In My Veins

By Bittergulp

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Después de que el pequeño de los Dixon salvara al Sheriff de una masacre, éste dejará a un lado su egoísmo pa... More

Capitulo 1 "Dixon"
Capitulo 2 "Ardillas"
Capitulo 3 "Infarto"
Capitulo 4 "Pesadilla"
Capitulo 5 "Frijoles"
Capitulo 6 "Velada"
Capitulo 7 "Tormenta"
Capitulo 8 "Dos caras"
Capitulo 9 "Emparedado"
Capitulo 10 "Reemplazo"
Capitulo 11 "Día de m#?rd#"
Capitulo 12 "Pookie"
Capitulo 13 "Acto insano"
Capitulo 14 "En mis venas"
Capitulo 15 "Ensayo-Error"
Capitulo 16 "Adversidad"
Capitulo 17 "Dignidad desechada"
Capitulo 18 "Hey, baby brother!"
Capítulo 19 "Indigente de alcantarilla"
Capitulo 20 "Pedazo de unicornio"
Capitulo 21 "Más que un collar"
Capitulo 22 "Desde cero"

Capitulo 23 "24 horas en la luna"

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By Bittergulp

[ CONTENIDO PARA ADULTOS ]

...

Rick Grimes

~*~

Conducimos la camioneta por la carretera durante la madrugada sin rumbo alguno, contando todo lo que habíamos pasado en el tiempo que estuvimos alejados, yo hablando de cómo resultó todo en la prisión y la forma en que terminé en Alexandría, y él de la misma manera hablando todo el recorrido que hizo junto a Carl para encontrarme. Yo iba al volante, mientras me mantenía tomado de la mano de mi amado rubio durante todo el trayecto, quería sentirlo cerca, saber que esto no era otro de esos sueños a su lado, sentía que si lo soltaba él desaparecería en cualquier momento, pues en ese entonces eramos sólo él y yo en el mundo, ignorando por completo que existía un apocalipsis, así como también cualquier clase de ser humano que no fuéramos nosotros dos. Era egoísta, si, pero nos importaba una mierda, solo sería un día de calidad al lado de mi Dixon.

Eran talvez las siete u ocho de la mañana, cuando vi que la camioneta se estaba quedando sin combustible, por lo que tuvimos que ir a un pequeño pueblo, no muy lejos de donde estábamos, con esperanza de encontrar combustible en una vieja gasolinera.

Estacioné la camioneta en la gasolinera y apagué el motor. Me quedé sentado en el asiento sin decir nada, con mi mano aun entrelazada con la suya, lo que provocó que Daryl me mirara con extrañes.

-¿Por qué no bajamos? -Preguntó con esa voz apaciguada que tanto extrañaba.

-No quiero soltarte.- Contesté sin más viendo hacia el frente.

Daryl rió creyendo que se trataba de alguna de mis bromas, pero gracias a mi expresión, no tardó mucho en darse cuenta que estaba hablando con total seriedad.

-¿Qué pasa Rick?- Preguntó viéndome con cierta preocupación.

Bajé la mirada en busca de palabras, no sabía como explicarle lo que sentía sin parecer un estúpido puberto traumado. Suspire hondo y me dispuse a hablar.

-He tenido sueños, algunos bastante reales desde que nos separamos...-Comencé sin más.- En todos ellos los protagonistas siempre fuimos tú y yo, con la vida arreglada, sin preocupaciones ni problemas...justo como ahora.-Conté con melancolía.- Daryl, temo que éste sea otro sueño, donde termino por perderte.

Mi rubio me vio divertido, con un leve rubor en sus blancas mejillas, y me regaló una de su hermosas sonrisas.

-Esto no es un sueño Rick, porque ambos no podríamos estar soñando el mismo paraíso ¿O sí?.- Aseguró con el tono más dulce que pudo haber emitido.

No dije palabra alguna, y sólo asentí, al parecer Daryl no había entendido mi punto, sin embargo era mejor dejarlo sólo así.

-Hey, ¿Qué pasa?- Preguntó divertido a la par que me tomaba del mentón para que lo viera.-¿Acaso no me crees?

Daryl acercó sus labios a los míos, uniéndolos en un beso exquisito. Su labio inferior rosaba el mío para terminar por morderlo.

-¿Aún lo ves como un sueño?- Preguntó seductor.

El rubio se montó sobre mí en un movimiento rápido, dejando mis piernas en medio de las suyas. Me tomó con ambas manos el rostro y siguió con aquel beso, pero esta vez con nuestras lenguas en una guerra interna por entrar a la boca del rival.

