Diez Maneras De Odiarte.

By ImDramedy

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Los recuerdos son el mejor refugio, incluso de ti mismo. Algunas personas se pasan la vida queriendo ser dife... More

Sinopsis
I
II
III
v
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
XXI
XXII
Nota
XXIII
XXIV
XXV
XXVI
XXVII
Gracias
1.-
2.-
3.-
4.-
5.-
6.-
7.-
"El lugar Equivocado"
¡ANUNCIO!
Querido nadie

IV

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By ImDramedy

           

Miedo a ser expuesta.

            Está mañana tuve que venir caminando a la galería, llegue un poco tarde a pesar de que mis principios me prohíben llegar tarde a cualquier lugar, pero si solo hubiese dormido medianamente bien anoche me hubiese despertado más temprano y la cuestión fuera diferente. Ni siquiera tuve tiempo de desayunar y estoy segura de que si no como algo en los próximos diez minutos, terminara mi intestino delgado comiéndose al grueso.

Tomo una taza de café en la cocina y me devuelvo a mi asiento mirando las carpetas que dejaron sobre el escritorio.

Mi cabeza duele un poco, pero debe ser el mismo hecho de que no he comido o que por desgracia, los recuerdos de mi infancia desde ayer están rondando mi cabeza al punto de no dejarme dormir. Estoy irritada y tengo trabajo por hacer, por suerte, Tyler aún no ha llegado, creo que lo que menos necesito ahora es que me digan algo acerca de la hora en la que llegue.

Joe Henderson

Alaska, quisiera que habláramos. Llámame cuando puedas, te amo.

Papá.

-         Pensé que a doña perfecta no le gustaba llegar tarde.

Alzo mi mirada para conseguirme con la sonrisa hipócrita de Phoebe que está mirándome como si alguna vez yo le debí algún tipo de explicaciones sobre lo que hago o dejo de hacer. Cuando era pequeña aprendí ciertas cosas, entre ellas a ignorar a gente que no me aporta nada, además, no puedo pasarme la vida gastando parte de mi energía en personas como Phoebe.

-         Era solo un chiste. –Agrega soltando una risita bastante molesta.

-         ¿Un chiste? –Pregunto.

-         Sí, eso hacen los amigos. –Se excusa pero su sinceridad es la misma que la de un político.

Inexistente.

-         Yo no soy tu amiga. –Le aclaro haciendo que ella frunza el ceño pero su sonrisa no se borra de su rostro- Y, deberías de ir hacer algo productivo, has que valga la pena tu puesto aquí.

Mi mirada se vuelve a concentrar en el mensaje de mi papá mientras presiono la tecla de responder.

Alaska Henderson:

¿Paso algo malo? Tengo demasiado trabajo, además de algunas prácticas que seguro haremos en el momento que llegue el Sr. Smith. Prometo llamarte.

Te amo, Ali.

            Debo ser la única que no noto la presencia de Tyler en el lugar, sin embargo cuando alzo la mirada puedo observarlo mirándome. Hace señas para que vaya hasta donde están las demás, así que me tomo mi tiempo y me levanto del asiento esperando a que todas estén cubriéndolo así llegar de ultima y no tener que enfrentarme con su mirada crítica por las fotos de ayer.

Estoy segura que no fueron tan buenas.

-         ¿Trajeron de comer? –Pregunta sin inmutarse con cortesías baratas, aunque quizás sea porque yo no lo escuche y puede que ya haya saludado.

Entre los susurros solo una responde por todas con un no, espero que su idea no sea llevarnos a comer a todas porque seguro queda en quiebra nada más por el hecho de que Phoebe y su nuevo grupo se creen más importantes que la reina Isabel.

-         Quiero que nos reunamos en cinco minutos en la puerta de atrás, vamos a tomar un autobús que nos está esperando y tendremos un ejercicio que quisiera que compartamos el día de hoy. –Su mirada se pasea por el de todas y se queda mirando detenidamente a Grace.- Srta. Maxwell, venga conmigo. Las demás, por favor alístense. Cinco minutos. –Repite con seriedad y el círculo se disuelve.

