EVIL

By FVnus0

2.7M 197K 35.9K

Todos respetan a Dios, pero tres veces más al Diablo. Solo aquello, era suficiente para imaginar, quién era E... More

P R ⌖ L ⌖ G O
Capítul⌖ 1
Capítul⌖ 2
Capítul⌖ 3
Capítul⌖ 4
Capítul⌖ 5
Capítul⌖ 6
Capítul⌖ 7
Capítul⌖ 8
Capítul⌖ 9
Capítul⌖ 10
Capítul⌖ 11
Capítul⌖ 12
Capítul⌖ 13
Capítul⌖ 14
Capítul⌖ 15
Capítul⌖ 16
Capítul⌖ 18
Capítul⌖ 19
Capítul⌖ 20
Capítul⌖ 21
Capítul⌖ 22
Capítul⌖ 23
Capítul⌖ 24
Capítul⌖ 25
Capítul⌖ 26
Capítul⌖ 27
Capítul⌖ 28
Capítul⌖ 29
Capítul⌖ 30
Capítul⌖ 31
Capítul⌖ 32
Capítul⌖ 33
Capítul⌖ 34
Capítul⌖ 35
Capítul⌖ 36
Capítul⌖ 37
Capítul⌖ 38
Capítul⌖ 39
Capítul⌖ 40
Capítul⌖ 41
Capítul⌖ 42
Capítul⌖ 43
Capítul⌖ 44

Capítul⌖ 17

53.8K 4.3K 390
By FVnus0

Dejo la correa del perro encima de la comoda de la entrada. Mañana le dejaría libre. Sus heridas habían cicatrizado y aunque eso me alegraba, también me entristecía. No quería que ese perro dejara esta casa. Estos días me habia echo mucha mas compañía de lo que creía que podía hacerme.

El timbre suena haciéndome fruncir el ceño. Eran las doce y media de la madrugada. Pero aún asi, camino hacia la puerta y la abro.

—¿Que haces tu aquí?—Me tenso cuando una vez abro la puerta, el rostro de Evil se encuentra ladeado.

—¿Esperabas a otra persona?—Su murmuro hizo que apretara los labios.

—No esperaba a nadie.

Y tras mojar sus labios con su lengua, me hace a un lado adentrandose en mi casa.

—Veo que sigue todo igual.—Habla observando la casa.

¿Que?

—La casa venía amueblada.—Determino cerrando la puerta a mis espaldas. Cruzandome de brazos.

Y olvidando a la persona que tenia en frente y lo que me había enviado. Los ojos de Erick.

—Lo se, era una de mis casas.—Entreabro los labios.—¿Te gustó lo que te envié?—Lo miro atónita

¿Que si me habia gustado? ¿Esta enfermo?

Pero espera, ¿esta fue su casa?

—No.—Contesto tajante.—¿Por que me lo enviaste?—Ladea de nuevo su cabeza y se acerca a mi.

—¿Que voy a ganar contestando tu pregunta?—Y eso consiguió ponerme algo inquieta.

No por su pregunta, si no por su peligrosa cercanía e intimidante figura.

—Es cierto, todo debe ser a conveniencia.—Descruzo mis brazos, alzando mi mentón.

Evil escrutó aquel movimiento con su mirada.

Si tu aliado tiene algo que te interesa, siempre debe a ser conveniencia.—Y eso bastó para que yo alzará una ceja.

¿Yo tenía algo que le podía interesar al hombre que podía tener lo que quisiera con tan solo pedirlo o sacar su arma?

—¿Que es lo que te interesa de mí?—Doy un paso hacia su dirección, pensando que tal vez aquello podia intimidarle.

Pero que ilusa habia sido. A él no le había intimidado en absoluto aquel gesto. El efecto que logre causar fue a la inversa, pues la que se encontraba ahora incomoda por sus hombros tensos e inclinados para delante, era yo. Nuestra diferencia de tamaño era bastante notoria y yo me sentía físicamente insignificante a su lado, pero no por ello retrocedería tras haber acortado nuestra distancia.

—Necesito que hagas un trabajo para mi.—Había cambiado de tema. Tan repentinamente que no habia ni analizado aquella frase al verla salir de sus labios.

Como tampoco me había dado cuenta que estuve mirando esa zona por largos segundos hasta que esa frase se volvió a repetir en mi cabeza.