No pude resistirme a la excitante invitación del rubio, así que comencé por masajear su bien formado trasero, para después meter mis manos por adentro de su camisa, e indagar con las mismas el largo y ancho de su torso. Recorrí su cuello con mis besos hasta llegar al lóbulo de su oreja y lamerlo, provocando así un quejido ahogado de placer proveniente de mi cazador.

Vi como el miembro de Daryl empezó a notarse por encima del pantalón, indicando de manera obvia que comenzaba a tener una erección. Saqué mis manos de su camisa y las dirigí hacia su amigo para frotarlo, pero ni bien toque su abultado pene cuando Daryl por estimulo dio un pequeño brinco, chocando su trasero contra el claxon, matando así todo el erótico momento.

Daryl me miró ensanchando sus ojos por vergüenza de haber matado el momento, y yo sólo pude reír al ver su expresión.

-Debemos ir en busca de combustible rápido antes de que vengan los caminantes.- Dije dándole un par de nalgadas con cariño, para lo que Daryl sólo asintió.

El rubio se bajo de encima mío, volvió a su lugar de copiloto y se quitó su chaleco para después bajar de la pick up un poco desganado, cosa que yo imité.

-Tenias razón, esto no es un sueño...-Dije sonriente a la par que cerraba la puerta de la camioneta.- En mis sueños jamás hubieras tocado el claxon con tu trasero.-Terminé de decir para después reír cubriéndome la sonrisa con el dorso de la mano.

Daryl me vio con furia tallada de pena.

-Oh, solo cállate...-Dijo con molestia.

Fui hacia atrás de mi cazador y lo rodeé desde la espalda con mis brazos fuertemente, clavándole un beso en su blanco cuello.

-Me encantas Dixon.- Dije seductor cerca de su oído.

-Era de esperarse.-Contestó neutro.

-¿De que diablos hablas? Se supone que en esta parte me decías "Tú me encantas más, te amo Rick" y entonces te voltearías y nos besaríamos.-Dije fingiendo decepción.

-¡Oh si! Y se supone que después yo te pida que me cojas, ¿Cierto? Sólo espero no arruinarlo de nuevo con mi trasero en el claxon.-Comentó sarcástico, lo que me hizo tener esa extraña sensación de similitud con su desagradable hermano.

-Dearyl, vamos, era broma.- Dije con voz chillante.

-A lo que venimos Rick.-Comentó sin más haciéndome una seña con su mano.

Me fui en busca de algo para comer cerca de las oficinas administrativas de la gasolinera, mientras que Daryl se quedo manipulando la reserva de la máquina expendedora de gasolina, no sé cómo es que él sabía hacer eso, y en verdad preferí no preguntar, talvez era parte de esa misteriosa historia que tanto se empeña en ocultar.

Encontré una máquina expendedora de golosinas a medio abrir, al pie de la puerta de la oficina, estaba casi vacía a excepción de cuatro barras de chocolate y un par de paquetes de galletas con relleno.

Salí de aquel lugar victorioso con mi nuevo botín, a pesar de que sabía que necesitaríamos más que eso para quedar satisfechos.

Me dirigí hacia donde se encontraba Daryl, y éste estaba cortando con su navaja una de las mangueras de la expendedora de agua, para con ella pasar la gasolina de la reserva al galón. No hacía calor, sin embargo mi rubio estaba sudando, posiblemente por el esfuerzo físico que había estando haciendo al violar la reserva. Sus mechones se le pegaban a sus mejillas y su camisa se le comenzó a pegar en el abdomen, inexplicablemente verlo así me resultó ser bastante sexy, Daryl era un hombre bastante apuesto, con un cuerpo bien formado, y ese cabello largo y castaño que se colaba en su rostro sólo hacía que fuera más increíblemente deseable.

-Me encantas.-Pensé en voz alta parando mi paso a unos escasos metros de él, provocando que él volteara a verme.

-¿Dijiste algo?-Preguntó concentrado en lo suyo y succionó de la manguera para después ponerla rápidamente en el galón.

-Dije que me encantas.-Solté sin más.

- No pienso decir tú dialogo absurdo.-Dijo sonriendo.

-¿Ni siquiera el tuyo?- Pregunté acercándome a su oído por detrás de él a la vez que lo tomaba de las caderas.

-¿Quieres cogerme Rick Grimes? ¿Aquí, en una gasolinera?- Preguntó acertando a mi interrogante fingiendo sorpresa.

