TRATA de no enamorarte [YoonM...

By MateoKim92

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A diferencia del resto de chicos, YoonGi era el único oriental en el mercado, siendo generalizado y apodado c... More

CAPITULO 1: Nuevo ✓
CAPITULO 2: Ojos vacíos ✓
CAPITULO 3: Hetero & Homo ✓
CAPITULO 4: Odioso ✓
CAPITULO 5: Tóxico ✓
CAPITULO 6: "Suga" ✓
CAPITULO 7: Frío ✓
CAPITULO 8: Un trocito de sonrisa ✓
CAPITULO 9: Peligroso ✓
CAPITULO 10: Roto ✓
CAPITULO 11: Aléjate ✓
CAPITULO 12: Herido ✓
CAPÍTULO 13: Egoísta ✓
CAPÍTULO 14: Honesto ✓
CAPITULO 15: Mariposa ✓
CAPITULO 16: Viejo inicio ✓
CAPITULO 17: "Hun" ✓
CAPITULO 18: Jeon ✓
CAPITULO 19: Entre ángeles y ex demonios ✓
CAPITULO 20: Fuera ✓
CAPITULO 21: Cielo ✓
CAPITULO 22: Remolino ✓
CAPITULO 23: Huracán ✓
CAPÍTULO 24: Ayer (1/2) ✓
CAPITULO 25: Caer y perder (2/2) ✓
CAPITULO 26: Aturdido ✓
CAPITULO 27: Reflexiones y heridas ✓
CAPITULO 28: Cede a perderme ✓
CAPITULO 29: Otro más frágil ✓
CAPITULO 30: Impacto✓
CAPITULO 31: Más cerca ✓
CAPITULO 32: Doblegar y envilecer ✓
CAPITULO 33: Realidades ✓
CAPITULO 34: Desmantelándo mentiras ✓
CAPITULO 35: Idiota ✓
CAPITULO 37: Envenenado ✓
CAPITULO 38: Inútil ✓.
CAPÍTULO 39: Heredero ✓
CAPITULO 40: Cerca de perder ✓
CAPITULO 41 El comienzo del fin
CAPITULO 42 Sumiso
CAPITULO 43 - Anochecer
CAPÍTULO 44 Súplicas
CAPITULO 45 Relleno
CAPITULO 46 Esperanzas
CAPITULO 47 Sincero
CAPITULO 48 Consciente
CAPITULO 49 Aquí y allá
CAPITULO 50 Desprotegido
CAPITULO 51 Huellas
Nota

CAPITULO 36: Puto ✓

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By MateoKim92

— No quiero que te vayas todavía - habló con mesura pero imponiéndose.

— No eres mi jefe, patán. No pasaré un solo minuto de más aquí, ni en ningún sitio si es contigo.

— Esto y lo que haces con las clientas no es diferente. Estoy pagando por ti, soy como tú dueño porque a los jefes se renuncia, Yoongi.

— Por eso esto es peor - arrojó con la mirada borde y la voz asqueada - Haces y deshaces lo que te entra en gana conmigo, te vale un infierno mi maldita voluntad o mi humor, mi disposición. Esto es peor que ser un juguete.

Choi se levantó de la cama con toda su desnudez a la vista, exhibiéndose, se acercó calmadamente hasta el baño siendo evitado por la mirada café; en cambio Yoongi comenzó a ponerse su ropa a una velocidad récord.

El mandamás se giró y hablo con autoridad. 

— No quiero que te vayas, Min.

No Yoongi sino "Min", y él no quería tenerlo cabreado por nada, estaba bailando la canción de Choi sobre la enorme y bronceada mano del mafioso.

— ¿Qué se supone que haré mientras te duchas? Quedarme sentado como imbécil, oyendo como lavas tu suciedad - negó - No, gracias. Paso. Además te hará falta mucho más que jabón y agua para quitarte algo de eso.

Aunque no necesariamente debía tenerlo contento, sólo responder a su llamado.

— Podrías entrar a bañarte conmigo, ayudarme a quitarme algo de toda esta "suciedad" que tú me ayudaste a tener.

— Sueñas - cortó la petición - Y yo no te ayude a ser un inmundo desperdicio de la sociedad, ya quisieras tener más culpables que simplemente tú - se agachó para enganchar un pie en el pantalón y encontró un pequeño hematoma ahí, se irguió furioso trás soltar un chasquido, una punzada en su espalda baja - Jodida mierda.

— Si tuvieses más participación o disposición, quizá no te dolería tanto - se burló con un poco de orgullo en eso, Yoongi era terco y arisco pero siempre acababa y se veía satisfecho justo antes de enseñarse enojado nuevamente - Tal vez si lo hacemos más seguido te acostumbrarás.

— Pudrete. Esto es porque te portas como un animal.

Choi se encogió de hombros y se perdió detrás de la puerta, al mismo tiempo Yoongi azotaba la del cuarto al salir. El mayor se mordisqueó el interior del labio inferior con una pequeña fuerza para liberar frustración, no respondió porque no quería sentirse más humillado y a la deriva de lo que Yoongi sabía que estaba. Se estaba hartando de las respuestas que eran divertidas y petulantes pero atractivas, Yoongi no era honesto en lo absoluto con sus sentimientos o cuánto aceptaba de Choi realmente.

Estaba arrinconado con este trato pero no siempre lo odiaba o no lo hacía de principio a fin, había espacios de interludio en esa furia incansable, eran esas oportunidades que aprovechaba para dejar su huella, una marca al ganado que le pertenecía así fuese la única rés del corral. Sus sentimientos por el rubio estaban más allá de la proyección o sublimación, cada reacción lo lastimaban con mayor frecuencia y se agredía a sí mismo por permitírselo a Yoongi, pero luego recordaba lo sexy y dócil que era en la intimidad, lo poco sincero y cuánto se sonrojaba porque no quería aceptar que tanto le gustaba lo que hacía Choi. Y pensaba en él, lo sabe porque Yoongi se fuerza a terminar mirando su cara como si no quisiera confundiese con nadie, y sabe que piensa en él porque lo mira con ira y algo de desprecio al mismo paso de su deseo.

El mafioso enloquecía con tan poco, incluso tomó a Yoongi la noche del Sahara siendo la única vez que el pálido se ausentó en una; la verdad es que no soportaba con mayor intensidad la idea de prestarlo a nadie, ni siquiera por una noche aunque él lo viese al menos una vez por semana para follarlo y tener está pelea de no quedarse para más nada. Desde que Choi puede besarlo y penetrarlo se siente libre y caliente pese a sus treinta y nueve años de edad, pese a que perdió la lujuria y el apetito sexual por un largo tiempo, pese a que Yoongi era "mercancía" que él respetaba y anhelaba con la misma fuerza ahora sólo lo llamaba para tocarlo e invadirlo, para llenarlo de él sin ninguna cita o pregunta de por medio, ya no conversaban, solo se veían y ropas fuera para recibirlo.

Era muchísimo mejor antes al mismo tiempo de que no lo era en absoluto. En el pasado habría dado todo por verlo sudoroso, sonrojado, ojos de gato con brillo hambriento, labios y mejillas rojas, respiración entrecortada, piel tersa y suave como tocar una nube, todo era maravillosamente perfecto; hoy en día daba lo que fuera porque lo escuchara, por verlo sonreír aunque sea sarcástico o por piedad, beber juntos, compartir pasados, anécdotas, heridas, por tomar su mano y que Yoongi no se esté desnudando para acelerar todo y poder irse igual de rápido como llegó... Dejando más destrozos que antes cuál huracán.

