Lo que no se ve

Von Lossed

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Ocho años después de conocerla la ve por primera vez. Lauren es una chica invidente que no tiene la oportunid... Mehr

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Epílogo
Hola :)
Lo que no ves (2da parte)
NUEVA HISTORIA

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Von Lossed

LAUREN
-¿Tu y mamá están enojadas?
Preguntó Kilian al día siguiente durante el desayuno, mi mente viajó de inmediato al momento en que el problema se solucionó. Camila besaba mi cuello y yo metí mi mano bajó su...
Detuve los recuerdos al mirar a Ki esperando mi respuesta.
-Todo se arregló. Le despeine un poco y sonreí tanto que me dolieron las mejillas, limpié la cocina al terminar y no supe que hacer. Ki tenía demasiada energía como siempre.
Así que le pedí que me acompañará a la casa mientras ordenaba algo en la habitación, queria tomar algunas fotografías y llevarlas hasta la habitación que compartía con Camila, una de mis padres con mi hermano. De casualidad el teléfono sonó. Ki se quedo sentado sobre la cama mientras miraba algunos albums que había traído de Vancouver. Yo fui a la sala para contestar, miré el identificador y sonreí antes de contestar.
-Hola mamá.
-Lauren, por fin coges el teléfono.
Me regaño y suspiro pesado del otro lado de la línea.
-Oh claro, siento no haber contestado antes quizá sea mejor pasarte el número de la casa de a lado.
-Muy graciosa, no quiero hablar sobre el tema ahora.
-Esta bien. Le dije. Por un instante me sentí mal, ellos aún no querían saber más de Camila y nuestra relación.
-Queria saludarte y anunciarte que la pierna va mucho mejor, tu padre ha solucionado lo del dinero ya no debes ayudarlo.
Entendí lo que quería decir, la deuda sobre la cirugía estaba olvidada.
-¿Como está papá?
-Bien, algo cansado por el trabajo, además de que llega casi congelado a casa, el clima está mucho más frío.
-Lo supongo, aquí hace un poco de fresco por las tardes.
Me agradaba poder platicar con ella algo que hace tiempo era insignificante.
-Oye también debo mencionar que tu amigo ha hablado más de la cuenta a casa, al parecer no logra comunicarse contigo.
-No quise contestar. Le respondí rápido.
-¿Porque?
-Me ha sacado de quicio con algunas cosas, pero no te preocupes son cosas sobre el libro.
-Han ido bien las ventas.
-Increíble. Le dije con una sonrisa. El libro estaba gustandole a los lectores.
Un estruendo se escuchó en la habitación. Hasta mamá lo escucho preguntándome algo asustada que había sido, Ki era el único en lugar. Corrí hacia el para averiguar qué fue, mi corazón latía fuerte.
Cuando entre lo miré tratando de levantar algo del piso.
-Hey Ki.
Lo llamé y el se dió la vuelta, mis ojos casi se salen de mis órbitas al mirar lo que tenía en las manos. Una caja había caído del mueble y el piso estaba lleno de los recuerdos de la universidad.
-Lo siento Lolo. Me dijo apenado. Mamá no dejaba de pedirme explicación por el telefono.
-Esta todo bien mamá sólo fue Ki, el tiró algo por accidente al piso.
-Dios, debes tener más cuidado con ese niño.
Rodé los ojos al escuchar como se refería a él. Tomé el bastón que Ki tenía en las manos y le indique con los ojos que no había problema.
Caminé al armario y lo coloqué ahí.
Ki me miraba aún asustado quizá pensando en que estaba molesta.
-Mamá debo colgar, te mandaré el otro número por mensaje, así podrás hablarme más seguido.
