Desastre, era la palabra que resumía mi semana. Desastre. Rapha había entrado al quirófano 2 veces más, una para retirar la bala de la espalda y otra para curar una infección en la herida. Cameron ha venido a acompañarme casi todos los días, Candace ha traído las tareas de la escuela para que así no me atrase y Noah... Él se fue a hacer sus cosas de famoso pero diariamente envía un mensaje preguntando por mi hermano. Desastre. Estaba rodeada de personas y aún así me sentía sola... Sólo quería a mi hermano.
- Aleena, será mejor que vuelvas a la universidad, tu padre y yo podemos encargarnos de tu hermano.- Mi madre dijo con su voz suave.
- No me iré hasta que lo den de alta...-
- No puedes seguir perdiendo tus clases. Entiendo que quieras estar al lado de tu hermano, pero él es mayor, todo salió bien...-Mi padre se cruzó de brazos soltando un pesado suspiro.
- No -interrumpí- yo me quedo.-
-Candy no puede traerte la tarea siempre, tienes que ir a la escuela, volver a lo de antes.- Alegó mi madre de inmediato.
-Como si lo de antes estuviera mejor.-
-¿Sarah e Isa? Tu y tus amigas son unas inmaduras.- Dijo mi padre.
Y era verdad, actuábamos como unas inmaduras. Teníamos años de conocernos, de ser como hermanas... Por una estupidez. Realmente muchas personas nos decían eso diariamente, pero nuestro orgullo era mayor.
-Si estuvieras en mi lugar, entenderías la gravedad del asunto.-
- No estamos en tu lugar, ni del lado de nadie. Pasamos por eso hace como 15 años y sabemos muy bien lo que sucede y lo que sientes. -Mi madre convirtió su voz tierna y suave a una más autoritaria- Ahora, toma tus cosas, ve a casa, date un baño y regresa a la universidad.-
- No se discutirá más del asunto... Aunque, creo que puedo solucionar una parte de la historia. Puedes llevar algunas de tus materias en línea.- Mi padre contestó mientras miraba al techo y después al suelo.
- ¿Qué? -Ladeé la cabeza un poco- no entiendo.-
- Ya sabes... - Mi progenitor comenzó a mover las manos- Uno puede llevar clases en línea, lees artículos, realizas los trabajos, los envías y ya... Sin la necesidad de ir a la Universidad, estar en un aula...
- No le metas ideas. -Mi madre sonaba molesta- No permitiré que deje la Universidad así como así.
- ¿Puedo llevar una carrera sin ir a la Universidad?, ¿¡POR QUÉ NADIE ME DIJO ESO!?-
Mi padre había dicho algo genial... También me había dicho que él iría a servicios escolares para que me asignarán un montón de clases en línea, claro que les iba a plantear lo sucedido con mi hermano, así podrían permitir cada movimiento.
- Bien... Entonces iré a casa a darme un baño, comer y descansar.-Tomé aire, agarrando fuerza.
- A la niña hay que moverle el cerebro para que recapacite... Siempre tengo la razón.- Mi padre le dio una mirada picarona y bromista a mi madre.
- Ya, llévala a casa, le diré a Diane que pueden irse, me quedaré con Rapha...-
Al llegar a casa después de un par de días, corrí a mi habitación, me aventé a la cama... Estaba exactamente como la había dejado... Sin tender y con ropa encima... -¿Qué?, ¿Creyeron que iba a ser de esas que dicen que su cama está ordenada, siempre tendida, la habitación limpia y esas cosas? Yo no les voy a mentir... Como sea, volviendo a la historia y no a mi desorden.- Con mis almohadas favoritas y mi peluche de unicornio... Sí que extrañaba ésto. Momentos más tarde, caminé al baño al final del pasillo con una toalla y ropa ligera colgando de un brazo.
- ¡PAPÁ! -grité con toda la fuerza de mis pulmones- ¿Sigues en casa? -lógica mía-
- ¡No!, ¡ya me fui al hospital! -gritó desde la sala-
Me dí un golpe mental justo en el cerebro, encendí la regadera y de fondo se escuchó que tocaban el timbre, no tomé mucha importancia hasta que alguien comenzó a tocar la guitarra... Mi padre no sabe tocar la guitarra... Salí, me sequé y me vestí... La música era tan pacífica y sin errores... no era la TV, no era mi papá. Me asomé por las escaleras, escuché cómo tocaban "Dust in the Wind" de Kansas... Mi familia adoraba Kansas... Unos pasos más y vi a alguien de espaldas en el sillón... una cabeza blanca... Después comenzó a cantar...
- ABUELO JOHN! -corrí hasta él y lo abracé de espaldas- abuelo...
- Pero miren quién es... La pequeña monstruito.- Su voz profunda y ronca llamándome.
- ¿Esa es la manera de llamarle a tu nieta? -Mi padre cruzó sus brazos sobre su pecho-
- ¡Ah! Cierto... -El viejo acomodó su prótesis- La escoria más grande del universo... Mírate, ya pareces un cáncer en etapa terminal.
