NICHOLAS
- Vamos, no seas marica. – me animo. – Su padre no sabrá que soy un sangre de lobo.
Me miro en el espejo del baño y bajo la cadenita.
Si, tenía que orinar.
Salgo del baño, completamente nervioso y camino al cuarto de Michelle.
Entro con intenciones de disculparme pero me tenso al ver todas estas personas reunidas en ella.
Sus padres, su amiga, Max y Jasmine.
¿Qué diablos hace ella aquí?
Jasmine está al lado de Michelle, tomando su mano como si de una amiga se tratase.
- Estoy muy agradecida que mi novio haya podido traerte al hospital, Michelle. – habla Jasmine y me tenso.
¿Qué demonios?
Max mira a Jasmine con asco y Lis por igual, en cambio sus padres le miran con una sonrisa forzada.
- Gracias por venir, Jasmine. – habla la castaña y Jasmine suelta su mano.
Por primera vez, todos en la habitación me miran.
Trago fuertemente y camino hacia Michelle, pero la loca de Jasmine toma mi brazo y me arrastra lejos.
- Disculpen, necesito hablar con mi novio a solas. – informa y me arrastra afuera del cuarto.
Antes de salir, escucho firmemente a mi futuro suegro decir;
- Ellos no me agradan.
Auch, mi dulce corazón.
Dejo de mirar la puerta del cuarto de Michelle y observo a Jasmine con el ceño fruncido.
- ¿Qué cojones? – cuestiono. – ¿Qué demonios haces aquí?
- Tuve que preguntarle a varias personas para encontrarte y además, escuche tu conversación con Max y me daba curiosidad ver quien era la persona que te hacia venir a estos lugares. – sonríe inocentemente y le tomo del brazo, encerrándonos en el baño de mujeres.
- ¡Te lo dije, Jasmine! – gruño, mi lobo quiere matarla. – ¡Tú no eres nada para mí!
- ¿Nada? – pregunta incrédula. – ¿Y todo lo que compartimos juntos?
- No significo nada.
- ¡Me dijiste que te gustaba, cabrón! – chilla molesta.
Jasmine se acerca con la intención de abofetearme pero la puerta del baño se abre, sobresaltándonos.
- ¿Permiso? – la mujer nos mira sorprendida. – Necesito usar el retrete.
La mujer entra al cubículo y después de unos minutos, escuchamos como incómodamente, vacía su vejiga.
- Eres un monstruo, Nicholas. – habla Jasmine, veo como hace que sus garras crezcan y me tenso. – Pero yo soy peor.
La mujer sale del cubículo aliviada y antes que pueda hacer nada, cae al suelo con el pecho rasgado y lleno de sangre.
Jasmine sale corriendo del baño y miro a la pobre mujer.
- ¡No! – grito mirando como la inocente mujer pierde sangre.
Mi lobo quiere controlarme.
Quiere salir.
Miro la sangre y después desvió la mirada.
- ¡Tengo que salir de aquí! – salgo del baño, justamente cuando un grito agudo se escucha en el baño, dándome a entender que la mujer ha sido encontrada y que por mi culpa, ella está muerta.
Salgo del hospital y corro al bosque a toda velocidad, cuando estoy lo suficientemente lejos, suelto un grito de dolor.
- ¡Ah! – consigo gritar y después mi lobo toma control de mi cuerpo.
Dejando mi humanidad y convirtiéndome en un animal salvaje.
Es hora de cazar.
MICHELLE
- ¿Hija, estas bien? – pregunta mi padre, ya que he estado mirando la puerta esperando que Nicholas entre por ella y que me diga que esa chica solo ha dicho mentiras.
¡Por dios, nos besamos!
- ¿Michí? – pregunta Lis.
Salgo de mis pensamientos y niego.
- Me duele la cabeza. – informo y Moira asiente, caminando a la puerta.
- Traeré unas pastillas, cariño.
- Amor, ya tú no eres enfermera. – habla mi padre con el ceño fruncido.
- No me molesta, Daniel. – habla sonriente. – vendré en un segundo.
Moira sale de la habitación y miro al chico que mi amiga trajo.
- Soy Michelle. – me presento curiosa.
- Max, es un gusto. – responde con una pequeña sonrisa.
- ¿Es tu novio, Lis? – pregunta papa.
Lis baja la cabeza avergonzada y niega.
- Soy amigo de Nicholas. – informa. – El chico que salió hace unos minutos.
- Ya veo.
- Me tengo que ir, necesito ver a mi hermana. – se disculpa. – Adiós, Michelle.
- ¡Adiós! – le sonrió.
Él le sonríe a Lis y ella le devuelve la sonrisa.
Se retira de la habitación y miro a mi amiga con una sonrisa pícara.
- Y dices que no es tu novio. – habla papa, guiñándole un ojo.
- ¡Basta! – chilla mi amiga sonrojada.
Moira entra al cuarto con la expresión pálida y comienza a llorar.
Deja las pastillas en la mesita y se sienta.
- Amor, ¿Qué pasa? – Moira continúa sollozando y mi padre le abraza.
Lis y yo intercambiamos miradas de preocupación.
- Señora Rivaldo. – la alguacil entra al cuarto, mirando a su hija.
Lis mira a su madre y se encoje en su silla.
- ¿Qué pasa aquí? – pregunta mi padre.
- Necesito que responda unas preguntas. – es todo lo que dice.
- ¿Qué preguntas? – continua mi padre.
- Señor Rivaldo. – le miro amenazante. – Acaban de asesinar a una mujer, según la evidencia fue un animal pero necesito a su esposa, ya que fue una de las personas que encontró a la víctima.
Todos nos tensamos y yo solo pienso en alguien.
¿Dónde está Nicholas?
(..)
Aquí les presento a Jasmine Hughes.
CAPITULO EDITADO.
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