Ya era de día. Me levante a la misma hora de siempre y le avise a Lulu para que preparara el desayuno, ella ya estaba despierta y preparaba algo de comer. Me aseguré de que Maddie estuviera aún dormida, y así era. No quería despertarla, aún era algo temprano como para que fuera la hora de irnos. Anoche ella corrió hacia mi cama y se acurrucó en ella, estaba algo nerviosa, y eso la asustaba. Aunque ella no debía temerle a nada, si tal vez hoy conocerá a su padre por primera vez en años, pero de una cosa estoy segura, el adorara tenerla ahí por unas horas.
-¿Mami? -la escuche murmurar a mis espaldas mientras salía de la habitación. Ella talló sus ojos y quiso levantarse pero la detuve.
-No, linda. Aún es muy temprano, duerme un minuto más, si quieres. -dije arropando su cuerpo de nuevo.
Ella asintió y así lo hizo. Pero luego de uno segundos recordó que día era.
-¡Hoy veremos a papá! -dijo poniéndose de pie de inmediato y corriendo hacia su habitación.
-¡No se corre en la casa! -me queje mientras ella me respondía con un "lo siento"
Se escucho el sonido de la ducha encenderse y me burlé mentalmente, nunca la había visto tan emocionada como este día, y debe ser así, yo también me hubiera puesto emocionada si durante 5 años no conocí a mi padre y por fin lo haré. Odio sentirme culpable por hacerle esto a Maddie, ella no tenía culpa de lo que yo viví, ella no tenía la culpa de nada y yo solo la lleve junto conmigo para evitar problemas, y esa no era la solución, solo que si alguien estuviera en mi lugar y sintiera el miedo que yo sentí, comprenderían por qué hice lo que hice, solo fue miedo, y por culpa de ese miedo mi hija lloro año tras año.
Me puse de pie y camine hacia la ducha, además de todo debíamos desayunar y hacer otro tipo de cosas antes de irnos, y eso sería perfecto para hacer algo de tiempo.
Me desvestí y entre en la ducha encendiendo esta, el agua cayo de inmediato y estaba tibia, comencé a asearme por un buen rato.
Cuando por fin termine, salí de el baño con una toalla sobre mi cuerpo, buscando algo para usar. Me decidí por unos jeans y una blusa formal, no quería lucir tan zorra pero tampoco tan cubierta. Iba a ver a mi ex.
Comencé a vestirme después de colocar mi ropa interior, entre en los jeans t seguido coloque la blusa sobre mi torso. La arregle frente al espejo con mis manos y me pareció muy adecuado. Me decidí por unos tacones de aguja color beige con una plataforma, los deslice por mis pies y mire mi atuendo frente al espejo, y me pareció perfecto.
Camine hacia mi tocador y peine mi cabello con mi cepillo, preferí llevarlo suelto solo con algunas ondas en el. Maquille mi rostro con algo decente y con un lindo labial rojo escarlata. Volví a darme un vistazo y me pareció que estaba lista. Tome mi bolso camine hasta la cocina, donde Lulu terminaba de lavar los trastos sucios. Me miró con una mirada aprobadora.
-¿Cómo me veo? -pregunté mientras me miraba a mí misma.
-Genial. Luces muy bien. -dijo mientras me daba un abrazo.
Se escucharon los pasos de Maddie detrás de nosotras y nos separamos, me di la vuelta y me encontré a Maddie usando unos jeans y una blusa muy linda, usaba unas botas color negro y un suéter de mezclilla. Se veía tan preciosa.
-Que linda, Maddie. -dije mientras la tomaba entre mis brazos y la levantaba. Ella enrollo sus brazos en mi cuello y yo la sostuve para mí.
-Gracias de nuevo. -dijo ella mientras yo me sentía no bien, pero no me sentía mal.
-No hay de qué, bebé. -dije poniéndola de nuevo en el piso. -Pero, mejor desayuna, de prisa, se hace algo tarde. -dije y ella corrió hacia la mesa y comenzó a comer su desayuno, y decidí acompañarla.
Su rostro desprendía entusiasmo al igual que sus ojos, y eso me mantenía alegre, haré todo para que ella estuviera feliz.
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Estacione mi auto afuera del edificio que Justin me había dicho. Maddie estaba temblando y miraba el edificio con cierto temor.