- Abuelo, me halagas diciendo tales cosas -fingí pena y sonreí- Te extrañé.-
- Eso está mucho mejor. -Mi padre tomó su saco del perchero- Bien, iré de regreso al hospital.-
- ¿Me vas a dejar sola con el abuelo John?-
- Sí, así que no incendien la casa, es más... Tienen prohibido entrar a la cocina.-
- ¿Qué? Ya ni Clarisse me restringía tantas cosas... -El abuelo tomó su guitarra de nuevo- ¿Qué tal algo de "Kiss"? -Me miró de una manera muy divertida-
- "I was made for lovin' you" o nada.-
Corrí escaleras arriba, a la habitación de Rapha y tomé su bajo acústico, corrí de nuevo a la sala y teníamos un concierto preparado. Tenía fácilmente 6 años sin ver a mi abuelo, y cuando iba a su casa, siempre hacíamos presentaciones al aire libre... ¿Quién nos escuchaba?, pues la abuela Clarisse y su gato tuerto.
- Debbie... Tu cumpleaños número 19 se acerca... ¿Qué quieres de regalo?- Mi abuelo llamó mi atención.
- ¿Además de que todo salga bien con Rapha? Nada más... No necesito nada más... -
- ¿Estás segura de eso? -Su voz sonó más suave mientras tomaba una pluma y comenzaba a dibujar en mi brazo- Un tatuaje... Pensaba hacerme uno en honor a tu abuela... Junto al nombre de tu padre en mi brazo.-
- ¿Tatuaje? No lo sé, dicen que son dolorosos...-
- Uno para mí, uno para ti y uno para Rapha... -Me miró a los ojos... Sus ojos eran de un color miel, pero ahora eran más claros por la edad- un tatuaje para los 3.-
La tarde pasó, Diane volvió a casa por nosotros para visitar a Rapha, estaría feliz de ver al abuelo después de 6 años. Ingresamos al lugar tan estéril, mis padres estaban en la cafetería así que Rapha estaba solo.
- Hola grandote -Susurré, dejando entrar sólo mi cabeza- Volví.
- Mocosa ingrata -Mi hermano sonrió- Pensé que me habías dejado.
- Nah... No podría hacer eso. Pero -abrí la puerta dejando ver a nuestro abuelo- Me encontré este pedazo de carne en mi camino.
- ¡ABUELO! -casi gritó- ¿Cuándo llegaste?-
- Hace unas horas marmota... Sólo hice una parada para ajustar mi pierna y volver al rodeo. -El viejo señaló y golpeó con un dedo su pierna falsa-
- Veo que estás más defectuoso que yo, debí aceptar esa apuesta hace 10 años.
- Calla viejo, tenía sólo 7 años, decía sólo tonterías.-
- Hey -me senté a un lado de mi hermano- El abuelo quiere que nos tatuemos con él... Algo para los 3... -
- Iba a hacer algo por tu abuela, ya sabes, su 5to aniversario está cerca, el cumpleaños de tu hermana también y... Bueno... Tu salud está mejorando. El tatuaje vale la pena.- Mi abuelo se sentó en una silla que estaba al frente de la cama de mi hermano.
- Por mi está bien, pero... Aleena tiene que plantear esa idea a mis padres.-
- Ella ya es mayor, y yo le doy mi permiso, le doblo la edad a tus padres.- El abuelo dirigió su mirada a mi, con una sonrisa en sus labios.
Rapha suspiró- Bien... Pero será cuando salga de aquí y las heridas estén completamente curadas.-
- Trato hecho. -Sonreí victoriosa junto a mi abuelo-
Éramos risas, carcajadas y algunas lágrimas, el abuelo no dejaba de contarnos sus historias cuando estuvo en la guerra... Cuando se enteraron que la abuela estaba embarazada.. Cuando Rapha nació... Cuando di mis primeros pasos.
- Ojalá pudiera volver el tiempo... -Miró al suelo- La felicidad... La...
- Entiendo lo que quieres decir viejo. Está bien, mira... Saliste vivo después de la guerra, esa fue tu segunda oportunidad, Aleena la tuvo después del accidente y yo... Bueno... Creo que esta es la segunda.
- No, es la 3era -Corregí con humor-, y deja de engañar a la muerte, no le gusta para nada.
- Sólo espero que la muerte esté tratando bien a Clarisse.
Tocaron a la puerta y los 3 volteamos al mismo tiempo, eran mis padres.
- Hola.-Saludó mi abuelo.
- ¿Me trajeron comida?- Dijo mi hermano.
- El abuelo quiere saber si me dejan hacerme un tatuaje...-Lancé la bomba nuclear
- ¿Qué?- Mi padre casi grita dentro de la habitación.
- ¿Entonces no me trajeron comida? Demonios.-La decepción y la molestia se hizo presente en el rostro de mi hermano.