Razones Por Las Que En Serio...

By ohbany

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«Tiene manos pero son para amasarme, tiene boca pero sólo puede besarme, tiene ojos sólo para mirarme, es mor... More

u n o
d o s
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d i e c i n u e v e
v e i n t e | f i n a l

s i e t e

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By ohbany

Lo que es bueno para ti, es bueno para mí.

—Ustedes no me quieren ver enojado, espero sus trabajos en mi mesa en el día que estipulé, de lo contrario...

El profesor Huang era por mucho uno de los profesores más estrictos de mi carrera. El hombre bajito era chino, y moreno, y daba mucho miedo enojado (lo que sucedía siempre). El trabajo de miles de páginas acerca del Sentido de Pertenencia debía estar el viernes puntual sobre su mesa, lo que significaba que yo debía madrugar estos días porque este era prácticamente un trabajo de un día para otro porque «Así desarrollan la capacidad de trabajar bajo presión». La cosa era que Huang nos odiaba a todos, lo sabíamos por cómo miraba al salón entero, como queriendo desaparecerlo de la faz de la tierra.

—¿Quieres reunirte mañana para hacer el trabajo juntos? —me preguntó Pinky, haciendo ojitos, porque ella sabía que bien podía ayudarle para organizar las miles de ideas que le saltaban en la cabeza.

Asentí con una sonrisa, era mejor hacer este trabajo en compañía porque así no me quedaba dormido a mitad de camino, y Pinky preparaba un buen café, sus tazas estaban justo detrás de las tazas de café de Minseok. El resto de la clase me dediqué a tomar apuntes de lo cómo podía escribir en mi súper trabajo, de hecho, esta tarea me venía como anillo al dedo porque quería olvidarme un poco (o mucho) de todas las cosas que me habían sucedido recientemente.

Yo rompí con Jongin, pero él no lo sabía, y parecía que no le importaba.

Quería pasar desapercibido, que tampoco me importara eso, pero la decisión la tomé ayer. Me fui sin decir nada más y desde entonces él no se había dignado a enviar ni un mensaje, ni una señal de humo, yo podría estar secuestrado, siendo violado por una cantidad exagerada de negros neoyorquinos y él, bien gracias. Odiaba como de la noche a la mañana, mi relación de ensueño, aquella por la que me había esforzado, se perdiera así como así. Odiaba el sentimiento que crecía en mi pecho acerca de que Jongin no me quería, que nunca lo había hecho, que sólo fue una emoción que ya se había esfumado de su corazón.

Tenía planeado hundirme en libros y libros para hacer el mejor trabajo posible en mi casa, sólo así podía dejar atrás este pesar que desafortunadamente no quería abandonar mi cuerpo, y mi alma. Por más que Pinky lo intentara, con sus chistes, con los chismes de Joonmyun y Yifan, nada había borrado el paso de los segundos, y el hecho de que mi ex no estaba haciendo nada para dejar de ser mi ex y convertirse nuevamente en mi actual. Me estaba volviendo loco, la cabeza me daba vueltas con tantas ideas de cómo sacrificar a Jongin, y ofrecerle su morena sangre a todos los dioses paganos que conocía, nunca iba a encontrar a otro novio igual que yo, nadie le iba a chupar cada extensión del cuerpo como yo lo hacía.

Joder, se había acabado y ni siquiera lo habíamos hecho en todo su regla. Ahora me iba quedar con la duda de cómo se sentía él dentro de mí, o yo dentro de él, hasta cierto punto, las posiciones actualmente ya no me importaban.

—Y eso ha sido todo por hoy, clase —anunció el profesor Huang, con su medio metro de maldad y haciéndonos temblar en nuestros lugares por las amenazas que imprimían las palabras que no decía—. Espero lleguen vivos al día de mañana.

El hombre empezó a recoger sus cosas, siendo esperado por su hijo en la puerta, que era igual de temible que él. El hijo del profesor Huang no se parecía a él, para empezar, el chico era alto, mucho más alto de lo que yo era, me sacaba muchas cabezas, además era guapo, era el típico chico malo de universidad que gritaba peligro por todos lados, el perfil de cualquier protagonista de Wattpad. Lo que sabíamos del chico era prácticamente nada, no estudiaba en la universidad, pero siempre acompañaba a su padre al finalizar sus clases, además lo había visto merodear sospechosamente el campus de Artes pero nunca le presté atención, él me parecía taaan extraño.

—¿Por qué el hijo de Huang siempre te ve como si fueras jamón serrano? —me preguntó Pinky, con una sonrisa picarona en sus labios.

—No lo sé, puede que la gente piense que mi sabor es igual de increíble —respondí, recogiendo mis cosas, ahora que lo veía, el chico no dejaba de mirarme.

Qué podía hacer, el efecto Kyungsoo era incontenible.

—¿Deberías investigar cómo se llama? —sugirió, sinuosa. La miré como si de pronto le hubiese nacido una segunda cabeza—. ¿Qué? Tengo curiosidad por saber, y él tiene mucha curiosidad por ti.

Negué un poco con una media sonrisa, tampoco era que iba a saltar encima del primero que se me atravesara sólo porque andaba absurdamente despechado debido a que mi ex novio, no sabía que era mi ex novio y no me escribía para saber cómo estaba. Era como si Kim Jongin no notase lo fracturada que se estaba volviendo nuestra relación, y por ende, no hacía absolutamente nada para repararla.