-Calma, cielo. No pasa nada, estaré contigo. -le dije mientras acariciaba su rodilla, ella asintió con una pequeña sonrisa y nos dedicamos a bajar del auto.
Entramos al edificio y me acerque a la recepción. Había una señorita que al vernos nos dedico una amable sonrisa.
-Hola, ¿les puedo ayudar? -preguntó ella sonriendo de la misma manera que antes.
-Si... Busco a Justin Bieber. -dije mientras acariciaba el pelo de Maddie con cuidado.
-Oh si. Mencionó que estarían aquí. Piso número 8, Penthouse 134. -dijo ella señalando un ascensor a unos metros de nosotras.
-Gracias. -dije mientras tomaba la mano de Maddie y caminaban si ambas hacia el ascensor.
Presione el botón y este se abrió tiempo después, ambas subimos a este y presione en el tablero el número 8, sonó la campanilla de este y las puertas se cerraron y comenzamos a subir. Segundos después se abrieron las puertas dejando ver un pasillo largo, pero muy lindo. Caminamos fuera del ascensor y comencé a caminar por el pasillo, buscamos el 134. 132, 133... 134.
Me detuve frente y mire a Maddie, dejó de temblar y tomo algo de confianza, lo que yo debería de hacer. Imite su acción y suspiré aliviada. Golpee la puerta con mis nudillos y espere junto a Maddie a que la pueda se abriera. Segundos después la puerta se abrió, y ahí estaba el, era idéntico hace 5 años, solo que ahora su a ello era algo más largo. Lo observe por unos segundos hasta que por fin pude hablar.
-Hola. -dije mientras respiraba pesadamente.
-Hola. -el hablo mientras desviaba su mirada a Maddie.
Ella solo trago saliva cuando Justin se agachó hasta su estatura y le sonrió. Maddie volvió a tragar y a sudar un poco mientras volvía a temblar.
-Hola, linda. -dijo Justin presentándose. -Soy papá. -mencionó.
Maddie solo sonrió y se lanzó a sus brazos. El la recibió mientras una que otra lagrima salía de su lagrimal, al igual que Maddie. Sonreí ante tal escena.
-Eres tú, al fin. -murmuro Maddie mientras sorbía de su nariz. -Te quiero, papi. -dijo ella besando la mejilla húmeda de Justin.
-Yo te amo, princesa. -dijo el dejando un beso de la misma manera en su mejilla.
Un lágrima se deslizó por mi mejilla y la removí de inmediato.
Justin se separó poco a poco de Maddie y se acercó a mí para saludarme. Dio un beso en mi mejilla y me abrazo, no sabe lo mucho que quería un abrazo suyo de nuevo.
Lo recibí de la misma manera y nos separamos poco a poco.
Limpio sus lagrimas con la palma de su mano.
-Pasen, por favor. -dijo mientras se hacía a un lado y nos dejaba pasar, pase junto a Maddie viendo el bonito lugar.
Tome asiento junto con Maddie en el sofá y el solo se sentó a mi lado y sonrío. Estuvimos los 3 callado por un par de minutos, ¿qué diríamos? Nada.
-Mmm, Maddie, por qué no vas a ver la casa de papá. El y yo tenemos que hablar. -dije para luego darle una mirada a Justin. -¿Puede ir? -pregunté.
-Por supuesto que sí. Toca lo que quieras. -dijo Justin con algo de nerviosa. Lo mire con molestia.
-Solo no rompas nada. -le advertí.
-Rompe lo que quieras, cielo, soy rico. -dijo de broma, pero de mal gusto.
Le lance la mirada de hace segundos pero ahora la entiendo y se quedó callado.
Maddie asintió y camino hacia Justin para darle un beso en la mejilla al igual que a mí antes de irse por ahí a jugar.
-Bien. Empecemos. -dije mientras me acomodaba mejor en mi lugar.
-Que linda te ves. -dijo Justin mirándome con unos ojo de perrito abandonado.
