quedamos sin balas. Estábamos totalmente expuestos. Nos escondíamos detrás de una pared, estábamos en cuclillas para que no nos dieran con una bala. Recuerdo cuando tomó mi mano y me dijo que nada me pasaría, que todo iba a salir bien- dije y con eso un pequeño sollozo salió por mis labios.
-Emma- dijo Zack para que parar mientras acariciaba mi mano y yo solo limpié las lágrimas que salieron por mis ojos con mi otra mano.
-Nos movimos a otro lugar, ya que se empezaban a acercar, fue cuando dimos con un lugar casi vacío. Corríamos mientras nos disparaban los que nos perseguían. Nos metimos a cuartos y corrimos por diferentes pasillos tratando de perderlos y fue cuando llegamos a un pasillo. Había una puerta metálica así fuimos hasta ahí pensando que era la salida, pero en cuanto entramos la puerta se cerró detrás de nosotros y fue cuando nos dimos cuenta que estábamos encerrados. Escuchamos una explosión al otro lado y escuchamos como escombros caían, pero también afectó de nuestro lado. James me puso contra la pared cubriéndome con su cuerpo mientras partes del techo caían y cuando se detuvo vimos que entre los escombros había una bomba. Apenas podíamos respirar, gracias al polvo que había. Tratábamos de abrir la puerta, pero no podíamos. Teníamos menos de cinco minutos antes de que la bomba explotara. Recuerdo que ambos estábamos cubiertos de sangre y polvo, empecé a pensar que era todo- sollocé una vez más dejando que las lágrimas empezaran a bajar nuevamente -Empezaba a rendirme, enseguida pensé en ustedes; sabía que no estaba lista para irme, no quería hacerlo, quería volverlos a ver y a hablar con ustedes y por un momento pensé que jamás lo volvería hacer. Pero James encontró un agujero en la pared, sabía que no había el tiempo suficiente para que ambos saliéramos, había que esquivar metales y era medio largo y le dije que él saliera primero, pero me metió al agujero y tuve que salir. Cuando estaba por salir por el otro lado me empujó y tapó el agujero. Empecé a gritar para que saliera, le rogué para que quitara esa cosa y saliera, pero dijo que la explosión me haría daño. Fue cuando empezó a despedirse. Podía notar el miedo en su voz y yo sabía que no quería morir, pero también sabía que no iba a permitir que yo saliera herida sin importar que eso le costara la vida. Me obligó a despedirme y después escuché la explosión- terminé soltándome a llorar.
Sentí como los brazos de Zack me rodearon enseguida y solo me aferré a él como si fuera lo que me mantuviera con vida.
-Todo estará bien- dijo en un intento de calmarme mientras lloraba completamente dolida.
Sin embargo, yo sabía que no iba a estar bien; porque lo que me hacia sentir bien se fue hace mucho.