Lo amaba y lo quería sentir suyo, por eso dolía tanto su desprecio.

Yoongi era suyo, y ese pensamiento lo enfermaba.

No le importaba tocar su propio bolsillo al perder el enorme ingreso de Yoongi, el dinero no valía nada sí tenía que ver con él y todos eran prescindibles si él de lo pedía... si Yoongi se lo quería. Que amanezca en sus brazos era su nueva fantasía y el rubio se estaba empeñando con todo a no complacer ese capricho, únicamente en una ocasión lo contempló tranquilo y cómodo en su calor, nada se veía tan bien como sus pestañas tocando su pecho, sus manos rodeando el torso, su respiración chocando contra su piel...

«Es mío»

El pensamiento llegó solo acompañado de una sonrisa que se borró, Yoongi despertó aquella vez de mal humor y si no pateó a Choi de la cama fue porque conocía su lugar, si lo hubiese hecho habría sido más íntimo y cómodo que verlo salir de las sábanas como gato callejero rabioso. Por eso el moreno siempre se lo hacía rudo y bruto, no sólo dejaba su marca también buscaba cansar al pálido, que se sienta aliviado y calmo en su entorno, que parezcan más lo que Choi quería y no lo que Yoongi expresaba fríamente. Lo follaba tanto como podía para explotar ese nuevo gusto difícil de poseer a Yoongi, pero se lo estaba poniendo tan complicado.

Por suerte pronto sería más fácil para él y más difícil para un emocional Yoongi, cuando saboreara la traición. La paciencia siempre se le premió con oro al mandamás.

Por su parte cuando Min Yoongi se fué  veloz y sin mirar atrás de la habitación, todavía esa sensación de asco y rechazo que le nacía cuando Choi le sonreía junto a las malditas hormigas enloqueciendo dentro de él, locas y tontas corriendo por doquier y Yoongi quería rascarse por dentro la sensación. No estaba bien con eso y le encantaría beber insecticida para eliminarlas si eso no lo matara.

Iba inmerso en sus pensamientos hasta que el rechinar de una cama lo sacó de su malestar habitual, trató de ignorarlo porque él no era curioso, no tenía ganas de saber quién más follaba a la par del mandamás taladrando su culo, él no quería saber porque no le importaba, el gemido ronco y profundo de un tipo con voz grave le puso una mueca exasperada, no sólo era participé sino oyente de la sodomía entre hombres. Una risilla hipócrita y cínica que se burlaba de sí mismo escapó de sus finos labios, ¿Cómo disfrutarlo y aborrecerlo? Era una oda al fariseísmo.

Y toda autocrítica maliciosa y autodestructiva se murió con la misma rapidez que la luz, cuando el suspiro suave y encantador que lo embriagaba, ahora le cortó en dos. Se detuvo abruptamente aunque su cerebro le ordenó huir de ahí, el corazón estaba en pausa tortuosa y el aire no entraba, todo sistema se negó a continuar la rutina de mantenerlo vivo cuando reconoció dolorosamente el dulce y armonioso tono de Jimin complacido.

Realmente no debió saber nunca quienes tenían sexo a pocas habitaciones de distancia de la oficina de Choi.

Inconscientemente apretó los puños y la rabia lo empapó de una forma salvaje e imprevista, algo dentro de él se murió y un nuevo tipo de sentimiento malo nació de eso, su respiración competía con la presión detrás de sus ojos punzantes, gimió nuevamente y le castañearon los dientes, quería destruir al bastardo con la misma fuerza que él sentía el duelo de perder a Jimin.

Porque lo había perdido, de eso no había dudas. Por amor a sí mismo Yoongi se dijo que todo estaba perdido.

No había nada que él pudiese hacer para tenerlo, porque ya había hecho hasta lo imposible y sin embargo corrió a otros brazos... muy lejos de él.

***

Cababa su propia tumba y se acabaría por arrepentir al recurrir a este método tan rastrero y bajo, pero valía la pena si podía conseguir a Yoongi, estaba perdido y ahogado desde que el rubio lo rechazaba, necesitaba desesperadamente una bocanada de ese aire, solo con oírlo hablar estaría bien. Jimin jamás creyó desarrollar mayor dependencia que la tuvo por Hunchul, pero el rubio rompía esa regla, era ilógico lo duro que le golpeó el amor una vez lo aceptó, separó un cariño del otro y la desproporción era avismal. 

Tenía una noción del amor, había amado a Hunchul inmensamente pero era tonto e inocente, daba tanto y cambiaba todo para ser amado de vuelta, estaba tan mal; ahora con Yoongi quería ser diferente, ser capaz e inteligente para estar a la altura, le hacía querer crecer personalmente y ser un mejor humano para Yoongi, lo hacía querer amar mejor. No quería cambiar esto por Hunchul, no valía la pena.

Y aún así lo necesitaba para tener algo mejor. Los días eran tan fríos desde que Min le negaba la mirada.

Esa necesidad del rubio fue la misma que lo impulsó a golpear la puerta frente a él, el camino se hizo corto y voluntad vacilante, todo ánimo lo dejó cuando la sonrisa caliente y fina del guarda lo recibió, su pelo negro tirado hacia atras, el traje a juego con el de otros carceleros, la mirada maliciosa, todo él imponente y petulante lleno de arrogancia y supremacía como lo recordaba. Y en vez de caer rendido y sin defensas a sus pies, Jimin quería regresar sus pasos y resguardarse de esos ojos negros, su arrogancia le resultaba tan molesta.

— No te das ni un respiro de ser tan imbécil ¿verdad? - suspiró su aversión - debes estar realmente cansado de ser tú, al final del día.

— ¿Viniste sólo para molestarme, Chimchim? - preguntó sin sonrisa alguna.

La expresión de Jimin se volvió amarga.

— No me llames así.

— ¿Sabes? Yo te quiero de nuevo, pero no sé si me agrada mucho este plus de altanería y prepotencia la mayor parte del tiempo. Me gusta más el tú qué corre y me abraza llorando sobre mí.

— ¿Para alejarlo y hacerlo ver cómo un idiota enfermo y loco? - el mayor apretó los labios en una curva ascendente - Solo con tenerme venir hasta ti era suficiente ¿No? Fué lo que insinuaste.

— Amorcito.. olvidas lo codicioso que tú Hunie puede ser - alcanzó la mejilla canela con sus dedos un segundo antes de que Jimin se apartará - Si me das un brazo, quiero el torso. Y si eres tú quien viene, obvio que te quiero manso y lindo conmigo, así te conocí. No reconozco a otro.

— Pues este es el que hiciste. Al otro Jimin "lindo" y "sumiso" lo despedazaste. Lo vendiste y sólo Dios sabe cuánto sacaste por su culo de crío enamoradizo - se cruzó de brazos y miró directamente al pelinegro - Ese Jimin se murió para ti.

— A mi me gustaba mucho Chim... Él fue quien se ganó mi afecto y consiguió que cambiar...

— Ahorrate la farsa, sé de sobra que es mentira. Tú nunca me amaste, no podrías amar nada más que el poder y el dinero. Así fuiste desde el inicio.

