In My Veins

By Bittergulp

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Después de que el pequeño de los Dixon salvara al Sheriff de una masacre, éste dejará a un lado su egoísmo pa... More

Capitulo 1 "Dixon"
Capitulo 2 "Ardillas"
Capitulo 3 "Infarto"
Capitulo 4 "Pesadilla"
Capitulo 5 "Frijoles"
Capitulo 6 "Velada"
Capitulo 7 "Tormenta"
Capitulo 8 "Dos caras"
Capitulo 9 "Emparedado"
Capitulo 10 "Reemplazo"
Capitulo 11 "Día de m#?rd#"
Capitulo 12 "Pookie"
Capitulo 13 "Acto insano"
Capitulo 14 "En mis venas"
Capitulo 15 "Ensayo-Error"
Capitulo 16 "Adversidad"
Capitulo 18 "Hey, baby brother!"
Capítulo 19 "Indigente de alcantarilla"
Capitulo 20 "Pedazo de unicornio"
Capitulo 21 "Más que un collar"
Capitulo 22 "Desde cero"
Capitulo 23 "24 horas en la luna"

Capitulo 17 "Dignidad desechada"

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By Bittergulp

Daryl Dixon
~*~

Era hora de ir de cacería con el junior como se lo había prometido, así que me dirigí con mi ballesta colgada al hombro hacia el punto de encuentro pero él aún no estaba ahí. -Está tarde hoy...

Por lo general Grimes junior siempre estaba aquí antes que yo, así que me extrañó un poco su pequeña demora.

-Pero miren a quien tenemos aquí. - Dijo una voz molesta proveniente de Merle quien estaba a unos pocos metros de mí. - la mariposa de la familia Dixon.

-¿Qué mierda quieres Merle? - Pregunté con fastidio.

-¿Que qué quiero? - respondió entrecerrando los ojos. -Quiero que regreses a ser el Daryl que conozco.

-¿De qué carajos hablas?

-Estoy hablando de que no reconozco a la mierda de maricón que tengo en frente justo ahora.- Dijo con desprecio.-¿En verdad Daryl? ¿Estás mostrando y ofreciéndole el culo a ese jodido sheriff? ¡A un maldito hombre!

El escuchar sus palabras me sobresaltó, pero más que nada me puso alerta, pues Carl podría estar cerca y escuchar algo que le podía arruinar más la vida de mierda que llevaba.

-Hablemos en otro lugar, lejos de aquí...- Ordené para después caminar en dirección de la salida.

Merle me siguió maldiciendo mil y un cosas que me propuse a ignorar. Abrí la cerca y salimos ambos hacia el bosque. Una vez ahí paré mi paso y Merle me imitó.

-¿Acaso no ves lo que ese sheriff quiere de ti? ¡Para él sólo eres su puta barata! su mujer lo dejó y sólo necesita un culo donde meter su frustración. O dime ¿Te gusta que te la metan Daryl? ¡¿Te putas gusta?!

Sus palabras mas que enojarme me dolían. Yo sabía que nada de eso era verdad, pues Rick me había demostrado lo que realmente sientía por mí, sin embargo el escuchar a Merle hablar todas esas mierdas comenzó a llenar el vaso de mi paciencia.

-¡Cállate de una jodida vez! -Exploté enojado. -¡¿Desde cuando carajos te importa lo que hago con mi puta vida?! Talves no recuerdes pero ¡Siempre terminas abandonándome! Y yo de tu jodido imbécil siempre siguiéndote.

Mis vista comenzó a tornarse levemente borrosa debido a la acumulación de agua en el lagrimal, pero aun así continué las palabras que había empezado.

-Eras lo único que tenía Merle, mi única familia, y jamás regresaste a buscarme, pero claro, yo de estúpido casi mato medio grupo por irte a buscar.

-¿Estás culpandome de que seas un maricón? - Preguntó molesto.

