¡Feliz víspera de navidad, lindas!
+ capitulo dedicado a fk_marie +
El día aún no terminaba para los cuatro chicos. Hace minutos salieron del local, donde un Tony recibió una buena cantidad de dinero por la mensualidad de las clases (aún Louis dudaba que durarían ese mes completo). Ahora, sudorosos y con dolores de pierna por tantísima actividad cardiovascular, se encontraban buscando una óptica para elegir unos lentes para el monsieur.
—Está se ve interesante, —ahora era el turno de Niall y Harry por ocupar los puestos delanteros, obviamente dejando que Niall manejara. Si fuese lo contrario, seguramente tendrían que comprarse una cadera, una pierna y unos brazos aparte de los lentes que necesita el de ojos verdes.
La óptica elegida tenía un par de ojos graciosos con unos lentes. Tenía pinta de ser confiable.
—Yo quiero unos anteojos, —dijo Niall—. Quiero ser como tú.
—Puedes llamarme papi, —soltó Harry.
Niall lo observó expectante, dándole a entender que necesitaba una explicación lógica para lo que acababa de decir.
—Ya sabes, todos los hijos quieren ser iguales a sus padres, —Harry rodó sus ojos—. No sé qué pasa por tus neuronas cuando me observas de esa forma.
Niall se encogió de hombros y estacionó frente a la óptica de un pequeño centro comercial de camino a su casa.
—Chicos, —Louis habló—. Liam se durmió.
Y efectivamente, al tiempo de que Harry y Niall giran el rostro, observaron como Payne dormía plácidamente, con su cabeza apoyada en el cojín del auto y las piernas levemente encogidas hacia sí mismo. Se veía tan cómodo que ninguno de ellos quería despertarlo.
—Dejémoslo aquí, —sugirió Niall—. De todas formas puede actuar como perrito guardián. Además de que el sol se escondió y no quedará como las tostadas de Louis.
El mencionado le lanzó una mirada.
—Ese perrito guardián debe tener una sería relación con Morfeo, —bufó el ruloso—. Vamos, que estoy harto de cerrar y abrir mis ojos a la velocidad de la luz, no quiero arrugas a esta edad.
Todos se bajaron del auto tranquilamente, caminando hacia la puerta de entrada del local. Bueno, no tan tranquilamente. Harry no vio una piedra que se encontraba en el suelo y casi da su primer beso con el.
Louis y Niall aguantaron una carcajada, y las mejillas de Harry se enrojecieron—. Síganle, con confianza. Búrlense de este discapacitado.
El celular de Louis sonó y fue Hillary la causa de ello:
«Holaaa, ¿qué hacen, bebes? Zoe no supera el tema sobre la homogeneidad y la heterogeneidad de los alimentos que tú consumes. Me pregunta si eres capaz de comer sopa. Ven a darle un beso para que se calle de una buena vez (: x»
Louis sonrió, qué más quisiera él callarla de esa forma. Sacudió su cabeza, alejando esos pensamientos y empezó a escribir un mensaje para su amiga rubia.
«La sopa es diferente, aunque admito que es de mi preferencia las cremas. Y lo del beso, cuando ella quiera. O cuando supere que no me gusta remojar galletas en lácteos cíen por ciento líquidos.»
La respuesta le llegó de inmediato.
«Se dio cuenta que te estoy escribiendo y se enfureció, luego de leer sobre tu proposición indecente, se puso como un tomate. Parece que también quiere besarte, solo digo (;»
Llegaron a la puerta de su destino y le tocó subir la vista de su celular para no pegar su frente al vidrio que separa el interior del exterior.
— ¿Qué haces? —Niall se recostó en su hombro para tener mejor vista de su celular.
— ¡Auch! —alguien si había chocado con el vidrio. Ese alguien siguió caminando hasta recepción, donde seguramente le prepararían la fórmula para sus nuevos lentes.
—Estoy escribiéndole a Hillary por mensaje de texto, —dijo Louis.
El rubio asintió—. Uhm. Dile hola de mi parte.
«No puedo vivir con alguien que come con tan poco gusto homogéneo. Niall dice hola.»
«Pff, creo que podrán vivir con ello. Cásense, para ser una linda dama de honor. Dile hola a Niall también.»
La idea de casarse era totalmente aterradora y por ello bloqueó su celular rápidamente. No sabía que responder a ello.
—Mira estos lentes, Louis, —le llamó Niall, desde el mostrador donde docenas de monturas estaban a disposición de quien quisiera comprarlas—. Me parezco a Harry Potter.
El rubio tenía puesto un par de monturas con el espacio del cristal totalmente redondo, dándole el aspecto de aquel personaje ficticio que aparecía en varias de las películas que había visto con Liam la semana pasada.
—Están geniales, te quedan mejor que a Harry, —dijo Louis, al tiempo de que un estruendoso trueno resonará, indicando el mal tiempo que se había puesto afuera.
—No se diga más. ¡Me los llevo! —exclamó Niall.
Louis dudó—. Pero si tú no estás ciego.
—Ah, pero los puedo usar sin aumento, ¿verdad, señor? —el hombre sin alguna expresión facial en su rostro que estaba detrás del mostrador asintió.
El sonido de las gotas chocando contra el cristal de la puerta de entrada les dio a entender que había empezado a llover, y fuertemente.
Niall pagó enseguida su montura, al tiempo que Harry salía por una puerta, con un recibo en la mano—. Me llegaran en dos días en casa. Desde ahora me puedo declarar discapacitado temporal.
— ¡Ayuda! —un grito desde las afueras del local puso alerta los tres chicos que estaban dentro.
A lo lejos venía Liam Payne corriendo por el estacionamiento, absolutamente empapado, hacia donde estaban ellos.
Louis rió—. Vaya, vaya, tenemos problemas.
[++]
Luego de tener que manejar durante diez minutos en un auto sin techo hasta casa, la situación era la siguiente: un discapacitado temporal que se encargó de lavar y secar la ropa empapada de lluvia, un muchacho dormilón con un catarro increíble, y dos chicos que se reían de lo sucedido.
Y un gato que se llama perro, acurrucándose en el costado del enfermo.
—Vamos, prueba mi sopa, —exclamó Louis—. Bueno, no es mi sopa, solo le puse agua y la introduje al microondas. La intención es lo que vale.
—Está deliciosa, —el rubio habló con la boca llena de verduras y espaguetis re hidratados.
— ¡No! Me niego, —gritó Liam, ahogando un estornudo. El gato se fue hacia el otro lado, donde el rubio estaba sentado—. Doctor Styles, estoy seguro de que tengo la temperatura alta.
Harry fue hacia su lado y le colocó sus manos en su frente, cuello y abdomen—. Efectivamente, el paciente presenta fiebre y exceso de flema semi líquida. Creo que tengo un poco de té por aquí y algunos remedios para el malestar, esperemos que sirva.
—Si la temperatura no baja, tenemos que ir al hospital, —afirmó Niall, subiendo los pies al sofá.
Liam resopló, odia los hospitales y las enfermeras.
—Me voy a mi habitación, ustedes son más molestos que el capitan Fache en el libro de Dan Brown.
El muchacho se levantó lentamente, bajo la atenta mirada de sus compañeros. Con paciencia, agarro las sabanas de terciopelo negro y una colcha en forma de salchicha. Empezó a caminar.
—Chicos, creo que me siento peor.
Todos se levantaron rápidamente cuando vieron el cuerpo de su amigo colapsar en el suelo.
Niall se atragantó y miró a sus compañeros—. Houston, tenemos un problema.