-Importa un comino el lugar-Dije para después besarlo en el cuello.

Daryl se dio la vuelta para quedar de frente y me miró con picardía.

-Eres un lascivo.-Dijo sonriendo de lado.

-¿Quieres descubrirlo?-Cuestioné con el mismo tono pícaro.

Tomé a Daryl del mentón y obsevé cada detalle de su rostro hasta enfocarme especialmente en sus carnosos labios húmedos. Acerqué mis labios a los suyos y lo besé con toda la delicadeza posible, pero el beso se fue volviendo poco a poco más pasional y con muy poco ritmo de ambos, sin embargo seguía siendo una delicia.

La atmósfera creada en ese entonces se vio abruptamente interrumpida por el sonido de disparos no muy lejos de nosotros. Nos separamos de nuestro beso y Daryl sacó la manguera de la reserva para después tapar el galón con su respectiva tapadera. Mientras yo fui hacia la camioneta y abrí el cofre de la misma.

-¿Qué haces? hay que irnos.-Dijo Daryl quien subía el galón a la pick up.

-Tiene muy poco combustible, será riesgoso si nos ven y deciden seguirnos.-Contesté apresurado sacando la batería de la camioneta.

Cerré el cofre y le indiqué a Daryl que trajera consigo el galón, él lo tomó y ambos corrimos hacia las entrañas de aquel pequeño pueblo. El sonido de unos coches llegando sonaban bastante cerca, así que entramos a la primera construcción que vimos: Una pequeña iglesia. Una vez adentro cerramos la gran puerta de la misma, colocando un mueble en la entrada para atrancarla. Talvez esos disparos no provenían de gente peligrosa, pero no estábamos en condiciones de averiguarlo.

-Averigüemos quienes son, talvez podamos atacar.-Dijo Daryl dejando en el suelo aquel galón de gasolina.

-No.- Contesté cortante dejando la batería de la camioneta sobre una de las bancas.

-¿De que rayos hablas?- Interrogó con leve molestia.

- Este es nuestro día, y justo por eso no quiero que se desperdicie en peleas absurdas que podemos sanamente evitar.- Solté con estrés.- ¿Acaso es delito querer disfrutarte completamente por sólo un maldito día?

-¿Crees que no deseo lo mismo?- Dijo molesto -Después de tanto que hemos pasado ¿Crees que no deseo un maldito descanso sólo para nosotros? Por eso mismo no quiero que esos hijos de puta allá afuera nos lo arruinen.-Soltó exaltado.

-Baja la voz Daryl, pueden escucharnos.-Ordené sin ánimos a la par que me sentaba en uno de los bancos de aquella iglesia.

-Importa una mierda que me escuchen! -Alzó la voz y sus movimientos comenzaron a acelerarse, caminando de un lado a otro y cerrando sus puños.-Tú Rick Grimes no eres él único con malditas emociones, yo también deseo lo mismo que tú.

-No quise decir eso, no es eso lo que pienso...-Justifiqué viéndolo apenado.

-Entonces deja de actuar como si así fuera.- Terminó con enojo para después girar sobre sus talones e irse a paso marcado hacía el presbiterio de la iglesia y sentarse en uno de los escalones de éste.

Me levanté de aquella banca y caminé hacia donde estaba Daryl. No podía dejar que las cosas quedaran así, pues a pesar de que este día sólo iba de mal en peor, aun tenía salvación, o al menos es lo que me gustaba pensar. Me senté a su lado sin decir una sola palabra, Daryl por su parte estaba mirando hacia el lado contrario de mí mientras recargaba el codo en su muslo y su mentón en su puño.

-Iría por ti y te llevaría conmigo a toda costa, no importaba sí te tenía que raptar.-Hablé pausado.- Te llevaría a un lugar hermoso, con paisajes espectaculares, sería como un día de campo, una cita en la naturaleza con comida, y postres. -Conté haciendo que Daryl me mirara aun en su posición.-Tú me contarías más sobre tu vida, me harías comprender muchas de las etapas de tu vida que te han formado tal y como eres ahora, reiríamos con mis malos chistes y después te cantaría al oído esa canción que arruino severamente con mi voz. Te tomaría de las manos y te daría un anillo improvisado de rosquilla, entonces te pediría matrimonio y nos casaríamos en ese mismo instante por una ceremonia celebrada por mí mismo, en la cual te diría lo mucho que amo estar contigo, así como todas esas sensaciones hermosas que sólo tú logras provocar en mí. Después tú me besarías encantado por mis palabras, y me dirías "Te amo"... Luego el sol se ocultaría y veríamos las estrellas toda la noche, acostados en el cesped, y tú abrazado de mí, contándome esos recuerdos graciosos que te hacen sonreír de manera instantánea...Entonces tu sonrisa me hipnotizaría, como siempre lo hace, porque no siempre sonríes como lo haces cuando estas conmigo...y ese sería nuestro día perfecto, el cual recordaríamos por el resto de nuestras vidas, ese día donde sólo existíamos tú y yo por 24 horas en la luna...

