A varios metros de distancia, se encontraba el gran edificio de ciencias, siendo similar en la estructura al de salud, pero teniendo ese aire más moderno, juvenil y salvaje, y el triple o más de grande. Había mucho movimiento en los pasillos, ya que la mayoría de la población estudiantil del campus se encontraba ahí.
Y entre esa mayoría, se encontraba Liam Payne, yendo hacia su segunda clase del día. Su primera, introducción a la creación literaria fue la mejor clase de su vida. El profesor Damián era un loco, en todo el sentido de la palabra, haciendo la clase ligera y divertida.
Zoe no pudo acompañarlo en la segunda clase porque su horario no coincidía con el de él. Le tocaba historia del lenguaje, y le sonaba difícil. Nunca fue excelente en historia. Solo era bueno y nada más. Y eso le preocupaba.
Su teléfono sonó.
«¡HOLA LIAM! Nos veremos en la cafetería que es de color cielo y tenía una pizarrita con dibujos y el menú del día para llenar nuestras panzas y hablar, harryyyyy x»
Le rugía el estomago pero aún no era hora de comer y, además, tenía que entrar a clase.
Estate quieto, mister gruñidos.
Se apuró hasta el salón número ciento cincuenta y dos, para llegar y encontrarlo casi lleno.
Encontró un lugar en las filas delanteras y se sentó, sintiéndose ya tranquilo de haber llegado temprano a su clase. Dejó su mochila en sus pies y agradeció que los puestos de ese salón eran individuales, ya que sería extraño e incómodo que un desconocido se sentara a su lado.
No había tenido tiempo de hacer nuevas amistades, ya que las pocas horas que llevaba las había estado pasando con Zoe, quien tampoco conocía a mucha gente, pero la cuál era conocida por ser hermana de Zayn. Demostró ser una muy buena compañía y pudo afirmar lo enamoradisima que estaba de su amigo Louis.
Las pocas personas que habían en el salón parecían ser amables, pero no quería arriesgarse todavía. Quería permanecer en su zona de confort la primera semana, hasta acostumbrarse al ritmo de un universitario.
Luego de varios minutos, la gente empezó a entrar en estampida por la puerta, llenando el salón de inmediato, y con ello, un poco de bullicio y buena vibra llenaba el ambiente que anteriormente se veía un poco vago y apagado.
Una voz vibrante resonó por todo el salón.
— ¡Buenos días, clase!
Con un simple vistazo a esa falda ajustada y esa camisa color lila, sintió que su sistema no respondía. Era como si tuviese un apagador y este fue presionado, porque no reaccionaba. La chica de sus sueños, la mujer más hermosa del universo, la suplente del internado, la prometida del director de ese internado, ahora estaba aquí.
Olivia Fieldgreen estaba en Nevada, y sería su nueva profesora.
Su frente empezó a tornarse brillante y el sudor recorría todo su cuello. Sentía que iba a caerse de boca en el suelo, y sujetó con fuerza su mesa por debajo.
¿Que hacia esa mujer ahí?
Liam siempre pensó que ya se había casado con el señor Cleinlod y ya era una ama de casa feliz y embarazada. Pero no. Estaba ahí, con su bella figura y precioso cabello, delante de él, burlándose de su nerviosismo.
Todos se sentaron rápidamente cuando ella entró al salón, y enseguida tomó un borrador, empezando así a borrar el marcador de la pizarra acrílica que se encontraba pegada a la pared.
Trató de ocultarse en su suéter y sintió el elegir un puesto en las primeras filas, aunque estaba en una de las esquinas, así que si tenía suerte, no se toparía con sus ojos bonitos.
—Yo soy Olivia Fielsgreen, y seré su profesora de Historia del lenguaje, —se presentó—. Me encantaría que desde esta columna, —señaló a una a cuatro puestos después de la de él—. Cada quien se levante y diga su nombre, para que nos conozcamos mejor.
Ella se recostó en su escritorio, medio sentándose en la orilla de este, cruzando sus brazos en su pecho con una amable sonrisa en sus labios.
El nervio empezó a recorrer el cuerpo de Liam, casi dándole arcadas. Esperaba que el universo se jugará una de las suyas y que no lo reconociera después de estos meses desde que la última vez que la vio en el internado.
—Carly Thomas.
¡Dos puestos, Liam!
—Irwin James.
¡Piensa algo!
—Ricardo Rodríguez.
Su turno llegó y todos los ojos del salón se posaron en él. Estaba paralizado, pudiendo hacer nada en lo absoluto. Unas risitas resonaron y eso sirvió de impulso para levantarse como un resorte, chocando con su propia mesa en el intento.
—Liam Payne.
La miró y rápidamente se sentó.
No pasó absolutamente nada.
Todos siguieron presentándose, algunos más nerviosos que otros, pero mucho menos que Liam. Había sobre pensado lo que pasaría en cuestión de minutos, pero su mente fantasiosa se desilusionó un poco al saber que su única relación seria la de maestro-alumno.
Siempre fue así.
Respiró y anotó la fecha de hoy en la esquina de su cuaderno sin usar.
Septiembre, veinte.
El día más raro de mi vida.
Eso último se quedó en su mente, y simplemente se quedó callado durante la clase, anotando todo lo que la señorita Fielsgreen colocaba con su marcador azul en la pizarra.