-Esta bien, por favor ten más cuidado con el.
Por un momento me deje engañar por su palabras y fingí que era preocupación por Ki. Era obvio que no.
-Claro, y se llama Kilian la próxima quiero que utilices su nombre.
Gruñó del otro lado. -Cuidate y saluda a mi padre.
Colgué cuando se despidió.
Regresé a donde Kilian y aun estaba asustado.
-Ki, casi tiemblas, está bien mira las cosas están intactas sólo se cayeron.
Le sonreí tratando de calmarlo, dudando se tomó el brazo cubierto con la férula y se acercó a donde estaba juntando las cosas de nuevo en la caja.
-Lo siento Lolo, ¿Era tuyo ese bastón verdad?
Recordé como lo sostenía antes, estaba bastante segura que había jugado a no mirar y buscar a tientas el piso con el bastón así provocó que la caja cayera al piso.
-Si. Dije en un suspiro, no me gustaba recordar que lo utilizaba, me provocaba un escalofrío sentirme de nuevo como antes, sumida en la oscuridad y caminando con la compañía del bastón hacia sitios desconocidos, entre personas que no podía ver.
-He visto a un niño en el colegio que usa uno similar. Continuó el platicando.
-Si Ki, lo usan las personas invidentes.
-Jamás te he preguntado sobre eso ¿Como se siente no poder ver?
Mi cuerpo se tensó un poco cuando hizo la pregunta.
-Terrible Ki, aunque con el tiempo te acostumbras.
-Quise tratar de caminar con la ayudaba del bastón por eso tire la caja. Yo asentí, ya sabía lo que había ocurrido.
-Pudiste haberte lastimado el brazo Ki.
Coloqué el último objeto en la caja y la puse en su lugar, ayude al pequeño a ponerse de pie.
-¡No es para nada divertido caminar con el, así que jamás lo vuelvas a intentar!
Le dije en un tono fuerte, me estaba enfadando, el solo hecho de pensar que alguien más podría pasar por esos momentos me hacían sentirme mal. Mucho más por Kilian. Crecer sin poder ver, me habían creado demasiadas inseguridades y además una sensación de soledad todo el tiempo.
Kilian se quedó quieto para luego salir de la habitación, desde luego era la primera vez en que le hablaba de aquella manera. Cuando entre a la sala el solo miraba la televisión. Traté de reiniciar alguna plática con el pero aún se sentía ofendido o resentido conmigo por la forma en que le hablé.
Regresamos a la casa para poner a Kilian a descansar y el resto de la tarde la pasé sentada sobre el sofá mirando a la nada. El pequeño mantenía su silencio y eso me hizo sentir triste y culpable. Pensé en la mejor manera de discúlpame pero no encontré ninguna, hasta que el sonido del auto se escucho. Camila estaba en casa, había arreglado el auto.
Un sudor frío corrió por mi frente, que le iba a decir cuando se diera cuenta que el pequeño estaba enfadado conmigo o que quizá me odiaba.
Entró haciendo ruido sobre el pasillo para aparecer frente a mi con una sonrisa inmensa.
-Hola amor. Saludó hasta llegar a mi y besar mis labios.
-Hola. Le contesté insegura. Ella por supuesto lo notó así que quiso averiguar qué ocurría.
-¿Y Ki?
-En su habitación.
Le dije y ella me miró dudosa.
Se quitó los zapatos y los dejo en el piso. -Me estas asustando ¿Pasa algo?
Preguntó un poco más interesada, sabía que Ki estaba bien pero no veía lo mismo en mi. El suceso de la mañana me tenía algo agobiada, recordar no me agradaba mucho y el asunto del niño me hacía sentir peor.
Negué. -No, o eso creo.
Frunció el ceño y se separó de mi para ir a donde su hijo.