Daryl no dijo palabra alguna y se limitó a mirarme entendiendo aquella anécdota ficticia recién contada. Pasé mis dedos entre mi cabello y lancé un suspiro pesado.

-Ese era mi ideal para hoy, mi plan "perfecto", quería que lo disfrutaras incluso más que yo, pero luego se acabó la gasolina, no encontré mas que unas cuantas golosinas, y para rematar unos tipos armados nos ahuyentan hasta una iglesia...

-Entiendo...-Comentó asintiendo.- Lamento arruinarlo también con mi trasero en el claxon.

Ambos reímos ante su comentario recordando aquel incidente. Mi rubio inclinó levemente su cabeza de lado para verme directo a los ojos. Sus azules comenzaron a ponerse ligeramente cristalinos exponiendo emoción.

-Debí haber hecho algo muy bueno para merecerte Rick.- Dijo con apenas un hilo de voz. -El saber que pienses así de mí y que hayas planeado todo eso...ya me hizo el día mas perfecto de todos. No hace falta estar en un gran paisaje con vista hermosa, ni con mil cosas para comer, mientras esté a tu lado, creeme que soy plenamente feliz.

Mi rubio me sonrió y casi de manera instantánea lo abracé por impulso, mis brazos rodeaban todo su torso fuertemente, incluyendo sus brazos que estaban siendo aprisionados por los míos, y terminé recargando mi barbilla en su hombro.

-¿Ya te dije lo mucho que me encantas? -Pregunté con un tono meloso que ni yo sabía que tenía.

-Hmm, al menos unas treinta veces hoy.-Contestó divertido.

-Exageras.-Dije fingiendo desagrado a la par que me separaba de él para verlo fijo.

-¿Acaso me estás diciendo mentiroso? -Preguntó siguiéndole el juego.

-¿Y qué si lo hago?-Respondí accediendo a una reta de miradas.

Daryl sonrió de lado y se abalanzó encima de mí haciéndome caer de espalda al suelo de madera de aquella iglesia, para después treparse en mi abdomen, aprisionandome así con sus muslos y atándome las manos con las suyas por arriba de mi cabeza.

-¿Aun te quedan ganas de llamarme mentiroso?-Preguntó desafiante.

-Men-ti-ro-so.-Dije pronunciado de manera marcada cada una de las silabas para retarlo.

Daryl formó una sonrisa pícara en sus labios y se acercó bruscamente a mi cuello para morderlo al igual que mi oreja.

-Te arrepentirás.-Susurró grave en mi oído provocándome un escalofrío a lo largo de mi cuerpo.

Mi rubio empezó por besarme y morderme el cuello, soltó mis manos y paseó las suyas por mi torso. Ésto me provocó una gran excitación, y mi "amigo" lo sabía. Daryl comenzó a desfajar mi camisa y luego introdujo su mano a mi pecho, acariciando circularmente la piel del mismo. Subió un poco más su mano y llegó a uno de mis pezones, el cual tomó sin cuidado alguno con dos dedos para pellizcarlo brutamente, lo que me hizo esbozar un apenas audible sonido de dolor.

-Lo siento ¿Te dolió?-Preguntó preocupado sacando su mano de mi camisa y alejándose de mi cuello para verme a los ojos.

No respondí y lo empujé tomándolo de los hombros para dejarlo con la espalda en el suelo y yo arriba de él con mis asentaderas sobre su regazo, intercambiando así los roles.

-Mejor deja que el experto haga su trabajo.-Ordené con altanería fingida.

Sonreí emanando toda la excitación de mi cuerpo y le arranqué los botones de su camisa de un tirón con ambas manos. Su pecho era blanco, formado, precioso en conjunto con sus pezones apagados color salmón. Deslicé mis manos por su torso de manera suave, haciendo que su piel comenzara a erizarse, pero sus pezones seguían igual, por lo que llevé mi lengua hasta uno de ellos y empecé a delinear el borde de este con la punta de mi lengua, mientras que con una mano estimulaba el otro pezón con caricias suaves usando mis dedos. Mi rubio por su parte, estaba exhalando aquel aire ahogado por el deleite que yo le estaba ocasionando.