El corazón me saltó en el pecho. ¡Por qué no se daba cuenta de nada cuando la situación estaba delante de su nariz chata!

—Oye, ¿sabes qué? —le dije a Pinky, con la decisión reverberando en mi pecho como si del coraje de Tarzán se tratara—. Iré con él y no sólo le pediré su nombre, si no que lo invitaré a salir esta noche.

—Kyungsoo, yo no creo que...

—¡He dicho, caso cerrado!

Me levanté todo galán llevándome las cosas en la mano, pareciendo un intelectual sexy, le sonreí y llegué hasta su puerta sin que el profesor se diera cuenta, y una vez estuve seguro de que tenía toda su atención me volteé seductor y le guiñé el ojo. Quiero decir que si estaba actuando como puta o algo así, era única y exclusivamente porque me sentía devastado por Jongin, ¿cómo podía pasar de mí y preferir a Botoxmin por encima de lo natural? No más miren al tipo que estaba delante de mí, estaba que botaba la baba.

—Hola, ¿eres hijo de Huang, no? —le pregunté, casual y encantador. Nadie podía resistirse a mis encantos. Nada más Kim ciego Jongin.

—Sí, el hijo menor de cinco.

—¿No que los chinos pueden tener sólo dos hijos?

El chico sonrió y sus ojos se afilaron más.

—¿Y por qué crees que estamos en Corea? —dijo y yo me eché a reír y me contuve de decir algo como «Ja, ja, ja que gracioso eres, ¿quieres parrandear conmigo?»—. Me llamó Tao, por cierto.

—Do —dije suavemente como si se tratara de James Bond—. Do Kyungsoo.

Se podría decir que estaba loco, que perdí la cabeza y que necesitaba que un batallón de hormigas me picara en la cara para que reaccionara por lo que estaba haciendo, pero pregúntenme si me importó en ese momento cuando vi a Jongin salir con Taemin de lo más tranquilo, con una sonrisa, hablando casual y sin realmente importarle que habíamos pasado todo el día sin hablar. En ese momento mandé al diablo todo y le propuse a Tao salir a bailar por ahí, «Para distraerme de las cosas horribles que tengo que leer gracias a tu despiadado padre», y él aceptó, sugiriendo un bar muy atractivo que estaba casi del otro lado del sector donde estaba ubicada la universidad.

Y unas hora más tarde, uh.

Estaba bajo el reflector, tanta fue la cosa que a mitad de la noche, me di cuenta que en realidad estaba en un bar gay, vestido de estudiante, y con un tipo sobándome todo. Es decir, no era que Tao se hubiese aprovechado de mí, yo me aproveché de él, de hecho, pero no se sentía correcto. Y sí, podía ser que a Jongin ya no le importaba nada que tuviese que ver conmigo, que prefiriera estar con su amiguito Taemin, pero yo no era así, yo era diferente. Yo lo amaba y no era para nada predicador de eso de «Un clavo saca a otro clavo».

Me alejé un poco de Tao después de haber hablado a gritos un rato, y me fui a la barra, dejándolo restregarse con un chico bajo, no me importó. Pedí algo para tomar, algo ligero y el bartender lo preparó para mí casi de inmediato. Estaba en retrospectiva, con una copita en mis manos, mirando a la nada y sintiendo vibrar algo en mi pierna.

Oh, era mi teléfono.

Era Jonginnie.

Contesté.

—¿Qué quieres? —dije, ni por asomo estaba borracho, pero quise parecer que sí, quería molestarlo.

¿Cómo que qué quiero, dónde estás? Estoy en tu casa y me dice tu mamá que no te ha visto —me regañó, o sea, tuvo la osadía de regañarme.

—Estoy en un bar súper divertidísimo, salí con mi nuevo amigo.

¿Nuevo amigo? ¿Qué nuevo amigo es ese?

—Uno que conocí recientemente, pero que no conoces porque no has tenido tiempo para nadie más que para tu amiguito Taemin.

¿De qué estás hablando? ¿Por qué sales de noche a mitad de semana y con desconocidos?

—Porque me dio la gana —respondí molesto—. Lo que es bueno para ti, es bueno para mí, Jongin. Ahora déjame, esta noche sólo quiero divertirme. Haz tú lo mismo con Taemin.

Me fui a mi casa en tanto colgué el teléfono, no era cierto que me iba a quedar allí pero tampoco quería que Jongin se enterara que me era imposible olvidarlo así como él hizo conmigo. Dejé a Tao el manoseado atrás y seguí mi camino, con las ganas de llorar.

Que lindo MV protagonizaría.

🐧🐧🐧

Una vez, estaba de ociosa tocándome una teta y me sentí un bultito, luego de que pasaron 5 segundos, me dio una crisis, una verdadera crisis de llanto a las dos de la mañana, hora en la que mis padres, y mis chingus de la Chanbaek me tuvieron que calmar diciéndome que no me iba a morir, y que por supuesto, no tenía cáncer. Obvi, no lo tengo, pero si dos protuberancias en cada seno, gorditas, muy gorditas

La cosa es que ese día, se me ocurrió un fic en donde Kyungsoo parrandeara con Tao por el despecho de Jongin, no lo pude hacer por mi crisis, pero sí que pude escribirlo en un capitulo de fic mil meses después.

Y lo de arriba, tranquis, estoy en tratamiento 👌🌱

Espero les haya gustado, saludos bananos 😘

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