¿Un trabajo para él?

—¿Que tipo de trabajo?—Subo mi mirada a su orbes azules, donde la pupila se encontraba dilatada. Como de costumbre.—¿Y por que yo?

—No te daré detalles, si no se, si lo harás o no.—Se cruza de brazos. Tensando sus biceps.—Pero si lo haces, debe a ser a espaldas de Nash.—Niego de inmediato.

No, no podia hacer aquello.

—No puedo hacer nada a sus espaldas.—Sonríe de lado.—Si se llega a enterar que hago un trabajo para cualquier hombre a sus espaldas, tendría problemas.—Hablo con sinceridad.

—No soy cualquier hombre.—Baja su mirada a mis labios tras yo apretarlos ante aquello.

—Esta claro que a ti no te diría nada, pero a mi...—Desvio la mirada al sentirme algo incomoda.—A mi si.—Vuelvo mi mirada hacia él.—Es un tipo de traición.—Si lo era.

—Muy bien.—Y tras decir solo aquello, camina hacia la puerta.

¿Que? Pensaba que insistiría un poco mas.

—¿Y ya?—No puedo detener esa pregunta cuando lo veo abrir la puerta.

Y antes de salir, voltea su rostro hacia a mi. Echándome una ultima mirada y saliendo de mi casa.

¿Por qué era tan enigmático este hombre?

[...]

Salgo de la pisicina escurriendo mi pelo mojado. Nos encontrabamos en el chale de Nash. En el nos encontrabamos; Natasha, actual novia de Nash, Dylan y yo.

Nash había organizado una comida para que conociéramos mas a Natasha y así lo hicimos. Era una mujer bastante mas agradable de lo que me esperaba.

Unos gritos me hacen observar el interior de la casa desde el jardín. Donde estaba mi ropa y mis cosas, Shopie discutia con Duncan tras venir con él y encontrarnos a mi y a Natasha en bikini. No hacia mas de diez minutos desde que habían llegado. No lograba entender el porqué la había traído con él, pero aquello no era de mí incumbencia.

—Es una mujer bastante conflictiva.—La voz de Natasha me hace mirarla.

Observaba la escena con una mueca.

—No entiendo porque Duncan la sigue aguantando.—Dylan habla sacuediendose el bañador verde que traía puesto.

—Muy solo debe sentirse para aguantar a semejante estorbo.—Y aquel comentario por mi parte, pareció sorprender a mis dos acompañantes, los cuales me observaron de immediato.

Nash no se enconteaba con nosotros, estaba en el baño.

Veo como Duncan se adentra en el jardín, dejando a Shopie plantada en el salón.

Y pensaba que vendria a donde estabamos nosotros, pero pasa de largo yendo hacia la barbacoa. Cogiendo entre sus manos un pincho con carne asada.

—Me iré a vestir, tengo que irme.—Hablo enrollandome la toalla cubriendome el cuerpo, en el cual tenía un bikini negro.

Dylan y Natasha asienten y yo tomo aquello como una invitación para comenzar a caminar hacia el salón.

Decidí no explicarle nada a Nash sobre la visita nocturna de Evil ofreciendome hacer un trabajo para él. Esa información la veo inecesaria.

Frunzo el ceño cuando al llegar al salón veo a Shopie romper algo entre sus manos, pero mi cuerpo se congela cuando a su lado veo el medallón abierto sin las dos fotos que contenia en su interior. Lo que se encontraba rompiendo eran ambas fotos.

—Ahora si.—Deje caer la toalla, captando su atención.—Ahora si que te voy a matar.—Fue lo último que salió de mis labios antes de abalanzarme sobre ella.

Y no podría describir lo que sentí al verla romper la unica fotografia de aquel niño. De mis hermanas tenia mas fotos, pero de él, no tenía ninguna mas y eso había hecho que el calor subiera por mi cuello hasta la ultima vena de mi cabeza. Nublandome la vista. Estaba encima de ella repartiendo puñetazos por doquier en su rostro. No sabia de donde estaba sacando la fuerza, pero sentía mis nudillos rasparse y sus gritos rebotar contra mis oidos. Y lejos de apartarme, oír como gritaba de dolor bajo de mi, me alentaba a hacer mas fuerza en cada golpe que le depositaba en su estupido rostro.

