Lo Inevitable #PremiosObsesió...

By MacaGarcia3

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Yo había erigido muros. Él, en cambio, había construido puentes para llegar a mi corazón. ***** Hola! les tr... More

Besos robados.
Un pedacito de mí.
Quiero más de ti.
Encuentro inesperado.
He llegado.
Buscando.
Tenso silencio.
Bandera blanca.
Problemas.
Sorprendidos
Expuesta
Perdidos
Caos
Planes
Nos pertenecemos
En tus brazos
Familia
Señor y señora
Nueva vida.
No mires atrás.
Segunda temporada
De nuestro inicio
De nuestro inicio (parte 2)
Una tarde juntos
Cosas cotidianas
Es confiar
Demasiado lejos
Cuando un corazón se rompe
Lo que callamos
Hablándole a la luna
Volando al sol
Adicto a ti.
Culpables
Rechazo
Resistir
Caímos.
Besos robados
No te vayas.
Lo que pasó después.
Final

Es solo el comienzo.

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By MacaGarcia3

Tres meses después, en Vancuver. 

Pov Anastasia

- Cariño es hora de dormir.- Ted me mira molesto desde su lugar en el suelo, lleno de juguetes que ha regado por todas partes mientras encastra un par de bloques. Está que se cae del sueño y no quiere dejar de jugar. 

- Pero mami...- hace un tierno puchero que lucho por ignorar para mantener mi postura de madre mandona. 

- Por favor Ted, haz caso a tu madre. Debe descansar. - Ryan lo observa desde la puerta y Ted resopla frustrado. 

El día y la semana en general, han estado lo suficientemente fríos como para que no le deje salir a la nieve, por lo que está molesto la mayor parte del tiempo al no poder disfrutar, pero es pequeño, y no quiero que enferme. Levanta una mano para apoyarla en la cama y se inclina para levantarse haciendo que sus rizos cobre salten graciosamente en su frente. Están demasiado largos, pero no tengo corazón para cortarlos aún. 

- Está bien... Adiós mami. - Se inclina sobre la cama hasta llegar a mi y deja un beso en mi mejilla. 

- Adiós cariñito, te amo.- digo apretándolo levemente a mi lado. 

El se aleja y sale corriendo seguido de Ryan que lo cuida todo lo que yo no puedo. El médico ha dicho que por un tiempo debo cuidarme, sobre todo porque las emociones fuertes o el hacer algún esfuerzo puede suponer perder a mi bebé. 

Acaricio por debajo de la colcha mi vientre aún plano, quien diría que Christian me ha dado otro motivo por el cual vivir y cuidarme. Era abrumador saber que había ocurrido un milagro cuando anunciaron que el bebé había sobrevivido a la cantidad de drogas que habían inyectado en mi cuerpo, si a eso le sumamos que me arrojaron de una van en movimiento y que estuve bastante tiempo en agua helada. Un auténtico milagro, mi pequeña luchadora. Porque sentía que era una niña. 

Nadie, absolutamente nadie sabía de la existencia de mi pequeña bip a excepción de Christian. Ero lo menos que podía hacer después que salvara mi vida, era mi respuesta por haber visto como se había esforzado por recuperarse antes que yo para cuidarme mientras estuviera en el hospital, y luego, respetando mis silencios, mi falta de memoria, el tiempo que necesitaba para asumir lo que había ocurrido.

Flashback.

Despierto con el ruido de pitidos y un par de dolores que no logro ubicar, la tenue luz de la habitación es sin duda lo mejor, porque mi vista tarda en adaptarse al brillo que escapa de una de las ventanas. Escucho un ligero traqueteo a mi izquierda y cuando giro la cabeza me encuentro con un hombre que hace anotaciones en una carpeta. 

Trato de hablar, pero una molestia general y una arcada me recorren haciéndome estremecer. El hombre se percata y con una sonrisa agradable me clama. 