-¡No te estoy culpando una mierda! - Grité de nuevo.- Pero de algo me sirvió tu ausencia, porque ¿Sabes algo? Me dí cuenta que hay personas que me quieren, que me estiman, me pude dar cuenta que el hecho de llamarme Dixon no influencía en nada en como me trataban las personas, ni en el rechazo de las mismas...¡Siempre fue por tratar de seguir tus paso! ¿No te das cuenta lo mucho que te detestan aquí? ¡Te aceptaron de regreso por mí, por Rick!

-¡¿Y qué?! ¿Quieres que agradezca a un par de maricones? - Acercó su rostro retador al mío. - No voy a darte las gracias a ti ni a nadie... de haber sabido que eras un maldito joto jamás me habría aparecido por aquí.

Sus palabras me hirieron en lo más profundo, mi hermano me repudiaba como si de una mierda se trarara. ¿Cómo diablos no me iba a afectar si es mi propia sangre quien me está mostrando este cruel rechazo?
Siempre pude soportar el desprecio de las personas, porque me importaban un puto comino, pero el que jamás pude lograr que pasara desapercibido fue el de mi propia familia, el de mi padre, el de Merle, por eso siempre traté de seguirle los pasos a mi hermano, que me incluyera en sus circulos, lo apoyaba en sus planes estúpidos y denigrantes ¿Para qué?, fácil, para ganarme su aceptación, su aprecio e incluso su cariño...Y ahora poco le importaba lo mucho que lo había apoyado a lo largo de los años para ofenderme y mostrarme su asco a mi persona por el simple hecho de haberme enamorado ¿No se supone que tu familia debe velar por tu felicidad? Yo, con las peores obras del cruel destino descubrí la hiriente y dolorosa respuesta.

-¿Cuál fue mi error Merle? ¿Tan denigrante es que me enamore? - Dije exponiendo el dolor que sentía en mis palabras.

-¡De un maldito hombre sí!- Gritó.

Acto seguido me tomó de los hombros para hacer fuerza con ellos y propinarme un rodillazo en el abdomen. Esto me hizo caer al suelo quedando sentado sobre mis pantorrilas con el torso inclinado.

-De todas las personas Daryl...¿Por qué él? ¡¿Por qué un maldito hombre?! - Reclamó Merle quien me veía desde arriba.

Levanté mi torso un poco con mis manos en el abdomen, para clavarle la mirada en sus fulminantes ojos.
Casi al mismo tiempo escuché un sonido ensordecido para después ver como Merle caía al suelo. Se quejó con dolor y ví como su costado derecho sangraba.

Me descolgué mi ballesta y la puse en posción de tiro desde el hombro, pero cuatro tipos aparecieron rápidamente apuntando a Merle con sus armas de fuego con silenciador.

-¡Baja el arma! -Ordenó uno de los hombres, pero yo seguía apuntando.

Uno de ellos levantó al malherido de mi hermano y rodeó con su brazo el cuello de éste para después apuntarle al cráneo.

-¡Que bajes la maldita arma! - Gritó el mismo sujeto.

-Será mejor que cooperes si no quieres que esta sabandija y tú mueran ahora mismo. -Explicó esta vez otro de los hombres.

Rompí mi posición y bajé la ballesta lentamente dejándola en frente de mí.

-Buen chico - Dijo con una asquerosa sonrisa de burla el mismo hombre que tenía a Merle. - Nos encanta amaestrar animales salvajes.

-¡Levántate!- Ordenó uno de los cinco hombres a la par que se ponía detrás mío.

Yo obedecí sin más y éste mismo hombre me ató las manos y pusó dentro de mi boca un sucio pañuelo en bola, mientras que con Merle hacían lo mismo.

A base de empujones e insultos nos obligaron a caminar hacia donde se encontraba su camioneta, para subir a la misma.

Dos tipos nos apuntaron con sus armas durante todo el camino. Merle iba desangrandose y quejándose por el intenso dolor debido a la bala incrustada en su costado.