El resultado fue victorioso, pues sus tetillas ahora estaban duras y con un color rosado, así que sin despegar mi lengua de su piel la llevé hasta el lóbulo de su oreja haciendo un camino por su cuello. Tomé su lóbulo con mis dientes y después lo chupé, provocando que Daryl soltará un quejido.

Sentí en mis posaderas cómo su miembro comenzaba a despertar a través de palpitaciones, así que me recorrí hasta cerca de sus rodillas para dejar libre su zona intima. Comencé por desabrocharle el pantalón así como a bajar el cierre del mismo para después bajarlo hasta un poco más abajo de la cintura al igual que su bóxer, exhibiendo su pene y testículos a todo el panorama en la que mi vista se enfocaba.

Su miembro era de un tamaño considerable, tenía unas ligeras venas dorsales marcadas en el tronco del mismo, y su glande era liso con un ligero color rosado. Su pene estaba empezando a ponerse, por lo que aún estaba medianamente flácido, así que opté por tomarlo con mi mano derecha y lo estimulé lentamente llevando mi mano de arriba a abajo en lo largo de su pene, pero mi mano no lograba deslizarse con la facilidad que quería, así que escupí en la misma mano y volví a intentar, siendo que esta vez el manejo del pene me resultaba más sencillo, agregándole que con mi mano libre le acariciaba los testículos. Daryl lo disfrutaba, sólo me bastaba ver su rostro enrojecido, su cuerpo con leves espasmos y sus dientes mordiendo su labio inferior para saber que le estaba gustando tanto como a mí.

El pene de mi rubio creció totalmente, y ahí fue cuando paré de masturbarlo, sólo para observar cada detalle de éste. Las venas estaban más resaltadas que antes, pues el cuerpo del miembro estaba más duro que pan de 3 días, además de que su glande se tornó de un rosa más notorio mientras que la corona de éste se marcaba por un leve rojo.

No sé cuanto tiempo tardé en observarlo, pero Daryl se levantó de la cintura para arriba y me besó con enardecimiento, sus labios y los míos estaban salvajemente sincronizados, e incluso las mordidas que nos hacíamos mutuamente. Su lengua parecía estarse besando con la mía por su propia cuenta, lo que hizo de aquel beso algo especialmente exquisito.

Daryl me empujó suavemente hacia atrás y se quitó mis posaderas de su regazo, haciéndome quedar acostado totalmente en el suelo. Se levantó sólo para quitarse por completo el pantalón al igual que el calzado y después volvió al suelo para desabotonarme uno a uno los botones de mi camisa para luego quitarla por completo. Me besó y acarició los pezones de una manera más amable que la última vez y deslizó su mano por adentro de mi pantalón, acariciando por arriba del bóxer mi ya excitado pene.

No tardó mucho cuando se decidió a quitarme las ultimas prendas que tenía, exponiendo mi miembro suplicante del tacto del rubio. Daryl se apiado de aquella petición, se acostó boca abajo en medio de mis piernas y lo tomó con su mano mientras lo observaba con lujuria. Delineó la corona de mi glande con su cálida lengua provocándome un espasmo, después él se introdujo mi glande a su boca para poco a poco introducir todo el cuerpo de mi pene hasta su garganta. Sentía como mis venas palpitaban dentro de su deliciosa boca, entonces él empezó a sacar y a meter mi miembro en la misma de una manera sorprendente. Yo estaba cada vez mas caliente, pues el contraste del placer que me ocasionaba su chupada se sumaba con el placentero cosquilleo que sus mechones de cabello me provocaban en la pelvis.

No me contuve más y le indiqué a Daryl que era su turno de acostarse, a lo que él accedió quedando boca arriba. Abrí sus piernas desde sus muslos, y alcé las mismas para exponer ante mí su palpitante ano, éste era estrecho, con la virginidad plasmada entre sus nalgas, por lo que sabía que no iba a ser fácil la penetración. Me acosté pecho-tierra para quedar cómodamente a la altura de su bien formado trasero, y chupé uno de mis dedos para delinear su ano. Daryl soltó un largo gemido de placer, lo que me hizo incrementar aquel deseo fogoso en mis entrañas. Sustituí el acto de mi dedo por mi lengua, lamiendo aquella pequeña cavidad con dificultad, pues Daryl comenzaba a retorcerse por la exquisita fricción de mi lengua en su virgen.

