C15

998 49 2
                                    


Capítulo 15, Los vampiros no tienen sentimientos

Me miraba en el espejo y, a pesar de ser mi fiesta de graduación, no estaba feliz. No podía quitarme de la cabeza lo de Jessica. Después de clases no la pude encontrar, era como si la tierra se la hubiera tragado. Y a Mike igual, ambos desaparecieron. Llamé a su casa pero nadie contestó.

Y tampoco quería contarle a mi familia lo que había hecho, porque aún deseaba que mis temores fueran infundados.

Todos estaban esperando que bajara, la gente ya había empezado a llegar, pero yo no tenía ánimos de fiesta, aunque tenía que mantener la compostura y dar la cara.

Intentaría escabullirme en algún momento de la fiesta para ir a buscar a Jessica, con tanta gente esperaba que mi ausencia pasara desapercibida.

Mientras estaba perdida en mis pensamientos alguien entró en mi habitación, a través del espejo vi que era Rosalie.

-Estás preciosa, Bells -exclamó mientras apoyaba sus manos en mis hombros y no pude evitar darme cuenta que sonaba ridículo que ella me halagase. Porque si alguna de las dos estaba preciosa era ella.

Yo estaba normalita, como siempre...

Pero sonreí a su cumplido.

-¿Nessie ha llegado ya? -pregunté.

Rosalie negó con la cabeza.

-Creo que no, pero ¿por qué no bajas con nosotros y recibes a los invitados? Los demás ya están ahí, vamos.

Seguí a Rosalie y me puse en el papel de anfitriona.

Fueron llegando tantos que parecía que no iban a caber todos en la casa, pero claro, debería haber sabido que si la fiesta la organizaban los Cullen iba a ser a lo grande. Además, la fiesta no sólo era en la casa, sino también en el jardín trasero, así que, aunque no me gustase estar rodeada de tanta gente, sí había espacio suficiente.

Lo que me incomodaba era poner sonrisa tras sonrisa para recibir a completos desconocidos, que, en teoría, iban a mi instituto, pero ni siquiera había mediado palabras con ellos. Excepto con algunos, como Angela o Ben, pero eran pocas las caras conocidas.

Pero por primera vez en la noche puse una sonrisa sincera cuando vi llegar a Nessie con sus amigos. Sin embargo noté como los Cullen se tensaban a mi lado.

Les miré extrañada al principio, pero luego ignoré ese gesto y fui a abrazar a Nessie, pero, para mi sorpresa, ésta y sus amigos también estaban tensos.

De hecho se miraban amenazadoramente unos a otros. Los amigos de Nessie parecían odiar a los Cullen y a la viceversa. Nessie y yo eramos las únicas que nos mirábamos. Aunque... algo en su mirada me hizo creer que ella sí sabía el motivo de la hostilidad. Todos sabían algo que yo no llegaba a comprender.

-¿Se puede saber qué ocurre? -pregunté mirándoles a todos, pero ni los Cullen ni los amigos de Nessie me hicieron caso.

Sólo Nessie me miró algo consternada, como si quisiera responderme pero no supiera muy bien cómo hacerlo.

-Bella, ¿vives aquí? -me preguntó al fin.

-Sí, ¿por qué? -le pregunté confundida.

Pero antes de que pudiéramos seguir hablando Esme habló.

-Bella, ¿me acompañas un momento a la cocina? Necesito que me ayudes con el pastel de chocolate que... -me empezó a decir Esme, pero sentí que sólo era una forma de decirme que allí sobraba, como si tuvieran que hablar de algo y yo molestara.

-Eso puede esperar ¿no? -exclamé algo molesta de que siempre hicieran lo mismo, nunca me hablaban con la verdad. Siempre me alejaban de los problemas. Y si tenía que ver con mi amiga Nessie quería saber qué pasaba-. ¿Por qué os miráis así? ¿qué ocurre? Quiero saberlo.

-Vamos, cariño, no pasa nada. Pero hay algunas cosas que queremos hablar con... -Carlisle hizo una pausa, como buscando la palabra correcta, no sonaba maleducado, pero sí bastante tenso- nuestros invitados. Sólo será un momento ¿de acuerdo?