- Tranquila señora, tiene puesta una vía para su alimentación, se la quitaremos en un momento, por lo pronto no trate de hablar, solo responda con un pestañeo si es afirmativo o dos si es negativo. ¿De acuerdo?- entonces pestañeo una sola vez. 

El hombre es agradable, luce algo mayor, pero eso sol hace que me caiga mejor, destila sabiduría y comprensión, me inspira confianza. 

- ¿Sabe quien soy?- dos pestañeos, no tengo la mínima idea de quien es. - Ok, soy el doctor Stevenson, voy a ser su médico mientras permanezca en el hospital, lo que espero que sea poco tiempo, luego veremos que hacer cuando salga. ¿ Recuerda su nombre?- 

Mi nombre... es algo que no había pensado desde que desperté. He escuchado que me han dicho señora, pero no mi nombre, y he de tener un apellido, tal vez tengo una familia que no está presente porque estaba dormida, pero quien sabe. ¿Tengo un nombre? No lo se. Pestañeo dos veces. 

- Bueno, es algo que esperábamos. Usted es la señora Anastasia Steele, pero para avanzar vamos a llamar a una enfermera que quite esos tubos y vea la situación para que charlemos un poco.- Suspiro cuando deja una palmadita en mi rodilla y se retira. 

¿Desde cuando he estado aqui? no lo recuerdo, simplemente tengo la información que me acaban de dar y es demasiado poca, pero funciona de momento para mi. Levanto con esfuerzo mis manos y veo una serie de cables salir de ellas, al parecer me sucedió algo malo, bastante malo para estar en un hospital y haber olvidado toda mi vida. Un escalofrío me recorre y viene a mi mente la sensación de agua helada recorrer mi cuerpo. 

Al cabo de lo que creo que son veinte minutos entra un comité de unas cinco personas, todos enfermeros y el Dr. Stevenson. Me quitan los cables y casi devuelvo lo que sea que haya en mi estómago cuando quitan la sonda por la que me alimentaban, gracias al cielo me dan un vaso con agua que me refresca y calma lo suficiente. 

-Bueno Señora Steele debo decir que tiene suerte de estar viva. dígame ¿Le duele algo en especial al moverse? - pregunta el doctor mientras mueve uno a uno mis miembros y me ayuda a sentarme. 

- Solo la espalda y mi abdomen... pero siento que todo da vueltas y creo que mis brazos no quieren ser tocados.. - mascullo conteniendo el grito que quiere escapar de mis labios cuando toca un hematoma. 

- Ok eso es... más de lo que esperábamos. - declara anotando todo en su carpeta. -¿Sabe algo de usted? Me refiero a si recuerda algo en particular.- 

- Bueno... recuerdo agua helada, como si me sumergiera en un lugar oscuro y muy frío. - Lo observo mirarme con cautela y parece resolver algo en su mente cuando cierra la carpeta y me mira a través de sus lentes. 

- Para serle franco señora Steele, creo que su estado de pérdida de memoria, será temporal, es más que nada por el shock de lo ocurrido y el trauma que le ha dejado. Pero antes de que le digamos más necesito que descanse, es lo mejor que puede hacer mientras le demos medicamentos.- Otra palmadita en mi rodilla y poco a poco la habitación se vacía. 

Fin del flashback. 

Las cosas se complicaron cuando me fueron dando más información, todo el tiempo estaba nerviosa y sentía que vendrían por mi. A la final, me tuvieron que decir que mi embarazo era de riesgo para que me calmara, o que realmente intentara que las cosas funcionaran en mi. 

Poco después de una semana desde que desperté vino Christian, estaba demacrado, sus ojeras eran notorias y estaba claro que había perdido peso, la sudadera que usaba le quedaba ligeramente más grande de lo debido y su mirada estaba como perdida. Lo peor, fue su rostro dolido cuando no le reconocí. Es algo que no he podido quitar de mi mente en todo este tiempo. 

