La cena estaba por terminar en el gran comedor y Harry y Ginny no aparecían.
—¿Dónde estarán?-Se preguntaba Ron.
—¡Ya déjalos en paz!-Le dijo la castaña con tono de advertencia.
La castaña juntó en una gran servilleta pan y algo de comida para sus amigos. Cuando llegaron a la sala común vieron que Harry y la pelirroja estaban sentados en el sillón que estaba enfrente de la chimenea, la castaña se acercó a ellos seguida por Ron, la chica sin preguntar nada les entregó la servilleta llena de pan y algo de comida, los chicos agradecieron la comida, estaban muertos de hambre, el pelirrojo se sentó en la alfombra al lado de la chimenea.
—McGonagall nos ha castigado.-Confesó.
—¿Por qué?-Preguntó Ginny.
—Bueno, nos encontró en un aula…Besándonos...-Murmuró Hermione apenada.
La pelirroja y su novio rieron a carcajadas.
—Fue Lavender.-Dijo Ron.-Nos delató, mañana arreglaré cuentas con ella.-Dijo después con una sonrisa malvada.
Su hermana, que ya había terminado de tragar una porción de pan, le dijo:
—No le digas nada, si lo haces, entras en su juego. Quiere llamar tu atención, no le digas nada.
Harry se limitó a asentir con la cabeza, estaba de acuerdo con su novia. Los chicos volvieron a comer y antes de que pudieran tragar Ron ya estaba preguntándoles donde estaban.
—No es asunto tuyo.-Respondió molesta la pelirroja.
Hermione lo miró con el ceño fruncido y el pelirrojo dejó el tema. Todos estaban agotados, se saludaron y partieron a sus habitaciones, a las 11:30 en punto Ron bajó a la sala común donde ya estaba Hermione esperándolo.
En cuanto la vio la besó, quería estar a solas con ella, no podía separase de la chica, ella lo rodeó del cuello y le respondió el beso con la misma intensidad, se sentaron en el sillón muy acaramelados, y de pronto vieron bajar a Ginny.
—¿Harry está en su cuarto?
—Si.-Respondió su hermano.
Sin decir una palabra más la chica subió por las escaleras, llamó a la puerta del cuarto de los chicos y entró, todos estaban durmiendo, Harry también, la pelirroja corrió las cortinas adoceladas que cubrían su cama y lo despertó con un beso en los labios. Dormido como estaba el muchacho respondió al beso, pensó que estaba soñando, de pronto abrió los ojos y vio la cara pecosa de Ginny en la oscuridad.
—¡Oh! mi amor, ¿Qué haces aquí?-Preguntó Harry un tanto asustado.
La chica le acarició el rostro y le dijo:
—Quiero dormir contigo esta noche.
El moreno la miró con ternura, tenía ganas de meterla en su cama tras las cortinas y acurrucar su cuerpo al de ella. Sabía que esto era imposible, no podía hacerlo. Se levantó de la cama y tomó su uniforme del colegio, luego la mochila y la capa para hacerse invisible.
—Ve a tu cuarto, trae tu uniforme y tu mochila.-Le dijo el chico.
La pelirroja salió corriendo y bajó las escaleras, al llegar a la sala común, Ron y Hermione la vieron pasar como un rayo.
—¿Qué le pasa?-Preguntó Ron, la castaña se encogió de hombros, al minuto siguiente vieron bajar a Harry, con el uniforme en la mano y la mochila cargada sobre su hombro. Ginny regresó con su ropa de colegio y la mochila y le dio la mano a su novio.
Los chicos solo dijeron buenas noches y salieron por el retrato de la dama gorda. Ron tenía los ojos muy abiertos, no lo podía creer.
—¿Pero a dónde van?-Dijo Ron.
—¿A dónde crees?-Dijo Hermione.
—Bueno, ahora que estamos solos, sigamos con lo nuestro.-Dijo Ron tomando del rostro a su novia coquetamente.
La noche y los recreos eran los únicos momentos que tenían para estar a solas, a Harry y Ginny les pasaba lo mismo, sumándole a eso que nadie podía saber que el moreno aprendiz de mago y la pelirroja tenían un romance.
El pelirrojo trababa de aprovechar al máximo ese pequeño momento de soledad con el que contaban. Pero los besos de la chica lo enloquecían y su temperatura corporal fue subiendo a pasos agigantados. A ella le pasaba lo mismo, se separó un poco de él , tenía el rostro colorado y el pecho agitado, pero Ron no podía contenerse, deseaba besarla más, sabía muy bien a lo que se arriesgaba si la continuaba besando, su cuerpo le pediría a gritos tenerla de nuevo entre sus brazos.
En la sala multipropósitos, Harry se recostó en la cama junto a Ginny, pero la pelirroja tenía otros planes.
—Bésame.-Le dijo, seductoramente.
Él la besó con una pasión desbordante, saboreó su boca como si fuera la cosa más deliciosa que jamás probo, su lengua le recorría los labios, estaba dispuesto a disfrutarla, al fin de cuentas Ginny tenía razón, debían aprovechar el tiempo que tenían.
En la sala común Ron estaba enardecido, la castaña se había reclinado lo suficiente en el sillón como para que él se subiera sobre ella, las manos del chico recorrían sus morenas piernas, ella lo besaba provocándolo hasta la locura, sabían que no era el lugar, sabían que no debían, pero su amor y deseo era más fuerte.
El pelirrojo se puso de pie temblando, la tomó de la mano y salieron por el retrato, caminaron unos metros y finalmente se metieron en la misma aula vacía en la que habían estado horas antes. La castaña estaba aterrada por miedo a que la descubrieran nuevamente, pero su excitación era más fuerte, en cuanto cerraron la puerta, el chico tomó su varita y apiló contra ella un montón de bancos, de esta manera nadie podría entrar.