— Y yo que pensé que no me conocías en lo absoluto - la mirada calmada y afectuosa se convirtió en algo malicioso y déspota de repente, era una expresión que cambiaba completamente la sonrisa que tenía en los labios, le miraba desde arriba con superioridad y se apoyó en la pared más cercana a Park, buscando intimidar como el bravucón que era -   Quizás sí era un poco engañosa la parte de los sentimientos, no eres bonito cuando me ves como todos, Jimin. Sin embargo sí era verdad la parte física, la química que despertaste en mí, estos deseos repugnantes de querer tu cuerpo nuevamente y negarme el deseo. Nunca fui bueno para ponerme límites y al parecer mi piel te extraña y te llama, quiere sentirte mío de nuevo, así que por eso me tienes aquí - tomó su brazo con propiedad y enterró las perlas negras que eran sus ojos en los castaños del menor, le dedicó nuevamente esa mirada sofocante y posesiva que le hacía temblar las piernas, más ahora no era más que un pendiente sensual y lejano - No te voy a mentir nunca más ningún sentimiento que no reconozca, pero sí puedo asegurarte que quiero tenerte de nuevo debajo de mí, desnudo, llamando mi nombre...

— Te agradezco la cortesía - estaba un poco acalorado entre el enfado y la vergüenza, a Jimin nunca le fueron tan sinceros, o menos no el tipo de personas que gustaban y Hunchul, aunque puerco y vil, todavía era su tipo así no le gustara el hombre - Me encuentras de muy buen humor este día y voy a premiar tu sinceridad, pese a que vine para enviarte al diablo definitivamente.

— ¿Lo dices en serio? - preguntó asombrado y una ceja arriba - Sabía que vendrías pero no con tanta mala gana - miró su muñeca fingiendo interés - tampoco pensé que sería tan pronto.

¿Cómo le gustaba alguien así? Y pensar que está seguridad lo deslumbraba le hacía sentir un idiota.

— ¿Estás buscando que me vaya?

— No cariño, para nada. No te sientas apenado cuando fui yo quien admitió que te necesita - se acercó sin tocarlo y Jimin se estremeció. Habían cosas que su corazón y cuerpo no dejaban de conectar - Me alegra saber que hasta en contra de tu voluntad llegas a mí. A qué te abrace como te gusta únicamente de mi, no importan cuántos, no importa qué, no importa quienes te quieran - soltó con cizaña - Al final estás conmigo y me eliges. 

— No quieres saber cuántos exactamente ni todas las cosas con las que debes competir, porque no te imaginas la cantidad de manos sucias que me han tocado, todo lo que aprendí sin querer.

— Y estás aquí en mi puerta - sonrió perverso.

— No todos saben fingir tan bien el amor, supongo que solo en eso eres experto. Nadie más supo engañarme así ¿Sabes?

— No seas así conmigo, Chim, porque si Hubo una vez - admitió aparentemente sin intención de hacerlo, pero como Jimin le vió con desconfianza continuó "derrotado" - una vez que te tuve y sí me excité contigo y tú cuerpo, tu voz, me sacie de ti pensándote más que a nadie. Tu piel inocente, tus glúteos pomposos,  tus ojos adorandome como tú único Dios. Dime qué hombre no se siente rey cuando te toca y lo miras como si lo fuese todo. Y te tenía que entregar porque ya te había prometido, pero el sexo contigo era una locura adictiva y me costaba cada vez más ser un fantoche contigo. No será así está vez - se agachó a su altura enfrentando sus ojos - Si me recordaste tanto tiempo habiéndo sido un perro contigo, hoy no me vas a olvidar jamás. 

Sin ninguna mentira o negación de por medio, Jimin debía admitir que se estaba sonrojando con la confesión mordiendo sus labios, incluso bajo la mirada, sentía la cara caliente y su corazón se tomó la libertad de sacudirse ante las palabras ajenas, aún si le había recordado el horrible mal que le hizo se emocionó un poco y después aplastó con miedo ese sentimiento, Hunchul sólo quería sexo y era lo suficiente cobarde como para volver a tomar alguien dañado como él, alguien que el pelinegro dañó para reinventarse en vez de seguir adelante y aceptar sus nuevos gustos. No era porque guardara recuerdos sino sensaciones, no quería en lo más mínimo a Jimin y él ya no era aquel adolescente temeroso e inseguro, ya no tenía catorce años cuando Jung lo enamoró, ni trece cuando se obsesionó a primera vista.

Jimin lo conocía, él no era bueno ni romántico, no era considerado, no devolvía ningún favor, sólo lo tomaba y se satisfacía a sí mismo y era eso lo que vino a buscar, sumisión y devoción ciega. Y se enojó cuando se prometió previamente que no se enfadaría por la manía de Hunchul para manipular a las personas.

«¡Ya no soy tu mocoso tonto y o obediente

Quiso gritarle a la cara pero no sé alteró demasiado, reprendió a su propio corazón y le ordenó silencio y calma, él ya no quería a Hunchul y por eso se forzó a pensar en Yoongi sonriendo, Yoongi llamándolo, Yoongi mirándolo con cariño, Yoongi preocupado por él, Yoongi acariciando su cabello, Yoongi diciendo su nombre... esto era para tener a Yoongi.

Él ya no podía caer en garras de la bestia porque lo conocía y le sabía las mañas, así Hunchul estuviese genuinamente intentando amarlo por una vez en su cochina vida él no podría responder con menos que sobria indiferencia. Jimin tenía alguien nuevo y mucho mejor a quien recuperar.

— No podría olvidarte nunca, aunque quisiera - sonrió amargamente, el guarda correspondiendo con autosuficiencia - Si eres una espina en mi vida, el fantasma más aterrador de todos y el segundo más recurrente en las noches. Nadie nunca me hará el daño que tú me hiciste.. - el pelinegro bajó lentamente la mueca - Al menos no soy el único que ha madurado después de todo. Veo que ya tienes los pantalones bien puestos como para afrontar que te gusta el sexo gay. 

— No es sexo gay - refutó de inmediato, llamando la atención de Jimin - es sólo sexo.

— Es gay si lo quieres conmigo, guapo. Y hasta donde tengo entendido pese al poco uso que le doy, sigo teniendo un pene como tú. El sexo entre hombres es homosexual, cariño.

— Sólo lo disfruté una vez.

— Admitiste más ocasiones, y me extrañas. Lo extrañas... Eres medio gay - atacó con la única arma que tenía para borrar esa expresión sardonica y descarada que siempre llevaba - O uno completo si no has podido hacerlo bien con mujeres de esa manera. Ellas también tienen un culo ¿Lo sabías? ¿O sigues siendo el tipo básico que sólo sabe engañar a gente tonta para liarse y arruinarles la vida?

— Cierra la boca - sujetó a Jimin desde el cuello sometiéndolo contra la pared, el menor riendo complacido - Me acabo de dar cuenta que ya no eres tan lindo. Pero este lado atrevido es un poco sexy.

Jimin le miró con soberbia y se relamió sus esponjosos labios en un intento de verse lascivo, ganando la boca del guarda sobre la suya.

El calor los envolvió inmediatamente cuando las manos ansiosas del mayor se colaron debajo de la playera, Jimin jadeó por la sorpresa, Hunchul nunca antes había sido tan participativo en sus encuentros cuando "novios". Trató de no quedarse atrás y sacudió la sorpresa de su sistema dejando que el mayor comiera todo lo que deseaba de su boca, manos habilidosas rozaban si pero con un cuidado jamás conocido para Jimin por el tipo, tanta calma lo alteraba y por ende cobró lujuria en el beso y se quitó su propia camiseta, sus labios se distanciaron sólo para que Hunchul hiciera sentir más incómodo a Park al quedarse viendo detenidamente su torso.