Llegamos a unos muros grandes de color negro y dos hombres abrieron paso a la camioneta, misma que entró a lo que parecía ser un pequeño y modesto pueblo. Aparcó en el lugar más sólo del sitio y nos bajaron de la misma manera en que nos habían subido. Nos encaminaron hacia lo que parecía una bodega de sórdidos y enormes pasillos que conducían a diferentes salas. Entré a una de estas y me amarraron a una de las sillas que estaban en aquel sitio. Mientras que a Merle, lo llevaban a otra de las salas.

-El gobernador llegará pronto.- Dijo el mismo tipo que disparó a Merle horas atrás.- Mas vale que vayan preparando su culo.-Rió con soberbia.

-¿A dónde llevaron a Merle? - Pregunté ignorando por completo su consejo de mal gusto.

-A asegurarnos de que no muera por la hemorragia. Sería una lástima que muriera ahora, ya que el gobernador, le preparó una linda sorpresa esta noche. - Dijo con su voz tallada en malicia y complicidad.

-No se atrevan siquiera a tocarle un pelo, malditos hijos de puta.-Amenacé viéndolo retador.

El tipo se acercó a mí y me miró con desprecio para después inclinarse un poco y quedar a mi altura.

-¿Eres imbécil acaso? No sé quién eras en tu grupo y ni me importa, pero aquí eres solo una maldita y asquerosa masa humana sin importancia alguna. Así que más te vale dejar tus amenazas baratas.- Burló altanero.

Yo sin quitarle la mirada de encima le escupí en su asquerosa cara que se encontraba a menos de medio Metro mío.
Él, obviamente con la sangre hirviendo me soltó un puñetazo en la cara para después calentar mi abdomen a base de patadas. No pasó mucho cuando un hombre negro y robusto entró.

-¡Martinez déjalo! Al gobernador no le gustará que estrenes sus juguetes.-Dijo sin siquiera mover un dedo para alejarlo de mí.

El hombre, al cual lo llamaban Martínez, se detuvo después de la intervención de su gigante amigo, me vio con recelo unos segundos y terminó de rematarme con una patada en el pecho haciendo que la silla cayera al suelo conmigo montado aún a ella. Gemí de dolor y Martínez únicamente se limitó a verme para después salir de la sala dejándome tirado.

Perdí la noción del tiempo, y yo seguía en el suelo con mis brazos  acalambrados por la silla a igual que mi espalda. La puerta de aquella sala por fin se volvió a abrir y entró por ella Merle con vendas en su abdomen y un tipo tomándolo por detrás del cuello para obligarlo a caminar. Lo ató a una de las sillas y después de unos segundos de verme con lástima, me levantó de aquel frío concreto.

El sujeto se limitó a hacer su trabajo y salió de la sala dejándonos completamente solos a Merle y a mí en un absoluto y prolongado silencio, pero no de esos relajantes, sino de aquellos tan incómodos que preferiría escuchar una alarma a cinco centrimetros de mi oído.

-Augie Doggie... and Doggie Daddy- Rompió el silencio mi veterano hermano con la vista fijada al suelo, pensativo. -Esa era la caricatura favorita del pequeño Daryl ¿Lo recuerdas? -Cuestionó con melancolía en sus palabras.

Lo recordaba, sí, pero muy vagamente, pues bloqueé los suficientes recuerdos de mi infancia como para creer que mi vida comenzó a los veinte.

-Era un sobre un cachorro que se embarcaba en múltiples aventuras junto a su padre. Él era bastante audaz en lo que hacía, tanto que fácilmente pudo terminar muriendo por su perseverancia, pero, siempre estuvo a salvo de cualquier peligro, pues su padre terminaba por reprenderlo de una manera cariñosa y enseñarle que la vida en este cruel mundo no es tan fácil como para comérsela en un segundo.