Pasamos la mayor parte de los días charlando cuando lo dejaban venir a verme, siempre en una silla de ruedas que lo frustraban pero que formaban parte del protocolo del hospital, nos tomamos las manos para la primera ecografía de nuestro bip, estuvo a mi lado cuando desperté y recordé la mayor parte de las cosas, dejó que llore en su hombro cuando dijeron que era probable que perdiera el bebé o cuando dijeron que tardaría en salir del hospital. 

Esos eran actos que me recordaron al amigo que había tenido hacía más de diez años, cuando las cosas habían sido más sencillas y bastaba una llamada para saber que estábamos mal o bien, si nos necesitábamos o no. 

Acaricio mi vientre hasta que siento los pasos de Ryan por el pasillo y cierro los ojos a la espera de que no me hable esta noche. Desde hace unas semanas, desde que me permitieron volar hasta donde me refugiaría por un tiempo, he tratado de evitar hablar con él. Se que le debo una explicación, se que está preocupado por mi, pero también temo por mi hijo y el bebé, temo que dañarle de alguna forma lo transforme en un Megan en versión masculina, no estoy dispuesta a correr ese riesgo de nuevo. 

- Ana se que estás despierta. - dice mientras siento como se hunde el colchón a mi lado. 

- hummm... simplemente estoy cansada. - mascullo en un intento por que se vaya. 

- Entonces seré breve. Renuncio. - dice. Abro los ojos y le veo jugar con el borde de una taza que contiene seguramente un poco de café. - He pensado mucho en todo esto, el hecho que me gustes, que hayas confiado en mi pero me quieras como un amigo o un hermano... simplemente me confunde y no me gustaría terminar volviéndome loco.- un amago de sonrisa sale de sus labios y yo simplemente jadeo sorprendida. 

- Yo... no se que decir. Pero si es lo que quieres, está bien. - Ryan me mira y una sonrisa cruza fugazmente por sus labios. 

- Espero que no me reemplaces tan pronto como me vaya, planeo dejarte las cosas ordenadas para que estés por ti misma un tiempo, y muchos protocolos listos para cuando vuelvas a la ciudad. - Tiende un sobre que no se de donde ha sacado y lo tomo mientras me acomodo en mi cama. 

-¿Que es esto? - pregunto cuando veo el sello del hospital en que estuve ingresada. 

- Es el alta definitiva, según lo que dijo el doctor Stevenson, podrás tomarte las cosas con calma, pero puedes empezar a pararte y hacer tu vida de a poco. Ha llegado hace rato y me han llamado por teléfono.- dice mientras que revuelve el líquido que queda en su taza. 

- Entonces ahora que puedo sola me dejas.- digo mientras veo la carta del doctor y trato de ocultar la parte en la que me envían los resultados del bebé. Los veré cuando esté a solas. 

-Eso suena a acusación, pero lo entiendo... eres mi jefe después de todo.- reímos levemente, pero las cosas no han sido lo mismo desde que he regresado hace apenas un mes. 

- Se que las cosas no están igual que antes... pero solo quiero que sepas que estoy muy agradecida por todo, de verdad.- es algo que no me esperaba, pero que de alguna forma me sirve para dar un paso adelante. - Y no era una acusación... solo quería romper un poco el ambiente.- 

- Lo sé. - masculla mientras parece pensar en algo que decir. - He creído conveniente que no te quedes sola del todo, se que estás un poco débil todavía y seria completamente desconsiderado de mi parte hacerte esto sin darte una solución... por eso llamé un refuerzo para cuando me vaya, solo espero que llegue para que cubra mi puesto. - dice al cabo de un tiempo en silencio. 

- No tenias que hacerlo... pero gracias. Ahora siento que te debo aún más.- Digo y obtengo una genuina sonrisa que me oculta algo, pero lo dejo pasar. 