— Parece que haces ejercicio - dijo sin apartar una pestaña.

— Me aburro fácilmente.

— Puedes entrenar tu cuerpo aquí - tanteó el cinturón y Jimin se dijo que estaba bien dejarte tocar.

— Lo dudo.

Fue él quien se arrojó al pelinegro para retirar sus pantalones negros de vestir, no le tomó mucho tiempo y el hombre le ayudó quitándose los zapatos en el camino, no bajó la ropa interior pero acaricio por encima la hombría consiguiendo un gruñido; a cambio Hunchul lo cogió del cuello nuevamente para estirar el labio de Jimin con sus dientes, manipulando la situación.

Jimin recuerda ambiguamente que rara vez Hunchul quiso tener el control en el sexo con él. Ahora enganchó una pierna de Jimin a su costado con la mano que le quedaba libre y junto lo más que pudo sus miembros, se restregó sin descargó sobre la pelvis de Jimin que terminó por desabrochar el mismo sus jeans, siguiendo el ritmo del más alto.

Era horrorosamente placentero y le habría encantado decir que le gustaba mucho menos de lo que realmente le gustaba, pero simplemente no podía parar y hasta la mano en el cuello dejó de parecerle mucho. Jaló al pelinegro hacia él y lo acercó a su pecho, Hunchul entendió y se llevó un preconteo a la boca. Jimin siseó.

— Los pezones son algo nuevo.

— Nunca me hiciste nada de frente - manifestó sin que sea una queja.

— De lo que me perdía - comentó llamando la atención.

Park le miró desde su sitio percatándose de sus acciones, consciente de su repentino entusiasmo para sentirse mal consigo mismo, también estaba avergonzado por la mirada intensa en los ojos negros del mayor que lo desnudaban, eso le hizo sentirse caliente y era un sentimiento erróneo para el cometido de este encuentro. No vino a conseguir un buen revolcón, él llegó para generar cosas en el Yoongi celoso y posesivo.

«Tengo que hacerlo más rápido»

Empujó a Hunchul y se quitó ávidamente el pantalón, sin ningún descaro el otro se deleitó con la imagen de un semidesnudo Park, haciendo latir fuerte el corazón débil y enfermo de Jimin porque Hunchul lo miraba hambriento; él era otro y no necesitaba cubrirse el pecho o la entrepierna, muchas personas lo vieron con mucho menos o más provocativo y él consiguió tener la cabeza en alto, impune ante el pudor... Hunchul no debía ser diferente.

— ¿Te gusta lo que ves?

— Bastante - dijo sincero - aunque quisiera ver más..

— Enséñame tu también. Es incómodo ser el único así.

— Mi niño tímido, haberlo dicho antes - desanudó la corbata y se quitó la chaqueta lentamente, incitando, pero veloz la camisa para no hacerse esperar.

Cuando se retiró el boxer, Jimin perdió el aliento.

— ¿Qué pasa, cariño? ¿No que querías ver? - asintió a falta de palabras, él no esperaba que se despojara de TODO - Muéstrame todo, Jimin.

Exhaló el nerviosismo y se mordió el labio para aguantar las ganas de correr, quería tanto como no lo quería lo que venía a continuación, se decidió por su perseverancia y se quitó la ropa interior con el corazón latiendo en la garganta, no sabe si eran ansias o temor, si eran expectativas o deseos reprimidos, las manos le sudaban pero él se mantuvo impávido y apetecible para el mayor, toda excitación era buena.

«Asi acabará rápido»

Era su peor excusa cuando la mente le gruñó porque quería verse bien para el animal, no era para Hunchul.

«Si fuese Yoongi, todo sería diferente y mucho mejor»

Caminó felino hasta encontrarse al más alto y lo empujó ligeramente hacía la cama, no era sexy ni atractivo o al menos no intentaba serlo, Hunchul lo tomó de la cintura atrayendo su cuerpo y lo jaló a su regazo, ambos desnudos, Jimin a horcajadas sobre el guarda duro y grande empujando la polla a media asta de Jimin.

— Falta un poco aquí - murmuró él pelinegro para lamer su mano y sujetar la hombría ajena.

Otra sorpresa, esta era la primera vez que Jung lo tocaba ahí.

— ¿Qué haces? No es necesario - trató de retirarlo - Yo puedo.

— Quiero hacerlo. Quiero que sepas que soy yo. Qué lo disfruto y que esto es diferente - atrajo a Jimin desde la barbilla para jadear sobre sus pulposos labios - No eres tú haciendo todo el trabajo. Somos los dos follando porque queremos hacerlo.

Jimin iba a negar aquello con algún comentario mordaz pero el mayor fue más rápido, devoró su boca sin cuidado o tiempo avivando el fuego, guiaba el beso y estimulaba al bronceado con tanto entusiasmo desconocido; de esta manera no duró mucho su postura reacia y comenzó a menearse y molerse contra la llevo clara que lo sostenía, cruzó dos brazos detrás del cabello negro y restregó sus pezones contra el precio claro y a penas con algún vello. Esto era jodidamente bueno.

Hunchul se estiro para sacar de Dios sabrá dónde el lubricante y se humedeció la mano, por un segundo Jimin pensó que iba rápido hasta que volvió al movimiento anterior sobre su pene, resbalando y haciendo ese sonido obsceno y sucio que delataba lo increíble que se sentía para Park, porque gemía sus pequeños jadeos entre besos que interrumpían la sonrisa de Hunchul.

Era mucho viniendo de él, por eso Jimin seguía recordándose que no lo quería mientras embestía su mano mojada y deliciosamente suave que ejercía la presión justa sobre su pene.

— Te vas a correr - suspiró sobre su boca. Jimin negó.

— Un poco masssss - siseó al final porque fue liberado sin haber llegado,  el anhelo que rasguñó segundos atrás volteándose a molestia.

— No me mires así, bebé. Yo también quiero lo mío.

— No me llames "bebé" - él no tenía ese derecho.

Hunchul metió la mano entre ellos hasta alcanzar la abertura de Park, no hundió el dedo pero si tanteó la superficie, Jimin de removió incómodo y trató de alejarse inconscientemente pero Jung lo retuvo de la cadera.

— Sólo será un segundo - prometió.

Repentinamente su otra mano también estaba lubricada y frotó viscosa la punta goteante, el menor respiró excitado y jadeó sorprendido luego; un dedo se había metido hasta la mitad en su agujero.

— Podrías avisar y no simplemente profanarme - se quejó.

— Si viniste aquí por tu propia voluntad ya es demasiado aviso el no arrancarte la ropa antes de entrar. Debí habertelo pedido.

— Sí, me iba a desnudar en el pasillo sólo por ti.

— Habrías hecho lo que sea por mí - apoyó su frente sobre la del menor nuevamente, sonriendo ante el recuerdo.

No por amor, sino por sadismo.

— Hice lo que sea por ti - corrigió - Y así terminé... No merecías nada. Aahh~

Gimió descontento cuando el dedo se coló completo hasta el final, descansando ahí unos segundos mientras el mayor daba largas y lentas tiradas a la piel sensible y caliente de la polla ajena. Escocia pero quería terminar, era tan molesto y exquisito el sentimiento de querer saciarse que Jimin lo odió por un segundo, porque le gustaba muchísimo esto y no lo estaba haciendo con la persona que él quería querer bien.