Merle seguía mirando fijo al suelo, como si sus próximas palabras estuvieran escritas en este.

-Hubo ocasiones en las que después de las golpizas que nos daba nuestro viejo, me preguntabas con voz quebrada y ojos acuosos llenos de inocencia :"¿por qué nuestro papá no es como Doggie Daddy?".

Mi hermano levanto por fin su mirada pero seguía sin dirigirla hacia mí. Aclaró su garganta y posteriormente tragó saliva de golpe.

-¿Qué se supone que te dijera? Esas cosas simplemente no se pueden contestar sin lastimar al crío que te cuestiona. Daryl - Me nombró para por fin encontrarse con mis ojos.- trate, juro que trate con todo de mí, hacer de tu infancia menos mierda, múltiples veces te defendí del viejo, y me peleaba con cualquiera que te insultara, incluso té reprendía cuando decías estupideces sobre ti mismo.

Merle recargó su nuca en el asiento de la silla y observo detenidamente la pared que estaba frente a él.

Después de la muerte de nuestra madre, te volviste muy apegado a mí, querías que te llevará a todo lugar al que yo iba. Primero pensé que era porque no querías quedarte solo con papá, pero aún cuando el viejo murió, tú seguías estando a mí lado en todas partes, y yo... No quería que eso se terminara. Antes de que sucediera toda esta mierda del apocalipsis, mi mayor temor era que de todo el mundo sobre la faz de la tierra, tú, Daryl Dixon, me dejaras de lado... Aún con ese temor, jamás comprendí porqué a pesar de toda la mierda que llegué a hacer, y a pesar de ganarme el odio de la mayoría de las personas que conocía, tú seguías siendo el único que seguía sintiendo estima y respeto a mi persona. Múltiples veces traté de distanciarme, antes de que me ganara tu odio, antes de que vieras por fin la mierda que suelo ser, pero simplemente no podía, no podía alejarme por completo de mi baby brother...

El ya cansado de mi hermano seguía viendo la absoluta nada en esa pared, hundiéndose en sus propios pensamientos por unos segundos.

-Merle.- Lo nombré para ganarme su mirada, cosa que logré.- Tú eras para mí como el Doggie Daddy, eras mi imagen a seguir, mi admiración siempre fue hacia ti, hacia tu fortaleza. No hubo, hay y ni habrá cosa que haga que deje de hacerlo, ni mucho menos que me haga desaparecer todo el amor que te tengo hermano, porque gracias a ti, mi niñez no fue tan mierda.

Merle sonrió levemente y soltó un gran suspiro acumulado, para después verme con cierta culpa.

-Lamento haberte metido en esta situación... Esto era algo que solo me correspondía pagar a mi. -Dijo con un costal de culpa sobre su espalda.

-Vamos Merle, somos Dixon. Sabes lo que significa ¿no? -mencioné tratando de animarlo. - Hierba mala...

-Nunca muere.- completó sin muchos ánimos. -Eso te lo enseñe yo.

-Y justo por eso eres tú quien más debe creer en esa frase.

Un fuerte ruido proveniente de la puerta nos sacó de la atmósfera que habíamos formado; un hombre delgado con chaqueta de cuero y un parche en el ojo entró a aquella sala.

-¡Dixon! ¿Me extrañaste? -Preguntó el antes mencionado hombre quien sostenía una asquerosa sonrisa en su rostro. -Porque yo sí te extrañé maldita sabandija.

-Nos volvemos a ver, gobernador.-Contestó Merle con su típica sonrisa cínica.

-Pero por supuesto que sí. -Susurró cerca de la oreja de Merle.-Desamárralo. -Le ordenó a uno de sus compinches y este obedeció al instante, para después, entre él y otro tipo, agarrarlo de los brazos y colocarlos detrás de éste.

