Capítulo 14, No puedo más
Tres meses después...
La graduación estaba a la vuelta de la esquina. El curso escolar terminaba al fin. Había habido muchos cambios en estos últimos meses. Había dejado la calle para pertenecer a los Cullen.
Me habían dado un techo, educación y cariño.
Era como si ahora por fin estuviera donde pertenecía.
Pero no sólo habían habido cambios para mí, sino también para la gente que me rodeaba. Nessie, por ejemplo, había conseguido una beca para una prestigiosa escuela musical en Los Angeles, era su sueño y al fin iba a cumplirse.
La iba a echar mucho de menos, íbamos a hacer doble fiesta, tanto para celebrar la graduación como para despedir a Nessie. Al fin los demás conocerían a Nessie, aún no habíamos tenido oportunidad, pero de esta no pasaba. Y es que Nessie se iría a los Angeles esta misma semana para empezar con todo el papeleo y para empezar a instalarse. No era fácil empezar en una ciudad de cero y Nessie lo sabía, por lo que pensaba dedicar todo el verano a adaptarse a su nueva ciudad.
En el colegio también había habido cambios.
Jessica no parecía la misma y yo ya no sabía si eso era bueno o malo. Y es que se había alejado de todos, siempre estaba con Mike. No sé, era extraño. Siempre había querido que me dejara en paz, pero fue tan radical, de la noche a la mañana, que me sentía rara sin tenerla a mi lado dándome la lata todos los días. No era la única que estaba sorprendida por lo de Jessica, el resto de sus amigas igual, las había dejado a todas de lado por estar las veinticuatro horas con Mike.
Y lo más raro aún es que... cuando la veíamos por el instituto, pegada a Mike por supuesto, no parecía ella misma. Era como si... no sé... fuera otra persona.
Y aún no conseguía saber si eso era bueno o malo, pero sí raro, muy raro. Pero desde entonces nunca había tenido oportunidad de acercarme a hablar con ella porque parecía que nos huía a todas, su mundo era Mike. Y el de Mike ella, porque ese era otro, había dejado a sus amigos de lado por estar todo el rato con Jessica, incluso había dejado el equipo de baloncesto. El entrenador estaba que echaba chispas con él por dejarles tirados.
Y yo empezaba a sentirme culpable por todo esto. Tal vez fue un error hacer que Mike se fijara en Jessica. Pensé que sería algo bueno para los dos, pero no sé... es como si se estuvieran aislando del resto del mundo.
Cosa que no pasó desapercibida para nadie y mucho menos mis hermanos. Tuve que terminar confesandoles lo que había hecho. Y, aunque se rieron en su momento, ellos también habían empezado a notar el radicalismo con el que estaban actuando estos dos.
Así que esa mañana, antes de ir a mi último día de clase, llamé a Jessica. Quería preguntarle qué tal estaba.
Pero tenía el móvil apagado, así que me tocó llamar a su casa, donde su madre me contestó que ya se había ido al instituto con Mike hacía más de media hora, sonaba sorprendida. Y no me extrañaba. Aún faltaba una hora y un cuarto para que empezaran las clases y tampoco es que fuéramos a hacer mucho el último día de clase, más bien nada. Por lo que con llegar puntuales sobraba, no entendía porque habían ido con tanta antelación.
Hoy buscaría a Jessica y hablaría con ella. Y según lo que sacara en claro les hipnotizaría a ambos para que fueran más despacio y volvieran a ser los que eran antes. Esto se me había salido de las manos. Sólo esperaba que no fuera demasiado tarde para remediarlo.
º º º
-He estado mirando y estoy dudando entre estudiar... -les comenté a mis padres mientras desayunaba. Ellos tan sólo estaban en la mesa por no dejarme sola. Carlisle leía el periódico y los restantes miraban la tele o hablaban entre sí. Me pareció buen momento para hablar sobre lo que quería estudiar en la universidad.
Porque gracias a Edward había recuperado todos estos años perdidos, al fin estaba al día y ya no era aquella niña casi analfabeta que ellos recogieron de la calle. Y ahora lo tenía claro, quería ser alguien en el futuro, quería salir adelante y para eso necesitaba empezar estudiando en la universidad.
Sin embargo, siempre que sacaba el tema, ellos lo evitaban y se ponían tensos. Y no sabía porqué.
-Oye, Bells, casi se me olvidaba -exclamó rápidamente Alice cambiando de tema, mientras los demás hacían como que no me habían oído y seguían a lo suyo, esto cada vez era más sospechoso-. Te he comprado un vestido que te quedará de muerte para la fiesta de graduación.
Levanté la ceja un poco molesta por el cambio de tema, y también por incredulidad.
-¿Cómo que OTRO vestido? ¡Si me compraste la tienda entera la semana pasada porque, según tú, todos eran preciosos! ¡Y me juraste que no ibas a comprar ni uno más! -grité desesperada de que me obligara de nuevo a pasar por esa tortura.
Y, sin darme cuenta, caí en su juego y me olvidé de qué estaba hablando antes.
º º º
-Entonces ¿puedo llevar a mi novio y a unos amigos a la fiesta? -era Nessie, me había llamado para preguntar si podía llevar a amigos a la fiesta que mi familia estaba organizando.
Se adelantaban a la fecha oficial en la que el instituto hacía su propia fiesta sólo para que Nessie pudiera asistir.
-Por supuesto, boba, si sabes que mi familia organiza esta fiesta más que nada por ti, ¡se mueren por conocerte! -le dije entre risas mientras Emmett y Jasper hacían el tonto delante de mí mientras caminábamos hacia clases.