Harry había desnudado a su novia, la estaba recorriendo con su lengua provocándole placeres indescriptibles a la chica, besó sus pechos y saboreó sus pequeños pezones, Ginny estaba extasiada, solo quería tenerlo, sentirlo.
Harry por su parte estaba dispuesto a amarla hasta desfallecer. El moreno le separó las piernas a la pelirroja y besó suavemente su sexo húmedo, Ginny comenzó a gemir con fuerza, Harry se enloqueció, escucharla gemir lo hacia estallar de deseo, la saboreó con pasión mientras ella apretaba las sabanas con sus manos.
Ron tenía arrinconada a la castaña contra una pared, sus manos recorrían sus brazos, sus manos, luego llevó lentamente sus manos hasta sus pechos y los palpo, le quitó la camiseta del pijama y pudo tocar sus pechos desnudos, de inmediato sus dedos varoniles se apoderaron de sus pezones erizados.
—No hagas ningún ruido.-Susurró Ron.
Parecía fácil, pero ella tenía ganas de gritar, sentía que su cuerpo estaba invadido de deseo.
Harry estaba tan enamorado, se sentía tan feliz que trató de alargar ese momento todo lo que pudo, la besó hasta el hartazgo, la saboreó, la disfrutó mientras le decía cuanto la quería. Ginny murmuraba su nombre y le juró una vez más que lo esperaría.
Para Harry fue suficiente, la penetró lentamente, le gustaba hacerle el amor con lentitud, su cuerpo se derretía de felicidad y placer, Ginny era lo más importante de su vida, ella lo amaba verdaderamente, lo esperaría, lo comprendía, mientras la besaba y recorría su cuerpo con sus manos, no dejaba de moverse en su interior soñando con ese futuro maravilloso.
—Te casarás conmigo ¿verdad?-Le preguntó al oído.
—Por supuesto que si, Harry.-Respondió ella.
Las imágenes le pasaron por la cabeza como una película, mientras le hacía el amor dulcemente pudo ver en su cabeza la imagen de un hogar, un hogar que Ginny le daba, no podía tenerlo con nadie más, ella era para él y él para ella. La pelirroja lo envolvió con sus piernas y lo apretó mas contra su cuerpo.
Harry comenzó a moverse más y más rápido, no aguantaba más, estaba a punto de estallar, ella gritó fuerte y se aferro a él, en ese momento Harry le dio todo su amor y quedo rendido sobre el pecho agitado de su novia.
En el aula vacía los dos tortolitos estaban en el cielo, el pelirrojo se deshizo con rapidez del pantalón de pijama de la castaña, se bajo los suyos y arrastró con él su ropa interior.
—Quítate las bragas, mi amor.-Le dijo el chico en el oído mientras le besaba el cuello.
La chica obedeció, él la tomó de los muslos y la alzó en el aire, ella quedó con la espalda pegada a la pared, envolvió al pelirrojo con sus piernas mientras este la sostenía agarrándola firmemente del trasero, la besó con pasión.
—Te amo.-Le dijo jadeante el chico.—Me enloqueces, Hermione, simplemente pierdo el control cuando estoy contigo, no te das una idea de cuanto te quiero.-La castaña lo escuchaba embelesada, ella también lo amaba, estaba totalmente loca por él.
Su amor para ella lo era todo. El chico la apretó más contra la pared y la penetró, sus movimientos eran salvajes, estaba muy excitado, los besos y las caricias que se dieron en el sillón le provocaron un deseo sin igual, después de varios minutos de placenteros movimientos, sintieron nuevamente que el cuerpo los abandonaba, la chica apretaba los dientes para no gemir con fuerza, él solo pudo taparle la boca con un profundo beso para ahogar ese grito desesperado de pasión que les rogaba salir de sus gargantas, jadeantes y felices se vistieron, antes de irse del aula, Ron la abrazó nuevamente.
—Te amo, Herms. Nunca consideres el dejarme, no sé qué haría sin ti.
La chica lo tomó del rostro.
—¿Cómo puedes decir eso?, ¿no te das cuenta de cuánto te quiero?-Luego lo besó dulcemente.
El chico sintió ganas de irse del colegio, de irse a cualquier lugar donde pudieran estar juntos siempre.
En la sala multipropósitos, Harry estaba tan abrazado a la pelirroja que la estrujaba con fuerzas.
—Bésame, Ginny.-Le dijo tiernamente.
La chica lo besó, lo besó con toda la ternura del mundo. Después del beso el volvió hablar.
—Sabes que me tengo que ir, no quiero hacerlo, si no lo hago él me buscará y no me dejará vivir hasta que lo enfrente, pero regresaré, Ginny, tú eres mi motivo para seguir con vida.
La chica sintió ganas de llorar pero se aguantó, en ese momento su novio no necesitaba su llanto sino su amor.
—Yo sé que regresarás, Harry, eres mío, él no puede arrebatarte de mí porque yo te amo, mientras alguien te ame siempre estarás a salvo.
Harry no supo por qué, pero asimilo esas palabras y creyó firmemente en lo que decía su novia, Voldemort nunca amó, él no sabía lo que era el amor, nadie lo esperaba con ansias como a él. Estaba seguro de que el amor de Ginny lo salvaría.
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Subí este capítulo única y exclusivamente por el cumpleaños de nuestro pelirrojo favorito.
¡FELIZ CUMPLEAÑOS, RONALD BILIUS WEASLEY!
Nos vemos en el próximo cap:
LauraHillón ✏