Ibamos en la carretera, Dylan conducía como una abuela y yo estaba de copiloto. Nadie decía nada, veía fuera de la ventana recordando como el tipo me acariciaba y ponía sus manos sobre mi, esa sensación me daba escalofríos y solo me hacia sentir miedo. Quería llegar a casa para encerrarme en mi cuarto y llorar por lo que pasó, se que yo me lo busqué, pero era la única manera para que todos nosotros salgamos vivos.
-¿Estás bien?- preguntó Dylan poniendo una mano sobre mi pierna y de inmediato me tensé bajo su tacto
-Si- dije algo seca mientras quitaba su mano y volvía mi mirada a la calle
-¿Puedo saber por qué hiciste eso?- preguntó y de reojo vi que me miraba por unos segundos -Ya sabes, acercarte a él- dijo al ver que no respondí
-Para salir vivos de ahí- respondí en voz baja
-Pudimos hacerlo sin necesidad de que fueras con él- dijo seguro, pero yo reí levemente sin gracia
-¿Enserio crees que teníamos oportunidad? Hay veces que tienes que admitir que no hay salida de donde estás para poder planear otra cosa. Así es como se sale con vida de situaciones difíciles- dije volteando mi mirada a él -Créeme que a mi no me gustó hacerlo, pero si quería que nadie muriera en ese lugar tenía que dejar a un lado mis gustos para salvar a todos- comenté volviendo mi vista a la ventana
-Nadie te pidió que lo hicieras- dijo encogiéndose en hombros
-Claro que nadie lo hizo ¿esperabas que me quedara ahí parada sin hacer nada? Para que después de que alguien saliera herido me echaran la culpa de que si no hubiera ido a ese lugar nada hubiera pasado. No estaba sola en eso porque si así hubiera sido, todo hubiera sido diferente- dije algo brusca al momento que estábamos entrando a la casa
-Pues parecía que lo disfrutabas- dijo acomodándose entre unos autos mientras todos los demás estaban esperando en el par de las escaleras
-¿Qué lo disfruté? ¿Es enserio? Tú no fuiste al que miraba como un objeto sexual, que tocaban y hacían lo que quisieran. No te puedes imaginar lo que sufrí solo por ustedes y eso nadie lo sabrá porque no lo han vivido. Puede que no haya sido tan grave, y qué yo lo inicié con el fin de buscar un resultado "bueno", pero ¿tienes al menos una idea de lo que siento?- dije mirándolo con unas cuantas lágrimas en mis ojos y él solo me miraba -No, Dylan. No sabes nada de como me siento conmigo misma- dije antes de romper contacto visual con él, abrir la puerta y salir del auto
-¡Ves a lo que me refería! ¡Al decidir ir no solo te pusiste en riesgo, si no a todos nosotros!- gritó Ethan caminando hacia mi al mismo tiempo que yo cerré la puerta del auto y empecé a caminar hacia la casa -¡Te dije que te quedarás en la casa!- gritó llegando a mi y tomando mi brazo
-¡Pues lo siento! ¿¡Okay?! ¡¿Es eso lo que quieres escuchar?! ¡Ahora déjame!- grité empujándolo lejos de mi para después seguir con mi camino
-¡Emma Jones deténte!- gritó detrás de mi
-Ethan déjala- dijo la voz de Dylan detrás de nosotros
-¡Dije que te detuvieras!- gritó al mismo tiempo que tomó mi muñeca fuertemente, pero yo reaccioné.
Giré mi cuerpo hacia él dando un rodillazo a su estomago, lo tomé de su camisa y lo estrellé contra el auto más cercano.
-Te dije que me dejaras y si no lo haces me va a importar muy poco que seas mi hermano y te mandaré al hospital- dije entre dientes antes de soltarlo bruscamente, dar media vuelta y subir las escaleras para entrar a la casa
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Había hecho un gran desastre en mi cuarto, la mayoría de los muebles estaban en el suelo y las cosas de vidrio estaban hechas pedazos en el suelo. Había gritado y llorado todo el tiempo, me sentía tan sucia que no me soportaba a mi misma, me daba asco tan solo verme y el pensar en lo que hice solo me hace sentir mucho peor. Mi celular había sonado unas mil veces, pero no podía contestar, sabía que lo más seguro se trataba de Megan para preguntar por la misión, pero no me importaba habían pasado tres horas desde la primera llamada, que ahora no me importaba contestarle. Me encontraba vestida con un short de pijama y una blusa de tirantes, ya que no podía seguir con esa ropa que tenía puesta, y a pesar de haberme bañado mil veces la sensación de sus manos sobre mi piel estaba ahí.
