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Los días pasaron, y la noticia de que los chicos habían conseguido las armaduras Megakai no tardó en esparcirse por todas las dimensiones. Y era de esperarse, obtuvieron primero que nadie las armaduras que por tanto tiempo estuvo anhelado la nueva era.
Pero a pesar de eso, Tyron no se había inmutado en hacer algo al respecto, y conociéndolo, sabia que era peligroso observar esa clase de actitudes, especialmente de alguien como él.
Mis anhelos por querer ayudar a Cloe seguían muy presentes, y a pesar de estar completamente distanciado de ella, eso no podía impedirme no preocuparme por su bienestar.
Principalmente ahora que solamente estaba con Zak.
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A pesar de que habíamos conseguido las armaduras, no teníamos la victoria completamente asegurada.
Porque aunque fueran las armaduras más poderosas de todo el multiverso... no sabíamos como utilizarlas.
¿Realmente podrían servirnos en aquel estado?
Eso y más cosas rondaban por mi mente, mientras observaba el reloj y continuaba sentada en la misma posición.
Estaba en detención.
Sinceramente, no sabia como sentirme al respecto con todo esto, ya que lo único que quería en estos momentos era terminar con este absurdo castigo de una buena vez. Eso, y porque Kassidy estaba en la misma habitación que yo.
Desde nuestro último encuentro en el salón, no había vuelto a verla en estos últimos tres días. Y sinceramente, agradecía que hubiera sido de ese modo.
Pero al menos hoy, fue todo lo contrario.
Todo estaba en completo silencio, y a pesar de que ambas nos encontrábamos sentadas en ambos extremos del salón, algo me decía que esto no acabaría para nada bien.
-Bien.- exclama el maestro colocándose de pie. -Han cumplido con la sentencia.-
Lo miro, esperando a que diga la frase que tanto anhele oír.