Vuelvo a mi puesto y me dispongo a ordenar los archivos que dejaron sobre mi mesa pero cuando estoy revisando las carpetas me consigo con una pegatina en forma de cámara en una de las carpetas, tiene algo escrito con mi nombre. Me aseguro de que nadie me vea y le doy vuelta pera leer que dice.

Aunque sé que pudiste hacer un mejor trabajo, te agradezco por la foto de mi madre y yo, le encanto y eso ya es mucho decir para una persona tan exigente como ella.

Gracias.

Tyler Smith.

Abro mi bolso y guardo la nota en mi agenda. No sé porque no me dio las gracias en persona o porque simplemente no se acerco a darme él mismo la nota pero mi humor hoy no está exactamente de buenas como para tratar de entender a la gente.

Suficiente tengo conmigo misma.

Veo salir a Grace con una sonrisa espectacular de la oficina de Tyler, de pronto el silencio en el lugar se hace una ley o más bien una ley por conveniencia, mientras ellas tengan acceso a todo lo que pasa pueden saber de qué manera van actuar.

-         ¿Listas?

Samantha se nos une. Si antes de alguna manera pensaba que esto era un reclusorio, ahora creo que es un preescolar. Hay días en los que simplemente amanezco de mal humor sin ganas de hablar con absolutamente nadie, esos días son más constantes que los días en los que realmente quiero hablar. Quizás es porque no suelo interesarme en temas de conversación que a los demás sí o porque no tengo amigos, pero los días en los que estoy de mal humor y además no quiero hablar son los peores.

Todos están subiéndose a la minivan, lo único que llevo conmigo es mi cámara y mi celular, bueno y algunas galletas que robe de la cocina, no puedo morirme de hambre por más que me parezca abusivo tomar más de una.

-         ¡Hey! Ali –Phoebe se me queda mirando señalando el puesto a su lado.

Ignoro a su llamado y me siento junto a Grace que no deja de sonreírle al celular.

-         Ella no te agrada no. –Dice con una media sonrisa.

-         ¿A ti si?

Ambas nos reímos. Siento esa sensación familiar a la del preescolar. Llegas, te ríes con alguien y de pronto se convierte en tu mejor amiga por todos los siglos hasta que te roba un caramelo y ¡Puff! Tu primera decepción en la vida.

-         Creo que a ninguna de las que estamos aquí. –Sonríe.

Tyler se sube al autobús cual supervisor repasando todos los asientos con su mirada.

-         ¿Cómo sigue tu hermano? –Pregunto y ella asiente.

-         Mejor, gracias.

Tyler es quien maneja, coloca algo de AC/DC en un tono bastante bajo, pero conozco las canciones así que tarareo todo el camino. No ha dicho más de lo que ya sabemos, sin embargo, voltea cada tanto mirando por el retrovisor consiguiéndose con la mirada de Grace y viceversa. Lo noto al instante, me hace sentir un poco rara pero, trato de no demostrarlo.

-         Alaska no sabe jugar, Alaska no sabe jugar.

Se repite una y otra vez.

Lleno mi tobito de arena y lo pongo boca abajo intentando que quede derecho pero se cae.

-         Alaska no sabe jugar, Alaska no sabe jugar.

Repite una vez más.

-         ¡Ya, déjame! –Grito- Déjame.

-         No sabes jugar.

Mami se acerca sonriente y se sienta a mi lado. – Permiso.- Le doy un abrazo y llena el tobito de arena de nuevo.

-         ¿Tienes algún problema con el castillo de mi hija? –Pregunta con seriedad.

No me gusta cuando mami está seria.

-         No señora. –Responde y se gira para irse.

-         Mami ¿Por qué me molestan?

-         Porque eres una niña única Alaska, nunca lo olvides.

-         Te lo prometo mami.

-         ¿Quieres hacer un castillo Ali?

-         Si mami.

-         Vamos hacer un castillo. –Sonríe tan brillante me hace sonreír.

-         Pero a mí modo mami.