— Eres un fastidio - siseó sobre el rostro del pelinegro, más se balanceó sobre el dígito en su retaguardia.

— Ten paciencia, Jimin. Ya no eres un niño.

— No. No lo soy - ratificó agarrándose de los hombros anchos, ejerciendo una pequeña fuerza para tomar impulso.

Si Hunchul no lo hacía venir, él se correría por su cuenta.

Se embistió a sí mismo con el dedo pero también empujó contra la cavidad que hacía la mano clara sobre su hombría, se sentía bien pero no lleno, y por primera vez, desde que hace este tipo de cosas con las personas que quiere (casos escasos y contados con una mano), Jimin no sintió la necesidad expletiva de besar a su pareja. Es más, si se podía no quería hacerlo porque probablemente Hunchul inyectarse más veneno en su sistema y Park tenía el suficiente como para estar muerto.

Había algo nostálgico y confuso cuando lo besaba que le hacía querer más, y su corazón se removía contra diciendo sus necesidades de amor, deseando lo que sabe que está mal y le hacía daño; besar a Hunchul era letal desde que lo traicionó y vendió a una mafia en redes de prostitución.

«Él me hizo esto»

Se recordó cuando el mayor trató de alcanzar sus labios pero Jimin se los negó, le miró directamente con algo similar a la rabia excitando al pelinegro que, insistente y por puro capricho, buscó todavía más la boca de Park que giraba su rostro, le prohibía besarlo a toda costa.

— ¿Eres del tipo que no da besos cuando está por acabar, ahora?

— No.. solo no quiero besarte a ti - respiraba profundamente, gemía su placer descaradamente frente al tipo y le miraba a los ojos con desafío.

Algo hizo "click" en las pelotas de Hunchul, Jimin lo supo porque desastrosamente recordó aquella sonrisa suya de chico malo, esa mueca atractiva y perversa de que tenía planes y no podías escapar de ellos, sonrisa de hijo de puta que te hará disfrutarlo... Y él lo esperó por una fracción de segundo.

Apartó la mirada de él y se volvió a repetir que Jung le hizo esto, pero no tanto su dedo y follando su mano Jimin no deducía muy bien qué le hizo, ahora mismo todo parecía estar en orden, la simulación de calor que el pelinegro le daba siempre arrastró la incertidumbre y el pánico, a veces el dolor, de nuevo se sentía como si lo quisiera.

Algo dentro de él dolió, pero Jimin no tuvo tiempo para eso cuando el mayor soltó su pene una vez más, desenfundó su dedo del agujero, cogió sus nalgas y lo alzó consigo al ponerse de pie, arrojando a Park a la cama y él sobre el cuerpo firme y ligeramente esbelto de color canela.

Jimin se mortificó mirándolo, simplemente para encontrar nuevamente esa sonrisa mala y llena de entramados que lo enamoró alguna vez...

¿Qué parte de Hunchul no había enamorado a Jimin?

«No latas»

Ordenó banal a su órgano hueco, molesto y consiente del sentimiento que comenzaba a percudirlo otra vez.

— Si no me besarás lo haré yo, cariño. Sabes que siempre me las arreglo para alcanzarte.

Y tomó lo que deseaba moliendo su polla gorda y dura contra la de Jimin, su abertura que se quejó al principio con un dedo dentro ni siquiera se molestó con tres, el momento en el que fue lubricado era totalmente desconocido para el castaño y, cuando se sintió que iba a correrse con dos embestidas más de la mano de Hunchul, éste sacó sus falanges y enterró algo más firme y caliente en él, haciendo retorcer de placer y dolor agradable a Jimin.

Y se sintió triste por haberlo extrañado tanto.

«No lo deseo»

— Bebé, estás tan.. caliente... Y apretado.. - mordió sus propios labios un segundo antes de decir - Lo siento.. te necesito más de lo que admití.

— No... me llames.. ¡Ah! - jadeó el aliento que contenía inconsciente cuando Hunchul lo penetró - Es..espera. Mmh..

El pelinegro negó y continuó, recordaba vagamente a Jimin lloroqueando en dos ocasiones durante el sexo, primero porque no quería que sea rudo, y después porque no quería que la sacara; pronto llegaría la segunda parte de sus lamentos y él iba a disfrutarlo como la mierda.

— ¿No te gusta? .. quieres.. que.. lo saque - gruñó las palabras acompañadas de una fuerte embestida, Jimin se mordió la lengua para no hablar y decir que no, que le gustaba así como antes. Él moriría con esa confesión - Déjame oírte..

Apretó los ojos y dejó salir pequeña y tímida su voz, no quería demostrar que le hacía sentir bien pero comerse sus gemidos serían un reto a cumplir para el mayor, no quería volverse una meta para nadie, solo quería que Yoongi lo abrace de nuevo. Jimin piensa mal y actúa peor, pero en el mejor de los desenlaces obtenía lo que quería, y ahora estaba loco y desesperado por una mirada, así fuese de traición por parte del rubio; sabe que está buscando una estupidez con esto, se martillea la consciencia con que Yoongi es sólo una excusa para no sentirse menos enfermo y a la deriva, se consuela negando toda hipótesis nefasta y se aferra al cariño tóxico que había comenzado a desarrollar por el rubio.

Tóxico. ¿Cómo no querer así si su vida estaba repleta de veneno y negativas?

— Hazlo más fuerte - dijo ahogado, quería sentirse castigado porque todavía escocia un poco la intromisión del pene, pero él quería sentir que le hacía daño más que placer.

— Es muy pronto - se negó el mayor.

— ¿Desde cuándo me cuidas tanto? Luego no digas que esto no es gay, si hasta parece que me quieres - se burló entre suspiros y embestidas - ¿Pequeño Hunie bebesito se enamoró de la presa?

— No jodas conmigo, Jimin - advirtió, la sonrisa poderosa y arrogante de hace un rato había expirado.

— Eso me lo estás haciendo tú a mí, pero como una princesa - el mayor chasqueó la lengua y Jimin sonrió con soberbia - ¿Por qué no me cansé de ti, Hunchul? Esto es aburrido ¡Aah!.. Esso.. Eso ah~

El mayor había sacado su polla hasta que todo el tronco estuvo fuera y después arremetió sin cuidado en Park, ambas manos sujetaron las piernas para flexionarlo y un energético vaivén tuvo lugar, la cama rechinaba y Hunchul estaba feliz de cerrar la mente de Jimin para que no hilara palabra alguna, más sí gemidos ásperos y bajos con la suave voz de Jimin.

Park miraba hacia arriba y apretaba las mantas bajo sus manos, libero su voz y jadeó cada golpe; algo que recordaba del sexo con Jung es lo mucho que duraba penetrando y lo rudo que a veces lo hacía, apretaba tan fuerte las piernas de Jimin que éste ya visualizaba los hematomas mañana. Sin embargo, de esta manera estaba bien, tanto arrumaco y buscar sus labios le molestaba infinitamente, todo seco y frío era la mejor opción desde siempre.

Hunchul se metió tantas veces que cuando vislumbró su llegada trató de salir antes de correrse, traía un condón puesto en señal de la poca confianza que tenía a Jimin y el sistema en Palace sobre la protección sexual a su mercancía; cuando quiso moverse Jimin enganchó uno de sus talones en el trasero, el pelinegro sonrió y en respuesta levantó más la pierna izquierda en su poder.. un pequeño cambio de dirección y el punto jugoso de Jimin fue descubierto.