Tres días después las náuseas me obligan a levantarme más temprano de lo normal, esto es algo que agradezco que suceda solo a la mañana, porque de lo contrario ya se habrían enterado de mi embarazo las pocas personas que viven en la casa, solo son cuatro que me ayudan con mi hijo, la seguridad y los quehaceres. 

Es agotador devolver la comida que he cenado, pero es el único tipo de desgaste que tengo permitido, lo cual va contra toda mi naturaleza de hacer deportes y ejercicios a la mañana. Me fijo la hora y veo que apenas son las cinco de la mañana, al parecer mi pequeñín no quiere que duerma más. Vuelvo a mi habitación y camino un poco para que mis piernas pierdan el entumecimiento que es consecuencia de estar tanto tiempo en reposo. 

Me tomo el tiempo de acercarme a la ventana que da a un enorme patio cubierto por una capa de nieve. A lo lejos veo un lago que solo me causa un miedo aterrador, creo que he tenido mi dosis para toda la vida de masas de agua. Me acerco a mi escritorio y me pongo a leer una vez más las prescripciones médicas que son para mi bebé, no he tenido tiempo de leerlas lo suficientemente detallado como para estar segura de lo que debo hacer. 

Todo se resume en no ejercicios, caminatas leves, buena alimentación y, para mi sorpresa, no más medicamentos. Esto solo significa que he mejorado bastante desde la última revisión, lo cual es genial. 

El ruido de pasos y una puerta que se abre me sobresalta, son las cinco y media de la mañana, se supone que nadie viene de visita y mucho menos a una hora indecente y con un clima tan horrendo. Puede que sea solo alguno de mis empleados o tal vez es la señora de la limpieza que empieza desde temprano, pero aún así es sospechoso que las voces se sientan en el pasillo de la planta alta y con más precisión, en la puerta de mi habitación. 

Me acuesto todo lo rápido que mis atrofiados reflejos pueden, tal vez sean Ryan o alguien que viene a verme si es que duermo bien, y no sería conveniente que me encontraran despierta. Tendría que explicar que me he levantado y mis aspecto ha de gritar que he vomitado un buen rato. No me equivoco, y la puerta se abre un poco haciendo un mínimo ruido que soy capaz de escuchar por la quietud de la casa y mi respiración contenida. 

-Suele dormir poco, el estar casi todo el tiempo en reposo evita que se canse lo suficiente, pero siempre cierra los ojos para pasar el tiempo o pensar.- La voz de Ryan es apenas un murmullo pero la escucho claramente. - Se ha estado levantando de a poco, pero aún debe tomarse las cosas con calma. - 

Ingresan a la habitación o eso creo. 

- Bien ¿Hay algo más que deba saber?- Esa voz... aún en un susurro soy capaz de de distinguirla de cualquiera. Christian está aquí. 

- Debe cuidarla de las impresiones, se filtran los correos, llamadas y correspondencia. No tiene que alterarse y tiene miedo al agua, por lo que evita llevarla al lago o cualquiera de esas cosas que hacen los millonarios como tu.- El reproche en la voz de Ryan es evidente, y me sorprende que Christian esté hablando de manera civilizada y le permita tutearle. 

- Bien. - es todo lo que dice y siento como el colchón se hunde a mi lado y una caricia cálida se siente en la mano que ha quedado descubierta. - Dormiré en la habitación de invitados y en un par de horas, cuando despierte vendré a verla.- la presión de sus labios se me antoja en otro lugar que no es mi frente, quiero sentirle de nuevo, pero ahora debo mantener la farsa de mi sueño. 

No puedo dormir más desde la intromisión de Christian y Ryan en mi habitación, así que me limito a ver como la tenue luz del amanecer se transforma en un destello de colores en mi habitación. Se que debo prepararme para verle, para estar a su lado una vez más y determinar cual va a ser mi final. Este es solo el principio de mi felices para siempre... o eso creo, aún queda mucho por resolver. 

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