-         A tu modo mi amor.

A veces la extraño demasiado.

            Llegamos a Kensington Gardens lo reconozco porque lo he visto en fotos. Nunca antes había venido a Londres, pero en definitiva me quedaré. Todas comenzamos a bajar de la minivan y a sacar sus cámaras. El lugar es magnífico, siempre me ha gustado la naturaleza aunque nunca fui exactamente una niña de acampar.

-         Quiero que todas por favor se acerquen y tomen un papelito. –Alza la voz y todas nos giramos hacia él. – Es una actividad para que se conozcan mejor, es algo bastante básico y creo que si van a estar cinco meses conmigo, necesito que se lleven bien así que acérquese y a quien le toque el número del otro, esa será su pareja.

Me acerco de primera pero Phoebe se adelanta. Respiro profundo para evitar problemas, pero la verdad tengo bastantes ganas de ponerla en su lugar. – Uno. –Dice ella con orgullo. Arqueo mi ceja y dejo que pase Grace, espero que me toque con ella porque no soportaría hacer algo con alguna de las otras.

-         Siete. –Dice.

Mi número favorito.

Siempre he tenido este problema de mirar a  los ojos de las demás personas fijamente pero tiene que ver con que no puedo sostener la mirada por más de treinta segundos sin sentir que está invadiendo mi cabeza. Me acerco al bol que está en las manos de Tyler y él me dedica una sonrisa removiendo el bol con sus manos.

-         Escoge.

Tomo uno de los papelitos doblados y lo abro para descubrir mi número.

Oh por favor... tiene que ser una broma.

-         ¿Puedo cambiarlo? –Pregunto.

-         Lo siento. –Dice- Son las reglas.

-         No me gustan las reglas. –Escupo y Tyler se pone rígido ante mi respuesta.

-         Pues van a tener que empezar a gustarte Alaska.

Antes, cuando quería conseguir algo solo lo pedía y debido a mi condición lo conseguía, no es algo que me agrade pero en situaciones como está es favorable. Ni siquiera insisto cuando ya tengo a Phoebe indagando que numero me salió.

-         ¡Eres mi pareja! –Finge felicidad y pega algunos saltitos a mí alrededor.

Volteo a mirar a Tyler que está tratando de no reírse frunciendo sus labios.

-         Solo no me toques. –Le digo y me alejo lentamente.

-         ¿Cuál es su problema? –La escucho balbucear.

Esto es tan molesto.

Camino alrededor de las largas parcelas de flores de color rosado que rodean la fuente central. No hay mucha gente, a pesar de ser una zona turística creí que encontraríamos más personas pero por suerte no es así. Enciendo mi cámara y comienzo a enfocar buscando algo que me motive a sacarle foto, pero aunque el lugar es hermoso nada me llama lo suficiente. La voz de Tyler me sobresalta y termino enfocándolo a él. Está distraído, está hablando con Samatha quien trae algunas coca-cola para todas y entonces en ese momento mi cámara dispara a una foto.

Se ve bien.

-         Alaska ¿Podrías venir? –Pregunta llamándome y asiento apagando la cámara.

Lo último que necesito es que vea que le saque una foto.

-         ¿Qué? –Contesto con cierto recelo haciendo que Tyler arquee una ceja.

-         Estamos por empezar. –Me indica cuando todas ya están camino a sentarse en el mantel horroroso de cuadros que puso Samantha en el suelo.

-         Compañera. –Grita desaforada Phoebe- Las trenzas las tienes sueltas.

Miro hacía mis botas y me doy cuenta de que las trenzas están desamarradas pero no puedo amarrarlas, nunca lo hice. Siempre me las ingenie para nunca desamarrarlas, esto es algo vergonzoso.

-         Yo te ayudo Ali.

-         ¡No! –Me sostengo de mi papi y me acomodo las trenzas dentro de mi zapatito.

-          Hija. –Sonríe.

-         Yo puedo papi.

Me sonríe con cariño y yo me caigo. –Yo sé que sí.

-         ¡Alaska! –Palmea sus manos Samantha enfrente de mí.