— Mal-dicion... Ahí Hunchul... Diabloss.. sí, es ese, ese es.. mierda..

Agarró su propio sexo y dió largas tiradas apresuradas y llenas de anhelo, quería venirse de una puta vez...

— Jimin, quédate quieto... - gruñó al borde sin poder dejar de mover las caderas.

— Cierra la boca y fóllame, inútil.

Jung suspiró una risita asfixiada y continuó hundiéndose en el menor, encantado con este nuevo chico que no se parecía al que él dejó atrás pero que sin dudas era el mismo, nadie le miraría con tanto enojo si no tuviese asuntos con él, y vaya que Jimin los tenía. Era divertido saber que el chico era débil ante él cuando debía odiarlo,  el infierno de Jimin sería aplacado por una venganza y pese a ello aquí estaban, encerrados follando como cualquier pareja que todavía se guarda afecto.

Pero él no amaba a Park, estaba aquí sólo por placer y una orden. 

— Como que éste Jimin me gusta más - dijo honesto, el aludido al borde del climax.

— Pues a.. a mí n-no me agradasss...

La reticencia brutal y negada del joven atractivo y hermoso debajo de su tacto, estremeciéndose a casa empuje llegando a su éxtasis, el desafío implicado en no dejarse besar sólo por estar penetrandolo, sus acciones sin predicción entre sensuales y salvajes, su manera de hablarle y cortar cualquier halago o avance...

— Me gustas - probó por pura malicia.

Y la reacción que obtuvo lo dejó muy satisfecho.

— Vete al infierno - dijo sin aire pero sin interrupción, su mirada era un espejo de su corazón y Jimin estaba tan perdido que a Hunchul le parecía delicioso.

Era ese sentimiento de poder sobre alguien y apropiarse de un amor que no quieres de todos modos, tenerlo te hace erguir de orgullo y sabes que esa persona alimenta ilusiones del aire, te ama contra corriente y entonces no puedes dejarlo ir... El chico no es de nadie si no le pertenece y no porque Jung se lo prohíbe, sino porque Jimin no salía de sus ojos, y si estaba corriendo en dirección contraria a él no lo estaba haciendo muy lejos.

— Eres genial, Chim.

Y contra su voluntad le robó un largo y profundo beso mientras penetraba incansable su entrada, se abalanzó para sostener sus hombros acomodando la pierna extendida en el pliegue interno de su codo, era una posición molesta pero la duda en la mirada castaña lo valía todo en este momento. Jimin se debatía entre continuar jalando su miembro o empujar a Jung muy lejos, besarlo estaba fuera de sus límites autoimpuestos, no soportaba su lengua invadiendo y cambiando su sabor propio, su sonrisa malvada entre bocas, sus propias ganas de llorar porque no podía alejarlo...

Esto es injusto para sus intentos.

— Suéltame - empujó con su mano libre que Jung sostenía, aliviado de poder romper el contacto.

— No importan tus barreras, aún te importo Jimin. Todavía me necesitas bebé.

Jimin negó efusivo, no era verdad, él sólo necesitaba a Yoongi. Sus alaridos de placer más audibles y la cama rebotando demasiado con el peso de ambos y la fuerza con la que Jung le tomaba.

— Si no es así, ¿Por qué estás a punto de correrte?

Era completamente normal, el tele que liberarse, era biología pura..

— No es para ti - habló apresurado...

— Ya puedes venirte, bebé.

Jimin quiso llorar cuando alcanzó el climax y sus paredes apartaron al guarda que embistió poco más antes de correrse, el calor de la semilla a través del látex se sentía incómodo y desagradable, él no quería que nadie deje esta sensación aparte de, se sentía vacío y no por terminar, sino porque se vino cuando el primero lo ordenó y maldijo su cuerpo, no sabe qué tan comprometido estaba con Hunchul pero quería romper cualquier lazo, él no tenía ningún derecho, Jimin ya no le pertenece de ninguna manera..

«Yo no lo amo»

Se dijo para sus adentros, el ante beso cubriendo sus ojos que se humedecían de vergüenza y rabia consigo mismo, la respiración seguía irregular pero comenzaba a retomar ritmo, por el contrario el pelinegro se había puesto cómodo encima de Jimin, recuperando el aliento a su paso, tranquilo.

Jimin lo odió de inmediato.

— Te dije que no me llamaras bebé - lo quitó a mitad de su recuperación, tomó sus pertenencias y comenzó a vestirse.

— Es un lindo mote general, ¿Por qué lo odias? Antes no te molestaba.

«Porque Yoongi me dice bebé ahora»

— Porque es soso y estúpido, como si me tuvieras algún cariño...

— De nuevo con eso, ya te dije que no pero me gustas - continuó pinchando su flanco débil. El chico tragó una roca cuando lo volvió a mencionar - Es una mierda, pero al fin y al cabo tú también me estás usando ahora mismo ¿No es así? - se giró sobre su peso con la sorpresa en sus labios y la vergüenza en sus ojos - Yo no soy tu muñeco, Jimin. Si estás aquí es porque yo quise y nunca fue un acuerdo mutuo, sino tu siendo mío como siempre.

— Cierra tu maldita boca del infierno. Tratas de torcerme como siempre y te pica la piel saber que no hago exactamente lo que esperas, sabes que me estoy yendo...

— Después de que te saciaste de mí, sí, veo cómo te vas.

— No me refiero a eso - apretó los dientes y sus ojos se iluminaron de frustración, su cerebro trabajando horas extra como de costumbre. Él no lo hizo para estar de nuevo con Hunchul - Me voy a conseguir alguien que me ame.

— Jimin, bebé.

— Cállate.

— Cariño - reformuló con una sonrisa mala y socarrona - Estás tan dañado y tan, pero tan tonto, ¿Quién se tomaría el tiempo de amarte? Hay que reunirte completo para tenerte entero, tus piezas están en el suelo, en el aire, en el cielo, aquí y en Rusia, gran parte conmigo, un pedazo de ti está en cada sujeto que te tomó y te hizo suyo.

— Nunca fuí de nadie - sus ojos estaban al borde del desahogo.

— Con seguridad no te hicieron el amor, llámalo como quieras pero te tocaron, ese simple dato ya espanta tu hermoso rostro con lágrimas y tú culo de infarto. Solo yo te conozco de pies a cabello, ¿Por qué te quieres engañar?

— Tú no sabes nada de mi yo actual.

— Él tampoco lo conoce - Park apretó sus labios y el pelinegro rió - ¿Siquiera tú sabes quién eres?

— Soy Park Jimin - dijo seguro pero herido, estaba comenzando a marearse y el pecho dolía.

— No, tú fuiste "Park Jimin", un niño afectuoso, lindo, interesante de buena familia; sin embargo lo mandaste todo a la mierda y te perdiste, tu pasado nunca vino a buscarte y ahora no eres aquel chico inocente y alegre, tímido y amable. Yo lo conocía, ya no eres él así que no puedes usar su nombre... Ahora te ves más como Chimchim.

— Odio ese maldito apodo que me diste, me duele. Todos los que vinieron a forzarme después de ti - enterró la uñas en la palma.

— Yo no te forcé - alzó las manos con humor mientras Jimin soportaba el mundo sobre sus hombros, lo aborrecía y despreciaba tanto.