—¡Alexandra basta ya!—Unos brazos me levantaron de ella y pude reconocer la voz de Dylan preocupada.

Bajo mi mirada a mis puños, empapados en sangre. Vuelvo a subir mi rostro a la pelirroja, a la cual casi ni se le veia el rostro por la cantidad de sangre que habia en el. Y me encantó, verla así fue lo más satisfactorio que me había pasado en años. Se merecia aquello y mucho mas.

No lo entendía, de verdad. No lograba entender porque la tomaba conmigo de esa forma. No entendía porque ese odio hacia mi desde el primer día en el que me vio. Literalmente, no le había hecho absolutamente nada. Hasta ahora.

Me zafo del agarre de Dylan al ver a Duncan socorrer a la pelirroja. Tomo el arma que tenia al lado del colgante junto el medallón. Y no retrocedí ni un solo paso cuando el pelinegro se volteó hacia a mi con esa mirada negra inundada en fuego. Estaba furioso. Y yo también lo estaba. Y por eso mismo, no solte ningun gemido de dolor cuando me agarró del cuello com fuera alzando mi mentón.

—Ahora si la jodiste.—Su voz dura retumbo en mi cabeza. Y no lo dude cuando lo apunte con el arma debajo de la barbilla.

—Cuando saco el arma.—Hablo con dificultad.—Y apunto, no retrocedo.—Determino manteniendole la mirada.

Me suelta el cuello con brusquedad, sonriendo cínicamente y agarrándome la mano que lo apuntaba. Haciendo presión en el arma.

—Adelante, pero no falles.—Su aliento choca contra mi frente.—Porque si fallas, te aseguro, que yo no lo haré.—E iba a apretar el gatillo.

Juro que lo iba a apretar, pero el grito de Nash me detuvo al instnte.

—¡Alexandra baja el arma ahora mismo!—Y lo hice. Apretando tanto mis labios, que pronto saboree el sabor metalico salir de ellos.—Limpiarle la cara a esa.—Manda a una de sus empleadas a llevarse a esa perra al baño.

—¡¿Quien te has creído para armar esta escena?!—Estaba enfadado. Pero me importaba una mierda.

Me pongo de cuclillas tomando en mis manos ambas fotos en pedazos.

Natasha posa su mirada en los restos de la foto de mis hermanas.

Y de reojo, logro ver por primera vez como el rostro de Duncan se desvanece al ver las fotos destrozadas. Hasta ahora no se había percatado de ellas, al parecer.

—Esas niñas eran muy importantes para ti, ¿verdad?—Su tono dulce solo causa que mi enfado aumente mas aún en mi.

—No es solo por ellas, es por él.—Alzo los restos de la foto del niño.—Era la única foto que tenia de él.—Natasha dibuja una mueca de lastima en su rostro.

Una mirada de lastima. Como odiaba aquellas miradas.

—Alexandra.—La mano de Dylan se posa en mi hombro, con su tono cargado de tristeza. Él sabia lo que significaba aquello para mi.

—No es justificación.—La voz de Nash me hizo mirarlo incrédula.—Has apuntado a tu compañero, eso es algo inedito y que no te voy a tolererar.—Abro la boca increudla.

Él sabía lo que todo esto significaba para mi, ¿y me decia esto?

—Quedas supendida de trabajo y sueldo dos meses.—Cierro los ojos con fuerza.

—¿Que?—Mi voz habia salido ronca.

—¿Es enserio Nash?—La pregunta incredula de Dylan resonó en el salón.

—Nunca he estado tan enserio.—Su mirada recorría mi rostro, él lo mantenia serio.

—Yo la agarre del cuello.—La voz ronca de Duncan se hizo presente, captando la mirada de nuestro jefe.—Suspendeme a mi también.—Baje la mirada a mis pies.

Y ahí estaba el correcto de Duncan. Su mejor hombre "y él mas justo" dando la cara.

Pero Nash... no creía lo que estaba Haciéndome.
¿Me iba a suspender por defender lo mío?

—No, a ti te necesito.—Aquella frase de mi jefe, consiguió oprimirme el pecho.

—Dime Nash.—Miro los restos de la fotografía del niño.—¿Que se siente necesitar a alguien que si tienes contigo?—Subo mi mirada de la foto a mi jefe. Sintiendo como mi mirada se nubla.