-         Lo siento. –Me encojo de hombros.

-         ¿Quieres algo de comer?

Oh santo cielo, sí. –Por favor.

-         Ya vuelvo con la comida para todos.

Me siento junto a mi compañera y Tyler toma su cámara colgándosela en el cuello. - ¿No te las vas amarrar? –Pregunta Phoebe.

-         No.

Me concentro en lo que comienza a decir con tanta dedicación que pareciese que estuvo practicando toda la noche enfrente del espejo, si no es porque estoy segura de que lo único que lo mueve es la fotografía diría que alguien más escribió el cursi discurso acerca de la manera correcta de amar lo que hacemos.

-         Creo que todos debemos de conocernos si vamos a estar tanto tiempo juntos ¿No lo creen? –Todas asienten. –La razón por la cual pedí que por favor hicieran equipos es porque necesito que aprendan a conocerse el uno al otro. - ¿Alguien quiere empezar?

-         ¡Yo! –Levanta la mano Phoebe.

En el ambiente se siente como si todos al unisonó hiciéramos un claro revoleo de ojos grupal. Tyler deja salir un poco de aire de su boca y asiente gesticulando muy lento un: por supuesto. A nadie le sorprende el hecho de que ella quiera ser la primera.

-         Bien. –Dice caminando de un lado al otro.- Jackson, Henderson empiecen.

Oh ¿Tengo que hacerlo también? Me levanto de mala gana y cruzo los brazos debajo de mi pecho intentando concentrarme pero no funciona del todo, me cae mal, es algo que se me nota. Lo sé.

-         Phoebe describe lo que percibes de la Srta. Henderson y luego es tu turno. –Me señala y yo no estoy muy feliz con la idea. Aún no aprendo a suavizar mis palabras.

-         Ay encantada. –Phoebe se aclara la garganta y me mira por dos segundos aproximadamente.

Camina a mi alrededor como asechándome. Tyler se sienta junto al resto y yo me quedo ahí parada esperando que se le cruce una sola idea a Phoebe.

-         Sincera. –Suelta.

Mmm. Básico, pero pensé que sería más evidente en su necesidad de agradarle a Tyler.

-         Muy talentosa. -¡Oh vamos!  Me río.

-         ¿Cómo sabes que tengo talento? –Le pregunto intentando no reírme.

-         Eh. –Tartamudea mirando a cualquier lado- Pues Tyler te puso a mi lado el otro día, así que asumo que tienes talento.

Grace se contiene la risa y yo solo comienzo a irritarme más.

-         Srta. Jackson, para la próxima, Sr. Smith aún no he tomado café con usted. -Dice mirándome. Me encojo de hombros y termina la frase: -Por favor termina. 

-         La última es... –Se queda mirándome- Me gustan tus zapatos.

Todos se ríen incluyéndome. Para mi desgracia es mi turno y si bien jamás he sido una oradora nata, cuando se trata de describir algo o a alguien, sale todo eso que mi mente me grita pero trato de callar.

-         Srta. Henderson.

Odio esto. Me recuerda tanto al primer día de clases, cuando te hacen esas incomodas preguntas... revoleo los ojos y suspiro intentando no alterarme más de lo que debo.

-         Phoebe es... -La miro y ella se acomoda su cabello escuchando lo que voy a decir- es...

Oh vamos Alaska, tu puedes.

-         Es bonita. –Digo como lo primero que pasa a mi cabeza.

-         ¡Ay, gracias Ali!

¿Cuándo va a entender que no somos amigas?

-         Además de aduladora. –Arquea una ceja y trato de suavizar mi siguiente palabra. – Y...

-         Talentosa, ya dilo. –Sonríe con superioridad y yo niego con la cabeza haciendo que deje de pensar dos segundos para soltar mi siguiente palabra.

-         Yo diría más bien... superficial.