-¡Genial entonces! ¡Hasta la noche, Bells! Te cuelgo, que entro ya a clase, besos -me despedí de ella y colgamos, total, yo también estaba entrando ya en clase.
Y mientras estaba en clase, y el profesor se despedía de todos nosotros y nos deseaba que nos fuera bien en el futuro, yo dejé vagar mi mente a la conversación de esta mañana. Empecé a recordar todas las veces que sacaba el tema de lo que quería estudiar y todas las veces que me distraían sacando otro tema rápidamente.
Lo más raro es que antes no era así, cuando llegué si me preguntaban qué quería estudiar en terminar el instituto, pero desde hacía un mes y pico ya no sacaban el tema ni a tiros.
Y empezaba a sospechar que tal vez no querían gastar dinero en mí, y mis inseguridades salieron a flote. Tal vez se habían dado cuenta que no valía la pena invertir dinero en mí. O incluso peor, se habían dado cuenta que adoptarme había sido un error.
Con esa mentalidad pasé el resto del día.
Jasper ni siquiera podía estar cerca de mí porque decía que le deprimía. Todos me preguntaba que qué me pasaba, pero yo no les contestaba, de hecho empecé a evitarles todo lo que podía. Que no era mucho ya que compartíamos clase.
Pero en el almuerzo me escapé de ellos y me perdí por los pasillos del instituto.
Fue entonces que oí unos llantos, pero no conseguía distinguir de dónde venían. Pero según me acercaba los llantos se hacían más fuertes, hasta que descubrí que procedían de debajo de las escaleras. Me agaché para asomarme y me quedé de piedra.
Era Jessica. ¿Qué le pasaba? ¿por qué lloraba?
-¿Jessica? -solté en shock.
Jessica levantó la mirada y por primera vez desde que la conocía la vi deprimida. Yo mejor que nadie para saber si alguien estaba deprimido, conocía los síntomas desde pequeña.
La chica que me miraba ya no era esa chica alegre, cotilla y algo celosa que yo había conocido. No quedaba rastro de ella, delante de mí sólo había una chica destrozada que intentaba aliviar su dolor a través de las lágrimas.
Y lo peor es que no sabía que la tenía así. ¿Era por culpa de Mike? ¿había roto con ella?
-¿Qué te ocurre? -pero antes de que pudiera decirle nada se abalanzó hacia mí y me abrazó, llorando en mis brazos.
Quise preguntarle que qué le pasaba, quise decirle palabras consoladoras, quise maldecir a lo que la tuviera en ese estado. Quise hacer tantas cosas... pero sólo me limité a abrazarla en silencio esperando que se calmara. Tal y como hacía Esme cuando era yo la que lloraba.
Y mientras la consolaba vi un moratón en su brazo izquierdo, fruncí el ceño al ver lo grande que era. Intenté seguir dándole su espacio y sólo abrazarla, pero fue superior a mí lo que empezaba a imaginar y no pude controlarme.
-¿Quién te ha golpeado, Jess? -yo mejor que nadie para saber distinguir un golpe de caida y golpe de maltrato y lo que tenía Jessica era un golpe que alguien le había dado.
Jessica sólo lloro más fuerte y me abrazó aun más.
-N-no puedo más, Bella... -susurró entre lágrimas sin responderme.
Yo cerré los ojos deseando y rogando que no fuera lo que estaba a punto de preguntar, porque, de ser así, no me lo podría perdonar.
-¿Ha sido Mike? -solté la pregunta con el corazón en un puño, pero el timbre sonó y Jessica se asustó, levantándose rápidamente y saliendo corriendo de allí, como si temiera que la encontraran. Y no fue hasta entonces que no me había percatado que Jessica había faltado a la última clase y algo me decía que no iba a verla ahora en clase tampoco.
Quise seguirla y obligarla a que me contara todo, y como fuera lo que estaba pensando Mike iba a enterarse de lo que era bueno. Sin embargo... si alguien era culpable de esto era yo.
Pero bueno, no quería precipitarme, tal vez estaba malinterpretando todo y Mike no la había golpeado.
Quise convencerme de ello para no perder la cordura que poco a poco, y con la ayuda de los Cullen, había logrado recuperar. Yo siempre me había creído un monstruo y gracias a ellos empezaba a ver mi poder como un don, en vez de una maldición. Pero si por mi culpa la gente salía herida ¿qué me daba derecho a pensar que era un don un poder que sólo causaba desgracias a la gente?
Ahogada por mis propios pensamientos intenté localizar a Jessica entre la multitud que empezaba a llegar, pero no di con ella. Y pasaron los minutos y seguía sin dar con ella, pensaba seguir buscándola aunque para ello tuviera que faltar a clase, pero Alice y Emmett me encontraron antes y me arrastraron a clase con ellos mientras me recriminaban que les había dado esquinazo en el almuerzo.
Pensé en contarles lo de Jessica, pero algo me paralizó. Me paralizó el pensamiento de que si les contaba lo que creía y estaba en lo cierto, que Mike había golpeado a Jessica, temía ver en sus ojos la misma mirada que me dio mi madre cuando se dio cuenta de lo que era capaz de hacer.
No soportaría volver a ver como la gente me miraba de esa forma y mucho menos ellos. No quería que las únicas personas que me habían tendido la mano descubrieran que era un monstruo que sólo sabía hacer daño. Así que me lo callé y fingí que todo estaba bien, aunque sé que a ellos no podía engañarles y, aunque no insistieron, sabían que algo me tenía preocupada.
Y no podría estar en paz hasta que consiguiera hablar con Jessica.