Cuando ella anunció que la clase ya había culminado, Liam fue uno de los primeros en escapar de ese salón, el cual ya carecía de oxígeno que respirar.
Observó el cúmulo de gente en el pasillo central y respiró profundamente de nuevo, esquivando gente y tratando de no chocar con nadie y ganarse unas palabras groseras.
Al salir del laberinto de dificultosa salida, caminó directamente hacia el lugar donde quedaría con los chicos para almorzar, el cual estaba casi en la entrada del campus. Era un local clásico, acogedor y bohemio por donde lo vieran, tranquilo, a pesar de que casi todas su mesas estaba llenas.
Estando dentro, observó detenidamente si en alguna de esas mesas estaban sus amigos, lo cual era negativo, ya que todavía no llegaban. El morocho se tomó la libertad de elegir una mesa que estaba en el lateral derecho, pegada al gran ventanal y que acababa de ser desocupada.
No tuvo que esperar más de quince minutos hasta que los chicos llegaron, lo cual agradeció infinitamente porque su mente ya empezaba a martirizarlo con hipótesis sobre los hechos ocurridos hace minutos en el salón ciento cincuenta y dos. Los tres personajes que más quería entraron animadamente, y Liam levantó su brazo desde su lugar para indicar que ya había conseguido una mesa. Corrieron como niños hasta llegar a la mesa.
— ¡Hola, Liam! —Harry se sentó a su lado, pasándole el brazo por encima de los hombros a su amigo.
—Hola, chicos. ¿Que tal su día de universitarios? —preguntó Liam.
—Estupendo, —Louis habló, con una sonrisa—. Cuéntales, Niall.
Niall asintió—. Lo que pasa es que--
—Lo que pasó fue que el profesor hizo un mini test de evaluación a ver que tanto conocíamos la carrera que habíamos elegido, ¡Niall y yo fuimos las mejores notas! —chilló Louis, interrumpiendo al rubio, que no hizo más que reírse a su lado.
—Yo conocí a una... ¡chica! —exclamó Harry y todos empezaron a golpearle—. ¡Ya, ya, ya! Se llama Cynthia y es rusa. Es muy linda, callada, pero linda.
— ¡Tenemos con quien practicar nuestro ruso, Niall! —chilló Louis, dandole un codazo.
Harry asintió—. Fue a almorzar con su madre fuera del campus, puedo presentárselas mañana en el almuerzo.
Todos fueron a comprar su comida en la barra que había en el centro del lugar, y se devolvieron a la mesa, donde empezaron a comer tranquilamente.
— ¿Te pasa algo, Liam? ¿No te gustaron tus clases de hoy? —preguntó Niall, mordiendo un trozo de su hamburguesa vegetariana.
—Es... —divagó el mencionado—. Algo complicado. Complicadisimo, a decir verdad, —pasó sus manos por su rostro, y tomó un trago de su botella de agua.
—Te regalo un abrazo, —Harry lo rodeó con sus brazo y Liam soltó una carcajada.
—Gracias.
—De nada, son gratis. Aunque creo que debería cobrar, creo que mis abrazos son mágicos.
—Y, ¿que es lo que te tiene así? —preguntó Louis.
— Solo, adivinen quien es una de mis nuevas profesoras, —Liam apoyó su rostro en su manos.
— ¿Quien? —preguntó Niall—. No me gustan las adivinanzas, ¡dime!
—La preciosa señorita Olivia Fielsgreen.
Louis se atragantó con su pollo asado, a Harry casi se le salen los ojos y Niall seguía normal—. ¿Quien es ella?
Todos lo miraron con ojos cansados y Louis negó—. El primer contacto de Liam con una chica con falda ajustada, la bruja.
—Esperen, Esperen que si me acuerdo... ¡Oh, rayos! La señorita curvilínea volvió al ataque.
—Tenía una de esas faldas puestas y casi lloro por lo hermosa que se veía, —está vez, Liam apoyó su cabeza en el hombro de Harry y el ruloso le dio otro abrazo.
—Ella es mayor que tú, Liam, —Louis habló—. Considéralo. Está en otro nivel, además, creo que no se permiten relaciones con profesores. ¿Es legal?
—Creo que si, Liam es mayor de edad, —aportó Niall.
— ¿Y no te dijo nada? ¿No te reconoció? —preguntó Harry, limpiando sus dedos con una servilleta.
—No, ni pío. Además, cuando terminó su clase casi y salgo corriendo.
—Yo creo que hay que esperar a ver que sucede, no apresures las cosas, —el rubio añadió y todos se quedaron en silencio.
—Esto definitivamente arruinó mi primer día de clases, —espetó Liam, levantándose y caminando hacia el baño.
Harry miró a sus amigos—. Presiento que esto no traerá nada bueno.
+ +
Esta vez no les tengo manip bue, quiero aclarar que esta idea de que Olivia fuese mayor que Liam ya estaba pautada desde el capítulo dos o tres donde Liam conoce a Olivia. Todo fue antes de Cheryl, año 2015. Y antes de MITAM también jaja.
Quería saber si quieren otro concurso de iconos, como el hice en el capítulo trece. Tienen que comentar bastante y confirmar si están participando en este apartado. En el próximo capítulo digo quienes ganaron. So, see ya.