Rick Grimes
~*~
Era un día tranquilo, quisiera decir que maravilloso pero no lo era, pues aún seguía sin digerir la situación con Daryl, todavía me dolía, pero fuera de eso todo era más sencillo para mí, pues el hijo de perra de Shane ya se estaba pudriendo en el infierno, ¿arrepentirme? Sí, pero de no haber hecho más trocitos de su cuerpo.
Salí de mi celda y me dirigí a las hortalizas, aún era temprano y la mayoría del grupo aún no salía a sus actividades. En el camino me encontré a mi hijo quien se ofreció a acompañarme, lo cual me hizo extrañar, pues apenas ayer me había respingado lo de Shane, pero lo que no me cuadraba aún más era su manera extraña y sospechosa de hablarme, como si se debatiera en decir algo o no.
-Papá...-me llamó sin verme.
-hmm - respondí en cuclillas trabajando en la tierra.
-¿Sigues amando a mamá?-preguntó con total seriedad.
Su pregunta fue como un balde se agua helada cayendo sobre mi espalda, ¿Cómo diablos se le dice a un hijo que se ha ido al caño el amor entre sus padres? Tragué saliva y después de un breve suspiro me giré a verle.
-Creo que sabes perfectamente la respuesta... - solté sin más - como tu mismo me reprochas: "no eres idiota".
Mi pequeño agachó la mirada y con un leve tambaleo se puso de cuclillas al lado de mí, colocando sus brazos cruzados sobre sus rodillas mientras observaba lo que hacía en aquella trabajada tierra.
-Yo...-balbuceó - yo te ví ayer papá - dijo rápidamente a la par que cerraba sus ojos y fruncía la frente.
Un sentimiento de angustia y culpa se apoderó de cada rincón de mi cuerpo -¿Vió lo que le hice a Daryl?
-Te seguí un poco después de discutir...bueno, en realidad al que seguía era a Shane...- Comentó nervioso.
-¡Mierda, mierda y más mierda!
-Lo ví papá... - levantó la mirada para clavarla en la mía - ví como lo asesinabas a sangre fría.
Su cara, joder, no podía verlo a la cara, no tenía la dignidad para hacerlo. Mis nervios estaban a flor de piel, sentí como las manos me temblaban y mi espina dorsal cosquilleaba a lo largo y ancho.
-¿Viste todo? - pregunté con la esperanza de una negativa, pues mi único consuelo sería que sólo haya visto cuando lo eché al bosque y no toda la masacre que su padre había sido capaz de realizar...
-Eso no importa - contestó a la par que desviaba su mirada de nuevo a la tierra. - sólo escucha, porque no pienso repetirlo, ni mucho menos responder nada.
Sus palabras comenzaron a inquietarme, pero por fin tomé el valor suficiente para fijar mis ojos en su rostro y darle la atención que éste me solicitaba.
-Seguí a Shane por lo menos 3 días, pero él siempre salía durante el día cuando todos estaban en guardia y cumpliendo con sus tareas diarias, así que nunca había tenido la oportunidad de... hacerlo. Pero entonces ayer cuando vi que salió en la noche supe que era la oportunidad perfecta, fuí a la celda de Daryl y robé una de las armas de Merle, estaba dispuesto a matarlo. Me escondí entre la maleza y cuando se dió la vuelta para regresar a la prisión le apunté con el arma y él cayó al suelo, pero... yo jamás disparé, y casi de inmediato te ví a ti apuñalarlo múltiples veces...
Carl detuvo sus palabras con un profundo suspiro. Y yo sólo quería que la tierra me tragara. -¿Qué diablos le estoy enseñando a mi hijo?
-Nos hemos cerrado las puertas del cielo... - agregó para después levantarse e irse a la prisión.
Mis ganas de hacer todo se reducieron a un nada, una sensación de asco me invadía el estómago, las últimas palabras de Carl fueron como una gran roca cayendo en mi cabeza. -¿Qué diabos he hecho?
Carl tenía razón, las puertas del cielo definitivamente estaban con llave para mí, pues no sólo fue lo de Shane (lo cual me seguía importando una mierda), sino lo cruel que fuí con Daryl, pero, se lo merecía ¿No? Pero entonces ¿por qué si ambos se lo merecían, sólo me siento terriblemente mal por lo que le hice a Daryl?
Mi mente era un jodido lío, aunque bueno, ultimamente eso ya no era novedad.
Ingresé a la prisión para encaminarme a mi celda y pretender dormir, porque simplemente no quería hacer, decir ni mucho menos escuchar nada, ya estaba demaciado fastidiado por mí mismo.