No merecía nada de lo que tengo, no era lo suficiente para ser una persona tan afortunada. Todas esas personas que me han dicho zorra y fácil tienen razón, me lancé sin dudarlo hacia el tipo y tienen todo el derecho para llamarme de esa manera, ya que caí muy bajo.
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*MATEO*
Alex y yo habíamos volado hace dos horas de Washington a Los Angeles, Emma no había contestado su teléfono después de la misión que le dieron y cuando nos comunicamos con Bryan nos contó todo, fue por eso que tomamos un vuelo directo al enterarnos. Sabemos como se sentirá Emma porque no es la primera vez que ocurre, y la última vez que ocurrió llegó hasta la conclusión de quererse suicidarse. Es por eso que no debe de estar sola.
Alex manejaba como un desquiciado y no me importaba en estos momentos, ya que nuestra prioridad era Emma y apuesto que sus hermanos son tan idiotas para dejarla sola como ella debió haber pedido. Al estar frente a la casa, me bajé de inmediato y fui a la entrada. Empecé a golpear la puerta mientras gritaba como loco para que me abrieran, ya que cada segundo contaba.
-¡ABRAN LA PUTA PUERTA!- grité pateándola con fuerza y en eso se abrió dejándome ver a los Evans armados y a los Jones detrás de ellos
-¿Mateo? ¿Alex? ¿Qué hacen aquí?- preguntó Jacob y nosotros entramos apresurados
-¿Dónde está Emma?- preguntó Alex con prisa
-En su habitación ¿qué ocurre?- preguntó Austin
-Prepara lo demás, yo me encargo- dije mirando a Alex y este asintió yendo a la cocina
-¿Qué ocurre?- preguntó Ian sujetando mi brazo y yo me zafé bruscamente
-Emma, no está bien- dije antes de correr escaleras arriba con ellos siguiéndome
-¿Cómo que no está bien?- preguntó Ryan preocupado al momento que llegamos a la puerta de Emma
-Emma, abre la puerta- demandé girando la manija pero no cedía -¿Qué fue lo que sucedió?- pregunté mirando a los chicos
-Tuvo una misión y nos emboscaron cuando estábamos con ella y alguien más- dijo Logan
-¿¡Y qué más?!- exclamé desesperado
-Emma fue con el líder, coqueteó para que bajaran la guardia y así pudimos escapar- dijo Tyler
-Mierda- susurré golpeando la puerta -¡EMMA!- grité golpeando la puerta como loco, pero no la abría, sin más opción me alejé un poco y lancé una patada haciendo que se abra de golpe.
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*EMMA*
Mi puerta se abrió de golpe haciendo un gran estruendo y al alzar la mirada vi a Mateo, lo que hizo sacar un gran sollozo por mis labios y de mi mano calló la navaja que estaba sobre mi muñeca. Este corrió hacia mi sin importarle todas las cosas que estaban estorbando y al llegar a mi, me rodeó con sus brazos fuertemente.
-Aquí estoy Emma, tranquila- dijo sujetando mi cabeza mientras yo me escondía en su pecho
-Ya no puedo, me siento sucia- sollocé apenas audible mientras que lo único que me mantenía en pie era Mateo -No quiero continuar así, por favor- rogué dejándome caer al suelo, pero Mateo lo impedía
-No Emma, no lo permitiré- dijo sujetándome -¿Me entendiste? No dejaré que te des por vencida cuando has logrado llegar tan lejos- dijo sentándose conmigo en el suelo y lo único que podía hacer era llorar -Eres más de lo que demuestras y de lo que crees. Estuve contigo en todos los momentos buenos y malos y este no será la excepción. Te sostendré para que no caigas- dijo apretándome contra su cuerpo
-No puedo olvidarlo, lo sigo sintiendo- sollocé sujetando su camisa con mis manos hechas puños
-Shh, tranquila. Eso pasará- dijo tiernamente al mismo tiempo que me cargó en brazos caminando hacia mi baño.
Me sentó en la tasa del baño mientras abría el agua para llenar mi tina. Yo solo lo miraba, mi cuerpo temblaba ligeramente, mis sollozos rasgaban mi garganta y mis lagrimas caían por mi rostro sin dificultad.
