Razones Por Las Que En Serio...

By ohbany

88.1K 14.9K 5.8K

«Tiene manos pero son para amasarme, tiene boca pero sólo puede besarme, tiene ojos sólo para mirarme, es mor... More

u n o
d o s
t r e s
c u a t r o
c i n c o
s e i s
s i e t e
o c h o
n u e v e
d i e z
o n c e
d o c e
c a t o r s e
q u i n c e
d i e c i s é i s
d i e c i s i e t e
d i e c i o c h o
d i e c i n u e v e
v e i n t e | f i n a l

t r e c e

4.3K 695 237
By ohbany

Razón cinco; me encanta cuando me dices Papi.

Jongin y yo decidimos hacer de cuenta que Botox... Perdón, que Taeminnie nunca nos dijo nada o algo así. Él siguió siendo el amiguito que escuchaba a Jongin hablar de baile y pasos y un, dos, tres, cuatro, y yo lo acepté tal cual era: el chico que sentía un amor profundo y no tan secreto por mí. No saben, Jongin me celaba tanto, a veces sentía que él sabía cuando yo pensaba en el tema, y me gruñía cual perro rabioso. Más bien como esos perritos que medían dos por dos y que en lugar de dar miedo, daban ternura.

En fin, superamos la fase de Taemin, y le agradecí al cielo cuando dejó de intentar escribirme una carta, es decir, es Jongin, y es mi amor, pero Shakespeare hubiese revivido sólo para morir otra vez con las cosas que esa papa sin sal me escribía.

Y le encantaba cambiar las palabras. Una vez me dijo adorable, pero quiso cambiarlo por deplorable, Jongin estaba loco definitivamente. Calzaba pollo esa carrera en donde todo el trabajo lo hacía su suelta cadera y sus pies.

Hoy era uno de esos días en mi casa, estabamos acurrucados de tal manera que no sabíamos quién era quién mientras Soogyu mi hermanito jugaba con sus legos. Menos mal que él apenas tenía unos cuatro años como para preguntar por qué Jonginnie me estaba soplando la nuca. Menos mal.

Mientras cuidabámos de mi hermanito, mirábamos una película y hablábamos de cualquier tema durante los cortes comerciales, estabamos algo aburridos a decir verdad, no nos podíamos tocar como queríamos por temor a corromper la mente inocente de mi hermano, lo menos que deseaba es que diez años después a ese niño se le ocurriera delatarme o algo así, y no es como si me ocultara de mi mamá pero ella no tenía por qué enterarse que una vez el niño nos vio en situación de rezo.

Rezo. Así le dijimos que se llamaba. Jonginnie debía expiar sus pecados... De rodillas.

—Es la peor película que he visto en la vida —se quejó Jongin, tomando mi mano y enroscando sus dedos con los míos—. ¿No podemos ver otra cosa?

—Sinceramente no tengo ganas de películas —le dije, mirándolo con suspicacia—. ¿Adivina qué?

—Soy estudiante, no adivino.

—Eso es cierto, no podrías saber nada ni aunque la respuesta estuviera frente a tu nariz chata.

—Hey, mi nariz no es chata.

—Si al igual que tu culo, repite eso hasta que te lo creas —me eché a reír y justo cuando sentí la protesta venir le planté un beso en los labios—. La cuestión es que Soo y mamá se van este fin de semana a Busan a visitar a mis tíos, y por supuesto, éste que está aquí se queda.

—¿Qué enfermedad a largo plazo le inventaste para que te dejara quedarte aquí? —me preguntó con pericia, ah, él me conocía, pero no había tenido que inventar nada.

—Nada, mamá regresa el lunes en la tarde y yo no puedo perder mis dos primeras clases —expliqué, casi ni me creyó pero era verdad—. Huang no es un hombre que sepa de la vida familiar, aunque tenga un hijo.

—Uno que no me cae, por cierto.