Estaba subiendo lentamente las escaleras cuando a la mitad de ellas una voz femenina me llamó.
-¿Qué pretendes Rick?
-No sé de qué mierda me hablas Carol, y no estoy de humor para averiguarlo - contesté seco sin detener mi paso.
-Hablo de Daryl
Escuchar ese nombre, provocó casi instantáneamente un alto en mi marcha
-¿Qué hay con él? - pregunté tratando de sonar desinteresado, cosa que obviamente no logré.
-Eso mismo me pregunto, ¿Qué pretendes con él, Rick? - cuestionó seria clavandome su amenazante mirada.
-Ustedes dos pueden hacer lo que se les venga en gana, me da igual - mentira - sólo dejen de intentar verme la cara de imbécil.
-¿Pero de qué diab...
Al parecer la canosa estaba por iniciar una disputa pero me largué de ahí antes para llegar rápido a mi celda, lo que menos quería era tener una discusión absurda y sin sentido por un macho en celo, pues por más que me doliera yo sabía perfectamente que ella ya tenía el trono asegurado en la vida del que alguna vez fue mi cazador.
Me acosté en la cama y permanecí mirando al techo viendo a la nada.
Perdí la noción del tiempo, sólo sé que llevaba un buen rato ahí en la misma posición, quería pensar y meditar mil cosas, pero mi mente no podía empezar bien por una, terminando por pensar en nada. Mi vida se volvía cada vez más mierda, cada vez más estancada, y sobretodo cada vez más solitaria.
-¿Qué razones tengo para vivir ahora? - pensé en voz alta con pesadez.
-¿No te soy una razón suficiente? - entrometió mi pensamiento esa voz que conocía perfectamente bien.
Me senté lento en la cama y miré en dirección de esa voz y ahí se encontraba Daryl, parado en el marco de la entrada viéndome con una casi inexistente sonrisa. -¿Estoy alucinando?
-¿Qué mierda te está pasando Rick? Ultimamente pareces un jodido lunático.
-Mi vida es una mierda Daryl, y te estoy dañando con cada maldita parte de mi existencia ¿Tu podrías perdonarme?
Esa alucinación parecía tan real, su voz sonaba como si un instrumento celestial suplantara sus cuerdas vocales, ademas la resolana que se penetraba por la sábana le daban un efecto casi angelical.
-Pero si me perdonaras ¿De qué serviría? Eso no me haría feliz, porque eso no significaría que me has preferido a mí...Duele bastante Daryl, me duele en lo más profundo saber que tu también me has dejado de lado. Tú y mi hijo que son los seres que más me importan, me reemplazan, entonces por eso ¿Qué razones tengo para vivir?
El ser angelical de mis alucinaciones se acercó a mí rápidamente y agachándose un poco para quedar a mi altura me tomó de los hombros viendome con una expresión de angustia.
-Rick ¿De qué mierda hablas? ¡Joder jamás te he reemplazado por nadie! ¡Eres el maldito tipo más importante en mi asquerosa vida! - gritó a la par que sus ojos se cristalizaban - ¡Por eso deja de decir estúpideces! - terminó para después sacudirme un poco.
Mi vista se volvió borrosa, las lagrimas se hicieron presentes en mis lagrimales dejandose caer por mis mejillas.
-Como desearía que fueras real, que en verdad fueras mi Daryl.
Mi vista se nublaba y mis oídos eran cada vez mas sordos, escuchaba y sentía como éste ser me gritaba y sacudía para que reaccionara, pero su voz se volvía cada vez mas lejana llegando a un grado de ser casi inaudible, y así terminé dejando caer mi peso sobre él.
....
Abrí mis ojos lentamente para toparme con los azules que tanto me gustaba ver, estos me veían fijo y denotaban cansancio así como tristeza. Me di cuenta que estaba acostado en la cama de mi celda. Fue ahí donde me dí reaccionè que lo anterior no habían sido alucinaciones.
-No vuelvas a asustarme así - dijo al percatarse que ya estaba en mis cinco sentidos. - En serio Rick tienes que hacer algo por tí, Hershel dice que colapsaste por una tremenda carga de estrés ¿Quieres contarme qué diablos pasa?
Tenerlo a mi lado, viendo y hablándome así, brindándome su absoluta atención me hizo creer estar en la mismísima gloria.
-Tu y Carol...-mencionè sin ganas de continuar.