CAMILA
Kilian trataba de dibujar algo con su mano sana sobre una libreta de dibujo. Parecía serio y sin mucho ánimo. Estaba claro que algo había ocurrido, Lauren tenía la misma cara.
Me acerqué hacia el pequeño escritorio donde dibujaba y besé su cabeza.
-Hola mi amor.
El se estremeció un poco a mi contacto debí llamarlo antes.
-Me asustaste. Dijo para abrazarse a mi cintura. Cuando se separó ví su media sonrisa.
-¿Que tal va el brazo?
-Bien, hoy no me dolió. Suspiró de forma extraña y desvío su mirada.
-¿Quieres comer? Traigo una sorpresa para ti.
Sonrió de forma sincera pero aún se miraba triste.
Suspiré cuando quiso reiniciar su dibujo descuidado.
Miré a todos lados buscando algo que me explicara que sucedía, no había nada roto en la habitación, ni en la sala, Ki no había roto nada así que la culpabilidad estaba descartada.
Quizá extrañaba mirar a sus amigos del colegio, pensé. O me extrañaba a mi.
Regresé a la sala después de cambiar mi ropa por algo mucho más cómodo.
Lauren se tensó a mirarme entrar a la sala.
-¿Ki te lo dijo?
Me preguntó indecisa. Me acerqué a ella. -No, y no entiendo que ocurre.
Sus ojos bajaron al piso, tenía tanto tiempo sin mirarla hacer eso, la nueva Lauren jamás lo hacía a menos que estuviera muy triste o confundida.
-Yo...Ki está enfadado conmigo.
Sonreí, Ki jamás se enfadaba con alguien, sólo se sentía pero jamás se enfadaba.
-El no lo está, está triste pero no enfadado, mejor dime qué ocurre.
Suspiró profundo y nos sentamos en el sofá.
-En la mañana fuimos a la casa, traje algunas cosas así que pasamos un buen rato ahí seleccionando, mamá me llamó por teléfono y por unos minutos deje solo a Ki en mi habitación, cuando hablaba con mamá se escuchó que algo cayó así que me asusté bastante, entre a donde Ki y miré que el sostenía mi bastón en su mano mientras intentaba ordenar algunas cosas sobre el piso.
Lauren no dijo más y traté de comprender lo malo de esa situación. La miré hasta que recordé lo que Ki sostenía en sus manos. Claro debe ser eso, ella jamás había hablado con Ki sobre su problema.
-Lau...
-Mirar ese pequeño objeto siempre me hace recordar cosas que no me gustan para nada, así que fui algo dura con el, estaba enfadada y de mal humor.
Acaricié su mejilla para luego besar su mejilla.
-Quizá ya no quiere verme y lo entiendo, no quiere hablar conmigo, también entiendo si te molestas tu.
Sonreí y tomé sus manos.
-Lau, mirame. Le pedí, sus ojos verdes chocaron con los míos, estaba triste y confundida. -Entiendo, no te gusta mirar aquellas cosas que te hacen recordar que no podías ver y creo que Ki no debió tomarlo, no te culpo, yo hablaré con el.
Negó de inmediato y se puso de pie para comenzar a caminar ansiosa por el sitio.
-Esta muy sentido conmigo, me porte mal con el solo por las cosas del pasado, soy una tonta.
-Hey. La detuve. -No lo eres, al menos no sólo tú, ambos son tan tontos, pero si son los mejores amigos Lauren...Ki espera que vayas a su habitación y te prometo que con solo verte ahí se pondrá feliz.
-No....
-Shhh... La hice callar.
-Camila, es que odie la idea de que Ki pasará por lo mismo que yo pasé cuando era niña, ese bastón sólo me recuerda esos terribles años, cuando no podia verte ni a Kilian.
Sus ojos se humedecieron y no dude en abrazarla, tomé su cara entre mis manos limpiando sus lágrimas.
Era tan sensible pero siempre trataba de ocultarlo, amaba que se sintiera vulnerable solo conmigo y me mostrara esa persona sentimental.
-Lau...pero ahora no importa eso, mirame. Le pedí nuevamente. -Lo ves, estoy aquí y ahora no hay motivo por el cual sentirse triste, me estás mirando, tus ojos verdes tan lindos me miran.
Se lanzó a mis brazos sin decir nada y lloró por un buen rato. Cuando se separó limpió sus mejillas e intentó caminar hacia la habitación de Ki.
-Espera, tengo algo en el auto que seguro pondrá contento a Ki.
Sonreí y le pedí que esperara. Saqué el helado tamaño jumbo que conseguí para mi hijo. Sabor chocolate con plátano.
Cuando entre a la sala Lauren se sorprendió. -Wow.
-Exacto el también se va a sorprender, así que aquí tienes ver a convencerlo de que todo está bien.
Lauren sonrió tomando el gran helado y caminó despacio en busca de mi pequeño.