El gobernador hizo un chasquido con sus dedos y entraron varios hombres armados que se colocaron alrededor de la sala, y dos de ellos apuntando directamente al cráneo de Merle. El tipo con parche hizo una seña y uno de los hombres armados me desamarró las manos y los pies.
Yo no trate de hacer algún movimiento para salir de ahí, pues me gustaba mi cuerpo sin más de 100 agujeros en el.

-Levántate.- Ordenó.

-¿Por qué diablos están haciendo todo este puto alboroto? -Pregunté fulminando al gobernador.

-Que te levantes. -Repitió, ignorando por completo mi pregunta.

Medite unos segundos y me puse de pie, quedando frente a frente con el tuerto.

-Buen chico.-Sonrío altanero.- No tienen ni una puta idea de lo mucho que espere este momento, tenerlos así, sometidos. Aunque la idea principal era solo con Merle, vaya que fue como un bonus divino haber encontrado también a su pequeño hermano.

-Te pregunté por qué carajo están haciendo toda esta mierda.- Bufé.

-Porque esa sabandija a la que llamas hermano, me quito lo más preciado que tenía en esta vida, ese hijo de perra de ahí.- Apuntó con el dedo índice sin mirar, a Merle.- Asesinó a mi hija a sangre fría.

-¡Yo no la maté, como un demonio! Ella ya estaba muerta ¡Era uno de esos jodidos caminantes!

-¡Cállate hijo de puta, ella seguía viva!- gritó el gobernador acercándose aceleradamente a Merle.

-Ella ya estaba muerta por ti, no es mi culpa que hasta como padre seas un maldito incompetente.

El tuerto en un ataque de ira comenzó a golpear a mi hermano vorazmente, yo fui corriendo para detenerlo pero uno de sus hombres me encarceló con sus brazos.

Aquel hombre se detuvo repentinamente aún sin satisfacer su furia. Merle estaba sangrando de la nariz y su labio estaba roto. Éste se sostenía únicamente por los hombres que lo tenían tomado de los brazos.

-No...- Habló el gobernador.- No vas a arruinar mis planes, tengo algo mejor para alguien tan repugnante como tú.

Con la mirada levemente perdida el tuerto se dirigió hacia mí y ordenó al hombre que me tenía atrapado que me soltara.

-Pensé mucho, muchísimo sobre cómo torturar y asesinar a ese hijo de perra, para vengar la muerte de mi hija, porque obviamente no lo iba a dejar impune, pero, nada era lo suficientemente bueno para hacerle pagar lo que me hizo pasar con la muerte de mi pequeña, ¿Torturarlo? No, conociéndolo solo sonreiría estúpidamente como suele hacerlo, y no me daría el gusto de ver cómo sufre, justo como sufrió mi hija, y por la misma razón matarlo tampoco fue una opción. Entonces apareció su pequeño hermano, Dixon Junior, y oh vaya sorpresa, es la única jodida familia que le queda, así que... Ya tengo mi as, mi instrumento para hacerle pagar la factura - Me toco la mejilla con el dorso de la mano y al instante yo la aparté. -a través de ti. -Sonrió.

-¡No te atrevas a tocarle un pelo hijo de puta!-Amenazó furioso Merle.

-Oh ¡Pero si yo no iniciare contacto alguno con él! -Exclamó a la par que extendía sus brazos. -Él lo hará. -Terminó de decir para después señalarme.- Tendrás que obedecerme sabandija Junior, porque si no lo haces, más vale que vayas reservando una fosa para tirar a hermano como la basura que es.

-¡No obedezcas ni mierda de lo que éste hijo de perra te pida!- Intervino el mayor.

-Alguien ciérrele la boca al hijo de puta. -ordenó el gobernador.

Uno de sus múltiples hombres le metió un pañuelo en bola a la boca y le selló con cinta la misma.

-Entiendes la situación en la que estas ¿Verdad?- Me preguntó al tuerto. -Tengo como 7 hombres armados aquí dentro, sabes que ninguno de ustedes tiene escapatoria, al menos no vivo.