-Carol me contò lo que le dijiste. Yo no tengo nada con ella más allá de una buena amistad - agregó el rubio - ¿Eres tan malditamente ciego para no ver que sólo soy tuyo? No sé por qué te creas falsas traiciones.
-Los escuché... a tí y a Carol en la bodega - dije si mirarlo a la par que me sentaba en la cama.
-¿Qué escuchaste? - preguntó confundido.
-Tú le dijiste que si se quitaba algo la matarías y después de eso ustedes sonaban como dos malditos enamorados, ¿Te divirtió tenerme de tu imbécil?- solté molesto a la par que fijé mis ojos en los suyos.
El cazador me miró confundido unos segundos y después una sonrisa de burla se hizo presente en sus labios.
-Me diviertes ahora justamente porque eres un imbécil Rick - dijo divertido, acto seguido comenzó a soltar una leve risa
-¿Tienes el descaro de reírte en mi cara? - dije obviamente molesto y fulminandolo con la mirada.
-Sí, porque eres un idiota Rick, Carol sólo me ayudaba para darte esto - metió la mano a su bolsillo del pantalón y sacó un collar con colguije de ...¿jeringa? - Porque no sé si recuerdes que dije haberte traído un obsequio de la expedición que hice con Merle. Idiota.
Una luz tranquilizante y pacífica se prendió en mi pecho haciendo que mucha de la oscuridad que cargaba desapareciera, como si mis órganos volvieran a funcionar normalmente, como si mi alma volviera a ser dueña y absoluta presidenta del control en mí.
-Era uno de esos collares de pareja, pero perdí uno de ellos - contó cabizbajo.
-No me digas que hablas de - metí mi mano a la bolsa de mi camisa y saqué el collar de corazón anatómico que el cazador dejó en mi celda la noche pasada - este - alcé aquel collar.
Al rubio se le ilumino la cara y me dedico una sonrisa nerviosa. Alzó su mano y me quitó aquel collar.
-Ese es el mío, el tuyo es este -dijo refiriendose al de jeringa. - Como arruinaste todo anoche tendrás que esperar hasta en la noche para darte esto como tenía planeado.
-Lamento mucho todo Daryl, soy un idiota, dejé que los celos me consumieran, pero, a veces los sentimientos nublan la razón ¿No crees? - me disculpé con mucha vergüenza que no traté de esconder - el imaginarte ajeno y feliz con alguien que no fuera yo me hizo perder el control de mí mismo, y parecías ser tan feliz con Carol, ¡Odiaba verte reír con ella! Pero sobretodo odiaba que te llamara "pookie" ¿Por qué mierda te pone un apodo cariñoso? ¡Tu pareja soy yo!
Paré al darme cuenta de lo patético y enfermizo que sonaba, acababa de disculparme y ya estaba reclamándole mis estupideces.
-Ella sólo comenzó a llamarme así, no es nada especial...
-Si yo te pongo un apodo ¿Será especial? - cuestioné como una niñata esperanzada a una positiva.
-No seas idiota, de ti todo es especial Rick - contestó sincero con un leve rubor en sus mejillas.
-¿Hasta si te follo es especial? - dije tratando de sonar seductor, lo que terminó saliendo en tono sarcástico.
-¡Ja! ¿Tu cogerme a mí? - preguntó divertido con una ancha sonrisa - te das aires de más mi sheriff. En todo caso yo te follarìa a ti.
-Ya veremos quien termina mordiendo la almohada "mi cazador". - finalicé haciendo que ambos riéramos.
-Me tengo que ir Rick, quedé con Carl para enseñarle algo de rastreo, el junior sí que es perseverante.
-Te lo encargo Daryl, Carl no ha estado bien últimamente, me preocupa un poco sus cambios de actitud repentina.
-No seas tan preocupado, es un buen muchacho, terco como su padre eso sí, pero es muy dedicado a lo que hace, creo que deberías dejar de sobre protegerlo, él suele decir que eso le molesta bastante. Te recuerdo Rick que ya es un puberto.
-Lo sé, lo sé, pero aun así me cuesta trabajo soltarlo ¿Sabes?
El cazador se acercó a mí, me tomo con ambas manos el rostro y me clavo un tierno beso en la frente.
-Sí lo sé mamá gallina -rió refiriéndose a como las gallinas cuidaban de sus crías. - te espero a las 12:30 a.m. en la torre de vigilancia, mas te vale llegar a tiempo sino me quieres encontrar tirándome a la canosa. -se burló.