-No voy a caer. Quiero hablar. -dije firme y sería. El asintió. -Bien. Como ya te había explicado, cuando decidí mudarme y alejarme no fue con intención de que nunca vieras a Maddie, solo que, me acobardé y no supe cómo tomar las cosas con seriedad o con madurez, la inmadura fui yo y pensaba que lo eras tú, pero con el tiempo entendí que lo que hice estuvo mal, hice lo que yo siempre quise hacer conmigo misma y lo hice usando a Maddie. Y eso estuvo mal, eres su padre, y solo quería pedirte perdón por todo lo que hice en estos últimos años, no me di cuenta de lo que hacía, solo espero que de verdad puedas perdonarme. -dije mientras dejaba salir todo lo que tenía que dejar.
El me miró con sinceridad y asintió.
-¿Perdón? Eres la madre de mi hija, me diste el regalo más grande que alguien pueda tener. Recapacite todo lo que Zayn me dijo y yo hubiera hecho lo mismo si estuviera en tu lugar, entiendo perfectamente. No te preocupes por eso, ahora lo que de verdad importa es Maddie y nuestra familia. -dijo tomándome ambas manos. -Tenemos que estar en una relación buena si queremos que ella sea feliz. -dijo sonriendo. Su mirada me cautivo, pero las cosas no son así.
Separe mis manos de las suyas poco a poco. Lo mire a sus ojos de confusión y negué.
-Oh, claro. Tienes a tu... Pareja. -dijo mientras esquivaba mi mirada.
-No ya no es así. -dije suspirando.
-¿Entonces? -preguntó el sin explicación mía.
-El falleció el día que Maddie nació. -dije mirando hacia abajo. El levanto mi rostro con con sus manos y su mirada reflejaba susto.
-¿Qué? Explícate. Por favor. -suplico mientras se juntaba aún más a mi.
-Cuando lo conocí fue en una subasta cuando aún estaba en... Todo eso. Tú sabes. Pasó el tiempo y estuvimos juntos, pero descubrí que me engañaba con una amiga, y me fui y desaparecí. El día que estuvimos juntos el llego por mí y no pude negarme. Me fui con el. Descubrí que él tenía algunos problemas de ira y descontrol, se mantenía medicado pero dejo de tomar sus medicinas y su situación empeoró. Cuando supe que estaba embarazada de Maddie. -me detuve cuando una lagrima cayó por mi mejilla. Pero continúe. -Cuando lo supe era cumpleaños de el, así que me dio miedo que algo le pasara a mi bebe, cuando me di cuenta que era tuyo. Así que le dije a él que era su bebe, lo engañe durante el embarazo y cuando faltaban 3 semanas para que Maddie naciera, quise llamarte para decirte de ella y que pudiéramos estar juntos, pero él me descubrió y me golpeó, y quiso matarme, pero al ver lo que estaba a punto de hacer se arrepintió, se descontroló y tomo un arma y disparo en su cabeza. Esa noche Maddie nació y el falleció. -dije limpiando la lagrima que antes había caído por mi mejilla.
Justin tensó su mandíbula y se puso de pie mientras apretaba los puños, le daba rabia. Se acercó a la barra y arrojo de una bofetada el jarrón que había ahí haciendo que este se quebrara. Fui de pronto hacia él y lo tome por la espalda, se tranquilizó con mi favor y giró su cuerpo para estar cara a cara conmigo.
-Eso ya pasó. ¿Okay? Tú lo dijiste, solo importa ahora. -dije acariciando sus brazos por encima de el suéter que llevaba puesto.
-Tentó con tu vida y con la de mi hija. -dijo recalcando las últimas dos palabras. -Son mi familia. ¡Ese enfermo casi te mata! Espero que ahora este pudriéndose en el infierno. -dijo y solo explote.
-Oye. Mientras tú buscabas y besabas a Kyley, el cuido de mí y me volvió una de las solteronas más rica de Atlanta. Tal vez cometió sus errores, pero... -él me interrumpió.
-¡Deja de defenderlo! ¡Intento matarte, joder! -gritó en furia alzando los brazos al aire.
Me asuste un poco pero me mantuve fuerte ante el.
-Tienes razón. -admití. Tanto tiempo defendiéndolo cuando la realidad era esa, el quizo matarme.
Respiró un par de veces para relajarse y lo logró en un gran suspiro. Camine dándole la espalda hará que sentí sus manos sobre mi cintura mientras me abrazaba y besaba el costado de mí cuello.
Me estremecí al sentir sus labios tan fríos sobre mi piel sensible. Puse mis manos sobre las suyas y deje que siguiera besando mi cuello unos momentos más.
