"Preciosa deja todo lo que estés haciendo y ven inmediatamente, necesitas ver esto, Rápido.
H"
Apenas termino de leer la tarjeta cuando ya me encuentro de pie y corro hasta el centro de mentores.
No sé exactamente cuánto tiempo tardé en llegar, pero me parecieron horas, más cuando paso rápidamente mi dedo por el escáner para poder abrir la puerta y este no responde hasta el quinto intento gracias a la capa de sudor que cubre mis manos debido a la desesperación.
― ¿Qué diablos pasó?- Pregunto apenas entro.
―Cálmate Preciosa, necesitas estarlo para lo que te voy a decir-. Sigue sin darme una respuesta en concreto.
― ¿Qué Pasó?- Vuelvo a preguntar más calmada pero en un tono más mordaz.
Se pasa la mano por el rostro, cansado. A juzgar por su aspecto, no ha tomado ni una gota de alcohol, lo cual le debe ser un gran esfuerzo de su parte y no puedo evitar sentir cierta gratitud por su iniciativa de evitar ingerir alcohol para estar atento a los juegos mientras yo no estaba.
―En Primer lugar los Vigilantes no están permitiéndoles formar alianza- frunzo el ceño confundida, las alianzas entre tributos siempre han estado permitidas.
―Eso es imposible, ¿Cómo van a evitar que se formen alianzas, ni que fueran a estar detrás de ellos o algo así?- Digo pensando en las formas posibles de que los vigilantes eviten las alianzas.
―Créeme cuando te digo que sí pueden preciosa, ellos siempre encuentran una forma de joderle la vida a los tributos en la arena y la manera de este año es que han creado una nueva regla que va a ser aplicada de ahora en adelante en todas las ediciones de los juegos. Ya no puede haber alianzas entre los tributos, cada que dos o más tributos duren más de una hora juntos el rastreador en su mano va a ir quemándoles la piel hasta que rompan la alianza. Todo esto gracias a que el año pasado cierta persona hizo una alianza que molestó a los vigilantes―. Dice esto último de manera acusatoria, lo cual es suficiente para que entienda a lo que se refiere.
-¿Cuándo anunciaron esa regla?, porque no he tenido oportunidad de ver los juegos ni por un minuto-. Y es la verdad los patrocinadores no me dejaban oportunidad para hacer otra cosa que no fuera cerrar tratos con ellos puesto que me tardaba una hora con cada uno de ellos, de hecho solo he comido un poco y no he dormido nada, cosa que tampoco hubiera sido diferente si no hubiera tenido que ir con los patrocinadores.
―Luego del baño de sangre, es decir hace unas 15 horas.
Por mi culpa ya no van a existir las alianzas entre tributos, gracias a la alianza que hice con la pequeña Rue el año pasado, por todas las cosas que dijimos sobre nuestros distritos, las cuales nunca deberían ser contadas, por la manera en que la llené de flores cuando murió, todo es mi culpa y ahora los tributos deberán arreglárselas por su cuenta, cosa que les va a hacer más difícil sobrevivir puesto que ahora tendrán que estar atentos a todo lo que los rodea ya que no habrá quien les cubra la espalda.
-¿Es eso todo lo que tenías que decirme?- Pregunto esperando que la respuesta sea afirmativa.
-No, eso es lo "mejor" que ha ocurrido en todo el tiempo que has estado fuera durante ese periodo han muerto 7 tributos, dejando un total de 5 tributos con vida. El chico sigue con vida, aunque no sé si es buena o mala noticia.
―¿Qué pasó?-. Pregunto por tercera vez, cansada de que me cuente las cosas a medias.
―Lo mejor será que tú misma lo veas-.
Dice activando la pantalla que muestra donde se encuentra Peeta.
Al momento en que aparece la imagen en la pantalla el alma se me cae a los pies.