—Te la calas, mi chavo —siseé con una sonrisa—. De todas maneras mi amor, tenemos la casa para los dos. ¿Sabes lo que eso significa?

Jongin se sonrojó a sabiendas de que nos había llegado nuestro momento, no era algo que estuvimos buscando luego de la charla porque el agobio de la universidad no nos dejó si quiera respirar, pero era algo que se mantenía entre los dos, como recuerdo constantemente de que cada beso podía ser más. Pronto él y yo íbamos a ser uno solo, pero todavía teníamos el dilema del quién es quién.

—¿Y... Lo demás? —preguntó sonrojado, ah, adoraba a este hombre y su pseudo inocencia, lo que iba a gozar yo sacando lo bestia que llevaba por dentro.

—¿Te refieres a los condones, el lubricante, los juguetes, las cade...?

—Oye, eso último no —rumió, y casi escupí de la risa, amaba sacarlo de sus casillas.

—Lo sé, eso vendrá después, no me lo puedes negar —dije, acercándose a su oreja, echándole primero un ojo a Soo por si nos estaba mirando—. ¿Recuerdas el regalo de Soojung, el tarro de lubricante? Eso sigue debajo de mi cama, a pesar de que fue tu regalo.

—La odio.

—Los condones, tengo una caja aún guardada por ahí, y un día de esos, con Pinky salí de compras y... No sabes cuanto deseo que te pongas el apretado bóxer que compré para ti.

Soogyu se estaba cayendo del sueño, así que lo llevé a su cuna y cuando estuvo completamente dormido, arrastré a mi moreno a mi habitación, buscando rápidamente lo que le había comprado con la mesada que me daba mi respetable madre.

—Blanco, porque dicen que a los de piel morena les hace resaltar bárbaramente —canturreé, colgándolo de mi dedo, paseándolo por su nariz—. Te prometo que será el día más especial de tu vida.

—Todos los días son especiales desde que estás conmigo.

—Aparte de sexy, romántico, ven aquí, Kim Jongin, desgástame los labios.

Esa noche se la dedicamos a besarnos, sólo besos suaves que daban contesta de lo muy ansiosos que estabamos, era miércoles, y ese fin de semana sería nuestro, de eso estaba seguro. Esa noche decidimos como hombres quién sería quién a la hora del sexo.

Empuñamos nuestras manos, y lo hicimos.

—¡Piedra, papel o tijeras!

—¡Ajá!

—¡No puede ser, esta es la sexta vez!

—Ese culo es mío, y lo que voy a gozar, mi cielo.

Gané por sexta vez en el juego, no había remedio, aunque decidimos que nuestra intimidad sexual no iba a ser lineal o estereotipada, yo sería el privilegiado en nuestra primera vez; no se podía decir que Jongin estaba enojado por ello, yo diría ansioso, después de todo siempre duele.

Cuando llegó el viernes, vi la gloria de los cielos rodear mi humilde morada, ni siquiera pude creer que estaba realmente solo hasta que una hora después, Jongin me llamó para avisarme que iba en camino. Quería hacerlo de noche, y amanecer juntos en la cama como el viejo cliché, así que se fue completamente preparado.

A principio fue muy extraño porque era como si no supiésemos actuar el uno con el otro, él me miraba, yo lo miraba, y nos sonrojabamos; estaba tan contento de saber que mi primera vez no iba a ser con cualquier pusilánime, que iba a ser con el hombre con el que estaba seguro, quería pasar el resto de mis días hasta arrugarme.

Las primeras tres horas de la tarde fueron de él y yo frente a la televisión, con la excusa de que debíamos esperar la noche, incluso en la espera nos quedamos dormidos y cuando me desperté, tenía el cuerpo entumecido mas una inmensa sonrisa se me dibujó al contemplar el rostro tranquilo de mi novio, con sus pestañas abundantes, su piel lustrosa, y con su hipnotizante olor.