-Cállate idiota - dije a la par que le dí un pequeño golpe al hígado
El cazador rió y me levantó la cabeza para que lo mirara a sus azules, se acercó lentamente y me regaló un cálido y tierno beso en los labios.
-Me encantas Rick Grimes.
Me soltó y se dispuso a salir de aquella celda, dejándome con el corazón acelerado y mil colores en el rostro. Estaba seguro que tenía en mi cara una sonrisa de idiota enamorado.
Poco después llegó Hershel para ver como me encontraba y después de una breve charla con èl sobre futuras misiones salì de mi celda para tomar aire fresco en el patio, mire el reloj y marcaban las 9 en punto.
Abrì la puerta que daba al patio y me encontré a Daryl sentado junto con mi hijo admirando el estrellado cielo.
-¿Entonces te gusta ver el cielo por tu mamà? - preguntò Carl.
-Al principio si, pero después se fue haciendo costumbre, una muy tranquilizante por cierto - contestò el rubio - mi madre solía decir que las personas importantes en tu vida que habìan dejado el plano terrenal se caracterizaban en una estrella.
-¿Tus padres estàn en una de ellas?
-Sòlo mi madre...- dijo melancólico - pero bueno, eso fue solo un cuento de niños, no es como que en realidad ella estuviera representada en una estrella.
-Puedes representarla en una, es cuestión de que tu mismo lo creas - mencionò determinante Carl.
-Supongo que tienes razòn junior...
-¡Què no me llames Junior! - protestò.
Los dos ahí sentados hicieron que una sensación de ternura y felicidad me invadiera, cosa que obviamente no iba a interrumpir, no serìa capaz de romper tan cómoda atmósfera, asì que me di media vuelta y regresè por donde habìa venido.
Cuando iba por los comedores vi una discusión entre Glenn y Lori, ella le decía preocupada a èl que Shane no habìa regresado desde anoche y que deberían buscarlo, pero al parecer Glenn le negò esto diciendo que era muy noche y serìa muy arriesgado, que lo buscarían mañana por la mañana, cosa que obviamente puso histerica a Lori. Sentì un hueco en el estomago y tratè de evitar que me viera para no salir involucrado pero fue demasiado tarde, pues en cuanto me vio se dirigiò a mi y me tomo de los hombros.
-¡Rick! tu tienes que ayudarme a buscarlo por favor ¡No podemos dejarlo asì como asì! - me implorò Lori con los ojos cristalinos e irritados.
-Glenn tiene razòn, serà mejor ir mañana en la mañana...-dije tratando de sonar preocupado.
-¡PUDRANSE EGOÍSTAS HIJOS DE PUTA! - Gritò para después regresarse cabreada a su celda.
Glenn me mirò con culpabilidad, misma que yo compartía pero potencialmente mayor por razones obvias, no dije nada y me fuì de ahí.
...
Habìa llegado la hora de encontrarme con Daryl en la torre de vigilancia, asì que salì de la prisiòn para dirigirme hasta ahì, subì las largas escaleras y cuando lleguè el puntual cazador se encontraba recargando sus antebrazos en el marco de la ventana viendo las estrellas con un cigarrillo en mano. Al percatarse de mi presencia se volteò a verme a la par que apagaba su cigarrillo en el marco de la ventana.
El cazador caminò hacìa mi y sin avisar me rodeò con sus brazos el cuello para colocarme un collar.
-Este es el tuyo - mencionò a la par que bajaba sus brazos y llevaba uno dentro del cuello de su camiseta - y este es mio - dijo mostrando el collar que colgaba de su cuello.
Mirè aquel collar que me habìa regalado detenidamente al igual que el suyo.
-¿Por què una jeringa? - preguntè confuso. -Entiendo lo del corazón, pero ¿Una jeringa?
Daryl riò un poco seguro al ver mi expresión de curiosidad.
-Escucha detenidamente - advirtiò a la par que me tomaba la mano derecha con sus manos y me la colocaba en la parte izquierda de su pecho - ¿Sientes eso? - preguntò lanzándome una mirada hermosa.
Sus latidos eran acelerados y podía jurar que estaban sincronizados con los míos, sentir como aquel pequeño órgano hacìa posible la existencia de este ser tan malditamente especial para mi, hacìa que le estuviese tan agradecido por hacer posible su vida. Ese sentimiento de querer agradecer a cada órgano vital del rubio por mantenerlo con vida, a su madre por traerlo al mundo y a su padre por hacer posible concebirlo, se hacìa presente en mì.