Se encuentra oculto en el sótano de un edificio abandonado, la manga de su brazo derecho se encuentra levantada, dejando ver un rastro de varias ampollas en el área en que está su rastreador, e inconscientemente paso una mano en donde el año pasado estaba el mío. Pero lo eso no es nada comparado con la herida de su pierna, que a juzgar por el aspecto que tiene sé que está infectada.
-Hizo una alianza con el chico del distrito 5, a ninguno de los dos les importó la advertencia de los vigilantes e ignoraron el ardor de sus brazos todo lo que pudieron, pero el chico del 5 no pudo soportarlo más y terminó dando por terminada la alianza, aunque no fue idiota e hirió al chico con tal de evitar que lo siguiera y huyó llevándose parte de lo que ambos habían reunido de la cornucopia.
Aunque el karma actuó en su contra porque una hora después de haber roto la alianza fue encontrado por el chico del distrito 1 y este no le dio una muerte muy piadosa que digamos.
No sé en qué momento me aproximo a tomar una de las pantallas pequeñas para ver la lista de artículos disponibles para enviar a la arena, esperando que haya alguna medicina disponible ya que de otra manera no podrá sobrevivir el resto de los juegos.
Veo la enorme cantidad de dinero que junté con los patrocinadores, eso hace que me relaje un poco ya que no creo que el medicamento cueste más de eso, así que lo único que me queda es seguir la lista hasta que al final encuentro lo que buscaba. La tensión vuelve al ver que el dinero que hay juntado no es suficiente para comprar el medicamento, cuesta más del doble de lo que hay, aunque es obvio dado el número de tributos que quedan con vida.
Pero no voy a lograr conseguir la cantidad de dinero necesaria a tiempo por lo cual no me queda más remedio me contactar con aquel patrocinador que se ofreció a depositar el dinero que quisiera si le hacía un favor.
-Manda llamar a Effie -. Digo y no hace comentario al respecto solo se limita a hacer lo que le pido.
Está de más decir que fue lo que tuve que hacer para obtener el dinero que faltaba, pero no había tiempo que perder.
Cuando regreso me encuentro con todo el cuerpo adolorido y lo único que quiero es darme una larga ducha para quitar todo rastro de lo ocurrido hace no más de una hora, pero primero necesito enviarle el medicamento a Peeta porque si no todo lo que hice será en vano.
Se encuentra peor que cuando me fui, tiene la fiebre muy alta y se encuentra muy pálido, por lo cual le envio un poco de sopa, que es lo unico que me alcanza. Al llegar el paracaídas se levanta de donde se encuentra y como puede lo toma.
Su rostro recupera un poco de color cuando se da cuenta del contenido del paracaídas. Localiza una de las cámaras ocultas y dice.
-Gracias Katniss -es como si estuviera aquí mismo y me estuviera viendo a los ojos.
"Si supieras lo que tuve que hacer para poder enviarte la medicina no me estarías agradeciendo" pienso mientras paso mi mano por mi enredado cabello, sintiéndome culpable.
Luego de colocarse el medicamento y comerse la sopa se encuentra mucho mejor, el color ha vuelto a su rostro y la fiebre casi ha desaparecido por completo e incluso puede apoyar su pierna, permitiéndole buscar otro lugar donde ocultarse puesto que a unos metros de donde el tributo del distrito 1 acababa de asesinar al del distrito 3, dejando ya solo a 4 con vida.
Pasan las horas y poco a poco Peeta ha ido mejorando de aspecto, lo único malo era su cojera, lo cual no le ayudaba a moverse muy rápido, pero sí lo suficiente como para poder alejarse y evitar a los otros tributos.
-Preciosa, tienes que darte un baño y dormir un poco -dice Haymitch cuando me encuentro recostada sobre la mesa, luchando por mantenerme despierta.
Asiento adormilada antes de darle un último vistazo a la pantalla para asegurarme de que nada ha pasado.