Sin darme tiempo a negarme Esme me arrastró con ella hacia dentro de la casa y no pude enterarme del motivo de la hostilidad.

º º º

-Esme, venga, dime qué ocurre. ¿Por qué os habéis tensado cuando les habéis visto venir? -le pregunté por duodécima vez en menos de cinco minutos.

Esme siempre buscaba alguna excusa para no responderme.

Pero me daba la sensación de que era más que nada porque tenía la oreja puesta en lo que hablaban allí fuera, estaba como nerviosa, como si temiera que fuera a suceder una tragedia en cualquier momento y quería estar alerta.

Y a mí me molestaba que me ignorara de esa forma más cuando se trababa de algo relacionado con Nessie y sus amigos.

Edward entró y me dijo que Nessie quería hablar conmigo, que me estaba esperando fuera.

Así que salí y vi que en la entrada ya no quedaba nadie, la única que me esperaba era Nessie. ¿Sus amigos habrían entrado ya a la fiesta? Pero entonces, a lo lejos, vi a un chico que miraba en nuestra dirección. Nessie siguió mi mirada y sonrió tímidamente.

-Es Jake, mi novio, me está esperando -me aclaró.

Yo la miré con el ceño fruncido. ¿Cómo que esperando? ¿Es que no iban a entrar?

-¿Os vais? ¿por qué? ¿y tus otros amigos? -le pregunté mientras miraba a todos lados.

Ella agachó la cabeza algo apenada, como si le diera vergüenza responderme.

-Lo siento, pero se han tenido que ir. Verás, Bella, cuando nos invitaste no sabíamos que la fiesta era en casa de los Cullen. Y mucho menos que te habían adoptado. Ellos me han dicho que tú ya sabes lo que son ¿es cierto?

¿Lo que son? ¿Se refería Nessie a que sabía que los Cullen eran vampiros?

Yo asentí, sin estar muy segura de si se refería a eso o a otra cosa, y no quería meter la pata.

-¿Y cómo puedes vivir con ellos? -soltó extrañada arrugando el rostro.

Me mordí el labio ¿sabía de verdad que eran vampiros?

-¡Bella, responde, dios santo! Es una locura que vivas con vampiros ¿por qué lo haces? Ellos dicen que estás aquí por voluntad propia, ¿es cierto? -vale, definitivamente sí sabía lo que eran los Cullen, pero ¿cómo? ¿y por qué lo sabía?

¿Tendría eso algo que ver con la hostilidad de antes?

-Claro que es cierto -exclamé como si fuera lo más obvio del mundo, me dolía que me hablara así de los Cullen, como si fueran monstruos. El único monstruo aquí era yo, ellos sólo me habían dado un hogar-, lo que no sé es cómo sabes lo que son.

-¿Qué cómo lo sé? Fácil, ellos son mis enemigos. Bella... hay algo que nunca te he contado.

La miré sorprendida.

¿Enemigos? ¿pero de qué hablaba?

-Ven -dijo de repente y me arrastró con ella hacia el bosque que rodeaba la casa de los Cullen. Corrimos durante cinco minutos, tuve que quitarme los tacones para no matarme en el proceso y finalmente nos detuvimos en un pequeño claro, donde al fin me soltó y se alejó.

-Bella, no encuentro la forma de decirte lo que soy, así que mejor te lo muestro y juzgas tu misma, así entenderás lo que ha pasado hace un rato en tu casa -exclamó y empezó a correr dejándome atrás.

Yo la miraba sin entender nada hasta que pegó un brinco y su cuerpo empezó a brillar y cuando sus pies volvieron a tocar el suelo... ya no era humana.

Era una loba.

Entonces comprendí todo. Nessie tenía razón, una imagen vale más que mil palabras. Y recordé mi conversación con Emmett.

-Los quileutes son una tribu muy antigua, Bella. Ellos saben lo que somos. Pero nosotros también sabemos lo que son ellos.

Vale. Eso sí que me dejó descolocada. ¿Que ellos también sabían lo que eran la tribu quileute? ¿a qué se refería?

Emmett leyó la confusión en mi rostro y se explicó.

-Bella, los quileutes son licántropos. Nuestros enemigos naturales -me confesó para mi sorpresa-. Si pusiéramos un pie allí nos despedazarían sin contemplaciones. Tenemos un tratado. Nosotros no vamos a su territorio y ellos no vienen al nuestro.