No pude resistirlo, yo quería beber de él, y no saciarme nunca.

Llevé mis dedos a sus caderas descubiertas, la camisa estaba un poco corrida por lo que me pareció beneficioso, barrí con mi tacto su piel, llevé mis labios a su cuello, y comencé lentamente a incitarlo. Dejé un camino de besos por su pecho por encima de su camisa, y cuando despertó, más sonrojado que nunca, supe que había llegado el momento. Jongin en silencio me tomó de la cintura y me llevó a sentarme en sus piernas, allí, donde yo podía libremente incitarlo con mi trasero.

—Eres hermoso, ¿lo sabías? —susurró sobre mis labios.

—Y no sabes, desnudo me veo mucho mejor.

Sonrió rodando los ojos divertido, él sabía que no tenía opción, yo era así, esta era mi forma de romanticismo, jamas se iba a conseguir a alguien capaz de encenderlo como yo. Nunca nadie se iba a quitar la camisa con tanta sensualidad, sus ojos jamas brillarían así por nadie más, definitivamente no.

No quería que mi primera vez fuera en el sofá donde mi mamá veía sus novelas, así que a trompicones, me llevé a Jongin tendido por las escaleras, quitando los botones de nuestros pantalones y dejando ver más y más piel; una vez llegamos a mi habitación no hubo forma de que pudiera controlarme, ni siquiera Jongin. El bóxer blanco que le había comprado se le veía perfecto, y supe que a mí el negro me lucía bien por su expresión hambrienta. Lástima que no íbamos a durar mucho tiempo con ellos.

Lo tumbé sobre mi cama y trepé su cuerpo, me tomé unos segundos para admirar su expresión y para reconocer todo el amor que me tenía nada más mirando sus ojos. Estaba tan enamorado de este chico, como nunca lo estaría de nadie, como no quería estarlo de nadie. Nadie que no fuera él. Y sabía que estos mismos pensamientos, sacudían la mente de Jongin.

Besé cada recoveco de su cuerpo, desde la punta de sus cabellos; besé sus piernas, sus muslos, le di la vuelta y también besé su espalda y trasero, sabía tan bien. Amasé cuanto pude, chupé todo lo que quise, y lo hice gemir como siempre había soñado. Sabía que era bastante vocal, pero este Jongin y su voz necesitada sacaba todo de mí.

—¿Quieres jugar? —le dije tirando un poco el elástico de su bóxer.

Jongin no tenía palabras, quién las tendría cuando sobre su pene estaba un bonito trasero como el mío; negó a más no poder pero yo me sentí aventurero.

—Yo creo que sí quieres, bebé, ¿no es cierto?

Jongin negó con fervor, impulsando su pelvis para que impactara contra mi trasero; mi pequeño bebé ansioso.

—¿Quién es tu Papi?

—Kyungsoo ahora n-no e-es...

—¿Quién es —Y le arranqué el bóxer, liberando su intimidad, siendo más osado que nunca al tomarla entre mis manos—... tu Papi?

—¡Joder, eres tú!

A Jongin sólo había que llevarlo hasta el punto de quiebre, lo demás era sencillo, por eso no lo hice sufrir tanto, y le di amor con mi boca a su intimidad hasta que ya no pudo contenerlo; por eso, en el desasosiego que sentía, saqué el regalo de Soojung y me embarré los dedos, por eso incluso se me olvidó que existían los condones, podían preocuparme más las sábanas que inexistentes enfermedades.

Le dolió, ni siquiera fue capaz de disimularlo porque su gemido ahogado y sus ojos llororos me lo dijeron, pero yo quería que fuera paciente, que aguantara, esto era nada comparado a todo el placer que juntos íbamos a sentir. Lo calmé con mi besos, volví a tocar su miembro mientras trabajaba lentamente un poco más abajo, jugué con mis dedos dentro de él tanto tiempo que perdí la cuenta.