— ¿No es el amor una fuerza? Ya lo dije hace un rato, ¿Qué no hice por ti? - se pasó la mano por la cara, intentando espantar la angustia, la confusión estaba en la habitación como neblina para sus ojos - ¿Por qué hiciste que me llamaran como tú me pusiste? Fué asqueroso y lo odié.. los odié a todos. Te odié a ti.

— Pero también me amabas - resolvió y Jimin se sintió estrangulado - Lo hice precisamente para que lo odies, y recuerdes en cada cerdo millonario que quien te tocaba no era yo, y me extrañes. El rencor es un tipo de amor mucho más fuerte, Jimin.

Y era cierto, fue una cruz pesada y enorme que cuando Jimin no estaba desorientado diciendo que lo amaba sentía duro y fuerte que odiaba a Hunchul, más nunca lo tuvo lejos de sus pensamientos y eso era una triste verdad, si él estaba en ese limbo de amarlo y detestarlo era porque no podía tenerlo ausente mucho tiempo, y su odio sólo era una excusa para pensar en él porque cuando lo veía su corazón se ponía estúpido y necio, entonces se volvía loco al creer que eran lo que ya nunca serán y decía idioteces barbáricas.

¿Qué lo perdonaba por todo? Y una mierda podrida, él jamás podría perdonarlo por nada. Sin embargo fueron muchísimas las ocasiones que estaba siendo realmente lastimado y Hunchul llegó a "salvarlo", la pesadilla de Jimin tenía el nombre "Choi" pero no era este sujeto bronceado de expresión dura sino un chico de sonrisa adorable que daba escalofríos a Jimin de solo recordarlo con esa mueca. Porque cuando sonreía él sabía que le haría daño. Y siempre llegó Jung para ayudarlo, por eso lo llamaba siempre, tenía esta falsa confianza instaurada y no se la podía quitar, Jimin sabía que el pelinegro no lo protegía de nada, pero ¿Qué más podía hacer? Así funcionaba de momento su cerebro.

— El rencor, el odio, el temor. Sí, tienes razón, son sentimientos mucho más persistentes... También tienes razón en que no soy más Park Jimin, pero tampoco soy "Chimchim", no seré el puto a voluntad de ningún hombre más nunca si no lo quiero, y a ti no te quiero más desde hace mucho pero estoy necesitando ayuda extra para entenderlo - cerró un momento los ojos para perder de vista a Hunchul y trajo de inmediato la mirada de Yoongi a su cabeza, el rubio llamándolo "Jiminie", su sonrisa que alguna vez le recordó por error a Hunchul y que era tan diferente y buena. Su cuerpo se calentó y dejó de enterrar las uñas en sus palmas, ya no apretaba los dientes cuando le miró - Soy simplemente Jimin, y no te necesito.

— ¿Qué viniste hacer aquí entonces?

— Usarte para llegar a mis objetivos, una parte de mí te quería pero acaba de darse cuenta que nunca será correspondida y así lo fuese, no eres tú - «Es Yoongi» - Yo no necesito más daño, ni a ti, ni toda esta mierda en la que me envuelves alrededor de tu meñique.

Retomó sus pasos dando la espalda al pelinegro, no tenía más nada que decir y se sentía satisfecho con sus palabras, este era un cierre apropiado para el mayor y un inicio necesario para estar con Min, tenía menos esperanzas puestas en este plan que antes, ahora sí podía ver lo tonto y absurdo de meterse con Jung, sin embargo entendió otras cosas y con un poco de suerte si sufriría el efecto que deseaba, tenía que ser optimista, tenía que ponerse al rubio en la meta y todo iría bien, si era con él todo se sentía bonito y adecuado, lo respetaba y protegía, Calleri tenía razón...

— Yoongi no te amará cuando sepa que hiciste esto, "Jimin" - se burló de su discurso y el se estremeció ante la mención del nombre. ¿Cómo..? - Ya te lo dije bebé, no eres digno de amor cuando tus soluciones son saltar a la cama del tipo que dices ya no querer. En estás cosas sigues siendo un poco "Park Jimin".

Ni siquiera se giró para enseñarle cuán afectado estaba por esas palabras, de nuevo la catarata de dudas y sus ganas insufribles de llorar, odiaba tanto a Hunchul por hacerle tambalear en un abrir y cerrar de ojos, odiaba que lo conociera y viera a través de él hasta el nombre de su nuevo cariño, que supiera por qué se estaba metiendo con el nuevamente, que estropeará sus planes sólo con una malvada predicción.

Qué lo llene de nuevas dudas cuando él ya tenía respuestas.

Una lágrima escapó y él no se giró para ver qué tipo de expresión triunfal y tirana le estaba dedicando el pelinegro, no lo miró pero se imaginó perfectamente su sonrisa a gusto con herirlo, porque obviamente sabe que lo hirió y aunque no tenía el derecho y Jimin quería revocarlo, de todas formas lloró y se fué con esa expresión amarga y rota cargada de incertidumbre y miedo. Lloró por Yoongi y lloró por cómo le habló Hunchul.

Él no era quién para tratarlo como a un cualquiera cuando fue hecho a la medida para Jung, el chico que fué no era este y nunca sería un prostituto, ni pensaría así, ni amaría malamente, ni acudiría a planes sucios que lo orillaran hacer cosas que no quería para tener a quien quisiera. El Jimin de antes habría perseguido a Yoongi hasta el cansancio del mayor, le dedicaría cartas que nunca le enviaría, lo amaría dulce y tiernamente, sabría apreciar todo lo que el mayor hace y posiblemente ellos nunca habrían cuadrado en nada, porque Yoongi se enamoró de éste Jimin... Del roto, incomprendido y terco Jimin.

«Si nos hubiésemos conocido antes, tampoco habríamos funcionado»

Pensó con tristeza, creyéndose que esto era lo mejor después de todo, y también lo odió...

Y se odió.

***

Yoongi estaba en su cuarto caminando hasta por las paredes del rencor, inicialmente le había dado una angustia tremenda y doliente que parecía no tener principio o fin, sólo para pasar del dolor a la rabia como si estuviera cayendo y el suelo se volviera agua, nadando en su desprecio. Pisaba fuerte, respiraba profundamente audible, los músculos duros, los ojos irritados, estaba ciego y sordo por las emociones, tan malamente inmerso en si mismo que ni siquiera notó a Jungkook.

El acontecimiento de los gemidos ocupaba la totalidad de su mente, a penas y el cerebro enviaba órdenes para respirar y caminar, la cabeza comenzaba a doler y Yoongi tenía ganas de hacerse muchísimo daño para enfocarse en otro daño y no en el que tenía en su pecho. ¿Por qué Jimin volvió con él?

La pregunta que no tenía respuesta y que jamás tuvo que tener lugar porque simplemente no podía estar pasando esto, le estaba llenando el cuerpo de ácido. Quería gritar, quería llorar, quería golpear hasta el cansancio y los músculos no le dieran más de tanto despotricar contra el guarda bastardo y monstruoso aquel, que sin ningún esfuerzo ya se ganaba mucho más el odio de Yoongi que el mismo Choi.

Jimin no podía volver a caer en sus garras, y él no podía estar siendo testigo de ello. Absolutamente no.