-Estar cerca de ti hace que cada parte de mì explote en diversas emociones, mi corazòn cambia el ritmo cardiaco, mi espina dorsal cosquillea al igual que mis mejillas y siento mi sangre acelerarse al mil por hora, es como si de una droga se tratara ¿Sabes?, como si el verte fuera una dosis de algo extraño transitando por mis venas provocando fiestas internas. - hizo una pausa para bajar mi mano de su pecho y tomar el collar que colgaba de mi cuello - por eso una jeringa, porque estàs en mis venas Rick, eres el fármaco que aliviana hasta mi mas tormentoso sentir.
Algo en mì brinco de emociòn, sentìa que llorarìa, que gritarìa, que abrazaria y besaria sin parar al rubio al grado de desintegrarlo. No puedo explicar la emociòn que sentìa en ese instante, pero si puedo decir que habìa sido lo mas maravilloso que habìa experimentado a lo largo de mi vida, èl me amaba de verdad, no lo dijo como tal, pero ¿Quièn necesita un jodido "te amo" cuando le dicen esto? sus palabras habìan superado biblicamente aquella sencilla frase que suelen utilizar los enamorados.
-Y este corazòn - continuò alzando el collar que colgaba de su cuello - es al que tu le aplicas esa dosis diariamente, sì, este es mi jodido corazòn.
-No - corregì a la par que tomaba su mano para imitar su acto de llevarlo a mi pecho - ese corazón es mì corazón ¿Lo sientes Daryl? Yo Rick Grimes te estoy entregando mi órgano vital. Hoy oficialmente es tuyo, y toma en cuenta que digo oficialmente, porque yo ya era tuyo completamente desde hace mucho.
Los colores se le vinieron a la cara al rubio para después dedicarme una emocionada sonrisa y una mirada inocente y amorosa.
Sacò un reproductor de música portátil de pila de uno de sus bolsillos y me colocó un audífono en mi oído izquierdo.
-Escucha con atención, es la única que encontré en este pedazo de basura que dice algo mas cercano a mis pensamientos. No es muy de mi estilo... - advirtiò el rubio a la misma vez que daba play a la canciòn.
Comenzó a sonar una canción de los años 60's, y Daryl me miraba apenado en espera de una reacción. Yo solo me dedique a verle y sonreìrle por el gesto tan elaborado que me había preparado. -Me gustas, me encantas, me fascinas... ¡Me tienes a tu merced cariño!
-Ya te tengo el apodo perfecto - le comentè.
-¿Ah sì? - sonriò.
-Sì, pensè en varios, pero quería ponerte uno único, algo que no cualquier persona te dijera, algo que sea y suene especial como tù. - Lo tomè del rostro y me acerquè lo suficiente para detallar sus facciones - A partir de ahora eres Dearly, ¿Entiendes? una combinación de dear y Daryl.
El rubio ensanchò sus ojos a mas no poder, se quedò estupefacto ante mi habla, le acariciè las mejillas con las yemas de mis pulgares y èste soltò un par de lagrimas aùn sorprendido.
-¿Daryl, estàs bien? - preguntè preocupado por su reacción.
-Rick... realmente no sè como haces para convencerme cada dìa mas de estar a tu merced... - respondió aun con sus ojos acuosos.
El rubio me abrazó fuertemente hundiendo su rostro en mi hombro, haciendo que sin pensarlo le correspondiera aquel gesto.
-¿Tanto te gustò? - preguntè feliz.
-No pudiste haber escogido uno mejor Rick Grimes...
La balada seguìa sonando y yo sentìa que el mundo era mio. Si pudieran concederme un solo deseo, serìa el morir al lado de este cazador que estoy estrechando entre mis brazos justo ahora, aun si muriera mañana no importarìa mientras fuera al lado de èl, porque sè que al menos mi ultimo suspiro, mi ultimo latido y mi ultimo momento habrían sido perfectamente dedicados a èl...
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Por fin nuevo capitulo! :'v lamento la tardanza, pero el regreso a la universidad fue catastrófico y no me diò tiempo de inspirarme para este capitulo (de los que mas disfrutè escribir).
Por cierto ¿si recuerdan el primer capitulo donde la mamà lo llamaba "Dearly"? pues por eso Daryl se sorprendiò tanto por el nuevo apodo que su amor le "creo". Digo, por si no lo recuerdan xD
Por ultimo sòlo comentarles que planeo escribir un oneshot de este par ❤️y bueno, espero actualizar esta historia el Miércoles para no vérmelas negras como hoy :'v
MUCHÌSIMAS GRACIAS POR SUS LECTURAS *--* 💙❤️