-No. -me negué mientras lo hacía a un lado. -No puedo. Perdón. -dije mientras me movía alejándome un poco de el.
-¿Cuál es el problema? -dijo el intentando acercarse y lo deje.
-Estoy en una relación. -admití bajando la mirada. El suspiré frustrado pero asintió.
-Alguien ya me gano, rayos. Pero que lo disfrute esa tal persona, no te tendrá por mucho. -dijo guiñando un ojo.
-¿Qué quiere decir eso? -dije cruzada de brazos mientras caminaba hacia el con una sonrisa.
-Que te recuperaré. Solo eso. -dijo con seguridad.
-¿Ah, si? -pregunté haciéndome al ofendida. -¿Cómo estás tan seguro de que sigo siendo tan vulnerable a ti?
El se acercó casi a mis labios rozándolos . Lo mire retadora y el de la misma manera.
-Por qué sé que aún me amas así como yo a ti. ¿O me equivoco? -dijo.
-Ya veremos, Bieber. No seas tan confiado. -dije mientras lo empujaba ene el pecho con mi dedo índice.
-Bien. Pero se lo que hago, hermosa. Gracias. -dijo como cumplido.
Nos quedamos callado mirándonos retadores. Me senté sobre el sofá y estire los tacones de mis pies, era inútil llevarlos puestos para estar sentada.
-Te vez tan caliente con esos tacones, mejor póntelos. -dijo Justin mientras se recostaba en el sillón y palmeaba el lugar libre a lado suyo.
Negué con la cabeza riendo mientras entraba aún más a su Penthouse, era enorme, habían escaleras y candelabro y era una mansión, tal vez como la mía, solo que en un edificio.
-Maddie. -la llame. Se escucharon sus pasos bajar de las escaleras.
-¿Si? -preguntó mientras se paraba frente a mí.
-¿Ya se van? -preguntó Justin levantando a Maddie del piso mientras la cargaba.
-Mami, quiero estar con papa. -dijo acurrucando su cabeza en el cuello de Justin mientras hacía un puchero y Justin hacia el mismo puchero.
-Esta bien. -reí un poco. -Creo que vendré por ella más tarde. -dije caminábamos hacia el living, pero él brazo de Justin me detuvo.
-Quédate. Por favor. -suplico. Yo solo negué.
-No puedo, debo ir a la oficina. Firmaré unos papeles y volveré a casa a limpiar un poco todo. -dije mientras colocaba mis tacones y tomaba mi bolso. -¿No hay problema en que se quede? -pregunté mientras lo miraba a él con una cara de desilusión.
-No. Para nada. Tendremos un día padre e hija. -dijo haciendo cosquillas en el estómago de Maddie quien reía como loca. Sonreí un poco y me reí.
Camine hacia la puerta y abrí esta y me di la vuelta. Ellos estaban aún en la puerta.
-Adiós, mi cielo. Te veo luego. -dije despidiéndome de Maddie.
-Adiós, cielo. -dijo Justin riendo un poco. Lo mire con sarcasmo y me moleste.
-Ja ja, qué gracioso. No seas tonto. -dije dándole un beso en la mejilla para despedirme. Bese la mejilla de Maddie y comencé a caminar por el pasillo hasta llegar al ascensor. Subí a este y presione planta baja. El ascensor se movió hará llegar hasta la recepción, me acerqué a la chica de antes y hable con ella.
-¿Tienes una copia de la llave de el Penthouse del señor Bieber? -pregunté con una sonrisa.
-Si, tengo 5 de cada inquilino de aquí. -dijo.
-¿Podrías darme una? Soy la esposa de el señor Bieber. -mentí. Necesitaba una llave por cualquier emergencia que se presentará.
-Mmm. Si. -dijo ella cuando tomo seguridad de mi. -Tome, hasta pronto. -dijo despidiéndose de mi.
Sonreí y me fui mientras guardaba la llave en mi bolso.
Ahora Bieber no tiene excusa para no dejarme entrar.
Chicas he pensado que como tengo dos historias que escribir además d ella escuela y tarea, escribiré un capítulo por día pero me turnare. Un capítulo para una historia y una capítulo para otra y así sucesivamente. Solo era eso, gracias, las amo y sigan leyendo.
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