¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Continuo mirándolo, tratando de asimilar lo que había sucedido.
Retiro rápidamente una de las lágrimas que desciende por mi rostro.
Debía tomar el valor suficiente para lo siguiente que iba a decir.
-Te conozco lo suficiente para saber... que hay un motivo más poderoso que te guió a decir esas palabras.-
Zak me mira, inexpresivo. Aunque sabía que hacía su mayor esfuerzo por lucir de ese modo.
>> -Así que no me pidas, que abandone mis sentimientos.- lo miro. -Cuando ambos sabemos, que ya es demasiado tarde.-
Tomo aire y continuo.
>> -Quisiera decirte como sentí, y me siento.- admito. -Escuchar las explicaciones que por muchos años anhelé y merezco...- murmuro. -Pero sé, que por mas cosas que intente hacer o diga, no cambiaras de opinión.-
-Cloe...-
-Como tú lo dijiste, ya no somos unos estúpidos niños.- irrumpo. -Y entiendo que tus responsabilidades y deberes, son más importantes que tus sentimientos.- lo encaro.
>> -Pero no finjas que siempre fue de ese modo, porque ambos sabemos que no es así.-
-Mientes.- replica. -Las cosas...-
-¡Cambiaste!- finalmente estalló. -¡Te pusiste a ti y a Kassidy delante de todo!- exclamó.
Él lo sabía.
Pero aún así, tenía el descaro de mentir.
Y no entendía porque lo hacia.
>> -Sin importar a quien o quienes lastimaban.-
Un amargo silencio nos invade, y la tensión entre ambos cada segundo se hace más grande.
-Te dije lo que debía decir.- habla después de un rato. -Y eso es lo único que debe de importar.- da media vuelta dispuesto a irse.
-Quizá para ti fue lo correcto.- digo, tratando de sonar lo más claro que puedo. -Pero para mí, eso solo es cobardía.-
Se queda de pie en la misma posición durante algunos instantes y anhelando que hiciera algo más allá que irse, solamente se limito a comenzar a andar por la colina, hasta desaparecer por completo de mi vista.
Las lágrimas no tardan en aparecer, y en cuestión de segundos todas ellas descienden por mi rostro. Me desplomo sobre el suelo sin intenciones de contenerme.
No entendía sus razones, pero debían de ser motivos los suficiente grandes como para orillarlo a hacer esa clase de acciones.
Acciones que terminaban lastimado a una sola persona, y esa persona era yo.
Porque, a pesar de las circunstancias, de alguna u otra manera logro suceder lo que más le temía, y lo que estuve negando durante mucho tiempo.
