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Capítulo 25, El regalo

El día de la batalla se acercaba. Mañana mismo partiríamos hacia Volterra para hacer frente a la tiranía de los Vulturis. Todos estábamos preparados para morir, si era necesario en el intento de liberarnos de ellos, porque no sólo nos gobernaban, sino que nos esclavizaban y asesinaban a su antojo. Y esto iba a terminar hoy, ya fuera con nuestras muertes o con las de ellos.

Por el único que sentí algo de pesar fue por Marco, él no era como sus hermanos. Pero tampoco iba a advertirle ni nada y algo me dijo que él lo hubiera querido así.

Desde que murió su esposa él no había sido el mismo y noté que si por él fuera habría abandonado este mundo hacía mucho, pero había algo que se lo impedía. Al principio pensé que era por sus hermanos, pero con los años me di cuenta que no era eso. Cuando conocí con más detalle el don de Chelsea, otra guardia de los Vulturis, comprendí que ella debía ser la responsable de que Marco aún siguiera vivo. Ella debía haber creado unos vínculos tan fuertes entre él y sus hermanos que impedían a éste quitarse la vida.

Nunca lo pude confirmar, pero algo siempre me había hecho creer que mi teoría no era errónea.

Y por extraño que pareciese pensé que al fin Marco encontraría la paz que le había sido negada durante tanto tiempo.

º º º

Hoy era la última tarde libre que tenía, el último momento de relax del que dispondría antes de la batalla. Todos estábamos ya preparados y listos para luchar, así que todos íbamos a disfrutar esta tarde como nos apeteciera, siempre y cuando no saliéramos de los limites de La Push, era lo que impedía que los Vulturis nos localizaran con Demetri, que era un rastreador.

Nessie y yo decidimos dar una vuelta por la playa para hablar, hacía mucho que no hablábamos y a pesar de que veía odio en su mirada, ella no deseaba mi muerte, pero tampoco podría perdonarme nunca por la muerte de sus semejantes.

-¿Qué tal te fue en Los Ángeles? -pregunté rompiendo el silencio y pensé que sería mejor empezar la conversación hablando de algo alegre y no de muertes ni cosas tristes.

-Me fue bien... me formé y ahora soy una pianista profesional -me explicó mientras andábamos algo incómodas por la playa.

-Me alegro mucho por ti.

Ella sólo asintió.

-Bella... -soltó después de andar un rato en silencio, la miré-. Sé lo que piensas, piensas que te odio como los demás, pero no es cierto. Es sólo que... no te imaginas lo doloroso que es mirarte y ver en lo que te has convertido, pero el odio que siento no es hacía ti, sino hacía los Cullen, te advertí que los Cullen no iban a traerte nada bueno como siguieras a su lado...

-Nessie... -exclamé, pero no me dejó continuar.

-Supe que había algo raro en que una familia de vampiros te adoptara, era como si intuyera que tenían segundas intenciones... debí obligarte a que te vinieras conmigo a Los Ángeles, si tan sólo no te me hubieras escapado cuando echaste a correr por el bosque todo habría sido muy diferente. Los Vulturis nunca te habrían encontrado estando conmigo, mi compañía habría hecho que ni el mejor rastreador consiguiera localizarte.

Me paré en seco.

-Lo sé, Nessie, tienes razón en que si yo me hubiera ido contigo todo sería muy diferente ahora, seguramente seguiría siendo humana... pero ¿a qué precio?

Nessie me miró y supo enseguida de lo que hablaba.

Los Cullen.

Los Vulturis les habrían matado por dejarme escapar. No hubiera importado la excusa que les hubieran dado, que yo me había escapado, que ellos me habían ayudado a huir, no importaba. Lo único que les hubiera importado a los Vulturis es que ellos habían fallado en su trabajo y les habrían matado.

La hija del diablo (terminada)Where stories live. Discover now