Introduje un dedo bañado con mi saliva en su apretado ano para después meter un segundo y comenzar a meter y sacar éstos. Sentí poco a poco como su cavidad comenzaba a relajarse y extenderse un poco más, pero no fue hasta que pude introducir un tercer dedo cuando decidí ir a por el platillo principal.

Me levanté quedando apoyando en mis rodillas y me quedé embobado viendo al sonrojado Daryl, quien tenía sus ojos ligeramente cristalinos.

- ¿Quieres que continúe? - Pregunté asegurándome de que mi rubio deseaba lo mismo.

-Métela, estoy listo.- Dijo mientras se sostenía las piernas desde sus rodillas en el muslo interno.

Escupí saliva sobre mi pene y lo lubriqué con ésta misma con ayuda de mi mano. Hice lo mismo con el ano de Daryl, masajeando por fuera de éste con mi lubricante improvisado.

Froté mi miembro por encima de su cavidad, estimulándolo en medio de sus nalgas, para después introducir con extremo cuidado mi bálano. Daryl gimoteo con dolor, haciendo que mi reacción fuera sacarlo de inmediato, pero mi rubio me tomó fuerte del muslo con su muñeca, a la par que asentía, incitándome a que continuara con el intento de penetración.

Volví a frotar mi pene con saliva e intenté de nuevo introducir mi bálano dentro del ano de Daryl, quien volvió a gimotear de dolor.

-¿Quieres que pare?- Pregunté aún con mi glande dentro suyo.

- No te atrevas a sacarlo de nuevo. - Amenazó.- O juro que lo intentaré con alguien con más cojones.

Introduje todo mi pene de una embestida por impulso de furia ante el comentario del cruel rubio, ocasionando que Daryl soltara un alarido en conjunto con lágrimas en sus ojos y espalda curveada por reflejo.

Ensanché mis ojos al reaccionar sobre lo que había hecho, y traté de sacar mi pene pero Daryl me detuvo.

-Estoy bien...Sólo sigue...- Dijo expresando el dolor en su tono.

-Te encanta la mala vida...- Comenté incrédulo de que Daryl me pidiera continuar, a lo que él sólo me sonrió.

-Es con lo que crecí.- Soltó victorioso.

Saqué la mitad de mi pene con cuidado y lo volví a introducir de la misma manera. Mi miembro estaba siendo prácticamente absorbido por la estrecha cavidad de mi rubio, lo que enardecía mi lujuria, pues las paredes internas de su recto le daban una bienvenida maravillosa a todo mi pene. Poco a poco el ano de Daryl fue acomplandose al intruso dentro de él, haciéndome más fácil el movimiento de mi caderas, incrementando el ritmo de mis embestidas.

Acerqué mis labios a los de mi cazador y lo besé con todo el éxtasis que mi cuerpo irradiaba, a la par que seguía con la penetración. Daryl gemía de placer y se mordía los labios con una sensualidad extravagante. Después me amarró con sus brazos del cuello y yo me dirigía a su blanco cuello para repartir mordidas y lamer gran parte de éste.

No podía manejar toda la excitación desenfrenada que aquel acto me provocaba, quería sentir más placer, que ambos nos fundiéramos en el éxtasis del sexo, y sobretodo deleitarnos mutuamente con esa primera vez con un hombre, para ambos. Tomé las piernas de Daryl y las abrí en "V" hasta donde su flexibilidad me lo permitía, no sólo para tener mejor control de mis embestidas, sino para obtener una vista más apetitosa.

El miembro de Daryl bailaba con ritmo con mis embestidas que eran cada vez más duras, mis testículos chocaban de una manera deliciosa en sus blancas nalgas, emitiendo así un sonido armónico del contacto de nuestras pieles.

Mi rubio estaba tan ahogado de placer, que le era difícil mantener los ojos abiertos. Se delineaba sus labios con la punta de su lengua y terminaba por morderse su labio inferior con una increíble sensualidad. Ésto me provocó un incontrolable deseo de besarlo nuevamente, por lo que me coloqué sus piernas sobre mis hombros para después inclinarme del torso y llegar hasta sus carnosos en un beso libidinoso y obsceno.

