Inesperado I

By gissellem007

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"Lo más importante no es el modelo de mujer, sino el valor que tenga de sí misma" 🎖Primer Lugar en PremiosN... More

SINOPSIS
Parte I
Protagonistas
Capítulo 01
Capítulo 02
Capítulo 3
Capítulo 04
Capítulo 05
Capítulo 06
Capítulo 7
Capítulo 08
Capítulo 09
Capítulo 10
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
ATENCIÓN

Capítulo 11

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By gissellem007

"La felicidad está dentro de uno, no al lado de nadie"

Marilyn Monroe


Un beso es una expresión de cariño entre dos personas, para algunos es algo espontaneo, para otros algo que se viene deseando desde hace mucho tiempo. Es una experiencia agradable y placentera que, aunque dura segundos o minutos la sensación se la lleva siempre, sobre todo cuando esa otra persona es alguien especial o te hace sentir así.

Podrían bastarme los dedos de mi mano para señalar cuántas personas me han besado o tal vez solo una mano necesitaría. El caso es que para mí un beso es algo muy diferente de cómo la gente lo ve. Para Laura no tiene mucho significado así que desde su punto de vista no tiene mucha importancia a quien se dé un beso. Pero para mí un beso es una acción que solo se lo das a alguien excepcional, podría parecer exagerado, pero es lo que siempre he creído. Es un acto íntimo que solo puedo brindárselo a alguien que me sienta cómoda y segura o por lo menos corresponda en algo sus sentimientos hacia mí. Si, lo sé soy demasiada insegura.

Dejo de pensar tanto cuando su boca se desliza por mis labios con soltura y maestría permitiéndome disfrutar de un maravilloso beso, el efecto que provoca en mi es espléndido y más aún después de haber recorrido mi cuello regando besos por doquier mientras lo esperaba ansiosa que volviera a mi boca.

Me siento tan aturdida que cuando se separa para inhalar mejor anhelo su contacto, nuestros ojos se encuentras brevemente y como si también sintiera la agónica lejanía vuelve a sellar mi boca con sus labios. Esta vez la ternura con la que vuelve a besarme me desvanece más, es como si mi cuerpo hubiera alcanzado al fin la meta y que celebrara jubiloso su premio.

Pensar en lo que Nelson siente en este momento oprime mi más recóndito ser, golpeando mi realidad. De seguro para él es otro simple beso que se lo puede dar a cualquiera. ¡Cuán diferente es un beso para un hombre!, aunque seguro puede haber escasas excepciones. Lentamente me separo de él, en el momento que separo mis labios de los suyo inclino mi cabeza.

Ejerce presión sobre mi cuerpo pensando de seguro que voy a irme, pero, ¿cómo podría hacerlo? Si con solo un beso me ha dejado en las nubes, es como si después de caminar por mucho tiempo me ofrecieran una revitalizante bebida o como si de repente una cálida llovizna hiciera acto de presencia. Pero, al mismo tiempo es como si en un día normal apareciera un tornado desestabilizando todo.

—Millena...no quiero que huyas, necesitamos hablar esta vez.

Aún no logro mirar su rostro, pero su angustiada y urgente voz junto con su respiración agitada me recuerda que no está bien lo que hicimos, pero como dice tenemos que hablar. Conversar con él sobre este particular aspecto es tan difícil. Puedo entablar una conversación sobre cualquier otro tema, hasta sería capaz de contarle algún secreto e intimidad, pero en cuanto a hablar del beso y mis sentimientos enseguida se me hace un nudo en la garganta que no me permite ser sincera con él como es nuestra costumbre.

Es muy diferente con Laura, aunque ella siempre sale con algún disparate u ocurrencia sé que solo lo hace por molestarme, pero cuando conoce que el asunto es serio para mí puede llegar a ser la mejor consejera sacando su parte madura y ejemplar. Además, con ella puedo contarle absolutamente todo sin sentirme reprimida en ningún momento. Ese es mi mayor regalo de la vida, tener a alguien que me ama mucho y está dispuesta a todo por mí.

En cambio, Nelson por inevitable que parezca a veces me recuerda a los hombres que solo te dicen palabras dulces para llevarte a la cama sin importarles si están casados o tienen su pareja. O peor aún sin importarles lo que uno como mujer sienta involucrado sus sentimientos. Lo sé porque he recibido algunas propuestas sutiles que al final resultaron ser indecentes. A la mayoría no le interesa otra cosa que no sea sexo, eso lo tengo bien claro, no voy a dejar que mis sentimientos o pensamientos me hagan creer que necesito mendigar esa clase de amor. Soy una mujer que como cualquier otra merece recibir amor de la misma manera que puede darlo, soy valiosa, aunque muchas veces lo dude.

Nelson no desea nada serio con nadie y eso posee ventaja, pero al mismo tiempo desventaja. Que no tenga novia le da libertad con Nicolle, es bien sabido que tienen sus encuentros y no solo con ella sino con algunas modelos de aquí, sin contar las de afuera. De vez en cuando recibo al teléfono llamadas de mujeres que quieren hablar con él después de algún encuentro o simplemente cuando se dan cuenta que él no las llama ni las busca de nuevo. Las relaciones amorosas no se las toma en serio, eso lo tengo muy claro.

Esas cosas me hacen volver a mi realidad, no necesito un problema más en mi vida como para andar sufriendo o llorando por amor, merezco ser feliz y por eso tengo el derecho y obligación de quedarme con lo que me conviene. Aunque toda mujer anhele un hombre a su lado, no es imprescindible para ser feliz y sentirse especial.

—Es verdad creo que debemos dejar todo claro —susurro.