¡Me había hecho amiga de una licantropa! Entonces Nessie era de La Push... ahora que pensaba en eso sus amigos sí tenían la piel morena como me habían dicho que eran los de La Push, pero no había reparado antes en eso.

Mi boca aún seguía abierta por la sorpresa, tiempo que Nessie aprovechó para volver a transformarse en humana.

-¿Lo entiendes ahora? Bella, si no fuera porque había más humanos en tu casa ahora mismo los Cullen y nosotros estaríamos peleando. Me ha costado horrores alejarlos de tu casa, pero no van a dejar las cosas así como así -me dijo con pesar mientras ponía su mano en mi hombro-. No entendemos qué haces con vampiros. Son peligrosos y terminaran matándote, Bella. No son de fiar.

Pero me molestó que hablara así de mi familia y aparté su mano bruscamente de mi hombro.

-No son peligrosos, en todo caso tus amigos serán peligrosos si son capaces de tomar represalias contra una familia que me sacó de la calle y me ha dado un hogar. Si me aprecias en algo y significa algo tu amistad evitarás que les hagan nada. Prometemelo, Nessie... por favor -le supliqué.

Ahora entendía el porqué Esme estaba tan tensa y nerviosa, si no fuera por la fiesta allí se habría producido un autentico enfrentamiento por mi culpa y algo me decía que los licántropos sólo se habían ido para esperar un momento mejor. Y yo no podía permitirlo.

Nessie me miró dolida tanto por mi rechazo como por lo que le estaba pidiendo. Le pedía que se enfrentara a los suyos por defender a sus enemigos naturales. Pero es que los Cullen no eran peligrosos, eran mi familia.

-No lo entiendes ¿verdad? Son vampiros, no tienen sentimientos, son monstruos, te harán daño si sigues a su lado, créeme. Eso es lo que hacen los monstruos.

Monstruos.

Monstruos

Monstruos.

Esa palabra resonó en mi cabeza y por primera vez empecé a mirar a Nessie con otros ojos. Ella era igual que todos, a lo diferente le temía y directamente lo catalogaba de monstruoso. ¿Qué opinaría ella entonces de mi don si llegase a enterarse?

Ella también me juzgaría y pensaría que yo era un monstruo más.

Y en ese mismo instante maldije el día en que la conocí.

-Monstruos son gente como tú, gente que no acepta a los que son diferentes y les hieren gratuitamente sin molestarse en conocerles -lo dije mirando a Nessie, pero en realidad era como si se lo dijera a todas las personas que me habían hecho daño, mi madre, los niños del orfanato, la gente en general... pero hacía mucho tiempo que una persona no me decepcionaba y que fuera Nessie dolió demasiado. La consideraba mi amiga.

Ahora me daba cuenta que había estado equivocada, Nessie nunca había sido mi amiga. Porque para ser amigo de alguien había que aceptarle con sus defectos y ahora sabía que para Nessie todo lo diferente era monstruoso. Yo era monstruosa.

Por lo que ella y yo nunca podríamos volver a ser amigas, no ahora que sabía lo que pensaba.

Nessie se rió sarcásticamente, adoptando el mismo mal humor que yo.

-¿Molestarme en conocer a chupasangres? Creo que paso y tú deberías alejarte de ellos. ¿Es que no lo entiendes? ¡Me preocupo por ti! Esos vampiros no quieren a nadie, sólo a ellos mismos. No entiendo por qué te han adoptado, pero viniendo de vampiros seguramente no sea para nada bueno, Bella -se acercó más a mí y me cogió las manos para que la mirara, como si quisiera darme a entender que hablaba en serio- ¡Vente conmigo a Los Ángeles!

Abrí los ojos sorprendida ante su propuesta.

¿Me estaba pidiendo que dejara tirados a los Cullen para irme con ella? ¿que me marchara como si fuera una desagradecida que despreciaba todo lo que habían hecho los Cullen por mí?

Quité mis manos de las suyas y me alejé.

-No, no voy a ningún lado. Me quedo con mi familia. Y lo siento si no puedes entenderlo, pero ellos me quieren y nunca me harían nada malo.