No podía más, sabía que en cualquier momento iba a correrme, pero no podía dejar de penetrar a mi rubio, simplemente por ser una sensación única y exquisitamente placentera. Choqué con más fuerza mi pelvis contra sus posaderas, ambos estábamos gimiendo al unisono, con nuestras respiraciones aceleradas, y yo con mi corazón con taquicardia. Un deleíte de erotismo y placer me recorrió todo el cuerpo, y ese fue el punto de partida para que mi semen saliera disparado dentro del recto de Daryl. Embestí con fuerza un par de veces más para finalizar mi descarga y esperé unos míseros segundos para reincorporarme después de aquella magnífica y extraordinaria sensación. En ese instante literalmente sentía como mi cuerpo se quemaba y consumaba en un placer delicioso que ni los Dioses del Olimpo experimentaban.

Levanté mi torso y saqué mi pene de la cavidad de Daryl quedándome sentado en mis pantorrillas con la cabeza hacia arriba y los ojos cerrado, tratando de calmar mi respiración.

-Lamento...haberme corrido dentro tuyo...yo simplemente no pude contenerme...- Dije con la voz cortada para agarrar aire.

-Se siente...extraño...- Confesó a la par que se levantaba del torso con ayuda de sus codos.

- Déjame limpiarte.- Ordené impúdico.

- Así déjalo.- Contestó sin entender a lo que me refería.

- Voltéate.- Ordené de nuevo, pero esta vez tomando de las caderas a mi rubio y haciendo fuerza sólo para indicarle que se pusiera en cuatro.

Abrí las nalgas de Daryl y de su ano escurría hasta sus testículos mi esperma. Limpie un poco con mi dedo aquel camino de mi sustancia y procedí a lamer su ano de forma obscena. Mi cazador soltó un quejido de disfrute y yo continué lamiendo su cavidad. Luego llevé mi mano hasta donde estaba su pene colgando y comencé a masturbarlo en sintonía con el trabajo que estaba haciendo mi lengua.

Sentí como Daryl se estremecía por el conjunto de sensaciones que le estaba brindando, así que incrementé la velocidad de mi mano encargada de estimular su duro miembro y mi rubio comenzó a tener espasmos que le provocaban retorcer la espalda y abdomen repetidas veces, hasta qué terminó por eyacular.

Mi cazador se dejó caer al suelo, con la respiración acelerada, sintiéndose posiblemente como yo hace apenas unos instantes. Gateé hasta llegar a su lado y acostarme ahí mismo no sin antes besarle la espalda, para después acariciarla con mi mano, pero para pronto Daryl se dio vuelta quedando boca arriba.

- ¿Qué pasa?- Pregunté.

- Debieron de parecerte asquerosas mis cicatrices...- Soltó con vergüenza.

- Me excitaron aún más...- Contesté pícaro.

- Mi ano me arde- Comentó.- Pero eso fue increíblemente placentero.

Sonreí al saber de viva voz que Daryl lo había disfrutado tanto como yo. Besé su cabello y lo abracé con apego contra mí para que recargara su nuca en mi pecho.

-Te amo Dearyl, te amo bastante.

Mi rubio me rodeó con su brazo mi pecho abrazándome de una manera cariñosa y cálida.

-Y yo te amo a ti Rick, te amo malditamente demasiado, más que a cualquier cosa.

Estoy seguro que después de escuchar sus palabras, se me formó una cara de imbécil en mi rostro.

- Por fin seguiste mi guión.- Dije divertido.

- ¿Cómo no hacerlo?- Dijo sarcástico.- Eres un hombre encantador. Haciendo planes para todo.

-Planes que nunca salen como espero.- Comenté neutro.

-Pues déjame decirte que ésto resultó mucho mejor que lo que tenías en mente.-Confesó.-Sólo lamento una sola cosa que no pasó, parte de tu plan.

- ¿Cuál?- Cuestioné curioso.

- Habernos casado.-Soltó sin más.

- Yo agradezco que no haya pasado.- Declaré.

Daryl levantó su cabeza de mi pecho para mirarme confundido y decepcionado, talvez sorprendido por mi respuesta.

- Me di cuenta que, quiero presumirte a los cuatro vientos, que todo el maldito mundo sepa que eres mío, que sólo te pertenezco a ti, y por eso no quiero casarme contigo en la lejanía de todos...Quiero hacerte mi esposo frente a todos los nuestros, frente a esas personas que ya consideramos como familia, incluyendo a mis hijos. Daryl, quiero que todos me vean a tú lado, presumirte hasta con las malditas ardillas.

Mi Dixon sonrió aliviado y emocionado por mis palabras y se acercó a mi rostro para besarme y susurrarme al oído un "te amo".