-Emmi- escuché la voz de Ryan en la puerta del baño, pero ni siquiera me digné a levantar la mirada
-¿Estás bien? ¿Qué te sucede?- preguntó Zack caminando hacia mi hasta quedar en cunclillas frente a mi -Pequeña responde por favor- rogó tomando mi mano, pero de inmediato la aparté
-No creo que sea buen momento, es mejor que esperen afuera- dijo Mateo poniendo una mano sobre el hombro de Zack, pero este negó
-Vamos Zack, no es momento- dijo Jonathan en la puerta, este dio un suspiro y por fin se paró saliendo del baño.
Mateo lo siguió y cerró la puerta un vez que salieron, para después regresar a donde estaba y ponerse en cunclillas frente a mi. Levantó mi rostro y me obligó a mirarlo a los ojos a través de mis lágrimas; acarició mi mejilla suavemente y tomó mi mano.
-Quiero que me escuches ¿si?- dijo suavemente y yo solo asentí entre pequeños sollozos -Eres hermosa, eres inteligente, eres fuerte y eres una extraordinaria mujer. Has pasado por cosas que no todas pasan y eso te hace una guerrera. No importa si cometes errores, si haces cosas malas o cosas horribles. Dentro de ti sigues siendo la misma chica que siempre serás. Esa chica que tiene esperanzas, sueños, ganas de conocer todo el mundo y encontrar a su verdadero amor para tener el final feliz que tanto anhela. Es por eso que no te tienes que dar por vencida, tienes que cumplir con todos esos deseos que tanto quieres, puedes hacerlo mejor que nadie, de eso estoy más que seguro y por eso no dejaré que te rindas. No te dejaré caer sabiendo que dentro de ti sigue esa chica fuerte que no dejará de luchar hasta tener lo que quiere ¿entiendes?- dijo tiernamente mientras daba caricias en mi mano
-Solo abrázame Mattew- rogué con la voz rota y este cumplió mi petición.
Me rodeó con sus brazos lo que hizo que rompiera en más llanto, acariciaba mi cabello mientras me susurraba cosas lindas en el oído, lo que provocaban que llorara más de vez en cuando. Sus brazos se sentían tan bien, podía percibir el amor incondicional que me brindaba y las ganas de protegerme a cualquier costa. Después de que pasábamos un buen rato en el suelo abrazados, se separó de mi.
-Ven. Tienes que relajarte un poco- dijo poniéndose de pie para cerrar el agua de la tina.
Con debilidad empecé a quitarme la ropa que tenía hasta que sentí como sus manos tomaron el dobladillo de mi camiseta y me la sacó. La puso a un lado y me ayudó a ponerme de pie, para sacarme el short de pijama, fue en ese momento que la puerta se abrió suavemente.
-¿Está todo bien?- preguntó Alex recargándose en el marco de la puerta mirándome
-Búscale algo de ropa en sus cajones- pidió Mateo mientras pasaba mi short por mis pies quedando en ropa interior. Alex sin protestar dio media vuelta para buscar en mi closet. -Vamos Emma, entra- dijo acercándome a la tina.
Lentamente entré a la tina sintiendo el agua caliente relajar mis músculos. Cuando el agua llegaba a mi cuello y trataba de dejar de llorar, Mateo se puso de pie con el propósito de irse, pero tomé su mano antes de que se fuera.
-Por favor no me dejes- pedí suplicándole con la mirada llena de lágrimas
-No lo haré- dijo sentándose fuera de la tina sin soltar mi mano.
-Aquí está la ropa, estaré afuera por si necesitan algo- dijo Alex entrando con mi ropa en su mano antes de dejara sobre un mueble, una vez que lo hizo salió del baño cerrando la puerta detrás de él.
-Mateo- dije apenas audible y este me miró esperando a que continúe -Necesito que me abraces- dije y este me sonrió ligeramente
-Bien- dijo antes de ponerse de pie, empezando a quitarse su camisa y pantalón dejándolos en el suelo, para después entrar conmigo a la tina.
Se puso a mis espaldas y una vez que estuvo sentado detrás de mi, me abrazó por detrás haciendo que yo apoye mi espada en su pecho.
-No tienes idea cuanto te necesitaba para esto- susurré dejando que mis lágrimas salieran con facilidad
-Aquí estoy Emmi, y no me iré hasta que estés bien- aseguró besando mi cabeza mientras me abrazaba fuertemente.