C20

946 48 10
                                    

Capítulo 20, Despertando

Suspiré y respiré hondo mientras tiraba las maletas encima de la cama del hotel.

Daba gusto estar en un hotel limpio y de lujo, no como el Lucky, y aún daba más gusto tratar con gente que sí conocía la palabra higiene.

Aunque tampoco tenía que ser tan mala, que gracias al motel de Hank al menos había tenido un techo donde dormir la mayoría de las noches cuando aún era humana.

Tal vez debería hacerle una visita a Hank y agradecerle de alguna forma su "hospitalidad".

Pero primero era lo primero. Y el reverendo Greene estaba el primero de la lista.

º º º

-¿Seguro que no quieres que te acompañe? -me preguntó Alec mientras terminaba de ponerme las lentillas. Mis ojos adquirían un extraño tono violeta, pero mejor violeta y que la gente pensara que llevaba lentillas de color antes que vieran mis ojos rojos.

-Sí, quiero hacer esto sola. Mejor date una vuelta por Seattle y disfruta del paisaje. Tomate esto como unas merecidas vacaciones -puse mi mejor esfuerzo en que sonara divertido mi tono, pero mi mente no estaba pensando precisamente en cosas divertidas, sino en la mejor forma de matar al reverendo Greene.

Matarlo simplemente era demasiado fácil y no sufriría como me hizo sufrir a mí. Se merecía pasar por lo mismo que me había hecho. Pero primero quería conocer su entorno, familiarizarme con todo lo que le rodeaba, era esencial si quería que pareciera un accidente.

Pero Alec no se dio cuenta que mi mente estaba lejos y me rodeó por detrás besándome el cuello.

-El mejor paisaje posible eres tú desnuda tumbada en la cama -me susurró al oído mientras empezaba a desvestirme.

El sexo era uno de los hobbies preferidos de ambos y lo mejor es que no teníamos que preocuparnos por posibles embarazos. Ventajas de ser vampiros.

Porque si algo tuve claro incluso cuando era humana es que yo nunca sería madre. No quería traer al mundo a un ser que pudiera heredar mi poder y que tuviera que pasar por lo mismo que había pasado yo. Conmigo esperaba que este poder terminara para siempre. Y cuando llegara mi fin que nadie más tuviera que vivir lo que yo había vivido, porque a pesar de poseer la inmortalidad yo sabía que tarde o temprano acabaría muerta.

Y sabía cómo sería: por asesinato. Era la única forma de ser libre al fin, si me asesinaban los Vulturis no podrían tomar represalias contra los Cullen, sino contra mis asesinos. Y el suicidio no era una opción, eso era como huir y ahí sí harían pagar a los Cullen por mi "huida".

º º º

Se me hacía raro volver a pisar las calles de Seattle. Y más aún ir como toda una dama por la calle, con tacones, un vestido y un bolso. Porque la niña mugrienta que andaba sin rumbo por estas calles años atrás había muerto, en su lugar sólo estaba yo.

Y mientras andaba por las calles no pude evitar preguntarme qué habría sido de mí si hubiera nacido siendo normal. ¿Habría ido a la universidad? ¿estaría casada? ¿con hijos tal vez?

Me permití el lujo de imaginarme en una de las casas ricachonas de la zona, imaginé una vida perfecta. Un marido perfecto, unos hijos perfectos y una vida perfecta. Y sin darme cuenta me encontré sonriendo ante mi imaginación.

Pero rápidamente saqué esos tontos pensamientos de mi cabeza, de nada servía imaginar lo que podría haber sido, porque lo importante no era lo que podías imaginar, sino lo que era tu vida real y mi vida real estaba muy lejos de ser esa vida perfecta con la que siempre había soñado.

La hija del diablo (terminada)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن