-Dime ahora que te pasa, amor. Normalmente soy yo el que siempre te llama...
Me encogí de hombros mientras que él dejaba caricias en mi cuerpo como tanto me gustaba.
-Keyla.
-Vas a odiarme... –Murmuré sintiendo mis lágrimas caer.
-Eh, ¿qué pasa? –Me aferré más a él no queriendo verlo a la cara. –¿Por qué voy a odiarte?
-Alysson se metió en mi cuerpo y besó a Slyder.
-¿Qué? –Dejó de acariciarme para levantarme la cara. –¿Qué dijiste?
-¡Yo no quise! Fue ella y no tuve control sobre mi cuerpo. ¡Cómo si fuera una marioneta!
Su mandíbula se apretó provocando más lágrimas de mi parte.
-Efren... –Se separó de mi lado para ponerse de pie aun en ropa interior.
-¿Me estás diciendo que... ¿Y ella... ¡¿Quién demonios es Slyder?!
-U-un hombre que creí que era el padre de la hija de Thalía.
-Explicate mejor porque no entiendo nada. –Y le expliqué. Le conté todo lo que había hecho ese día, desde el momento en que conocí a Thalía hasta aquel día en el que su profesor me dijo que era el padre de la pequeña Keyla.
-Lo siento mucho, Efren.
-¿Por qué no me lo contaste antes?
-Porque no quería involucrar a nadie en esto, Efri.
-Pude haberte acompañado.
-¡No te gustan esas cosas, por Dios! –Dije levantandome de la cama. –Prácticamente los odias, ¿cómo iba a pedirte ayuda con algo que no te gusta?
-No importa que no me gusten, puedo ayudarte igual. –Dijo agarrando mi mano para acercarme a él y abrazarme. –Es peor si me lo ocultas, Keyla.
-Pero yo... ¿Me perdonas?
-Si, aunque técnicamente fue la estúpida esa de Alysson quien lo besó ¿No?
-Si.
-Bien. –Levanté la cabeza para verlo a los ojos. –No quiero que vuelvas a tener ningún tipo de contacto con ese tal Slyder ni con su hermano.
•••
-¡Keyla! –Giré para ver a Nicholas corriendo hacia mi algo agitado.
-Hola, Nick. ¿Qué pasa?
-No, nada. Sólo que te ví de lejos y vine antes de que siguieras caminando sola.
-Ah... –Murmuré para sonreírle. –¿Vas a tú casa?
-Si, pero te acompaño a la tuya de paso.
-Gracias. –Ambos comenzamos a caminar por la acera en silencio. –¿Qué tal estos días? Hace tiempo que no hablamos.
-Si, la verdad es que si. Pero no tengo mucho que contar...
-Igual yo... –Recordé a Nina y sonreí curiosa. –¿Qué tal con... Nina?
-¿Con Nina? –Lo miré a la cara para verlo fruncir el ceño. –¿A que te refieres?
-Ya sabes, Nick... A vuestra relación.
-¿Qué relación? –Preguntó ahora más que confundido. –Apenas hablo con ella.
-¿Si?
-¿Sabes? Vé directo al grano, Kely. Porque no termino de entenderte.
-Ustedes se gustan.
-¿Qué? No.
-¿Cómo qué no? –Pregunté alzando las cejas. –Bueno, no sé si a ti te gustará, pero a ella si.
-¿Yo le gusto?
-¿No te has dado cuenta?
-Pues no. –Frenamos frente a mi casa.
-Bueno, pues habla con ella entonces.
-No tengo nada que hablar con nadie, Keyla. –Dijo algo malhumorado. –Hablamos en clase.
-Vale, pero no te enfades. –Lo abracé cogiendolo desprevenido. –Hasta mañana.
-Hasta mañana.
Entré a mi casa abriendo la puerta con las llaves para encontrarme en pleno silencio.
-¿Papá?
No hubo respuesta.
-Vale, pues nada. –Caminé hasta el salón para coger el libro que había en la estantería y comenzar a leer.
No tenía nada mejor que hacer, y mucho menos si estaba sola en casa.
De repente, se oyeron pasos bajar las escaleras y dirigirse a la cocina. ¿Pero no se suponía que no había nadie?
Dejé el libro sobre la mesa de centro para acercarme sigilosamente a la cocina y ver a Alexis medio desnuda, meneando las caderas frente a la nevera mientras que buscaba algo. ¿Pero qué diablos?
-¡Ah, aquí está! –Gritó y yo me crucé de brazos para carraspear. –Te dije que me esperaras arri... ¿K-Keyla?
-Hola. –Dije para levantar una ceja. ¿Por qué tenía el bote de nata en la mano?
-Yo no... Tú...
-¿Por qué la nata? –Pregunté y su cara se puso más roja de lo que estaba.
-Yo... –Escondió el bote detrás de la espalda sin terminar la frase.
-¿Por qué tardas tan... ¡¿Keyla?!
-Hola, papá. –Sonreí cínicamente para darme cuenta que sólo iba en boxers. –Veo que se olvidaron de que vivía aquí.
-Pensé que volverías más tarde.
-¿Pensaste? –Reí amargamente para volver a mirarlo.
-Keyla...
-No. No quiero oír tus disculpas, papá. –Dije recordando las palabras exactas que él mismo me había dicho. Y al parecer, él también se había acordado porque había tensado la mandíbula.
-Esta es mi casa.
-Chicos...
-¡Pero yo también vivo aquí! Y si tu puedes traer a tú novia para hacer lo que todos ya nos imaginamos, yo también puedo hacerlo.
Sentencié para salir de la cocina y dirigirme a mi cuarto. Y claro que lo haría, es más, llamaré a Efren.
-¿Kely?
-¿Puedes venir a mi casa?
-¿Ahora? Si acabamos de vernos...
-Te lo estoy pidiendo de buenas, Efren. No me hagas decir las palabras.
-¿Pero qué te ha dado hoy?
-¿Vienes o qué?
-Ya voy, Kely, ya voy.
-Genial. Dile a Alice que te quedarás a dormir aquí.
-Vale... –Me despedí y colgué antes de que la puerta de mi cuarto se abriera y Marco entrara por ella ya vestido.
-Te aviso de que Efren se quedará a dormir.
-¿Qué?
-Alexis se quedará ¿no? Pues Efren también.
-Eso no fue lo que hablamos el otro día.
-Me da igual. Una por otra. –Abrió la boca para decir algo pero la cerró para darse la vuelta e irse sin decir más nada.
Estaba muy enfadada con él. ¿Cómo pudo echarme el otro día la bronca y ahora hacerlo él?
El timbre sonó y yo salí de mi cuarto para bajar rápidamente las escaleras y abrir la puerta para ver a mi perfecto novio sonriendo.
-Guapo...
-¿Ah? –Reí para rodearle el cuello y devorar su boca.
-Te necesito...
-Joder, Kely... ¿Tú padre está?
-Si. –Lo dejé entrar para cerrar la puerta y guiarlo a mi habitación.
-Entonces es mejor que...
-Shh... Si él trae a Alexis, yo puedo traerte a ti. –Cerré con llave la puerta de mi habitación para girarme hacia él. –¿Preparado?
-¿Preparado para qué?
-¿Olvidaste mis palabras? –Sonrió de lado negando con la cabeza.
Las palabras, te necesito, eran la clave que teníamos para saber cuando queríamos estar el uno con el otro.
•••
-¿Y así de simple?
-Si.
-Ahora una cosa... Sólo por curiosidad, claro. ¿Para qué el bote de nata?
-Me sorprende que justo tú me preguntes eso, Efri.
-Entonces deberíamos de probarlo nosotros algún día, ¿no crees?
-Por supuesto. –Dije sonriendole traviesamente.
-Me encantas.
-Y tú a mi. –Dije apretando sus manos a mi cintura. –¿Me quieres?
-Por supuesto, más que eso, Keyla. Te amo.
-Y yo. –Enterró su cabeza en mi cuello mientras que me hacía cosquillas con su nariz.
-¿Te acuerdas de nuestra primera cita?
-¿Cómo olvidarla?
~FLASHBACK~
-¿Te gustó la película?
-Si, el protagonista es realmente lindo.
-¿Lindo? ¿Qué quieres decir con lindo?
-Ya sabes... –Murmuré sonrojandome. –Que está realmente bien.
-¿Realmente bien? –Me miró levantando una ceja. –¿Eso significa que está bueno?
-Si...
-¿Y yo no?
-Bueno... –¿Por qué se me había ocurrido siquiera quedar con él?
Lo miré al ver que no decía nada para verlo fruncir el ceño. ¿Se habría enfadado?
-¿Vamos a una hamburguesería?
-Vale... –Murmuré para seguirlo hasta un local donde una camarera cogió nuestros pedidos. Hamburguesa con papas fritas.
-Gracias. –Efren le sonrió a la camarera cuando dejó nuestros platos con las bebidas frente a la mesa.
-Oye...
-¿Mmm?
-¿Estás enfadado?
-¿Yo? Que va. –Dijo antes de darle un gran mordisco a su hamburguesa.
Yo me encogí de hombros para meterme una papa en la boca y empezar a masticar hasta que ví a Charlotte sentada junto a Efren.
Intenté hacerle gestos con la cabeza para que se fuera, pero no me entendía o no me hacía caso.
-¿Te pasa algo en la cabeza?
-¡¿A mi?! ¿Por qué?
-Llevas un rato moviendola hacia tú derecha.
-Ah, si... Es que... me duele el cuello, sí.
~FIN DEL FLASHBACK~
-Esa había sido la excusa más mala que podías haberte inventado.
-Tenia dieciséis años, Efri. No puedes culparme de intentar esconderte eso. Me hubieras llamado loca.
-Bueno, eso sí es verdad. –Ambos reímos para luego callarnos.
-En fin... ¿Dormimos?
-Si, mejor que si. Mañana hay que levantarse temprano para ir a la escuela.
-Si... –Me giré para dejar un beso en sus labios y luego hacerme hacia un lado para acostarme. –Buenas noches, Efren.
-Buenas noches, Kely.
¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤
😁 ¡Hola! 😁
¿Qué tal la semana después de las navidades?
Realmente me hubiera gustado que duraran más... 😕😧
Pero bueno, hago esta nota porque hace unos días publiqué una nueva historia llamada Dime lo que sientes... de la cual, lleva en mi borrador hecha desde verano del año pasado 😂😂
¿Qué porqué no la había publicado antes?
Pues no lo sé, supongo que nunca estoy verdaderamente segura de si mis historias son buenas para que les guste. Me pego varios meses leyéndola una y otra vez para cerciorarme de que están bien y de que tengan sentido alguno.
En fin, espero que le den una oportunidad y de que sea de vuestro agrado.
¡Besos!
PD: ¡Espero que les haya gustado el capitulo y se rieran un rato con él! 😆😆
PD2: No sé si alguna estará leyendo también The Distance Love, pero quería decir que estoy terminando de escribir el siguiente capítulo y que pronto lo subiré.