Arquea su ceja y cruza sus brazos. Tyler se pone en el medio de ambas antes de que ella pueda decir algo y nos agradece por la participación. Regreso a mi puesto junto a Phoebe que no parece haberle agradado mi comentario pero en el fondo fue más fuerte que yo, ella se lo busco. Okey, admito que algunas veces puedo controlarlo pero para ser sinceros, no quería ser hipócrita va en contra de mis principios y si lo hacía con ella solo porque ella hizo una gran actuación haciéndose pasar por una persona agradable a la que además le caía bien, iba a terminar siendo como ella.

Los demás grupos pasaron. Samatha regresa con Pizza para todas y coca-cola. Las chicas se divierten, incluyendo a Grace que está riéndose con ellas, de alguna forma sabía que eso iba a ser así no suelo tener amigos, no soy una persona sociable y en definitiva no quiero serlo.

Todo eso de las cursilerías baratas te hacen débiles y yo creo que tengo suficiente con todo lo que he pasado como para saber que no tengo que confía r en nadie que no sea en mí misma.

-         ¿Puedo? –Pregunta Tyler sentándose a mí lado.

-         Ya lo hiciste. –Respondo acomodándome a un lado.

-         Sí. –Se ríe- Eso que le dijiste a Phoebe.

-         Oh, si vas a juzgarme te pido que te abstengas. –Lo interrumpo y el niega rápidamente.

-         Me parece admirable que puedas decir lo que piensas sin que nada te importe Alaska. –Habla despacio y muy bajito.

-         Ya sabes... -muerdo un poco de la pizza y admito que su palabra todavía retumba en mi cabeza.- Es por mi condición.

Tyler revolea los ojos y niega rápidamente. –Eres más que una condición, Alaska y lo sabes.

-         Todo lo que soy es el Asperger, Sr. Smith.

Siempre ha sido así.

Tyler no responde, su celular lo interrumpe en el momento en el que piensa responder y se levanta pidiéndome permiso para atender la llamada. No sé si es el hambre que ya esta apaciguándose, o que no dormí bien por estos molestos recuerdos que están llegando a mí sin permiso o el cambio de casa, o que extraño a mi papá pero hoy no es un buen día para hablar con Alaska, solo necesito alejarme de la gente de nuevo y volver a mi mundo.

Camino lo más lejos posible del resto de las chicas y me pongo a ver el lugar, la tarde está cayendo y eso hace que me llame aun más la atención. Lo insípido se vuelve mágico con los atardeceres y aunque en Londres no sale muy seguido el sol, hoy es uno de esos días que te hace querer pedirle un deseo a la madre naturaleza por hacer el gran favor de alumbrarnos porque para ser sinceros, con el humor que tengo hoy podría terminar internada en algún lado.

-         Ali, ¿Quieres galletas?

Mami grita desde la ventana de la cocina.

Papi juega conmigo y con mi nuevo amigo, Thomas. Quiero responder a mamá pero me gusta jugar con Thomas, porque Thomas es igual a mí, Thomas no quiere reglas y prefiere jugar solo, como yo, ambos jugamos solos pero juntos. Papá dice que él va a ser un buen amigo.

-         Voy por las galletas.

Papi se levanta y yo me quedo con Thomas. El jardín es grande, muy grande. Los niños grandes pasan a cada rato y dicen cosas, pero los ignoro, no me gusta escuchar las cosas que dicen, es feo.

Dicen cosas feas.

-         ¿Te gusta jugar? –Le pregunto a Thomas y él afirma con su cabeza.

El es más callado que yo. Pero me gusta.

-         Míralos. –Grita un niño.

Mami dice que cuando no quiera escucharlos solo los ignore y eso hago, aunque no sé si lo hago bien porque aun escucho.

-         Los niños raros se hicieron amigos.

Thomas se pone rojo y comienza a temblar. –Niños raros, ustedes tienen que ser amigos, los raros con los raros.

-         Sí, fenómenos, no se acerquen a nosotros.

La niña está pisando mi grama.

No me gusta que pisen mi grama.

-         No pises mi grama. –Le grito.

-         ¡Cállate! –Me empuja con fuerza y me caigo al suelo.