—Kyungsoo.

—Sí.

—Estoy listo —demandó con su mirada echa fuego, un fuego que me encendía.

—¿Seguro? Porque podemos...

—No Kyungsoo, yo te necesito ahora.

La verdad fue que sentí miedo, pero no fue mayor a mi excitación, me moría por hundirme en él, deseaba esto, así que lentamente reemplacé mis dedos por mi intimidad cuidando severamente de no lastimar a Jongin en el camino.

Y fui paciente, mientras él se adaptaba.

—¿Qué hubiese pasado si lo nuestro hubiese sido un contundente "Amor a primera vista"?

Jongin suspiró, tratando de buscar su versión de la respuesta, él sonrió y apretó los ojos, le dolía pero se estaba adaptando.

—Ya hubiésemos pasado por esto de partirme en dos.

—¿Así se siente, bebé?

—Un poco.

—¿Sonaría egoísta si te digo que me tienes el pene ahogado?

—¡Y-yah!

—Se siente bien, estoy haciendo un gran esfuerzo por aquí.

Jongin sonrió, inclinándose un poco para dejarme un beso en los labios.

—Deberías moverte.

—¿Seguro? —le pregunté con confidencia.

—No hay nada que desee más que esto, Kyungsoo —me respondió con una seguridad tal que me erizó la piel—. Te amo.

—Y yo a ti.

Cabe destacar que quise ser condescendiente con él moviéndome lento para comenzar, pero ese niño no ayudó para nada batiéndose con frenesí y tomándome de las caderas para dirigir su propio ritmo. Y fue tanta nuestra locura por placer que al cabo de unos minutos parecía que hablábamos otro idioma, con mis rebotes, el sonido de piel mojada chocando errante, sus sonoros y desvergonzados gemidos y una que otra nalgada que me dio movido por su propia desesperación

Señoras y Señores, bebé oso mutó a un tigre.

—¡¿Quién es tu Papi, bebé?!

—¡Tú, tú, tú, tú eres mi Papi! —Ah, como me encantaba esto—. Tú eres mi Papi. ¡Sí! ¡Eres tú, joder, tú solamente!

Perdí la cuenta de cuántas veces me dijo Papi voluntariamente, pero sí conté las veces que lo hice mío esa noche.

Fueron tres.

La primera de las mejores noches de mi vida.

🐻🐻🐻

¡Con ustedes, la virginidad pérdida del Kaisoo!
🌚sobre todo la de Jongin🌚

Espero que les haya gustado el capítulo, no se si es el "sexo" que esperaban pero es el que hay 😂 por ahora quiero comentarles de algo que me tiene fuuuuul emocionada, y que gracias a ustedes, de verdad, gracias a ustedes, gané el premio en el concurso de Sweek en la categoría «Most Popular» y todo es gracias a ustedes, por haber votado, por haberse tomado un momento para mí, ni siquiera sé si este capítulo es suficiente regalo, pero en serio quiero que sepan que muchas gracias, a todas las personas que me leen.

Gracias a ustedes soy rika y poderosa, tengo moni y poguer y ta ta ta ta ra ga ta 🎶

Ando ¡Japinesssssss!

Continue Reading

You'll Also Like

981 54 32
Bienvenidos a una nueva historia, donde habrá misterio, guerra, accion, magia, fantasía y mucho más, por que una aburridas vacaciones pueden cambiar...
102K 9.1K 48
No hables. No respires. Él está cerca, y apunto de seducirte de nuevo.
454 94 13
Rosé tropieza repentinamente con alguien. Sería ilógico decir que una gran parte de su vida y rutina diaria cambia desde ese encuentro. ¿no? •✦──────...
2.5K 188 22
Yashiko Yukinayo es un estudiante de 17 años que acaba de mudarse a una nueva escuela. A pesar de su carácter todo va bien hasta que Kumiaru Narami...