Estaba rota. Y por mucho que pasaran los dias, los años y los meses, no podría arreglarlo. Porque tenía dentro algo roto, donde los trozos se habían perdido y era imposible poder armarlo de nuevo.

Pero Nash no contestó ante mi pregunta, y yo sentía como me iba a terminar de romper de nuevo en cualquier momento.

Llevo mi mirada hacia Duncan, acercándome lentamente a él. Hasta que mi pecho se roza con sus pectorales. Él baja su rostro para verme. Casi nuestras narices se rozaban.

—La voy a matar Duncan.—Mi aliento rebotaba contra sus labios.—Si no es hoy, es mañana. Si no es mañana, será en una semana. Si no es en una semana sera en dos y si no es en dos, sera en unos meses.—Tras no poder retener mas las lagrimas, estas comienzan a caer por mis mejillas. Bajo la atenta mirada oscura del pelinegro.—Pero la mataré, y si tu te interpones en el camino, no lo dudaré Duncan.—Determino sintiendo el agua salada colarse por mis labios.

—¿Lo estas amenazando delante de mi, Alexandra?.—La pregunta cargada de enfado de Nash solo me incita a ignorarlo.

Y no lo esperé cuando la mano de Duncan se dirigió hacía mi rostro, limpiando de el con su pulgar, las lagrimas que caían por mi mejilla. No retiré la mirada de él en ningún momento, menos aún cundo su pulgar se detuvo en mi mejilla. Se sentía suave, se sentía conocido, se sentía familiar. Y aquello me destruía por dentro.

—¿Como se llama ese niño, Alexandra?—Su pregunta había salido débil.

¿Como se llamaba? Nunca me llegó a decir su nombre y su padre nunca lo llamaba por su nombre.

Mis labios temblaron.

—¿Donde esta ese niño, Alexandra?—Volvio a preguntar de la misma forma.

Y yo dejé caer mas lagrimas.

¿Donde estaba? Ni siquiera sabia si seguia con vida. Y eso dolía. Mis hermanas sabía que ya no estaban, pero aquel niño, ni si quiera sabia eso. Y la duda atormentaba.

Su mirada había cambiado. Había vuelto esa molestia en él.

—Lloras por un niño que no sabes ni como se llama, ni donde esta.—Retira su mano de mi rostro.—¿Por que eres tan hipócrita?—Mi corazón dió un vuelco.

Sus pectorales se habían hinchado, topandose con mi pecho.

¿Hipócrita? No, no era solo eso, era desleal también. Porque me fuí sin él, habiendole prometido lo contrario. Pero mamá... ella no quiso y yo... me resigne ante aquello.

—Ya basta de tonterías.—Nash nos separa a ambos de manera brusca.

Y yo, con el arma y el medallón contra mi pecho, tomo mi ropa, mis zapatos y mi bolso. Caminando hacia la salida, saliendo de esa casa en bikini. Si hacia falta, me vestiría en la calle pero no podia estar ni un segundo mas en ese lugar.

Porqué comenzaba a faltarme el aire al saber que no podia contestarle a nada de aquello, porque tenia razón. Y por eso, comenzaba a odiarlo. Porque cada vez que hablaba, decía verdades, verdades que dolían tanto que quemaban como una daga ardiente traspasandome el pecho.

—¡Alexandra espera!—El grito de Dylan a lo lejos no me detuvo.

Pero me hizo caer en la realidad.

Estaba suspendida de sueldo y trabajo durante dos meses. Y me había anticipado a rechazar la oferta de Evil. Ahora con todo esta rabia y dolor que tenia encima, sonaba tentador aquel trabajo.

Tan tentador que hoy, le haría una visita.

___________________

Continue Reading

You'll Also Like

208K 16.6K 140
1-izuku es un villano 2-posee un quirk llamado Extracción:le permite extraer el quirk de las personas y convertirlos en pequeñas esferas comestibles...
4.3M 195K 41
Que haces cuando estas enamorada o mejor dicho obsesionada con alguien? Eres de las personas que esperan que su amor le corresponda? Eres de las pers...
233K 12.2K 29
Y si bella Swan no hubiera sido la primer y única mujer de Edward Cullen? que pasara cuando ella vuelva, lee para descubrirlo contiene faltas ortográ...