El gobernador se acercó más a mí y me miró con asco y desprecio.

-Arrodíllate.-Ordenó.

Me limité a verlo fijamente, tratándole de transmitir toda la furia y odio que había acumulado hacia él. No iba a obedecerle a un lunático como este, arrodillarse era humillarse y yo no estaba dispuesto a hacer tal cosa.

-He dicho que te arrodilles- Amenazó.

-Y yo te escuché perfectamente bien.-Dije haciéndole saber que no iba a ceder.

-¿Acaso crees que estoy jugando? - Preguntó molesto.- Déjame demostrarte que esto no es una maldita broma, ¡Jason!- Nomnro a uno de sus armados.

Un hombre de músculos trabajados apuntó a Merle y le disparo directo a su brazo derecho. Mi hermano dio un grito ahogado por el pañuelo que traía en la boca y comenzó a retorcerse de dolor a la par que su brazo sangraba descomunalmente.

-Arrodíllate. -Volvió a ordenar.

Yo aún shockeado por todo, seguí con mi postura, pero no tarde mucho cuando otro disparo sonó dándole esta vez en su hombro izquierdo, Merle comenzó a derramar lágrimas de dolor y cada vez podía menos sostenerse por sí solo de pie.

-A R R O D Í L L A T E. - Ordenó por tercera vez marcando bien cada letra de aquella palabra.

Merle sangraba hórridamente, y se revolvía de dolor; yo simplemente no podía seguir viéndolo así. 
Doblé poco a poco mis rodillas para acercarlas al suelo, sabía que entre más cerca estaban del piso, más lejos se iba mi dignidad y más rápido se extendía mi humillación. Mi rodilla izquierda terminó por tocar el suelo y escuchaba como  Merle gemía en gritos tratando de detenerme, pero entonces mi otra rodilla llegó a hacer contacto con el concreto, quedando así a merced y voluntad del gobernador. Evite mirar a Merle y me dediqué a ver al suelo.

-Buen chico.-Dijo el gobernador.- Ahora pasemos a lo interesante...- Sonó malicioso.- desabróchame el pantalón.

Tendría que ser estúpido como para no saber a lo que todo esto conduciría, y una gran parte de mi bloqueaba mis movimientos en contra de la petición que el gobernador me había hecho.

Alce mis manos a la altura de su cremallera y desabotone su pantalón, para después bajarle el cierre.

Entonces unos disparos estruendosos provenientes de afuera de la sala, comenzaron a oírse.

-Iremos a ver que diablos pasa.- Dijo uno de los tantos hombres ahi adentro.

-¡Nadie sale de esta jodida sala, no todavía!.- Grito ferozmente el mandamás.

-Pero gobernador...

-Hay demasiada vigilancia allá afuera, ellos se harán cargo, pero sobre mi cadáver dejo ir esta oportunidad. - Miro fulminante al sujeto para después regresarse a mi. -Continua.- ordenó.

Merle seguía sangrando, tanto que podría haberse desmayado si no lo atendían rápido. -Entre mas rápido termine esto, mejor...

Tome de ambos lados su pantalón junto con su bóxer y lo baje lentamente, dejando así, su asqueroso pene al descubierto por completo.

-Chupalo.- Soltó con voz ronca.

Merle comenzó a desgañitarse, tanto que, aun con el pañuelo obstruyendo su sonido, podía escucharse como me pedía no hacer tal cosa. El trataba de safarse del par de subordinados pataleando, y moviéndose bruscamente, pero estos hombres eran demasiado fuertes y lo controlaban con golpes y apretones bruscos en sus brazos y muñecas. Uno de ellos le metio el pulgar en la herida de su brazo haciéndolo torcerse del dolor.