Dicho eso iba a irme de ahí cuando oí una voz.

-Vete con ella -me giré y vi a Carlisle, junto al resto de mi familia. Por lo visto habían estado escuchando todo a una distancia prudencial por si ocurría cualquier cosa, imaginé.

Pero jadeé sorprendida y en shock por lo que Carlisle me acababa de decir.

¿Me estaba pidiendo que me fuera? ¿por qué? ¿había hecho algo mal? ¿por qué ya no me querían a su lado?

-¿Q-qué?... -susurré con apenas voz notando como mis ojos se empezaban a nublar, sintiéndome rechazada de nuevo.

Todos tenían máscaras impenetrables, como si intentaran evitar a toda costa mostrar sus sentimientos.

-Ella tiene razón, Bella, marchate con ella. Te ayudaremos a preparar tu equipaje y te iras esta misma noche -volvió a decir Carlisle con un tono serio, pero algo en sus ojos me decía que no quería realmente decir eso, pero que algo superior a él le obligaba a decirlo.

Y a los demás a mantenerse callados intentando esquivar mi mirada. Por lo que mis pensamientos negativos volvieron y tuve claro lo que pasaba, no es que estuvieran tristes por pedirme que me fuera, sino porque tal vez no habían sabido cómo echarme antes y al fin habían encontrado la forma de que desapareciera de sus vidas.

-Os habéis arrepentido de adoptarme, ¿no es eso? -dije entre lágrimas que habían empezado a escapar de mis ojos sin control y notando como la rabia se empezaba a apoderar de mí-. ¡Sois crueles! ¡No entiendo porque me disteis un hogar para ahora quitármelo! ¿Os pareció divertido adoptarme como si fuera un perro que abandonáis cuando es un estorbo?

Ni siquiera sé por qué empecé a gritarles todo eso, no les dejaba ni hablar, pero el resentimiento se había apoderado de mí ahora que la vida volvía a amenazarme con dejarme sola. Y les odié por enseñarme lo que era la felicidad y ahora querer arrebatármela.

Pude ver a Esme temblar, como si le dolieran mis palabras tanto como si la hubiera acuchillado. Y los demás no estaban muy lejos, pero que no fueran teatreros. ¡Me estaban echando de nuevo a la puta calle!

-No digas eso, no es cierto. Es por tu propio bien, Bella. Nessie tiene razón, somos monstruos y tú debes escapar de aquí antes de que sea demasiado tarde... -me empezó a decir Edward intentando acercarse a mí, pero el odio me dominaba por completo y estallé.

-¡No te acerques! -le grité rabiosa.

Y aún me dio más rabia que fuera él el que me dijera todo eso, estaba harta de que se excusaran con que todo lo que hacían era por mi bien cuando era mentira. Todo lo hacían por el bien de ellos, para librarse de mí. Ahora entendía porque Alice me dijo que no me enamorara y de sopetón me vinieron a la cabeza las palabras de Edward de aquel día en el prado.

-No, Bella. Estás equivocada. Yo no soy lo mejor que te ha pasado en la vida -me dijo con tono atormentado mientras me miraba de igual forma-. Tal vez ahora no me entiendas, pero pronto lo entenderás.

Tenía razón, ahora sí entendía que los Cullen no eran lo mejor que me había pasado, eran como todos. Se habían cansado de mí o tal vez me tenían miedo por lo que podía hacer y por eso me daban la patada. No era la primera vez que se desentendían de mí, pero que hubieran sido tan falsos todo este tiempo, haciéndome creer que me querían, me dolía demasiado. Porque por primera vez en muchos años había abierto mi corazón y nuevamente me lo habían roto.

Pero esta vez para siempre, porque yo nunca podría volver a confiar en las personas.

Sin poder aguantar más sus miradas, y no queriendo escuchar más excusas, salí de allí corriendo.

Oí que me llamaban, pero les ignoré. Y lo peor de todo es que oí a Nessie decirles que iba ella a buscarme y ellos aceptaron mientras oí como le decían que iban a preparar mi equipaje de mientras.

¡Malditos vampiros! ¡Nessie tenía razón, ellos no tenían sentimientos!

La hija del diablo (terminada)Where stories live. Discover now