C13

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Capítulo 13, La carrera

Al fin había llegado el día de la carrera.

Todos estábamos muy emocionados con ello, ya no por el premio de ganar, sino por la diversión que esta carrera nos estaba proporcionando a todos.

Íbamos a hacerla en un descampado enorme que había a las afueras de Forks. Los chicos se habían encargado de quitar las piedras para evitar pinchaduras de ruedas y habían adecuado el terreno para la carrera.

Incluso Esme y Carlisle habían venido para ver la carrera, era un evento tan mencionado desde hacía semanas que nadie se la había querido perder.

-Ya verás, Bells, nos vamos a pegar la gran vida durante el próximo mes, vamos a tener a nuestros cenicientos particulares -exclamó con burla Emmett mientras se reía mirando a nuestros hermanos.

La mayoría rodó los ojos o le ignoró mientras terminaban de poner a punto sus coches.

El entusiasmo era contagioso porque hasta yo, con todos los problemas y los dolores de cabeza que tenía con lo de mi padre, estaba sonriendo a más no poder y deseando que empezara la carrera.

-Así se habla, Em -lo mío con Emmett era ya pura hermandad, como si realmente fuéramos hermanos de sangre. Yo había dejado de llamarle Emmett y él había dejado de llamarme Bella. Ahora sólo eramos Em y Bells. Y me gustaba.

Emmett era como el hermano que siempre había deseado tener. Alguien que estuviera a mi lado, tanto en las buenas como en las malas. Que me protegiera y cuidara de mí, y no era hasta ahora que ese hermano había llegado a mi vida.

Pero no es que menospreciara mi amistad con mis restantes nuevos hermanos, ni mucho menos. Con cada uno de ellos tenía una relación especial. Alice, más que una hermana, era como mi mejor amiga. Rosalie igual. Las sentía así. Era como el grupo de amigas que siempre había deseado tener.

Y Jasper era otro hermano al que apreciaba una barbaridad.

Y Edward... bueno, Edward era Edward. Y él ya me había dejado claro que sólo podíamos ser amigos, y ya lo había asumido. Así que intentaba verle como lo que era, mi hermano y nada más que eso.

Sería mucho más feliz si me mentalizaba que las cosas eran como eran y no daba rienda suelta a los sueños, porque los sueños son bonitos y esperanzadores, pero si se llegan a romper te destrozan por dentro. Y yo no quería volver a sufrir. Ya Edward me había dejado las cosas claras y yo lo había aceptado. Así que Edward y yo nunca seríamos nada más que hermanos.

Em y yo chocamos las manos en un acto de camaradería.

Me gustaba la nueva yo. Podía ser una chica normal y eso era todo gracias a los Cullen. No tendría vida suficiente para agradecerles esta oportunidad que me habían dado.

-No cantéis aún victoria -exclamó de repente Jasper desde atrás revolviéndome el pelo con una sonrisa-. Me parece que será Emmett quien se vista de Cenicienta.

Y se alejó hacia su coche mientras se reía, Emmett le lanzó una toalla sucia a la cabeza, pero Jasper la interceptó de espaldas antes de que le golpeara.

Yo sólo pude mirar asombrada los reflejos de mis hermanos vampiros, eran alucinantes.

Después de eso cada equipo se fue a sus coches para terminar de preparar todo. La carrera estaba a punto de empezar.

Una vez los coches estuvieron a punto Edward, Alice y yo nos hicimos a un lado, donde estaba Esme mirándonos sonriente. Nos acomodamos junto a ella y Carlisle se puso delante de los coches para dar la señal.

La hija del diablo (terminada)Where stories live. Discover now