Merle necesitaba ser atendido en cuanto antes, y yo sabia que el maniático tuerto no lo mataría hoy, pues su sed de venganza daba para mas, así que podríamos tener una oportunidad de escaparnos mas adelante. Pero ahora el único objetivo era terminar lo mas rápido posible para que atendieran las heridas de mi hermano, no era seguro que lo hicieran, pero me quería aferrar mas a esa idea que la de él sin vida. Yo simplemente no podía verlo morir sin haber intentado hacer algo para detenerlo, justo en ese momento mi dignidad me importo poco, yo solo quería acabar con esto ya, así que trague saliva y solté un leve suspiro.

-Cierra los ojos Merle.- Implore sin siquiera verlo.

Ya suficiente tenia con controlar mi propia desdicha, como para también soportar el que mi hermano me viera en tan penoso y asqueroso ultraje, yo simplemente no podía permitirlo.

-Ni se te ocurra cerrarlos.- Amenazo el gobernador. - Tienes que disfrutar como hago de tu pequeño hermano mi perra.- Sonrió burlón.

Merle comenzó a patalear aun mas fuerte al igual que emitir gritos ahogados y desgarradores.

-¡Que cierres los ojos maldita sea!- Volví a ordenarle, pero este hizo caso omiso.

-Cállate y comienza de una vez, jodida perra.- Soltó con altivez.

Trate de ignorar los alaridos de mi hermano y tome con aversión el flácido miembro del tuerto con una de mis manos. Acerque mi boca a su pene con morosidad y la abrí lentamente. Tarde varios segundos en auto animarme a hacer tan repulsiva cosa, cerré mis ojos fuertemente y de un movimiento rápido introduje su glande a mi boca. Tan veloz como lo introduje, una repulsión se apodero de mi y traté arduamente de no vomitar.

-Mueve tu jodida boca.- Exigió el gobernador con la mas mínima gesticulación. 

Aun con mis ojos cerrados, inicie movimientos sacando y metiendo su flácido pene, el cual ni se inmutaba.

De pronto un sonido retumbante emitido por el choque de la puerta en la pared, anuncio la violenta llegada de alguien a aquella sala.

Abrí mis ojos con el miembro del gobernador aún dentro de mi boca y vi parado ahí en el maco de la puerta a la ultima persona que quería visualizar hoy: Rick Grimes.

Esto provocó que me sacara de inmediato aquel repulsivo pedazo de carne de la boca, y bajé la mirada envuelto en una pena y desgracia total.

Quería morirme en ese instante, ya no me importaban las doscientas balas incrustadas en mi cuerpo, yo simplemente quería desaparecer de aquel humillante y desafortunado encuentro. Ahora no solo mi hermano había presenciado  la parte mas denigrante y ruin de mi vida, sino también posiblemente el ser que más he amado en toda mi vaga vida. - ¿Por que diablos tú...apareciste justo ahora?

Mis ojos comenzaron a acumular lagrimas, y mi vista era incapaz de ver a Rick.

Mas pronto que tarde Rick entro a la sala disparando descontroladamente a todos los hijos de puta que la hacían de testigos, estoy seguro que ni el supo como rayos fue matando velozmente a cada uno de ellos y salir ileso.

El gobernador trato de subir rápido sus pantalones para atacar también pero una bala le alcanzo la cadera privándolo de su capacidad para caminar. Rick terminó ágilmente con todos los presentes en la sala dejando aún con vida a Merle, al gobernador y a mi.

Senti la mirada de Merle sobre mi por unos míseros segundos y pude ver con la rabadilla del ojo como este salía corriendo con dificultad, debido a sus heridas,  de aquel lugar. -No me dejes...no de nuevo...no ahora...

Seguí mirando el suelo aun hincado, destruyéndome yo solo con mis pensamientos insanos.

De la misma manera en que vi como Merle se largaba, pude divisar como Rick llego hasta donde el gobernador estaba tirado y comenzó a masacrarlo abruptamente, como si del mismísimo Satàn se tratara. Sacó de un movimiento un puñal de su cinturón porta armas, con su mano libre estiró el pene del caído y en una rápida movida le rebajó el mismo, causando así alaridos intensos por parte del gobernador. Grimes interrumpió los gritos del tuerto introduciéndole por completo el pedazo de carne recién cortado, a la boca.