Me doy una rápida ducha caliente para quitarme el olor a sexo de hace unas horas y relajar un poco mis músculos.
En cuanto salgo me recuesto en la cama y observo nerviosa la pantalla, incapaz de conciliar el sueño sabiendo que en cualquier momento puede pasar algo puesto que cuando son solo 4 finalistas los vigilantes harán hasta lo imposible por juntarlos y sigan dando un buen espectáculo.
Haymitch nota mi nerviosismo y me tiende una pequeña pastilla azul y un vaso de agua.
Veo desconfiada la pastilla, puesto que nunca he tenido buen visto a los medicamentos del capitolio a pesar de que son mejores que los de los distritos, pero por lo menos sé que es lo que contienen esos a diferencia de los de aquí.
-Tómatela, de otra manera no vas a poder dormir y no vas a serle de mucha ayuda si no puedes mantenerte despierta. Además esta pastilla te va a hacer que duermas profundamente y así evitar tener pesadillas. Te despertaré cualquier cosa -dice y no me queda más alternativa que hacer lo que me pide.
Apenas me paso la pastilla el medicamento comienza a hacer efecto, sumiéndome en la profunda oscuridad.
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Cuando recupero la conciencia siento mi cuerpo más relajado, pero de ahí en más nada puesto que apenas abro los ojos cuando tomo mi lugar frente a la pantalla y tomo el plato de fruta que Haymitch tenía en las manos sin importarme sus protestas.
Mientras como la fruta veo lo que ha ocurrido en las últimas horas y no me sorprende lo que veo.
Los vigilantes han hecho que nevara y que la temperatura bajara drásticamente en todo alrededor de la arena, haciendo que los tributos poco a poco fueran acercándose a la colina central y a juzgar por el avance de la nevada no falta mucho para que se encuentren.
Los primeros en hacerlo fueron los tributos del distrito 1 y 4. El del distrito 1 no dudó ni un segundo en lanzarse en contra de su rival, puesto que no por nada es el tributo con más muertes en su contador. Aunque a veces eso no es necesario ya que el tributo del distrito 4 fue más rápido que él y terminó asesinándolo al clavarle un cuchillo en la nuca, provocándole instantáneamente la muerte.
Peeta y el tributo del distrito 2 llegan unos minutos después de la muerte del chico del 1.
Los tres se observan solo unos segundos antes de comenzar a pelear. No presto mucha atención, lo único que puedo hacer es prestar atención a cada uno de los movimientos de Peeta esperando que no sea herido de gravedad.
No se cuánto tiempo siguen así hasta que cada uno comienza a caer al piso como si de moscas se tratara.
Me llevo una mano a la boca al ver el aspecto de Peeta. La herida de su pierna se ha vuelto a abrir, y también tiene una herida en su costado, haciendo que se desangre poco a poco.
Los otros dos chicos se encuentran en las mismas condiciones, todos tratando de detener la hemorragia de sus heridas.
Todos son incapaces de moverse, pero sé que nadie puede hacer nada al respecto puesto que no podemos enviarles algo para sus heridas puesto que estas no van a llegar a su lado, es más los vigilantes harán que lleguen lejos con tal de que uno de ellos se mueva y muera más rápido.
Pasan las horas y poco a poco van perdiendo en color, el primero en morir es el chico del dos, dejando ya solo a Peeta y al otro chico luchando por su vida.
Ambos se encuentran en iguales condiciones de hecho hasta cierran ojos al mismo tiempo y apenas lo hacen el cañón que indica la muerte de uno resuena en toda la arena.
Me aferro a la orilla de la mesa, temiendo que sea Peeta el que haya muerto.
La voz de Claudius Templesmith es quien responde a mi duda.
-¡Damas y caballeros les presento al ganador de los 75° Juegos Del Hambre...!
"No puede ser verdad" pienso al momento que mis nudillos se vuelven blancos de tanto aferrarme a la mesa.