La noche llegó, y ésta no pudo se más perfecta, pues después de nuestra intimidad salimos al pueblo viendo uno que otro walker, pero ya no había rastro de algún ser viviente. Salí a conseguir una camisa nueva para Daryl, ya que se la había estropeado de sobremanera, y para mi buena suerte encontré una perfecta de su medida en uno de los pequeños negocios.

Llenamos el tanque de gasolina de la camioneta y le volví a colocar la batería, para así embarcarnos en un viaje con destino random hacia una pequeña laguna con amplios campos.

Nos acostamos en el maletero de la pick up para ver las estrellas y hablamos el resto de la noche. Daryl me contó más sobre su vida antes de toda esta mierda del apocalipsis, sobre su familia, e incluso una peculiar historia sobre las estrellas que su madre le heredó. Comimos un par de latas de garbanzos y ejotes para cada quien y terminamos por dormir en turnos acurrucados mutuamente. Puedo resumirlo en que el día no pudo haber sido más perfecto, me sentía realizado, en intimidad y al lado de la persona que amo más que a mí mismo, pues ahora estábamos más conectados que nunca, y no lo digo sólo por el sexo, sino por la unión sentimental fortalecida que ese día creció a un nivel impresionante.

Llegó la luz del día y Daryl, quien aún dormía en mi pecho despertó por los ligeros rayos del sol bailando en sus párpados.

- Buen día cariño.- Saludé acompañado de un beso en su nuca.

- Buen día.- Contestó sonriente a la par que se levantaba del torso y se tallaba los ojos.

- ¿Y ya?- Pregunté un poco decepcionado.

Daryl rió al ver mis pucheros y se acercó a mí con ese cabello alborotado mañanero tapándole la mitad del ojo, me tomó del rostro con ambas manos, me besó la mejilla con una ternura increíble y me susurró con voz melosa.

- Buen día, mi cielo.

Lo abracé fuertemente de la cintura, pegando mi rostro en su pecho y él me correspondió rodeándome con sus brazos mi cabeza.

-Hoy empiezan nuestros días perfectos.-Dije haciendo referencia a que llegaríamos a Alexandría juntos.

- No Rick- Negó a la vez que se apartaba de mi abrazo y me sostenía con sus manos mi rostro en conjunto con sus ojos clavados en mis azules. - Mis días perfectos comenzaron desde que me correspondiste.

Una alegría salió disparada de mi corazón por las palabras sinceras de mi rubio, tanto que hasta mi piel se erizó y mis palmas cosquillearon.

-Me encantas, maldita sea.- Expresé hundiendo mi rostro en su pecho y abrazándolo de nuevo.

Era hora de regresar a nuestra realidad, pero ahora juntos. Conducí hasta Alexandria llegando en menos de cuatro horas. Abraham, quien estaba a cargo de la vigilancia del portón, sonrió al verme llegar, pero después me lanzó una mirada desconcertante al ver que estaba acompañado del ahora extraño Daryl, e inmediatamente me abrió paso a la comunidad.

Aparqué la camioneta a la entrada de Alexandria y bajé de ella primero para abrirle la puerta a mi Dixon. Una vez que él bajo lo tomé de la mano y me dispuse a caminar, pero Daryl se quedó quieto.

- ¿Sucede algo?- Pregunté extrañado.

- ¿Estás seguro de...esto?- Dijo al mismo tiempo que levantaba su mano entrelazada con la mía.

- Estoy seguro de amarte, y eso me hace estar seguro de cualquier cosa.- Contesté sonriéndo para luego besar el dorso de su mano. - Vamos.

Caminé con Daryl tomado de mi mano, sabía que habría muchas cosas que explicar, a todos, y sobre todo a mi hijo, pero había tomado una decisión, y era hora de darle marcha a mis deseos, sin ninguna clase de prejuicios, pues el momento de estar viviendo armónicamente sin escondernos de nadie había llegado justo en ese momento...

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Espero que hayan disfrutado de leer tanto como yo lo hice al escribir, puedo decir que quedé muy satisfecha, y espero ustedes igual :3

Agradezco muchísimo sus comentarios, y sobretodo que apoyen esta historia :'3 en verdad no creí llegar tan lejos, y créame que buena parte de mi motivación para finalizar esta historia es el gran apoyo de ustedes :'3

Quiero hacer un agradecimiento especial y dedicatoria a AdolescenteLoca quien fue una de las personas que más me motivo a escribir :3

❤MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LEER, VOTAR Y SOBRE TODO COMENTAR ❤

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