LAUREN
Como pude toque a su puerta, mi corazón latía fuerte.
El abrió la puerta y me miró por unos segundos. No me pidió pasar pero aún así lo hice, el gran helado estaba sobre el piso del pasillo esperando a que las disculpas terminarán.
-¿Podemos charlar?
Le pregunté el solo asintió y me sentó en la cama.
-Siento haberte hablado así por la mañana. Le dije sin más y el no dijo nada.
-Ki, no me gusta mucho recordar que no podía ver y bueno el bastón me lo recuerda, por un momento pensé que jamás desearía que tu tuvieras que utilizarlo, por eso me enfade...no lo veo como un juego así que te ofendió tal vez el reprenderte así.
Me miró con sus ojos cafés puso esa carita que ponía su madre al pensar mucho algo.
-Lo siento. Dijo y tocó su brazo.
-No debes disculparte tu, yo si, tu solo fuiste curioso como todos los niños y de verdad que quiero olvidar esto, ¿Seremos amigos?
Ki sonrió y se lanzó a mis brazos.
-Pensé que ya no querías ser mi amiga Lolo. Dijo mientras se acurrucaba.
-Jamás, siempre seremos amigos cariño.
Cuando se separó dudo de nuevo.
-¿Que pasa?
-Yo no quiero que seas sólo mi amiga.
Dios santo, pensé, quiere que sea algo más. -Tu eres la novia de mamá así que yo podría ser tu hijo adop...ad...
Intentaba decir algo. Abrí mi ojos cuando comprendí lo que quería decir.
-No puedes ser mi hijo adoptivo Ki.
Kilian puso una cara triste algo apenado.
-Lo que quiero decir es que yo quiero que seas mi hijo, no adoptivo, sólo mi hijo.
El sonrió con todos sus dientes.
-Pero debe ser un secreto, quizás eso ponga un poco nerviosa a mamá, sólo por un tiempo.
Susurré y el me apretó más con un solo brazo mientras reía cerca de mi oído. Dios que el me pidiera algo así me volvía loca de felicidad. Ki mi hijo. Claro que podría serlo, desde luego que podía, o debia ser por que yo quería estar con Camila toda la vida. Ser un matrimonio y vivir con Ki, como una familia.
Salí de inmediato hacia el pasillo y le enseñe el regalo a Ki.
-Wow. Dijo asombrado. Sus ojos brillaban de felicidad. Amaba el helado y estaba más que claro.
-¿Es sólo para mí? Dijo su voz infantil entusiasmado.
Yo reí y le dije con la cabeza que si.
Cuando quiso tomarlo le dije que no podría así que caminamos a la cocina donde lo puse en la encimera. El parecía babear por el bote. Cuando tomé algo para servirle un poco entró a la cocina Camila.
-Hey...¿Pero que creen que hacen?
Terminé tirando algo de helado en mi ropa, Ki parecía asustado o decepcionado. Aquí venía el sermón de Camila sobre comer helado antes de un platillo más sano.
-Yo sólo...sólo...
Camila mirándome de forma acusatoria me ponían muy nerviosa, Ki se puso detrás de mí buscando protección.
-Queria comer un poco de helado.
-Ya sabes las reglas Lauren. Me dijo acusandome con su dedo índice y caminó hacia el helado, yo dejé el helado en el lugar y tomé a Ki levantandolo del piso para alejarnos de ahi y ponernos a salvo. Esperamos su reacción pero para nuestra sorpresa ella sirvió un poco para ella y riendo comenzó a comerlo.
-¡Mamá! Replicó Kilian a mi lado. -No se vale.
Camila río a carcajadas. -Amo sus caras de susto. Lamió sus labios saboreando el helado.
Ki comenzó a reír con ella.
-Tienes razón mamá, Lolo es graciosa cuando se asusta.
Ambos se rieron de mi y Camila sirvió helado en tres recipientes. Ki comía en la mesa su helado encantado. Sus mejillas manchadas me hacían sonreír más por que el tarareaba un canción demostrando su grado de felicidad.
Camila me beso la mejilla cuando descubrió el motivo de mi sonrisa.
-Lauren eres tan tierna, amo como miras a Ki con mucho cariño, te amo. Besó de nuevo mi mejilla pero esta vez me giré como pude en la silla del comedor y besé sus labios. -Ves que se iba arreglar todo. Me guiñó.
-Yo amo mirarlo feliz y amo que tu te des cuenta, te amo a ti también.
Junte los labios con los suyos y ella sonrió en medio del beso.

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