De mi brazo sale sangre. Papi corre y los niños corren. Estoy llorando. Thomas también llora.

No me gusta llorar.

-         Papi.

-         Ya paso hija. –Me abraza con fuerza y mami viene por Thomas para meternos a la casa.

-         Alaska ya nos vamos. –Dice Grace colocando su mano en mi hombro.- ¿Estás bien? –Asiento

-         Vamos.

Todas nos subimos al autobús de vuelta. Tengo sueño así que recuesto mí cabeza del vidrio y cierro los ojos esperando dormir un poco de regreso a la galería. No ha sido el mejor ejercicio que escogió Tyler sin embargo me gusta el lugar y no me molestaría regresar a recorrerlo, es lindo.

Una vez que llegamos, Tyler sube a su oficina con Samantha, parece algo serio así que trato de ignorar el hecho de que la llamada hizo que cambiara completamente de humor. Tomo mis cosas y voy al baño para lavarme las manos, el hecho de estar mucho tiempo en contacto con la tierra puede traer más gérmenes de los que necesito en mi vida. Hoy no ha sido mi mejor día pero por suerte está por terminar. Le escribo a mi papá para anunciarle que lo llamaré en cuanto llegue y cruzo la puerta del baño.

-         Así que es cierto.

Una vez más la cuñada de Tyler está aquí.

-         Buenas noches –Digo con cortesía.

-         Respóndeme algo... -revolea su mano derecha enfrente de mí y me dice: - ¿Es cierto que tienes Asperger? –Pregunta con una sonrisa de medio lado y mis mejillas comienzan a arder.

-         No creo que eso sea de su incumbencia. –Respondo con toda sinceridad abriéndome paso para llevar al lavamanos.

-         No lo es. –Sonríe- Solo quiero confirmar que eres la obra de caridad de este año. –Revolea a mi alrededor mirándome a través del espejo.- Es un hombre caritativo, pero no te confundas, siempre pide algo a cambio.

¿De qué demonios está hablándome?

-         Sé que tu respuesta es sí. –Ataca de nuevo- Solo te pido que te alejes de la galería de mi esposo. No queremos más fenómenos cerca de nosotros y tu foto de Tyler y mi suegra no estará mucho tiempo en la casa, te lo aseguro.

Juliet sale revoleando sus caderas enfrente de mí ¿Qué es lo que me pasa? Me sostengo con fuerza del mármol de los lavados y me echo agua intentando que se me olvide el mal rato pero en cambio, los latidos de mi corazón comienzan acelerarse una vez más.

-         Oh ahora no.

¡Alaska, no!

            Las manos comienzan a temblarme de nuevo. Es la misma sensación, la misma angustia, está presión en el pecho. ¡Mierda, no! Cierro el grifo y trato de salir de ahí, pero las piernas no me responden, no del todo. Hace calor, trato de sacarme el suéter pero el intento es en vano. Ruedo despacio por la pared hasta sentarme en el suelo del baño. Comienzo a jadear e intento acordarme de Riley, saco mi teléfono del bolsillo y trato de marcarle pero mis dedos se entumecen y las lágrimas comienzan a salir de mis ojos. ¡Por Dios! Todo me da vueltas, todo absolutamente todo.

Quiero gritar para pedir ayuda.

Estoy asustada.

El corazón bombea fuerte y mis manos frías no dejan de temblar enfrente de mí. Un sollozo sale de mí con fuerza.

-         A-a-ayu-da.

Escúchenme.

-         ¡Aaa-yu-da! –Grito.

El aire termina de abandonar mi cuerpo y solo dejo de luchar, dejo de mirar, solo me dejo ir.

¡Hola, Hola!
Feliz año mis niñas.
Ojalá hayan pasado unas lindas fiestas. \o/ les deseo el mayor de los éxitos para este año, que todas aumentas se cumpla y por sobre todo que sean felices. :D

Espero les guste el capítulo, es el primero del año y viene con todo así que esperaré sus comentarios. Gracias por estar ahí del otro lado leyendo, por votar y comentar siempre.

Besos y buenas vibras.

André.

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