Rick parecía estar poseído, pues mas pronto que tarde apuñaló múltiples veces al ya ensangrentado gobernador, dejando de él sólo una masa mal picada. Al parecer éste terminó de satisfacer su masacre y dejó caer al suelo el puñal que sostenía en su mano, miro por unos segundos el bien deformado cuerpo de su víctima y posteriormente  se levantó para dirigirse a mí morosamente.

Yo seguía viendo el suelo hundido en mi mas pesada mente. Rick se dejo caer pesadamente de rodillas a un par de metros de mí, pude sentir como me miraba tristemente.

-D-Daryl.- Me nombro con la voz cortada, pero eso no me hizo devolverle la vista, porque simplemente no podía, no me atrevía a descubrir su mirada llena de lástima.

No soporté más toda esa mierda y me levanté rápido para salir lo antes posible de aquel jodido lugar,  no mire atrás y salí por el mismo solitario lugar por donde me habían obligado a entrar. Para mi fortuna estaba totalmente despejado y evacué tan pronto como pude de aquel maldito pueblo.

Mis ojos dejaron caer lagrimas descomunalmente mientras corría hacia el bosque, pude escuchar como Rick me llamaba desde atrás pero no paré mi paso, llegué lo suficientemente lejos y me adorse en el tronco de un árbol, doble mis rodillas para hacerlas de soporte de mis brazos cruzados y hundí mi rostro en los mismos. Mi llanto se intensifico y la mucosa de la nariz escurrió lentamente, haciéndome sorber cada cinco segundos y evitar que se me terminara de escurrir por el rostro.

Habia sido el día mas mierda de toda mi asquerosa y despreciable existencia, lo único que defendía era mi dignidad, pero esta acababa de ser arrebatada de la manera mas cruel y denigrante de todas, dejando de mí a alguien débil y causante de lástima. ¿Como se suponia que vería a Rick a los ojos? No quería la lástima de nadie, y mucho menos quería la de él. No hubiera sido capaz de soportar el que él reemplazara su mirada amorosa hacia mí por una llena de compasión.

Aun en mi pésimo estado, miré hacia el cielo parcialmente oculto por los arboles y busque la estrella mas hermosa -¿Mamá? - La llamé  desconsoladamente. - No lo puedo aguantar mas madre...- Las lagrimas que comenzaban a calmarse volvieron a salir intensificadas y mi voz se quebraba cada vez mas.- Quiero desaparecer de este aborrecido mundo...quiero morirme y tener acceso a ese paraíso que me prometiste...por favor, madre...por favor.

Escuché unos pasos marcados por las hojas secas, aproximarse a mí, pero me importaba una vil mierda quien fuera, pues agradecería que me mataran ahí mismo justo en ese instante.

-Por fin te encontré, Daryl...

.,................continuará ..................
Logré mi propósito de actualizar hoy, Miércoles :'v

Ufff ¿Qué les pareció el capítulo? Porque quiero decirles que fue uno de los que más disfrute de escribir ❤️ y me encantaría saber si logre mi cometido o no XD

No sé si recuerdan que dije que la llegada de Merle sería como la caja de Pandora, pues, fue justamente por esto.

Quiero aprovechar para agradecerle a todas esas personas que me han estado mostrando su apoyo con mensajes y comentarios hermosos ;u; más que motivación es un plus para mí 💙❤️
Y no está de más comentarles que el oneshot que estoy escribiendo 💙 ya casi lo termino ;u;

Este capítulo se lo dedico a AdolescenteLoca por todo su apoyo e interacción con la historia y conmigo ❤️ te quiero.

❤️💙MUCHÍSIMAS GRACIAS POR SUS LECTURAS, COMENTARIOS Y VOTOS *-*❤️💙

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