Unos pequeños toques en la puerta interrumpen nuestra recién iniciada conversación. Nelson resopla frustrado al darse cuenta que otra vez estamos siendo interrumpidos por alguien. Aunque es cierto que quiero aclarar todo me alegro que haya ocurrido esta interrupción, es mejor conversar con él con la cabeza fría no ahora cuando mi cuerpo y mis pensamientos está envuelto en un sinfín de emociones.

—No te vayas sin importar quien sea —asevera al incorporarse de su posición, pero sin dejar de mirarme fijamente.

Aunque debería ser yo quien vaya hacia la puerta me alegro que sea él que tome la iniciativa, no sé cómo podría reaccionar ahora ante cualquier persona. A continuación, me acomodo un poco mi vestuario e intento levantarme para aparentar normalidad.

—Hola buenos días —escucho una voz femenina apenas se abre la puerta —. Disculpe que lo interrumpa, pero necesitaba hablar con usted.

—Buenos días, por supuesto pase adelante —Cuando entra la mujer dirige su mirada hacia mí y sonríe, tengo idea de haberla visto en algún lugar, pero no lo recuerdo ahora —. Ella —me señala Nelson —, es mi asistente. Tome asiento por favor.

No sé qué hacer, pero opto por lo más sencillo —. ¿Se le ofrece algo para tomar quizá café, té o alguna bebida fría? —Ofrezco a la mujer al mismo tiempo que percibo la mirada aguda de Nelson, de seguro debe estar pasando por su mente la idea que intento huir. Quiero reírme porque estaría en lo cierto.

—No gracias, solo voy a ser breve.

—Millena, no te vayas tenemos aún que coordinar lo del evento —dice de forma contundente.

Me quedo estática sin saber qué responder, podría optar por irme pero no sería prudente hacerlo, por lo que opto por asentir y esperar quieta aquí.

—Señor Fontaine de seguro no me recuerda, soy Clara Erazo.

—Si la recuerdo señorita, usted es la hermana de Erick.

—Si —sonríe avergonzada —. ¡Es grato saber que se acuerda de mí!

—Nunca olvido un rostro, aunque no recuerde el nombre —responde mientras percibo que está relajado.

Es cierto, a mí me ha sorprendido lo bien que recuerda a alguien, aunque solo lo haya visto una vez, a veces he tenido que recurrir avergonzada a él en un evento cuando no recuerdo el rostro con quien necesito hablar o no sé con quién estoy hablando. Se supone que las mujeres somos las más detallistas en este aspecto, pero al parecer ese es un don de él.

—Mañana es el cumpleaños de Erick, sabemos que anda muy ocupado con eso del evento así que le hemos organizado una fiesta como a él le gustan.

Al escucharlo me recrimino al haberlo olvidado por completo, mañana es su cumpleaños. Erick todos los años como él lo dice «tira la casa por la ventana» superándose año a año con cada fiesta. Nelson me mira como si adivinara mi pensamiento. Siempre se esmera que por lo menos se reúna a las personas de la Agencia en la primera hora de la mañana para festejar a quien cumple años y así disfrutar de una sencilla comida, pero esta vez se nos ha pasado por completo.

—Así que junto con mi mamá hemos preparado una fiesta sorpresa para él —sigue diciendo mientras la miramos atentamente —. Como no conocemos personalmente a todos he recurrido a usted primeramente para invitarlo y a la vez solicitando su ayuda para que le transmita la invitación a quienes siempre van a sus fiestas. Nos gustaría que estén presentes. Para él ustedes son muy importantes, me ha dicho que son como su segunda familia y él querrá tenerlos ahí. Solo que no hagan que se entere, queremos sorprenderlo.

Pienso que Erick se sentirá feliz de ser festejado, eso no habrá dudas y nosotros nos sentiremos feliz de estar allí. Él es el diseñador principal de la Agencia con un talento enorme, siempre le digo que con dos piezas de tela es capaz de hacer un diseño espectacular, tiene magia en sus manos. Me agrada también su forma de entregarse a su trabajo, lo hace a tal punto de olvidarse de él mismo. Pero al parecer el Fashion Week es más importante a tal punto de no planear su fiesta, todos estos cuatro años que llevo conociéndolo no hay otra cosa que lo emocione que planearla.

Lo aprecio mucho, su forma despreocupada de ver la vida a veces me contagia, es todo lo contrario a mí. Yo siempre pienso miles de veces las cosas antes de hacerlas o decirlas, en cambio él siempre dice que hay que disfrutar y arriesgarse cuando uno así lo desea y sienta que es el mejor momento para hacerlo, porque no habrá otro.

—Muchas gracias por la invitación, tenga por seguro que estaremos ahí.

—Gracias, aquí les dejo la dirección del lugar. Por favor ayúdeme al ser discretos y me gustaría que todos fueran puntuales para que cuando él llegue pueda ver a todos.

—Así será —asegura Nelson levantándose del sillón cuándo nota que ella también lo hace.

—Que pasen bien. —Se despide de nosotros de la mano.

Nelson va con ella hasta la puerta y una vez que sale la cierra y me mira fijamente. Otra vez el hormigueo en mi estómago aparece junto con el nerviosismo, mis manos se ponen heladas y hasta pienso que voy a empezar a temblar.

—Nelson yo... —trato de pensar en algo para salir de su oficina ilesa.

—No, Millena. Esta vez no te irás.

—Necesito llamar para coordinar unos bocaditos para mañana.

—Cualquiera puede encargarse de ello y si lo quieres hacer tú hay tiempo suficiente, pero esta vez no te voy a dejar ir de aquí hasta que hablemos claramente. Somos dos adultos que sabemos lo que queremos y no un par de pequeñuelos.

Al ver su determinación me doy cuenta que estoy perdida y sin salida.

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