Has cambiado࿓ Zaloe.

By krelyys

39.8K 2.3K 956

Sabía que nada era igual, pero lo que ella jamás imaginó, fue que eso también lo incluiría a él. A Zak. Proh... More

Aclaración antes de leer.
Prólogo
00
Capítulo 2: Aún no ha acabado.
Capítulo 3: Verdades.
Capítulo 4: Kangi.
Capítulo 6: Herida.
Capítulo 7: Mala suerte.
Capítulo 8: Poderes.
Capítulo 9: Sola.
Capítulo 10: "Lo lamento."
Capítulo 11: Yonix.
Capítulo 12: No es lo que tú crees.
Capítulo 13: Tú... ¿qué?
Capítulo 14: Una batalla.
Capítulo 15: Terminamos.
Capítulo 16: Búsqueda.
Capítulo 17: Eras tú.
Capítulo 18: Destino.
Capítulo 19: ¿Podrías perdonarme?
Capitulo 20: Nosotros.
Capítulo 21: Algo había sucedido.
Capítulo 22: Sospechas.
Capítulo 23: Ataques.
Capítulo 24: No pude resistir.
Especial: ¿Qué es lo que quieres, Zak?
Capítulo 25: ¡Lo encontramos!

Capítulo 5: Trato.

1.7K 118 111
By krelyys

Sinceramente, jamás hubiese imaginado poder crear el relámpago con Zak. 

Pensaba que aquello que nos mantenía unidos, había desaparecido por completo de nuestras vidas. 

Pero al parecer me equivoque rotundamente.

Volviendo al partido, después de haber liberado el relámpago, nos dirigimos a toda velocidad hacia el rey con el propósito de quitarle el dö. 

¿Sencillo no es así?

O al menos eso es lo que pensábamos, hasta que en un movimiento de agilidad y rapidez, el rey anoto el kai decisivo. 

Así es, perdimos.

Al parecer no era la única sorprendida, viendo la expresión de los demás, estaba de más decir que no esperábamos aquello. 

-¿Qué?– balbuceó Kiet.

-Necesitan perfeccionar sus poderes chicos, de lo contrario los comandantes invadirá su dimensión.–

-Quisiera ser más específico por favor.– pidió Zak.

-Mi punto de vista es, que si quieren vencerlos, las tácticas y estrategias de ataque, así como sus poderes deben estar totalmente centrados en su objetivo principal.- explica. -En pocas palabras, la energía que propagan no es la suficiente.– 

-Entonces, eso quiere decir que los poderes básicos tienen un potencial máximo que dar.– concluí.

-Exacto.– aprobó. -Un ejemplo claro son ustedes dos.– apunto hacia nosotros. –Zak y Cloe, el relámpago es potente, bastante diría yo, pero para ello se requiere liberar otro sentimiento, una nueva razón.– explicó. -¿Están seguros de que entre ustedes no existe algo más?– nos interrogo.

-No, no, no.– negué rápidamente. -¿Él y yo?- nos señalé. -Solo somos... conocidos.- expresé. -El resto es pasado.- 

-¿El resto?– preguntó. Parecía bastante interesado en conocer la demás parte de la historia. -Esto suena interesante.– manifestó el Rey.

-Y se pone mejor.– dice Kiet. A lo que Zak y yo lo fulminamos con la mirada. -¿Qué?- pregunta. -Es la verdad.- se defendió.

-No lo malinterpreten, pero ambos harían una linda pareja.–

Es en estos momentos incómodos, donde no sabría si sentirme agradecida u ofendida.

-Donde hubo fuego, cenizas quedan.– continúo Kiet.

Él ríe levemente. –Bien, bien. Supongo que la historia la dejaremos para otra ocasión.– dice. –Es hora de hacerles entrega de sus armaduras, síganme.–

Posteriormente de haber acabado el partido, el rey nos dirigió hasta su castillo. Ya dentro, tuvimos que a travesar varias puertas; y eh de decir que conforme íbamos avanzando, estas cada vez se iban tornando de un aspecto más rustico, y viejo. 

Transcurridas unas cinco puertas, llegamos a la que pareciese ser la final, una puerta, forrada completamente de metal, y en la cerradura, se podía distinguir un candado por la parte trasera. Por delante, contaba con una pequeña, pero resistente caja fuerte, a la cual, según algunos guardias, solo las autoridades supremas, contaba con el acceso directo a ella.

Al estar parados frente a la puerta, el rey sacó desde un pequeño bolsillo, oculto por la gran bata que portaba, una pequeña llave, la introdujo dentro de la cerradura, para después girar e ingresar el código de entrada a la sala. 

-Entren.– ordenó. 

Dicho eso, comenzamos a adentrarnos hacia la cabina.

-Bien, ahora necesitó que cada uno de ustedes se coloque en las distintas plataformas que se encuentran en el piso.– señaló.

Eh de decir que no tenía ni la más mínima idea de hacia dónde dirigirme, y por más extraño que suene, pareciese que fue más el instinto que la razón lo que me posiciono sobre una de ellas. 

Al estar ya todos colocados en una plataforma, estas adquirieron el color de nuestro sen. Todos impresionados por lo ocurrido, mirábamos hacia distintas direcciones sin saber que hacer o decir.

El rey, tomó una caja de madera entre sus manos, delicadamente la abrió y sacó cuatro esferas de metales preciosos, un poco empolvadas a mi parecer, se aproximó hacia nosotros, y las lanzó, hacia el centro de las plataformas. Justo como si fuesen los brazaletes, comenzaron a girar alrededor nuestro, para que después de un cierto momento, una esfera distinta se detuviera enfrente de nosotros.

-Supongo que conocen la frase a decir.– nos dijo.

A lo que todos nos miramos al unísono con una mirada cómplice en el rostro, y gritamos la frase.

 Nuestra frase.

-¡Sendokai!-

Dicho eso, las esferas emitieron un resplandor luminoso, tanto que nos encandilo lo suficiente como para no ver. Al volver a abrir los ojos, pude visualizar como la armadura se comenzaba a adherir a mi cuerpo, poco a poco las pequeñas partículas comenzaban a invadirme, y sin darme cuenta, en menos de un segundo me encontraba completamente lista.

-¡Esto es genial!– exclama Kiet. –Me encanta esta armadura.–

Y era cierto, las armaduras contaban con aspecto rustico y medieval.

Nuestros brazaletes habían cambiado, y ahora se encontraban con un fino delineado marrón, incluyendo algunos pequeños destellos plateados. 

-Bien.– habla el rey. –Como podrán darse cuenta, estas armaduras son distintas a las que acostumbran a utilizar, pero eso no significa que no sirvan.– continua. –A sido un honor combatir contra ustedes, realmente espero que las armaduras puedan ayudarlos en su lucha.-

-Gracias.- dice Zak. -Serán utilizadas con sabiduría.- asegura. -Y crea en que serán de mucha utilidad.- 

-Por el momento es mejor que vayan a descansar, ya es bastante tarde.– finaliza.

¿Qué?

Había perdido la noción del tiempo, por lo tanto, estaba desconcertada sobre la hora que fuese a ser.

-¿Sucede algo?– pregunta, al notar mi expresión.

-No, nada.- miento.

-Debemos irnos.- ordena Zak. 

-Suerte guerreros.- desea el rey. 

Y sin más que decir, nos dirigimos hacia el portal. 

Ahora en lo que debo pensar, es en como diablos entrare a mi casa. 


-Mañana después de clases nos veremos aquí en la colina.- habla Zak. -Debemos de aprender a dominar las nuevas armaduras lo más pronto posible.- recuerda. 

A lo que todos asentimos.

-Bien chicos.– habla Kiet. –Creo que nosotros.– señalándose a sí mismo y a Fenzy. –Ya nos vamos.– dicen finalmente, para después irse.

Comienzo a caminar, tratando de idear la excusa más posiblemente creíble para mis padres, hasta que siento como algo, o más bien alguien me toma por el brazo, impidiéndome continuar. 

Y ese alguien es Zak.

-Tenemos que hablar.– me dice.

Miro hacia su agarre, y al instante me deshago de el. –Este no es el momento.– 

Y claro que no era el momento, mis padres seguramente deben estar por matarme.

-¿Qué te sucede – me pregunta.

-¿A qué te refieres?- inquiero tratando de despistarlo.

¿Acaso está interesado en ayudarme?

-Tú sabes muy bien a lo que me refiero.– me dice él. –Te conozco lo suficiente como para saber qué son tus padres lo que te preocupa.- afirma, acercándose hacia mí. 

-Sea o no el caso, no debe de importante en lo más mínimo. – digo, comenzando a alejarme. 

-Podría ayudarte.– propone. –Tengo una propuesta que te podría interesar.– 

-¿De qué hablas?– cuestiono. 

-La única manera de que logres entrar a tu hogar no será a través de la puerta principal.- dice. 

Por un momento me desconcerté, pero no tuvo que pasar mucho para que lo recordara, y eso se vio reflejado en mis facciones. 

Maldita sea. 

Zak por su parte, alza una ceja, sonriendo triunfante. 

Él y yo sabíamos la respuesta, pero no quería ser yo quien la dijera. 

-Sabes que no podrás llegar hasta allá arriba tu sola.- se cruza de ambos brazos. -

¿Por que tenían que estar tan altas las estúpidas ventanas?

>> -Así que... ¿todavía quieres escuchar mi propuesta?- 

Lo miro molesta, sabiendo que no tenia escapatoria. -¿Cuál es el plan?- bufo.

Su sonrisa se expande, y por fin, habla. -Es sencillo, te ayudaré a llegar hasta tu ventana, si tú respondes la copia de mi examen de ciencias.- 

-¿De donde sacaste ese examen?- inquiero, totalmente confundida.

-Eso no es de tu incumbencia, solo tienes que asegurarte de responderlo y que saque un mínimo aprobatorio.- dice. -El tiempo corre, y tus padres no tardaran mucho en notar tu ausencia, entonces... ¿tenemos un trato?- pregunta extendiendo su mano. 

Maldita seas Zakarias. 

Y sin decir nada más, tomo su mano.

-Bien, sígueme.- ordena, comenzando a caminar. 

Sabía que era demasiado bueno para ser verdad. 


Continue Reading

You'll Also Like

3.7M 160K 132
Ella está completamente rota. Yo tengo la manía de querer repararlo todo. Ella es un perfecto desastre. Yo trato de estar planificada. Mi manía e...
1.4M 86.9K 109
Alice Agnelli es obligada a trabajar para Ferrari luego de que su padre se hartara de su estilo de vida fiestero y desenfrenado, hará hasta lo imposi...
489K 37.5K 55
El mundo da un vuelco cuando la primer mujer en la Fórmula 1 se hace presente en el Paddock. Camille Watson, hija del gran piloto de la F1 tendrá que...
927K 41.1K 49
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...