Chasqueó la lengua y dió un manotazo con la palma a la pared que tenía más cercana, Jungkook que hasta el momento simulaba muy mal estar leyendo, solo para mirar directa y atentamente cada uno de los movimientos del rubio. Jeon sabía que así hubiese estado haciendo malabares o tocando el mismo teléfono oculto de Yoongi jamás habría sido tomado en cuenta, el mayor no tenía atención para nada más que girar por inercia y no chocar contra la estructura frente a él, porque después parecía un muñeco acuerdo no pensante que sólo gruñía y caminaba sin descanso. 

Pensó brevemente en un documental que vió donde el macho felino rondaba a la hembra en celo y se ponía así, malo y al acecho, sintiéndose tontamente avergonzado por la comparación sin tener idea del contexto. Quizás Yoongi estaba molesto con él todavía, pero Jeon necesitaba saber.

— ¿Hyung?.. Yoongi-hyung.

«Mocoso imbécil, inútil y con aires de grandeza. No tienes un mínimo de control o cordura y ya te echas encima al enfermo mal nacido y podrido aquel. Renacuajo inmaduro e idiota homosexual del infierno»

Seguía en sus adentros sin prestar realmente caso a lo que pensaba, ni arrepintiendose por pensar así, sólo quisiera tener la oportunidad para ver a Jimin y vomitar el ácido que llevaba y llenarlo de su toxicidad hasta ahogarlo o hacerlo llorar, y que fuese tan miserable como él lonera ahora mismo aunque se negaba aceptarlo. 

— ¡Hyung! - alzó un poco la voz, Jungkook, pero seguía sin ser oído.

«¿Cómo diablos pude poner los ojos en tí en primer lugar? Si no tienes ni un ápice de encanto ni te pareces a nada que me guste, no sólo me arruinas el interés, sino que me vuelves extraño y molesto cuando nunca lo fuí con nadie. Pero esto no se va a quedar así, vas a ver cuando» Rascó su cabeza con agresión «Ni siquiera puedo reprochar un jodido infierno porque te dije que se acaba, pero no sé termina así para que te vayas a enterrarte la polla del puerco sucio e inmundo ese. Ya te las verás conmigo, Park Jimin»

— ¡YOONGI!

— ¿¡Qué demonios quieres, Jeon!? ¿No te das cuenta que estoy ocupado? Maldita sea ¡No me grites!

Kook se sobresaltó en su sitio cuando la voz rasposa pero calmada tomó dos tonos más de lo usual; todavía le afectaba que Yoongi le mire de esa forma violenta y dispuesto a maltratarlo, seguís siendo inesperado y un poco doloroso pero se decía que tenía que acostumbrarse, al menos no era como con todos, todavía seguía siendo relativamente considerado aunque un poco más brusco, y se lo merecía.

— No te quedes callado cuando estabas siendo tan insistente - suspiró buscando autocontrol, Jeon no tenía la culpa de su puto humor - ¿Qué quieres? - cuestionó un poco más flexible. 

— Yo.. la-lamento gritarle, hyung. Solo.. solo estaba preocupado...

La sumisión de Jungkook siempre sería un arma contra Yoongi para aplacar su enfado, rompía esa burbuja impenetrable en la que solía encerrarse cuando se sentía dañado; Kook estaba recibiendo bastante agresión desde hace un tiempo por su parte los pocos ratos que tenía para hacerle "compañía", porque todo el rato estaba enojado o sintiéndose culpable por acostarse con Choi, dejándolo solo.

Lo culpaba injustamente, lo abandonaba y ahora le gritaba. No importa cuánta manipulación o trucos sucios usó para permanecer en la habitación, todavía era un niño y así aprendió a defenderse. No merecía más daño sino un poco más de comprensión y benevolencia.. aunque no le saliera naturalmente como con Jimin, debía intentar más.

— Lo siento chico, te dejo solo continuamente y ahora esto. Sé que te preocupas aunque no deberías. Sólo estoy un poco alterado últimamente - fregó sus ojos con el pulgar e índice para rascarse el escozor. No quería llorar, se recordaba todo el tiempo no hacerlo y costaba un infierno mantener la voz - ¿Qué necesitas, Kook?

— Nada en realidad - sonrió aliviado al sentirse cálido despues de tanta indiferencia, esto era muchísimo para él ya que nunca espero ninguna disculpa. Se suponía que ellos ya no serían cercanos - Quería preguntsrle... Preguntarte si quieres que comamos juntos en la cafetería. No sé dónde ha estado pero se nota cansado y en ningún momento lo veo comiendo.

El sí sabía dónde estaba cuando no lo encontraba en la cafetería, Jungkook  compartía mesa con Calleri, muy rara vez, a quien le entendía poco pero se sentía cómodo cuando se esforzaba en que él entienda, siempre y cuando no estuviera Jimin con él. Sino le traía comida, cosa que pasaba a menudo, porque Jungkook guardaba miedo aún sobre salir por si solo, aunque la ausencia de Alexei era extrañamente cada vez más notable.

Yoongi se sintió ansioso tras pensar que podría ver a Jimin y casi se niega por inercia, pero pensó que Jungkook tal vez estaba acudiendo poco o sentiría el rechazo negativamente de su parte y no como algo sencillo y sin intención.

— De acuerdo.

— ¿De verdad? - se animó, incrédulo.

Quería retomar mucho más que solo almorzar juntos, pero como mínimo no estaría solo y aburrido mirando la pared mientras masticaba sin ganas, y a cambio estaría un momento con Yoongi. Sonrió mínimamente y el rubio suspiró con nostalgia porque hacía tiempo no veía la inocente sonrisa del chico, así sea una mueca pequeña; extendió su mano y se permitió acariciar el liso cabello azabache de Jeon.

Honestamente Yoongi jamás pensó en correr a Jungkook, pero la situación,  las fechas próximas estuvieron magullando su corazón, acorralándolo entre el frío de los recuerdos que quería repetir.

— Lo lamento si te hice sentir incómodo o solo, Jungkook. Tu tendrías que sonreír por mucho menos que pasar tiempo con alguien cercano.

— No importa - sonrió mucho más grande, apenado - No es usted quien tiene que disculparse, yo lo merecía y sin embargo me presta atención de todas formas. Muchas gracias por ser tan bueno conmigo, Yoongi-hyung. No se preocupe por nimiedades.

— ¿Si no me preocupo por ti, quién se va a preocupar entonces? - se mantuvo tranquilo pensando sin mencionar a Mourad.. hacía rato no lo veía rondando.

— Podría preocuparse un poco más en usted - musitó por lo bajo - En solucionar sus propios problemas que lo tienen como león salvaje recién enjaulado y hambriento.

— Mis asuntos ¿He? - saboreó el amargo de su realidad un efímero momento, negando silencioso y apartándose para esconder la tensión en su reacción - Mis asuntos se arreglan haciendo cosas de grandes que no se cuenta a los niños buenos.

"Bueno"... Quería abrazarlo y llorar, todavía era el niño bueno de su Hyung.

— ¿Me está llamando niño sólo para no contarme? - hizo un mínimo puchero inconscientemente y Yoongi sonrió.

— Hay cosas que no quiero volver a forzarte a saber. No eres pequeño pero tampoco estás tan... grande - le echó ojos fraternales y tiernos, aguantando un segundo el aire antes de añadir - así estás bien...

Jungkook prefirió ignorar esa sonrisa forzada y aceptó manso lo que sabía que le convenía de momento, no quería oír nunca más cómo hablaba Yoongi de sí mismo ni lo que hacía con nadie, por ningún motivo.

A veces era mejor cubrirse que salir antes de una tormenta.

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Voto y comentarios.

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